Capitulo 79

Si estás cansado...

Si ellos están aquí...

¿Por qué no rendirte y aceptarlo?

La voz de su conciencia sonaba dolida, como si hubiera estado llorando por mucho tiempo, ignorada y olvidada. Izuku quería negarse pero sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia que caían del cielo nublado y la mano de Tenya apretando la suya se sentía muy reconfortante.

Realmente, realmente, realmente quería descansar.

Sus quirks se desactivaron al notar el declive en su energía pero el de lentes lo abrazo y cuando empezaron a caer, tuvo la sensación que estaba bien si no hacia nada, que todo había sido planeado para que no saliera herido. Y así fue, Eijirou los atrapó en tierra, los dejo en el suelo y el de pecas pudo tocar tierra sólida nuevamente, sin sentir que sus pies querían salir corriendo.

Sus compañeros de clase volvieron a rodearlo. Con expresiones amables y solemnes.

Él agachó la cabeza y sus lágrimas siguieron cayendo miserablemente por su rostro.

—Y-Yo...s-siento mucho las cosas que dije, no eran v-verdad. Todos u-ustedes...son incluso más fuertes que yo —sollozó con dolor —P-Pero si...si v-voy a Yuei...todos estarán en peligro y-y....

Katsuki dió un paso al frente, viendo la ropa horriblemente desgastada de su amigo de la infancia, la expresión de culpa y alivio en su rostro por haber encontrado un refugio y cumpliendo con sus palabras, le golpeó la cabeza con la palma de su mano derecha abierta.

Izuku hizo una expresión boba, una expresión que le quedaba mejor que a la miserable y dolida que estaba haciendo antes.

—Nosotros también somos héroes, Deku, nos podemos cuidar por nuestra cuenta —le aseguró —El director se hará cargo de los demás. Tú solo tienes que traer tu maldito trasero devuelta a la academia, comer una buena comida, darte un largo y jodido baño que necesitas con urgencia, y dormir.

—Tambien debes hablar con Inko-san —agrego Shoto —Que ella estaba muy preocupada por ti.

—Sí, eso también debes hacerlo —concordó el de quirk explosivo y puso una mano sobre los rizos verdes del contrario —No debes preocuparte por nada más, Izuku. Solo debes decir "sí" y volver con nosotros.

El de pecas se quedó callado un momento, cuando la mano del cenizo abandonó su cabeza y tuvo que levantarla para ver sus compañeros de clase, nuevos sentimientos de culpa le invadieron e hicieron que diera nuevamente un paso atrás.

—...Mentí sobre mi quirk, yo...no tenía ninguno. Nací sin uno —murmuró por lo bajo pero todos sus compañeros lograron escucharlo —All Might me dió su quirk. Por eso, esta batalla es solamente entre All For One y yo...no debería meterlos también en esto.

— ¿Qué importancia tiene eso, Midoriya-chan? Sin quirk o con quirk, Midoriya-chan es Midoriya-chan. Ya nos pediste perdón por eso en las cartas que dejaste antes de irte —dijo Tsuyu con soltura y honestidad —Seguimos siendo amigos. Queremos estar a tu lado, no solamente compartiendo la alegría, si no también la tristeza y las cargas que tengas.

—Deseamos ser tu apoyo, porque tú siempre ves algo bueno en nosotros, Midoriya —aporto Ojiro con una sonrisa —Siempre estás ahí cuando alguien necesita ayuda.

—No creo que lo genial en ti sea solamente tu quirk —murmuró Mineta algo avergonzado —Lo genial en ti es que, desde la primera vez, pese a que estás temblando de miedo, no dudas en avanzar. Eso es lo que te hace genial.

— ¡Eres muy varonil, Midoriya! —exclamo el pelirrojo con una sonrisa — ¡Siempre vas adelante de todos pero te giras para buscarnos y nos das una mano cuando lo necesitamos! ¡¿Cómo podríamos dejarte solo?! ¡Ni lo sueñes! ¡Eres nuestro amigo!

—Todos...son tan amables...—se tapo la boca, sintiendo el corazón conmovido y a la vez, dolido — ¿En verdad...está bien que vuelva? Yo...¿no causaré problemas? ¿nadie saldra herido por mi culpa?

