Capítulo 81
[Capitulo de adelanto pero tengo casi ya todo lo demás listo y se viene un poquito duro jajaja. Este es el penúltimo capítulo "happy". Disfrútenlo ❤️]
Todoroki estaba feliz por las pequeñas cosas en los últimos días. Las pequeñas satisfacciones debían valorarse como se debía. Por ejemplo, aquella mañana se despertó antes que su novio, un evento de lo más inusual y que pensaba aprovechar. Se acomodo en la cama, viendo a Bakugou durmiendo de cara a él, con marcas en su pecho de besos y la piel levemente enrojecida debido al calor de su quirk en la cama. Era la imagen más hermosa y erótica que hubiera visto en su vida. Deseaba poder tener más luz para apreciarla mejor pero eso haría que su pareja se despertará, así que estaba feliz con la poca iluminación que lo permita verlo y que hacia que pudiera seguir durmiendo.
Su mano izquierda se acercó al rostro de su novio dormido, le acarició suavemente las mejillas y los bordes de los ojos, dónde tenía pequeñas ojeras. Pasando de eso, se deslizó por su cuello, el cenizo hizo una mueca ante la sensación pero no despertó, su mano se fue entonces por la espalda musculosa y masajeo las zonas que maltrato la noche anterior. Las marcas en la fina cintura de sus dedos y las mordidas en la parte alta de su omóplato derecho. Con picardía, bajo la sábana un poco más para dejar expuestos dos glúteos redondos y blancos, los apretó un poco y siguió con las piernas. El de ojos rojos finalmente se quejo un poco más, se acurrucó en posición fetal y chasqueo la lengua, pero seguía dormido. Cuando estaba tan agotado, realmente no se despertaba fácil y él se estaba asegurando de acariciarlo suavemente, aunque cada vez más y más crecía su deseo por hacerle algo.
Ayer hicieron el amor. Después de la cena, espero pacientemente a que su novio se bañara —para quitarse el olor a la comida— y cuando llegó al dormitorio, lo reclamo de manera posesiva. El cenizo se le entregó de manera devota, apasionada y amorosa. Estaba bastante feliz por el regreso de Midoriya, así que eso alentó a su humor para dejarse llevar ya que no tenía tantas preocupaciones y angustias. Claro, eso hizo también que el más alto tuviera que reconocer que no se midió del todo con él, al escucharlo jadear y pedir por más su cordura se fue un poco al diablo, así que posiblemente le hubiera sobrexigido de más a su cuerpo cansado.
No creía que el de quirk explosivo fuera débil, para nada, pero quizás por eso todavía seguía sin despertarse. Lo hicieron dos veces ayer. Y no fue precisamente de la manera suave.
Tengo que aprender a moderarme con él. O Katsuki me pondrá en abstinencia.
El de quirk dual se prometió a sí mismo ser más suave con su novio de ahora en adelante, pero, lo haría apartir de mañana. Ahora viendo a su novio desnudo entre las sábanas de la cama, con una erección matutina y la cara levemente roja, solo pudo pensar en complacerlo y a su mente vino la conversación que tuvieron ayer.
En la cama no podía ponerse de rodillas pero sí hacer lo mismo que ya había propuesto. Se quitó las sábanas de encima y se movió, colocó al más bajo espalda arriba e inclinó la cabeza, lamiendo el miembro activo del otro. Lo hizo despacio, lento, sin engullirlo primero. Uso sus manos para amasar la base y el escroto, sintiendo como se ponía todavía más duro.
—Ahmm...hum...—murmuraba el de quirk explosivo entre sueños —A-Ah.
Shoto sonrió viendo que el dormido cenizo disfrutaba de sus atenciones, se metió finalmente el pene a la boca, chupó con vigor y lo intento llevar hasta el final de la garganta, pero todavía era difícil lograrlo sin ahogarse. Las piernas de Katsuki temblaron por sus acciones, se empezó a mover un poquito más y a medida que lo seguía chupando, más y más sus sentidos se iban agudizando.
—Ah, hmm, ah...—balbuceó el más bajo, comenzando a abrir los ojos y a sentirse aturdido —Uhg...ahhh, ¿qué demonios...? ¡Shoto!
