15. Zayn

No podía defenderla, no podía invitarla a la mesa, no podía siquiera hablar con ella fuera de clase. No sabía que vivía bajo presión social hasta que conocí a Grace.

Y de momento, no sé si eso es bueno o malo.

Me siento como basura mientras Savannah mordisquea mi oído, murmurando lo gracioso que fue lo ocurrido en la cafetería y como reinó delante de todos.

Louis se mostró indiferente a la situación y Harry se había ido a hablar por teléfono con Eva antes de que todo iniciara. Tengo el presentimiento de que seré hombre muerto cuando se entere ¡Que va, si ya me siento como uno!

En este momento desearía ser Harry ¿Por qué no tengo el valor de admitir que me agrada Grace y punto? Él lo hace ver tan fácil que pienso que puedo actuar igual. Pero aparece Savannah y bajo los ojos del instituto simplemente... No puedo. No puedo arriesgar mi lugar aquí por una chica que jamás tendría que haberse cruzado en mi camino.

Me repito estas ideas en mi cabeza, una y otra vez hasta intentar auto-convencerme de que las cosas tienen que ser así.

- ¿Entonces?

Parpadeo rápidamente, Savannah frunce el ceño.

- ¿Entonces, qué? - Pregunto confundido. He estado demasiado tiempo inmerso en mis pensamientos.

- ¿Entonces qué te causó más risa? A mí la cara de retrasada que puso cuando le cayó la comida encima ¡Imagínate si hay fotos! - Comienza a reír, y el sonido que alguna vez me pareció sexy ahora se vuelve insoportable.

- Um, tengo que irme - Murmuro, quitando sus brazos de mi cintura.

- ¿Ya? Pero si nos estamos divirtiendo - Hace un puchero con la boca.

Esto es todo menos divertido, pienso.

Sin ganas de inventar una excusa, solamente le sonrío y le doy un rápido beso en los labios antes de tomar mis cosas y salir de la cafetería.

Cuando me meto en mi coche, tengo el extraño impulso de ir a casa de Grace. Intento con todas mis fuerzas evitar que el sentimiento de culpa llegue a mí, pero me golpea como un tsunami. Incluso intento repasar mi conversación con Savannah, volver a atar los cabos que me permitían llegar a la conclusión de que Grace estaba enamorada de mí y solo manipulaba mis sentimientos por mi atención.

¡Pero ya nada concuerda!

Ahora mi mente se llena de ojos cafés, piel suave y galletas crujientes. Golpeo el volante frustrado ¿Cómo puedo llegar a ser tan estúpido? Y no puedo evitar pensar en como se debe sentir Grace en este momento.

Solo imaginar aquellos ojos chocolates empapados en lágrimas crea un nudo en mi estómago. Pienso en su padrastro viendola llorar e ignorando sus necesidades. Pienso en ella escondiéndose de su madre, inventando una excusa para que ella no se preocupe. Pienso en su hermanastra burlándose de ella, llamándola niña.

¿Qué ven en ella para llamarle niña? Savannah lloró cuando su bolso Channel se manchó con ketchup y se enojó cuando su madre tuvo una reunión y ella tuvo que tomarse el bus.

Me avergüenza pensar en Grace ahora, en su estructura familiar destruida, en un padrastro y una hermanastra de muerte, en una bicicleta vieja como medio de transporte y en la falta del cariño que se merece.

Vuelvo a golpear el volante ¡Creí haber bloqueado a Grace de mis pensamientos!

Frustrado, conduzco a casa.

Celos, celos, celos, celos. Esa es la razón de todo. Savannah está muerta de celos. No lo entiendo, no creí que ella pudiera ver a Grace como competencia.

En los ojos de Savannah, Grace es una perdedora sin clase, una introvertida sin amigos, una desquiciada de la tarea.

Pero en mis ojos, Grace es una chica que no ha sido descubierta. Una chica que luce vulnerable pero es más fuerte que cualquier otra. Una chica sencilla, modesta y con un corazón enorme para cualquiera que quiera aceptarlo. Incluso para mí, un imbécil que la humilló desde el día uno, que fue perdonado, y volvió a cometer el mismo error.

¿Será que fui muy evidente? ¿Será que Savannah vio en mis ojos un destello de lo que veo en Grace? No puede ser posible.

Termino de aparcar y me toma treinta segundos llegar a mi cama, cubrir mi cara con al almohada y gruñir frustrado.

- Uy, uy, uy ¿Peleaste con la rubia?

Sin mirarla y con una mano en alto, callo a mi hermana.

- Waliyha, si no sales de mi habitación escupiré en tu cena - Farfullo contra la almohada.

Oigo a mi hermana reír y luego sus pasos alejarse. Bien.

Su risa desaparece por el pasillo y mi madre le pregunta que sucede conmigo, Waliyha le responde "enfermo de amor", resoplo, si supiera.

Al día siguiente estoy ridículamente nervioso cuando llego al instituto. Por primera vez no quiero tener biología, mi interior se revuelve ante el pensamiento de ver a Grace.

Me armo de confianza y entro al salón pretendiedo ser el chico de todos los días. Me extraña no encontrar a Grace en su lugar y el temor se apodera de mí de solo pensar que lo de ayer haya desembocado en algo peor para ella.

Me siento, miro la puerta y cuando la profesora entra estoy inquieto. Miro a mi alrededor y entonces la veo, tímidamente se acerca a la profesora y comienzan a hablar en voz baja. No puedo escuchar, estoy muy lejos y hay demasiadas conversaciones de por medio.

La profesora acaba asintiendo con una sonrisa y entonces Grace voltea. Trago saliva. Sus ojeras resaltan en su rostro, ni siquiera las gafas pueden cubrirlas. Sus ojos detrás de la gruesa capa de vidrio se ven apagados. Ya no lo evito, la culpa se apodera de mí cuando me mira y voltea hacia otra persona.

Mis manos se entrelazan nerviosas debajo del banco, en menos de cinco segundos pienso en diez mil cosas que decirle cuando se siente a mi lado. Pero en su lugar, ella toma un lugar al frente, al lado de un chico que ni siquiera sé como se llama.

Frunzo el ceño y mi confusión llega a su punto máximo cuando una rubia, parecida a Savannah pero más corpulenta se sienta en el lugar de Grace y me sonríe exageradamente.

- Hola, soy Maya tu nueva compañera

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