—Estaremos bien, Midoriya-kun —sonrió el representante de la clase —Nos preparamos para luchar a tu lado. No estás solo en esto.

Debilmemte, muy debilmemte, el de pecas pudo sentir como el cansancio empezaba a manifestarse en su cuerpo y la necesidad de dormir incrementaba a cada segundo que pasaba pero, antes que pudiera pensar en desmayarse, una persona se adelantó, se paró delante suyo y...sonrió con lágrimas en los ojos.

—Uraraka-san...—nombró con la visión borrosa por su propias lágrimas.

Ochako siguió sonriendo, las lágrimas caían de sus ojos chocolate pero parecía estar feliz, ella extendió sus brazos y el pecoso, finalmente vencido, se dejó caer y ella lo atrapó, envolviendo su cuerpo entre sus brazos.

—Descansa, Deku-kun —murmuro la castaña, abrazándolo fuertemente y acariciando su cabello verde —Duerme.

Obedeciendo esas gentiles palabras, el de pecas cerro los ojos y se quedó dormido.

— ¿No es lindo ver lo mucho que crecieron nuestros hermanitos?

— ¿Llamas "lindo" a esta destrucción en la ciudad, Keigo?

El de alas rojas se rió y se apoyo en el barandal del edificio, en lo que la lluvia caía y mojaba su cuerpo como el de los demás niños de la clase A que se juntaban alrededor del pecoso. Vio con atención como Shoto se lo llevaba a la espalda para cargarlo y a Katsuki poniendo encima de ambos unas capas para lluvia, en lo que el resto usaban paraguas creados por Momo.

—Sí, es lindo. Y, aparte, la ciudad ya estaba destruida y el gobierno ya midió en el presupuesto del siguiente año cuánto costará volver a armarla. Izuku Incluso les hizo un favor a derribar ese edificio desde el inicio, ellos solo tendrán que sacar los escombros —respondió audaz, moviendo los pies y las alas, sintiendo la lluvia en su rostro y cuerpo —Es un alivio que no hallamos tenido que intervenir. Shoto y Katsuki se hubieran enojado mucho.

—El viejo dijo que podían hacer lo que quisieran, nosotros solo teníamos que encargamos que nadie los molestará y lo hicimos —se acercó a su pareja, abrazándolo detrás de su cuerpo y apoyando su mentón encima del cabello rizado — ¿No odiabas la lluvia, pajarito?

—Hoy la encuentro un poco agradable —sonrió el de alas rojas, dándose la vuelta y usando una de sus alas para cubrir al hombre alto y delgado que estaba junto con él, viendo sus ojos azules intimidades y aquella sonrisa perezosa que le encantaba —Me hace sentir limpio y listo para la batalla.

—Es bueno escucharlo —besó su nariz el más alto —Porque a mí solo me dan ganas de dormir una siesta y comer.

—Que esposo más vago y mañoso me tocó —suspiro falsamente deprimido el rubio, usando sus brazos para rodear los hombros anchos del otro hombre y calculando un impulso de sus alas, se subió encima suyo — ¿Qué haré cuando tengamos hijos, eh?

—Pues, podemos educarlos para que sean vagos cuando llueve y activos cuando sale el sol —propuso divertido el mayor y agrego con interés — ¿Por qué de la nada hablas de tener hijo, Kei? ¿Ya quieres adoptar?

—No, no. Quiero disfrutar el tiempo que pase contigo. Es más, cuando toda esta locura termine, pienso secuestrarte y llevarte a unas largas vacaciones a una punta desconocida del mundo. Sin villanos y sin héroes —contó de manera soñadora el de ojos dorados —Katsuki...ya no me necesita tanto y tiene a Shoto con él. Mamá y papá están bien sin que yo esté aquí. Me siento como si hubiera cumplido grandes cosas con solo veintidós años pero me faltó ser feliz contigo. Es decir, fui feliz, claro que sí pero es solo que...

—Te faltó egoísmo y que te amara como correspondía —concluyó el de ojos claros — ¿Es eso lo que querías decir?