—Buenos días, amor —saludo el bicolor como si nada, acariciando la base del pene del cenizo y dándole lamidas como si fuera un helado — ¿Ya estás por acabar?
El de quirk explosivo estaba con la cara roja, podía sentir su pene cubierto de saliva, estimulado y ardiendo. Todavía el sueño no se le iba de todo, así que tuvo que parpadear un par de veces para enfocarse en el hombre delante suyo, que usaba una simple camiseta y un pantalón que dejaba marcado un enorme bulto. Se atragantó con su saliva y el bicolor tuvo el maldito descaro de sonreírle, antes de volver a meterse su pene en la boca.
— ¡Ah! ¡Hmmm! —se tapó la boca con ambas manos y echo la cabeza hacia atrás, estaba muy débil y exitado, así que se corrió con muy poco y quedó agotado contra el colchón, la respiración pesada y el corazón latiendo rápido —S-Shoto, eres un maldito...ahm...¡n-no te tragues eso!
Katsuki vio a su novio con los finos labios manchados de un líquido blanquecino, observó como su garganta tragaba el semen sin dificultad y su cerebro se desconectó por un segundo. Ya ni podía gritarle. No se le ocurría nada para decirle. Agarro las sábanas de la cama y se cubrió, se hizo una pelotita llena de vergüenza y enojo, el corazón se le estaba por salir del pecho.
Shoto sonrió divertido por el comportamiento de su novio, hubo varias ocasiones en las que el cenizo no sabía cómo reaccionar ante la intimidad de sus acciones y lo encontraba terriblemente lindo. Le dejo un beso en la zona donde estaba su cabeza cubierta por la sábana, después se puso de pie e ignorando su erección, le menciono que iría a darse una ducha.
Fue una muy buena mañana.
— ¿Uraraka-san?
La castaña giro tranquilamente la cabeza ante la llamada de una persona, ya había escuchado que estaba por llegar por el ruido de las pisadas y el sonido del ascensor abriéndose, pero no fue hasta que lo vió que se sintió sorprendida de encontrarse con los ojos esmeralda de Izuku. Esperaba que fuera Tenya o Momo, que eran de los más madrugadores de su grupo. Además, el de pecas necesitaba dormir más, las ojeras que tenía en el rostro no habían disminuido ni un poquito después de una noche de sueño en una buena cama y eso era preocupante.
—Buenos días, Deku-kun —lo saludo primero, después rodeo la cocina para llegar hasta donde estaba él y le puso las manos en las mejillas —Te has levantado muy temprano. Deberías ir a descansar un poco más.
—Me he acostumbrado a dormir poco —contestó con honestidad el de pecas, colocando sus manos sobre las delicadas y pequeñas de la femenina — ¿Qué hay de Uraraka-san?
—He estado haciendo muchos viajes para los rescates, así que mi sueño esta bastante desordenado y me cuesta ajustarme a un horario. Si paso el viaje durmiendo en el tren, después cuando llegó aquí ya no puedo dormir bien —explicó la de ojos chocolate con algo de vergüenza —Iida-kun me ha intentado persuadir de pasar tanto tiempo como pueda en la cama, pero una vez que estoy realmente despierta me es imposible quedarme en el dormitorio y bajo a desayunar.
El pecas hizo una expresión triste, pasando una mano por el cabello castaño y poniéndolo detrás de su oreja.
—Has trabajado muy duro, Uraraka-san —murmuro.
—Tú no eres quien para reprocharme eso —se rió la femenina, pellizco la nariz del pecoso y se dió la vuelta, volviendo a la cocina —Ya que estás aquí, ¿qué te gustaría desayunar, Deku-kun? He preparado varias cosas, para que después los demás puedan venir y desayunar tranquilos. Oh, he aprendido mucho de Bakugou-kun y Kaminari-kun para la cocina. En especial, aprendí como hacer waffles, ¿quieres unos? Les pondré miel y...¿q-qué tanto me miras?
