17. Zayn
Mis ojos se pasean sobre Grace y su nuevo compañero. Todavía no puedo creer lo que hizo ¿A quién quiero engañar? ¡Claro que puedo! Pero nunca creí que pasaría.
Una semana atrás, el cambio de compañero no hubiese significado más que despedirme de una cerebrito para ir a dar con otra persona que haga mi tarea. Pero ahora, me siento como el infierno. No sé si es por la culpa que tengo por lo sucedido, o por lo parecida a Savannah que es la chica a mi lado, que no puedo evitar pensar que todas las mujeres son iguales. Todas menos a una.
Grace no estaría taladrándome la oreja hablando acerca de lo bonitos que son los nuevos uniformes de fútbol o de quien hará la mejor fiesta el viernes. Si cierro los ojos y agudizo un poco más su voz, podría jurar que no estoy hablando con Maya, sino que con mi mismísima Savannah.
- ¿Así que, um, tú y Savannah son amigas? - Le pregunto de forma muy indiferente.
Los ojos de Maya se abren con sorpresa e intenta esconder el rubor en sus mejillas, creo que es la primera vez que he abierto la boca desde que ella comenzó a hablar.
- ¿Zayn, no has escuchado todo lo que he dicho? Conozco a Savannah desde la primaria e incluso compartíamos ropa - Sonríe - Pero sus camisas ahora son demasiado pequeñas para mis pechos - Ríe.
Frunzo el ceño ¿Enserio? No puedo evitar poner los ojos en blanco, y creo que ella se da cuenta.
- Lo siento, sé que no debería hacerle ese comentario a un chico - Dice con voz más suave - Y mucho menos al novio de Savannah, espera - Dice acomodando un mechón de su cabello - ¿Siguen saliendo? - Pregunta con un tono más sensual.
Contengo el deseo de enterrar mi rostro entre mis manos y no tener que verla hasta el final de clase, pero en su lugar, suspiro y me acomodo en mi asiento.
- Sip - Replico sin ganas.
Maya se me queda mirando, su rostro entornado hacia mi lado, apoyado en sus codos.
- No eres un gran charlatan - Sonríe coquetamente - Me pregunto como puedes soportar tanto a Savannah, ella es puro bla bla bla.
Hago una mueca.
- Creí que eran amigas - Digo encarando una ceja.
- ¡Lo somos! - Se apresura ella a contestar, me doy cuenta que lleva el mismo labial viscoso que Sav y se me revuelve el estómago - ¡Solo bromeaba! Después de todo los opuestos se atraen ¿No?
Asiento sin darle importancia y tratando de terminar la conversación, tomo el trabajo que nos ha dado la profesora. El mismo papel en el que Grace y su compañero llevaban trabajando durante media hora. Vuelvo a mirarla sin poder evitarlo, ahora se ríe junto a ese chico, está distendida como cuando la vi con sus amigos. Esa maldita punzada en el pecho vuelve a aparecer.
- Um ¿Comenzamos? - Digo pasándole el papel a Maya.
Ella me guiña un ojo tomando el papel. Raro. Su mirada lo analiza durante diez segundos con el ceño fruncido.
- No sé hacer esto - Dice al final, dejándolo caer sobre el escritorio.
Mis ojos ruedan ¿Por qué no me sorprende? De mala gana le doy un intento, pero estoy perdido. Estoy perdido sin la ayuda de Grace. Lo suelto resoplando y Maya toca mi brazo.
En otro momento, no me hubiese importado el contacto físico de una chica como ella, rubia y voluptuosa. Pero ahora se siente incómodo, entonces me zafo casualmente.
- No te preocupes - Me dice y señala al chico que acompaña a la que debería ser mi compañera - Se lo copiaré a Liam, él no dirá nada. Además, él y la cerebrito parecen ir de maravilla.
Se ríe, yo no emito sonido.
- ¿A qué no fue el mejor cambio del mundo? - Sonríe - Ellos dos son tal para cual, míralos, par de perdedores. Y nosotros dos podemos conocernos mejor - Sugiere - Después de todo, somos de la misma burbuja ¿No?
- No es una perdedora y se llama Grace - Es todo lo que puedo decir.
Maya frunce el ceño, pero no dice nada.
¿Acabo de defender a Grace? Definitivamente. No sé por qué me causaron tanto disgusto las palabras de Maya, quizá porque todo este tiempo yo fui así con Grace, incluso cuando tuve la chance de cambiar, volví a meter los pies en el lodo.
- Yo me encargaré - Digo tomando el papel y metiéndolo en mi bolsa.
Afortunadamente el timbre suena y logro escapar de Maya de la misma forma que Grace logra escapar de mí. Eso no salió tan bien.
En la cafetería, me siento con Louis y veo como ella se sienta con sus dos amigos.
La miro, la miro, la miro, pero ella no capta mi mirada ni una vez. Sé que está muy enfadada, y yo, sin darme cuenta, obsesionado.
Harry entra en la cafetería y algo en mí se revuelve cuando en vez de acercarse a nuestra mesa, se detiene en la de Grace y sus amigos. Mi expresión es todo menos bonita y Louis pone su mano sobre mi hombro.
- Si sigues mirándolos así los quemarás vivos.
Frunzo el ceño.
- ¿Qué hace con ella?
Louis ríe.
- ¿De qué vas, Malik? ¿Celoso? Ellos están terminando la tarea que tenían atrasada, o algo así dijo Harry.
Sacudo la cabeza.
- No estoy celoso, solo curioso - Digo en voz baja.
Veo a Louis negar sonriendo.
- Lo que tú digas, campeón.
Cuando las clases terminan, me encuentro a mi mismo haciendo algo inesperado. En lugar de conducir a mi casa, acabo desviándome a otra dirección. Diez minutos después, estoy aparcado frente a la casa de Grace.
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