Keigo sintió como su rostro se ponía algo rojo, caliente y tímido, en lo que el agua fría bajaba por su piel. No ayudaba a su corazón inquieto que Touya le estuviera viendo fijamente, sonriendo encantado con su reacción, se sentía injusto, así que aplicó fuerza en su agarre e hizo que tuviera que inclinar su cabeza, para que sus bocas se tocaran. Su lengua, molesta y juguetona, se metió en la de su esposo que la recibió encantado. Pudo sentir como las manos grandes bajaban de su espalda hacia su trasero y la lluvia que seguía cayendo, no alcanzo para apagar la sensación de calor que sentía del cuerpo de su amado. Cuando se separaron, jadeando por aire, noto en esos ojos azules el brillo desesperado del deseo y eso le provocó una sonrisa.

Una sonrisa peligrosa. Porque era la que le gustaba a al albino de ojos claros, la sonrisa que le encantaba ver destrozada en una expresión de placer y gozo.

—Me faltó tener mucho, mucho, mucho sexo contigo. Eso es lo que quería decirte —bromeó el rubio —Deseo recuperar el tiempo perdido —se bajo del más alto, puso un pie en el barandal y extendió sus alas —Pero primero debemos asegurarnos que todo lo de Shigaraki se termine de una vez, ¿no, Touya?

Touya ni tuvo tiempo de responder que podían dejar eso por unas horas y simplemente hacer el amor, Keigo ya había saltado del barandal y volaba con sus hermosas alas rojas hacia donde estaban los menores. Se acercó al barandal del edificio para ver como su esposo ignoraba que lo dejo frustrado sexualmente en la cima del edificio y se dedicaba a reírse junto con los estudiantes. Sin que pudiera evitarlo, una sonrisa se filtró en sus labios y suspiro rendido.

—En verdad, se parece más al pequeño demonio de lo que creí —dijo en voz alta para sí mismo —Me dejo con las ganas de hacerle el amor. Eso fue cruel. Ya verá lo que le espera durante la noche.

El albino se quedó unos segundos más de pie en el barandal, mirando hacia abajo, observando la sonrisa del rubio, aquella que lo traía enamorado desde hacia tantos años y pensó, que por algún motivo, hoy parecía mucho más radiante que en otras ocasiones.

¿O quizás solo era porque se había enamorado de él un poco más este día?

Todoroki miro mal a Bakugou, el cuál ignoro eso con maestría en lo que sacaba una foto con su celular de tal evento y la guardaba para siempre en su memoria digital y cerebral. Después de eso, le dió una sonrisa animada a su pareja, una palmada en el brazo y se rió en voz baja.

—Quién diría que llegaría el día en que te llevarías tan bien con Deku —se burlo —Con razón está lloviendo.

—No es como si pudiera dejar que Uraraka lo cargará todo el camino, ¿o si? —murmuró molesto el de quirk dual.

—Iida se ofreció a hacerlo —le recordó divertido el de ojos rojos y vio como su novio fruncia el ceño — ¿Tu excusa?

—...Derecho de antigüedad —protestó el más alto —Él es mi amigo de la infancia. Yo lo llevaré hasta la puerta de Yuei.

—La excusa más linda que he escuchado, mitad-mitad.

El bicolor rodó los ojos, choco su hombro suavemente con el más bajo que caminaba a su lado y siguió de largo, escuchando su risa burlona y la respiración suave de Midoriya reaccionando ante el movimiento. Maldijo en sus pensamientos cuando el pecoso empezó a moverse y despertarse. Debió suponer que tenía el sueño ligero pero nunca pensó que sería al nivel que al menor descuido se terminaría despertando. Por suerte, estaban casi en la entrada de Yuei, cuando el pecoso levanto la cabeza y miro a los costados, intentando ubicarse en tiempo y espacio.

— ¿Dormiste bien, Midoriya? —le preguntó, girando su cuello y notando las ojeras en el rostro demacrado del pecoso —Puedes descansar hasta que entremos.

—Yo...no hace falta —murmuró el de ojos esmeralda, comprendiendo que decir que "estoy bien" ya no era una frase que los demás fueran a permitirle decir con facilidad —Todoroki-kun, ¿por qué me estás cargando?

— ¿Acaso olvidaste que te quedaste dormido en los brazos de la cara redonda, Deku? —hostigó el de quirk explosivo, notando como el rostro del más bajo se ponía rojo y negaban con la cabeza —Estás muy jodidamente débil, por eso Shoto te esta cargando. No te quejes ahora y quédate ahí.