Ochako se sintió nerviosa bajo los ojos esmeralda que la seguían, el de pecas se había quedado de pie a una escasa distancia de ella, lucía como siempre lo había hecho pero quizás debido a las dificultades que enfrentó lo notaba un poco más maduro e incluso se percató que estaba más alto. Cuando él se acercó hasta ella, cortando la distancia y la hizo retroceder, haciendo que chocará contra la encimera, tenía un brillo en los ojos y una suave sonrisa en los labios que la hizo sonrojarse. Todo lo que hizo, fue abrazarla y apoyarse en su hombro.
Se sentía muy diferente del chico que le gustaba, el tímido y nervioso, que no la habría tocado aún después de confesarse. Este chico la abrazaba porque quería sentirla cerca, porque quería estar cerca de ella.
La ponía nerviosa, pero también le gustaba mucho.
—Uraraka-san, en verdad te quiero muchísimo —murmuro contra el oído de la castaña, haciendo que se sonrojara todavía más y el corazón se le acelerará —Gracias. Te ayudaré a hacer el desayuno. Ha pasado tiempo desde la última vez que use la cocina de aquí.
Al decir la última frase, la de quirk de gravedad percibió cierto tono triste y melancólico en su voz, llevo sus manos hasta la espalda del más alto y le dió unos palmaditas para darle consuelo, a la vez, que lo mantenía cerca suyo.
—Te diré dónde están las cosas —comentó, alzando la cabeza para ver al chico de sus sueños que estaba con la cabeza algo inclinada y con el cabello verde cubriendo parte de su rostro, se veía muy bien, pero todavía conservaba un poco de la soledad que vio la otra noche —Deku-kun, cierra los ojos un segundo.
El de pecas acepto sin pensarlo, cerro los ojos y sintió como la femenina se quedaba quieta entre sus brazos, para que después pudiera sentir el roce de sus suaves labios contra los suyos. No esperaba eso, así que se inquieto un poquito pero aún así, respondió el beso y sin pensarlo mucho, llevó las manos hacia la pequeña cintura de la castaña, para levantarla y ponerla encima de la encimera de la cocina. Sus lenguas se encontraron nuevamente, de manera inexperta y tímida, pero con mucha más ansiedad que la noche anterior por alguna razón. La de quirk de gravedad llevo sus manos hacia los rizos verdes del contrario y jugó con ellos, sintiendo los suaves que eran entre sus dedos.
Estuvieron muy inmersos en sus besos pero seguían teniendo ambos los sentidos muy alerta, así que apenas escucharon un ligero jadeo de sorpresa y una risa, se separaron y giraron las cabezas, solamente para encontrarse con que Momo y Tenya estaban parados delante de ellos, con expresiones incómodas pero algo felices.
—Me alegra ver que finalmente tienen las cosas claras entre ambos, Uraraka-kun, Midoriya-kun —dijo el delgado de la clase A con una sonrisa y acomodando sus lentes —Pero, espero que tengan en cuenta que las cocinas no son el lugar adecuado para llevar acabo sus actividades de pareja.
—Mis felicitaciones a ambos —sonrió la azabache, llevando sus manos juntos hasta su regazo y agregando de manera honesta —Siempre pensé que hacían una pareja encantadora. Muchas felicidades.
Uraraka estaba tan avergonzada que empezó a flotar en la cocina y Midoriya se puso tan rojo, que parecía que en cualquier momento le saldría humo de las orejas. Cuando los dos finalmente se calmaron, fueron ayudados por los recién llegados a terminar de hacer el desayuno. Se sentaron en la mesa y vieron después de unos treinta minutos a Todoroki, que la distancia, les saludo con la mano en lo que se dirigía al baño. Después, bajaron a la vez Kirishima y Kaminari, los dos parecían estar de un humor especialmente bueno aquella mañana, aunque el rubio tenía en las palmas de las manos ciertas cortadas y el pelirrojo parecía haber sido arañado en el cuello. El segundo se fue a bañar también en lo que el primero le preparaba el desayuno. Pasados unos veinte minutos más, Bakugou también bajo por el elevador, al verse con el bicolor en la mesa, refunfuño algo por lo bajo acerca de "arreglar cuentas más tarde" y se dirigió a la cocina a servirse un café.
