2.
Subí al auto de mi hermano y él subió después de meter la maleta en la parte de atrás.
-Dios, mirate -dijo sonriente-. Pero sigues con la misma cara de perro.
Reí a carcajadas recordando cuando nos molestábamos así.- Ya sé, tú sigues con el mismo culo plano.
Después de minutos de insultarnos llegamos a la casa de mis padres. Viajé porque hoy es la fiesta de mi madre por su cumpleaños.
Bajé del auto sonriente de ver a mis papás parados afuera de la casa esperándonos.
-¡Oh, hija! -chillo mamá abrazandome.
-Hola mami -dije sonriente-. ¡Felicidades! Sigues igual de hermosa.
-Eso digo de ti -dijo papá interrumpiendo-. Ya has de tener a alguien, ¿verdad?
Negué riendo por la cara de mis padres al verme.- Aún no encuentro a la persona correcta.
-Ya llegará, cariño -dijo mamá dando golpecitos en mi hombro.
Después de aquella incómoda confesión entramos a la casa donde estaba Clarissa, mi otra hermana, se encontraba en la cocina.
-Oh, mira que bonita te has puesto -dijo ella dándome un abrazo.
-Ya, pero si tu no te quedas atrás - entre risas-. ¿Y Víctor?
-Llegará en la noche, porque tenemos que darles una noticia grande -dijo y sonrió como si ocultará el más grande de los secretos.
-Así ha estado, no quiere decir nada -dice mamá susurrando cerca de mi oído.
Las tres reímos después de eso. Horas después de charlar subí a la habitación que me correspondía para poder ducharme.
Mientras me desvestía mi celular comenzó a sonar, lo tome esperanzada de que no fuera la novia loca que me había llamado antes de tomar el vuelo.
-¿Bueno? -dije.
-¡Maldita! -gritó la chica-. ¿Por qué no dijiste que viajarías?
Reí a carcajadas, había olvidado decirle a Mónica, mi mejor amiga.
-Lo siento -dije sincera-. Fue de última hora.
-¡Claro! -grita con sarcasmo-. Apuesto a que te escapaste con alguien.
-Hablas como si no me conocieras -dije aún riendo- Viajé aquí a mi pueblo, es el cumpleaños de mi mamá.
-Ya lo sé, tonta -dice como si fuera obvio-. Tu mamá es como mía también, ¿cómo olvidar su cumpleaños? Aparte de que sé que no dejas tu trabajo así como si nada.
Asentí sabiendo que ella no me veía y sabía que ella hace lo mismo.
-Me duchare, de todas formas me regreso pasado mañana -dije.
-Bueno, ve a lavar ese culito que tienes -dice riendo y cuelga.
Dejé el celular en la cama y me metí a mi merecida ducha de quince minutos. Cuando terminé salí envuelta en una toalla, me vestí y salí de la habitación.
Al bajar vi a toda mi familia ya reunida en la sala, ya había llegado Víctor que estaba sentado a lado de Clarissa tomando su mano, llevan ya sus años casados, gracias a ellos me decidí dedicarme a esto de organizar bodas.
-¡Madie! -gritó mamá.
...
Después de cantar las mañanitas para mi mamá, George, mi hermano, sacó una botella de vino, que la única que la negó fue Clarissa.
Clarissa y Víctor se levantaron dejando el pastel en la mesita de centro.
-Tenemos algo muy importante que decirles -dicen ambos claramente emocionados.
-¿Qué sucede? -preguntó mamá con desesperación.
-¡TENDREMOS UN BEBÉ! -gritaron haciendo que los demás quedáramos en shock, para después gritar y levantarnos a felicitarlos.
-En hora buena, ya era hora de hacerme tío -dice George.
Después de todos los abrazos y felicitaciones, junto con lágrimas sueltas, nos separamos de los hombres y nos fuimos las tres a charlar dejándolos hablando a ellos.
-¿Y tú para cuándo Madie? -pregunta mamá y Clarissa al unísono haciendo que escupiera mi trago de vino.
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