—Pero puedo caminar, Kacchan —hizo un puchero el de ojos esmeralda —Para Todoroki-kun también debe ser incómodo.

—En realidad, estás bastante delgado. Estoy seguro que incluso Mineta pesa más que tú —comentó el de quirk dual — ¿Con qué te estuviste alimentando los últimos meses, Midoriya?

—Pues...—titubeo el de pecas recibiendo las miradas serias de sus amigos de la infancia y de sus demás compañeros que estaban cerca escuchando su conversación —E-Ehm, All Might me traía comida...la racionaba y repartía algunas partes con otros. Por eso, quizás baje un poco de peso.

La pareja ni se molestó en regañar al de pecas, Iida que había estado escuchando les ganó el puesto y se puso hablar junto con Sato de una elaborada dieta que seguiría su amigo apenas pusiera un pie en Yuei. Asui y Hagakure comentaron también que debería dormir adecuadamente por varios días, si es que quería estar al cien por ciento de sus capacidades de verdad. Sero bromeó sobre lo poderoso que sería estando bien alimentado y descansado, en lo que Ojiro y Tokoyami respondían en acuerdo. El rostro de su amigo de la infancia estaba levemente sonrojado, una sonrisa tímida en su rostro y sus ojos esmeralda recobraron algo de ese brillo inocente que lo caracterizaba. Seguía estando herido, vulnerable e inestable, pero finalmente, lograron ver que estaba abriéndose paso hacia ellos y la luz.

Al inicio ví a este tonto como un gran héroe, una persona grandiosa y benevolente, la cual estaba bien aún si peleaba sola. No pensé ni por un segundo que llegaría a sufrir tanto. Que se sentiría tan culpable, dolido, perdido y presionando. Lo siento, Izuku, no volveré a dejarte solo. Esta pelea es de todos.

Boku no Hero Academia podía ser una serie cuyo único protagonista era Deku pero él se hizo cargo de destrozar ese libreto hacia muchísimo tiempo. Y le encantaba más su versión original y descontrolada, dónde todos ellos, tenían su pequeña parte, su momento de brillar en el escenario.

Ser espectador, protagonista, héroe o villano en ese escenario enorme y basto, dependía de ellos y de nadie más. Quizás, por eso, a Dios le gustaba tanto ver los mundos a través de sus pantallas. Amaba las voluntades de las personas.

El cenizo sonrió ligeramente hasta que llegaron a la puerta de Yuei. Keigo que se había unido a ellos en el camino, se puso adelante con una mirada calculadora y un poco preocupada. Se les acercó e Izuku convenció a Shoto de que lo bajará, quedó con el mayor cara a cara, el cabello de ambos estaba mojado por la lluvia y sus expresiones eran muy opuestas. El de pecas se sentía avergonzado por sus acciones, por haber preocupado a tantas personas y haberse ido de Yuei, no tenía el valor de ver la cara del héroe de alas rojas, aún si lo conocía desde su infancia. En cambio, el rubio estaba en conflicto sobre si abrazar o no al pequeño niño delante suyo, podía notar los imperceptibles cambios en su aura ahora que lo tenía delante, esa fuerza y espíritu solitario. Sabía que si lo abrazaba fuertemente para darle la bienvenida, solo haría que se volviera a quebrar y en estos momentos, no podía suceder eso.

No obstante, sus alas rojas cubrieron a el pecoso de la lluvia, le sonrió cálidamente cuando levanto la cabeza en busca de la razón por la cuál no se estaba mojando y puso una mano sobre su hombro, apretándolo con fuerza.

—Izuku, el director me avisó que habría manifestantes que se pondrían en contra de tu regreso —le informó, viendo como el brillo en sus ojos esmeralda se iba en picada y antes de que pudiera retroceder, agrego —Por eso, quiero que me escuches bien, ¿quien soy yo?

—...¿Kei-san? —respondió confundido el de pecas.

—Correcto, el genial y confiable Keigo Bakugou —asintió el rubio — ¿Quienes están a tu lado?