Los demás estudiantes de la clase A empezaron a bajar de a poco, todos felices de compartir el primer desayuno animado en meses, el de pecas compartió anécdotas de sus días en soledad como héroe y los demás le contaron sobre sus pericias en el mundo de los héroes. Como Yagi había mantenido bien informado al de ojos esmeralda, sabía varias cosas sobre sus compañeros de clase, pero aún así disfrutaba más escucharlo de ellos mismos y verlos tan alegres mientras se lo contaban. Tambien, como un héroe solitario, tenía información que sus compañeros no y ni dudo en compartirla con ellos.
Para empezar, hablo con el de quirk eléctrico sobre las pequeñas comunidades que no quisieron escucharlo acerca de ir a los refugios. En su mayoría, se trataban de ex-villanos o reclutas que habían dejado el mandato de All For One al ver el caos en que convirtió Tokio. Como él era un héroe —pese a que su apariencia era un poco aterradora— los líderes de esas comunidades estuvieron muy poco dispuestos a hacer lo que les pedía. Le preocupaban mucho estás personas y creía que el rubio podría lograr ser una mejor conexión con ellos. Así que les dió las direcciones que tenía de ellos y le contó todo lo pudo. El rubio se comprometió a hacerlo algo al respecto, ya que sabía de antemano que podría lograr algún cambio.
Por otra parte, hablo con Koda sobre las personas que estaban en la ciudad rescatando animales. Como la veterinaria que el chico ya había conocido cuando lo buscaban a él. El de pecas le contó que había otros pequeños organismos y personas individuales con el mismo propósito. Buscar, rescatar y auxiliar a la mayor cantidad de animales posibles. A la mayoría no le gustaba la idea de abandonar a los animales para irse a los refugios, así que el de pecas no podía persuadirlos, pero quizás su compañero de clases tuviera una mejor suerte, al poder empatizar más con los corazones nobles de estás personas.
Además de eso, el de ojos esmeralda les contó a sus compañeros acerca de quienes estaban más en el blanco de Shigaraki por sus poderes y habilidades. Empezando por Bakugou, Todoroki, Iida, Yaoyorazou y Tokoyami. All For One no creía tener rivales pero no le agradaban las "hormigas" que asomaban subirse por sus pies. Le había dado la orden a sus subordinados de hallarlos y eliminarlos.
—Con razón sus ataques buscan cada vez más separar a Kirishima-san de Bakugou-san —intervino pensativa la de quirk de creación —Buscan asesinarlo.
La palabra "asesinarlo" sonaba muy despiadada, para tratarse de un chico de apenas diecisiete años, pero todos sabían que el de quirk explosivo era bastante poderoso y a la vez, inteligente, que fuera uno de los primeros que querían eliminar no era ninguna sorpresa. Sin embargo, les lleno a todos de un sentimiento de angustia en sus corazones.
El cenizo, al notar a todos tan deprimidos y que incluso su pareja se estaba poniendo ansioso, hizo que su taza golpeara la mesa para que le prestarán atención y por debajo, tomó la mano fría de su novio, en lo que miraba hacia sus amigos.
—Eso no va a pasar, maldita sea. Ya dijeron que no me iban a perder, ¿cierto? —dijo viendo hacia donde estaban la de cabello rosado y el azabache —Estaré bien, porque confío en que me cuiden la espalda, no se pongan a llorar estúpidos.
Sero y Ashido sonrieron, recordando ese día de entrenamiento en su segundo año, cuando llegaron justo a tiempo para rescatar al cenizo de caer en una grieta en la tierra.
—En especial, tengo mí confianza en que Red Riot no se vendrá a pedazos cuidándome —bufo, viendo como el pelirrojo se reía y asentía con vigor —O que cierta rata eléctrica no va a dudar en ayudarme también. All For One no me va a tocar, ustedes le darán una paliza o yo lo acabaré de una explosión antes de eso. Fin de la discusión.
El ambiente volvió a ponerse animado tras esas declaraciones tan seguras por parte del chico más fuerte de la clase A. El de quirk explosivo aprovecho la conmoción para ver hacia su novio, sus ojos azul y gris se veían menos angustiados que antes, pero seguía conservando el entrecejo algo fruncido por la preocupación. Le dió un apretón en la mano para que le prestará atención y susurro únicamente para él.
—Siempre volveré a tu lado, mitad-mitad. No lo dudes nunca.