El de ojos esmeralda giro la cabeza, notando que el de quirk explosivo y el bicolor se habían puesto a sus costados, casi como dos guardianes listos para atacar a quien quisiera hacerle daño. Se sintió todavía más confundido por esto y a la vez, muy cálido por dentro.

—Kacchan y Todoroki-kun. Mis...preciados y valiosos primeros amigos —murmuro avergonzado.

—Exacto, ¿y los demás? —señalo el de alas rojas — ¿Quienes son las personas que te están rodeando?

—Mis compañeros de clases. Mis amigos importantes e irremplazables —dijo sin titubeos pero sin poder entender la lógica que el mayor quisiera que pusiera en práctica.

—Muy bien, Izuku. Aquí estamos Katsuki, el pequeño Sho, la invencible clase A y el héroe número dos del ranking. Dime, con lo mucho que todos nosotros te apreciamos y queremos, ¿crees que los manifestantes no se darán cuenta que es inútil impedir tu entrada? Sí, sé muy bien qué les preocupa, pero a mí parecer que seas un héroe superpoderoso no te quita el derecho a la comida, una cama y la contención de tus amigos o el abrazo de tu madre. Izuku, tienes apenas diecisiete años, estás personas no quieren razonar por el miedo y la incertidumbre en sus corazones, no hacen esto desde su maldad pero tú tampoco puedes complacerlos solo por eso, ¿de acuerdo? —le puso una mano en los hombros y lo apretó con gentileza —No hagas caso a sus palabras. Escucha las nuestras. Para nosotros, tú no eres solamente un héroe. Eres Izuku, ¿bien?

—...Sí —murmuró el de ojos esmeralda —Sí, comprendo, Kei-san.

Keigo sonrió satisfecho y cuando se retiró para abrir la puerta, Katsuki se puso del lado del pecoso, porque tenía el presentimiento de que aún con todas las palabras que uso su hermano mayor en él, había una gran posibilidad que el de pecas las olvidará apenas se enfrentarán a la multitud que los esperaba al otro lado de la gigantesca puerta y tuvo razón cuando lo primero que vio, fue la luz de inocencia —que tanto les costó sacar— desapareciendo de los ojos del más bajo ante los primeros gritos.

— ¡Que se largue! ¡Que se largue!

— ¡¿Por qué lo trajeron aquí?! ¡Él es a quien Shigaraki quiere! ¡Si lo mantienen aquí nos matarán a todos!

— ¡Él puede sobrevivir solo afuera! ¡¿No que era el heredero de All Might?! ¡Puede irse a las malditas calles! ¡Estará bien!

— ¡No lo dejen entrar! ¡No lo dejen entrar!

— ¡Prometieron que Yuei sería seguro para nosotros! ¡Lo prometieron! ¡Lo prometieron!

En ese momento, el de pecas quiso dar un paso atrás, olvidar todo lo que pasó con sus compañeros, hacer de cuenta de que nunca existió, porque estás personas...lo que decían tenía sentido, ¿no? Él era el blanco de Shigaraki. Era más poderoso que All Might. No debería estar en el refugio, ¿por qué merecería estarlo, eh? Podía estar bien en las calles, en los callejones, en los edificios abandonados. Estaría bien. Sí, lo estaría. No importaba. En serio, no importaba que pisará Yuei una vez.

"No importaba". Se quería repetir a sí mismo que no importaba y que se podía ir con la conciencia tranquila, sabiendo que era lo mejor para todos. Pero una mano obstinada y fuerte se apretó entorno la suya antes de que pudiera retroceder, otra mano más le tomo del hombro y le envío una sensación cálida cuando se sentía helado y vacío por dentro. Esas sensaciones le impidieron darse la vuelta e irse. Esas pequeñas acciones hicieron que viera hacia las personas que estaban a su lado.

El de quirk dual se mostraba tranquilo, estoico, la mano apoyada en el hombro delgado de manera natural y familiar. En cambio, el de ojos rojos tenía una expresión más fuerte, una que decía que si intentaba correr lejos de ellos se iba a arrepentir. Tuvo la sensación de que quería llorar y a la vez reír en lo que escuchaba los gritos de la multitud que pedían que se fuera, los gritos de protección de Keigo y Tenya asegurando que estaba bien que se quedará. Se sentía tan inútil detrás de estas dos personas pero tampoco quería enfrentar a la multitud, porque sabía que cedería a sus pedidos y se terminaría yendo, lastimando así a las personas que lo trajeron devuelta dando todo su esfuerzo.