Katsuki vio las comisuras de Shoto elevándose en una sonrisa adorable y sincera, en lo que el apretón en sus manos se volvía más fuerte y ellos se hundían en su burbuja personal, ignorando las conversaciones que seguían en la mesa.
Era una lástima que el agradable día no fuera a pasar de ese desayuno.
—Hime...—intentó persuadirla una vez más pero fue en vano cuando se encontró con aquellos ojos amarillos determinados y severos —Bien. Está bien. Lo comprendo.
Himiko sonrió agradecida, sabiendo que acababa de apuñalar el corazón de Takeo de una manera cruel, todavía se atrevió a tomarlo de la mano y hacerlo que se sentará a su lado. Tenía los bordes de los ojos hinchados por el llanto previo, la voz ronca por la discusión que mantuvieron y su piel estaba fría, muy fría, debido a que aquella habitación estaba muy escondida dentro de Yuei. Fue una suerte que le dijeran de ese lugar, de otra forma, hubiera tenido que llevar a cabo esa conversación con el azabache en otro lado y todo habría sido una locura.
Él era la primera persona a la que tenía que convencer de esto. Después, a Touya y Keigo. Luego, a Ochako e Izuku. Muy posiblemente, ellos podrían una gran resistencia, pero a ella eso le importaba poco. Honestamente, los quería muchísimo, pero el único dolor que le importaba era el que podía causarle al azabache delante suyo. Si él no fuera realmente capaz de soportarlo, no haría esto. Pero como él acepto, la decisión ya estaba tomada. Lo haría y punto.
—Gracias Takeo-kun —besó la frente del policía, sintiendo como la mano que sostenía se apretaba en torno la suya y un poco de color llegaba a las mejillas pálidas del contrario —Y lo siento. No lo haría realmente si hubiera otra alternativa. Pero con Tomura-kun siendo una marioneta y All For One buscando atacar en cualquier momento, no veo otra salida. Estoy cansada de esto. Quiero que se termine.
—Yo también quiero eso —compartió el de ojos onix —Pero odio que vayas a ofrecerte de voluntaria para terminarlo.
—Para hacer que el gato salga de su escondite, el ratón debe mostrarse —sonrió la rubia —Es mejor planear la batalla que esperarla en toda esta angustia. Además, hay una gran posibilidad de ganar con Endvaour e Izuku-kun.
—Habría más posibilidades si los héroes del resto del mundo no fueron tan cobardes —murmuró molesto el policía, apoyándose en el hombro de la rubia y agregando —Aunque después de la muerte de la heroína número uno de Estados Unidos tampoco puedo culparlos mucho por estar asustados del poder de All For One. Fue terrible.
—Era una oponente realmente fuerte —comentó vagamente la rubia haciendo caricias en el cabello negro a su alcance —Por eso, es mejor si la batalla final pasa de una vez, ¿no? Todavía si es solo un poco, ella debilitó a All For One. Es una buena oportunidad para jugar con él y hacerlo salir de su escondite. Touya-kun finalmente dió con su ubicación. Es una oportunidad bastante buena.
—Que aterradoramente coincide con el hecho de que Izuku Midoriya este devuelta en Yuei -se estremeció un poco el policía - ¿Y si la idea de All For One es hacernos creer que está en ese lugar para hacer que salga Midoriya y después atacarnos? Yuei es un lugar bastante seguro pero no indestructible. El deterioro de Tomura nos pondría en un aprieto.
—All For One no dejaría que Izuku-kun se le escapara. Definitivamente, está en el lugar que Touya-kun descubrió y su idea es esperar ahí a que Izuku-kun vaya a buscarlo —respondió confiada la rubia —Cuando vea a Izuku-kun, soltará a Tomura-kun para que vaya a eliminar Yuei y acabe con la amenaza que es la clase A en el nuevo mundo que quiere imponer.
—Para que eso no pase, es más seguro que tú estés con All For One y que Midoriya se encargue de Tomura, lo comprendo. Me sigue sin gustar, pero puedo comprenderlo Hime —repitió un poco agotado el de ojos ónix —Es un plan arriesgado. A Phoenix y a Hawks no les va a gustar.