Estaba sintiéndose tan amargado y triste, que apenas escucho el grito de Tsuyu y Mina, las exclamaciones de la multitud en asombro y el sonido agudo de una voz femenina hablando por un micrófono.

La voz hizo eco en sus oídos, llena de vigor, fuerza y pasión.

— ¡Izuku Midoriya es una persona con un poder especial, es cierto, pero queremos pedirle que lo dejen quedarse en Yuei! ¡Nosotros lo trajimos devuelta, para que pudiera descansar bien y así seguir luchando, él no quería volver! ¡Él no quería hacerlo, dejo la escuela porque puso nuestra protección antes que la suya, afrontó muchos problemas únicamente por su cuenta! ¡¿No pueden ver el estado en que eso lo ha dejado?! ¡Mírenlo bien, mírenlo! ¡Mírenlo!

Una voz exigente. Una hermosa chica de cabello castaño y ojos cafés, que usando un megáfono gritaba desde la cima del edificio de Yuei, parecía una reina regañando a su población por tratar injustamente a su caballero más valiente.

Desde la cima, Ochako hizo contacto con los ojos esmeralda que la miraban desde abajo, sus puños se apretaron más fuerte en torno el megáfono y contesto las protestas que le daban los manifestantes, todavía asustados e insatisfechos.

No lo voy a perder otra vez. No dejaré que se sacrifique otra vez. Ninguno de nosotros. Los héroes también tenemos el derecho de sonreír cuando estamos felices, de llorar cuando tenemos dolor y de descansar cuando lo necesitamos. Entiendan eso, por favor. Comprendan, ¡que nosotros también somos seres humanos!

— ¡Sé que unas pocas palabras no van a calmar sus corazones y lo lamento mucho por eso! ¡Desearía como todos que está fuera una mejor situación, que no tuviéramos que sufrir tanto, que no hubiéramos pasado por tantas perdidas y dolor! ¡Pero él necesita un lugar donde descansar y debe ser aquí, en su academia, con nosotros! ¡Se los ruego, dejen que Izuku Midoriya se quede en su academia de héroes!

—Ella sí que tiene valor —admiró el de quirk explosivo, volteando la cabeza para ver hacia el de pecas que estaba con la boca abierta y sus ojos soltaban pequeñas lágrimas, que amenazaban con volverse más abundantes en cualquier momento —Izuku...puedes caerte. Te ayudaremos a levantarte, tonto nerd.

—Oh, mira —señalo tranquilo el de quirk dual viendo a unas pequeñas figuras corriendo entre la multitud —Son Kota y Eri, Midoriya.

Lentamente, muy lentamente, el cenizo y el bicolor dejaron ir al de pecas, lo vieron caminar uno, dos, tres pasos hasta arrodillarse en el piso de Yuei y gritar con todo el dolor que cargaba en su corazón, se tomaron de las manos en lo que veían a Kota y Eri corriendo hacia él, ambos niños llorando de manera incontrolable lo abrazaron y le aseguraron que ya todo estaba bien, que estaban juntos y que no tenía que sufrir solo, que ellos también podían protegerlo. Una persona más de la multitud se acercó, una mujer mutante bastante grande, que lo levanto gentilmente del suelo y le dió las gracias por decirle que en Yuei la aceptarían, ella le dió un pañuelo, en lo que los otros dos niños se aferraban a las ropas sucias del pecoso y lo abrazaban.

El de ojos rojos levanto la cabeza, viendo a la figura de la castaña arrodillada en el suelo de la azotea, agotada y triunfante. Ella le dió una enorme sonrisa desde lo alto y él se la devolvió, en lo que apretaba la mano de su novio y se recargaba en él, sintiendo como si finalmente todo estuviera en su lugar.

—Es una pequeña parte del camino pero la línea de meta no está tan lejos —murmuró el de quirk explosivo.

—Es bueno ver los cambios de la sociedad, aún si duelen tanto al inicio  —dijo el más alto, besando la coronilla de su novio y disfrutando de ver cómo sus mejillas pálidas se ponían rojas — ¿No lo crees?