—Pero lo van a aceptar, ¡mí quirk es perfecto para esto! —expresó firme la rubia, viendo que el azabache arrugaba el entrecejo en protesta pero se mantenía callado, dejándola continuar —Puedo hacerme pasar por Izuku-kun e imitar su quirk. No podré usar todo su poder pero seré una carnada muy atractiva que All For One no dejará pasar.
—Te matará —se puso necio el de ojos ónix, abrazando a la más baja y apoyándose en su hombro —No lo va a dudar. Te matará apenas te vea.
—...Keigo-kun y Touya-kun no me van a permitir estar sola, ¿lo sabes, no? Incluso es posible que manden a parte de la clase A conmigo, para hacerlo todo más realista y para protegerme —le aseguro la rubia —No digo que vaya a ser fácil o que regrese intacta. Únicamente, te puedo prometer que volveré con vida, Takeo-kun.
Saito podía sentir su corazón agitado, dolido y angustiado pero, ¿qué podía hacer para ir contra la voluntad de Toga? La conocía bien, una vez se decidía a hacer algo no había manera de convencerla de lo contrario. Quizás, si lloraba más, si le decía que iba a morir si a ella le pasaba algo, era posible que no lo hiciera. Pero no podía hacer eso ya que, al final, lo que menos quería era ir en contra de sus deseos.
Fue él quien quería verla siendo libre. Aceptar esto no era nada entonces.
Toshinori miro nervioso la puerta del dormitorio, como si se trataba de una bestia de dientes afilados y ojos negros que le morderia la mano cuando quisiera tocarla. Inko le había dicho que fuera a hablar con Izuku después de su discusión —ella seguía enojada y no hablaron mucho de su relación, pero a la vez se veía tan cansada y miserable, que pasaron parte de la noche abrazados en uno de los cuartos dados a los refugiados— que le dijera lo mucho que lo sentía por todo y lo arrepentido que estaba por no haber sido un buen maestro. Antes de llegar hasta el edificio de la clase A, se topo con Shota y Hizashi, ambos le pidieron que avisará a la clase que debían ir al salón de reuniones para discutir algo con Touya y Keigo.
Posiblemente, fue para que tuviera una razón más para tocar esa puerta y pasar adentro.
Como héroe, había pasado por batallas aterradores desde sus jóvenes quince años. Como un hombre adulto, pararse derecho ante la sociedad y no tener miedo a nada fue una de las tareas más difíciles a seguir siendo que no tenía un quirk. Pero como un maestro fracasado, no tenía idea de qué manera podría tragarse el miedo que sentía y enfrentarse a su pupilo, qué palabras podría decirle o si tenía derecho de estar en su presencia.
Era irónico que el niño que lloraba de rodillas en el suelo un día de primavera le causará más miedo que cientos de villanos. Casi cómico, que su corazón doliera tanto ante el recuerdo de la inocencia que no pudo proteger y arrojó con sus propias manos a un pozo sin fondo lleno de oscuridad.
El rubio respiro hondo, sintiéndose muy viejo y agotado, sus delgados nudillos tocaron la puerta al final con fuerza y una de las chicas de la clase A, Jiro Kyoka, le abrió. Ella le dió una mirada pensativa y un poco dolida, como si quisiera decirle algo, como si supiera que estuvo parado detrás de la puerta más de veinte minutos. Pero todo lo que hizo fue hacerse a un lado y dejarlo pasar.
El mayor no se atrevió a dejar el recibidor y acercarse hacia los estudiantes sentados en la mesa principal, sonriendo los unos a los otros y compartiendo un buen desayuno. Su cuello se inclino hacia abajo, sin saber que hacer y sus piernas se sintieron hechas de cemento. Las risas y las charlas se fueron apagando y a sus oídos solo llegó el sonido de unas pisadas, suaves y ligeras.
—All Might...
Una voz que siempre llamo su nombre con admiración. Con alegría y entusiasmo juvenil. Con afecto y gratitud mezclados. Ahora, esa voz, sonaba como el último día que le escucho, dolida y angustiada. Estaba por levantar la cabeza y decir algo cuando sintió a una persona abrazándolo, el cabello verde delante de sus ojos celestes y una ligera humedad en su traje se hicieron presentes.