Bakugou lo pensó, vió como la multitud lenta y nerviosa, se acercaba a ellos para cubrirlos de la lluvia con sus paraguas. Yuna Kaminari apareció con una sonrisa pequeña, dulce y gentil, mientras le pasaba su sombrilla a Iida y Tokoyami. Rui, apresurada y amable, se acercó hasta Kaminari para hacer lo mismo, el rubio la alzó en brazos para vergüenza de la pequeña que ya no se sentía como una niña para recibir ese tipo de cuidados y sostuvo el paraguas con dibujos de conejos, dejando entrar bajo el mismo también a Kirishima y Jiro. Uno de los protestantes que grito durante la discusión, de manera titubeante, acercó su paraguas a Shoji y Mineta. Himiko Toga, que se había mantenido distante para observar todo, se terminó acercando con una alegre sonrisa y no dudo en entregar su paraguas rosado a Ashido y Asui, quedando ella completamente empapada bajo la lluvia y bailando para evitar que las heroínas le devolvieran su paraguas.

Todoroki tenía razón, era bueno ver estos cambios, por dolorosos que pudieran ser al inicio, eran verdaderamente necesarios en la nueva sociedad que estaban por construir.

Estaba feliz. Faltaba la batalla final, por supuesto, pero de momento se sentía feliz y nada más.

El cenizo apretó la mano del bicolor y usando a su favor que nadie les estaba prestando atención —lo cual, era una bendición ya que ambos la atraían mucho al ser uno el hijo del gran Endvaour y el otro un nuevo símbolo comparable con All Might— se puso de puntas de pie y lo beso, sintiendo como lo tomaba por sorpresa sonrió en el beso y puso los brazos sobre su cuello, sintió como el agua de lluvia que lo había mojado por completo se evaporaba debido a la subida de temperatura del quirk de fuego. Su lengua, ansiosa y emocionada invadió la boca fría del contrario, disfrutando la sensación de confusión hasta que salió a darle pelea, sus lenguas se enredaron en un baile familiar que siempre les resultaba un poco nuevo por alguna razón, sus manos se movían inquietas por sus cuerpos, pero recordándose que estaban en un lugar público, no se atreverion a ir más lejos. El más bajo soltó a su novio, viendo como un hilo de saliva quedada en sus bocas y notando la manera en que le costaba respirar, lo único que le impidió marcar cierta distancia, fue que el de quirk dual puso sus manos en su cintura con un agarre de hierro.

—Katsuki —dijo en una voz ronca, un poco ofendido porque el beso hubiera parado y buscando el saber porqué su novio tomó la iniciativa de hacer eso en primer lugar, ya que no era de hacerlo en lugares tan públicos y a ese nivel — ¿Me quieres volver loco?

—Sí, es el plan macabro de mí vida, volver loco a Shoto Todoroki —bromeó, apretando las mejillas del bicolor y su nariz, disfrutando mucho el momento en que le vio indignado —Si no puedes soportar la humillación, entonces, solamente acepta tu derrota y arrodíllate ante mí, perdedor.

El cenizo supo que algo en sus palabras estuvo mal cuando vio una sonrisa tenebrosa formándose en el hermoso rostro del más alto y tuvo la confirmación de eso cuando se acercó a su oído para susurrarle su respuesta.

—Con mucho gusto me pondré de rodillas para ti, Katsuki —acepto encantado con la idea y en un tono malicioso agrego —Cuando estemos en el dormitorio y tú sin ropa puesta. Me pondré de rodillas y...

— ¡P-Para, para! ¡Jodido pervertido! —tartamudeo el de más bajo, con toda la cara roja y el cuerpo temblando por la vergüenza y la exitacion de solamente imaginarse esa escena — ¡Idiota! ¡Muérete!

Shoto lo dejo ir, disfrutando mucho de verlo malhumorado y alterado. Se rió en voz baja y para que Katsuki se calmará, se fue junto con Momo para entrar de una vez en los dormitorios. El cenizo lo siguió después de un rato, todavía sonrojado y molesto. Pero aún así, cuando llegó de pie hasta su lado, le tomo de la mano y siguieron caminando hasta entrar en la academia.

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