No había visto a su pupilo llorar desde que dejó el hospital. Los gritos de ese día en el callejón, el dolor, la impotencia, la desesperación, aún si quería derramar lágrimas no lo hizo. No lloro delante suyo.
El corazón se le quebró en una mezcla de dolor y alivio al sentir las lágrimas de ese niño en su pecho.
—All Might...—volvió a repetir el de pecas —L-Lo siento. Lo siento por todo. No debí gritarte ese día, t-tampoco quería tirar la comida que me trajiste, yo...
—Izuku, fui yo el que estuvo mal —lo interrumpió, usando su nombre y devolviéndole el abrazo —No debí dejarte salir al mundo de los héroes solo. Yo soy quien te debe una disculpa. Te falle. Te lastime. Lo siento mucho. En verdad, en verdad, lo siento mucho.
Hace mucho tiempo atrás, su maestra, Nana Shimura le dijo que no había nada de malo en llorar cuando estaba triste. Las lágrimas no demostraban debilidad. Podía llorar cuando lo deseara pero, todavía con esa protección, él eligió hacerlo solo en ciertas ocasiones. Cuando hubo personas a las cuales no pudo salvar y con la muerte de Sir Nigtheye. Además de esas ocasiones, no lloraba. El Símbolo de la Paz debía siempre sonreír y dar seguridad a la sociedad. Nunca lloraría delante de nadie.
Pero lloró toda la noche anterior junto con la mujer que amaba, la primera mujer a la que se permitió amar. Y ahora, con ese niño entre sus brazos, el nudo en su garganta no pudo contener su llanto y lo dejo fluir. Lloro, mientras lo abrazaba y dejo que las lágrimas cayeran en su cabello verde. Lloro más que el pecoso que, cuando se calmo, le tomo del rostro y le limpio las lágrimas con una sonrisa tenue y gentil.
Sus ojos esmeralda estaban un poco opacos, pero seguía siendo el niño inocente de ese día de primavera.
Gracias a todos los demás, no lo destruyó por completo. Se pudo salvar. Menos mal. Menos mal.
—No creo que All Might me halla fallado, pero si quieres que te perdone, estás perdonado —dijo sin preocupaciones el de pecas —Para mí, All Might es el mejor maestro de todos. Gracias por quedarte a mi lado en mi peor momento.
El rubio se trago las lágrimas, no creía merecer ese agradecimiento pero si abría la boca volvería a llorar y eso ya sería penoso para un hombre adulto. Yaoyorazou se le acercó para entregarle con amabilidad un pañuelo para que se secara la cara y Ojiro le brindo un vaso de agua.
—Tanto pupilo como maestro, los dos son un par de llorones —se burlo el de quirk explosivo, que estaba dándole también el pecoso un vaso con agua y la castaña a su lado le daba la mano con una sonrisa —E idiotas. Realmente idiotas.
—Kacchan, eso es muy duro —hizo un puchero el pecoso.
—El joven Bakugou habla con bastante razón —sonrió el rubio y recordando lo que le pidieron los profesores, soltó un suspiro y miro hacia los jóvenes —Los profesores EreserHead y Present Mic les piden que vayan a la sala de reuniones que usan Phoenix y Hawks. Es necesario que vaya toda la clase. Parte del grupo de la clase B y C también podría estar presente.
—Ay, ni un desayuno tranquilo podemos tener —suspiro el de quirk eléctrico poniéndose de pie y estirando su cuerpo — ¡Pero que se le va a hacer! Por algo somos héroes.
—Gracias por el aviso, All Might-san —agradeció el de lentes —Clase, preparen sus cosas y vámonos.
— ¡Oigan, ayudarme a lavar antes de irnos! —exclamo la de quirk ácido — ¡Que no quiero volver y encontrar los platos sucios otra vez!
La clase A se dispersó para organizarse. Todoroki iba a quedarse a ayudar a limpiar, así que pudo ver a Bakugou yendo hasta el elevador junto con Kirishima y Kaminari, con una sola afirmación de su cabeza, supo que su novio se encargaría de bajar su uniforme de héroe y las otras cosas que podría necesitar. A la distancia le sonrió y por alguna razón, sintió que todo finalmente se estaba por terminar.
Sin embargo, jamás espero que el final sería tan duro.
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