Capitulo 71
—Izuku, por favor, escucha a mamá —sollozó la mayor —No lo hagas.
El de pecas sonrió debilmemte a su madre, le pasó un brazo por los hombros y la miro a los ojos, los mismos esmeralda que los de él y se sintió horrible por lastimarla de esta manera, pero no le quedaba otra salida.
Shigaraki Tomura mandó un comunicado por televisión, hackeando las cadenas de comunicación nacional con la ayudo de sus nuevos subordinados y las redes sociales, acerca de lo que quería a él, únicamente. Revelando que One For All era un quirk de "entrega" no uno con el cuál hubiera nacido y que le pertenecía a él, que lo quería devuelta. Atormentaria todo Tokio hasta encontrarlo.
Tokio ya estaba destrozado y las personas muertas de miedo, ¿cómo puede dejar que vivan con su presencia en algún refugio? Sería una tortura y un calvario para toda la población.
Aparte, ya ví lo que pasa cuando alguien más se involucra por mi bienestar. No trae nada bueno.
El pecoso borro la imagen de Katsuki de sus recuerdos, herido en el suelo con los ojos rojos abiertos viendo hacia el cielo, la de Shoto llorando mientras le hacía desesperadamente reanimación cardiaca, cuando él a unos metros estaba inútilmente sin poder hacer nada para ayudarlos.
El cenizo sufrió por su culpa, salió herido, cumplió con detener a Shigaraki que era lo que él debió haber hecho. No podía permitir que pasará una segunda vez, ¿para que entreno tanto, porqué se esforzó, para qué valían las heridas cuando ni siquiera podía proteger a uno de sus amigos más queridos y preciados? ¿a su primer amor? Su corazón estaba deshecho por la culpa y los arrepentimientos, teniendo la oportunidad de corregirlos, ¿cómo no la tomaría?
Inko se aferraba a él mientras lloraba, rota, dolida, porque sabía que en sus ojos vacíos la decisión ya estaba tomada. Él la consoló tranquilamente, en lo que levantaba la cabeza hacia la otra persona que los acompañaba en la habitación de hospital, la cual le miraba con los ojos celestes brillando de preocupación y se frotaba las manos de manera inquieta. Por un momento, se sintió peor por Toshinori que por él mismo, ya que su madre le perdonaría esto por ser su hijo, algo que no podía decir que haría por el hombre que era su pareja.
Posiblemente, una vez él se fuera, darían la relación por terminada. Pero eso sería problema de ellos, no importaba lo que él dijera, su madre culparía al su mentor por no cuidarlo adecuadamente y el rubio tomaría su responsabilidad por ello. Teniendo en cuenta eso, el de pecas no tuvo el valor de hacer su pedido, pero lo terminó haciendo de todos modos ya que era muy importante y no creía poder perdonarse así mismo si no lo hacía.
No deseaba llevarse sus arrepentimientos a la tumba.
—All Might, ¿puedo pedirte un favor? —pregunto con suavidad y el rubio, en una esquina de la habitación, asintió con la cabeza —Quiero dejar unas notas para mis compañeros de clase pero como no podré ingresar a los dormitorios, ¿las dejarías por mí?
—...Por supuesto, mí muchacho —acepto el mayor con un nudo atorado en la garganta —Lo haré.
Izuku sonrió agradecido.
— ¿Me sigues amando aunque ya no sea tan guapo?
Keigo rodó los ojos y tiro de las orejas de Touya, el cuál se quejo e hizo un puchero, sentando en la camilla, con él de pie molestando, no pudo evitar recordar los viejos tiempos. Guardo la nostalgia en su interior para concentrarse en el presente.
—Las quemaduras te dan un toque sexy, ya te dije —se burlo, mientras ponía agua en un vaso y le pasaba unas pastillas —No me importa. Y ya las tenías hacia un tiempo, ¿no te acuerdas?
—No eran tan graves —tomó el vaso y se llevó las pastillas a la boca.
—Pues, estás tampoco me lo parecen. Estoy más que feliz de tenerte en una sola pieza, ¿qué importan una quemadura o dos?
El azabache sabía que el rubio diría eso, lo cual era divertido considerando que tenía más que una quemadura o dos en su cuerpo, sus brazos básicamente no tenían remedio, quedaron igualitos a cuando los disfrazaba para hacerse pasar por Dabi. Al igual que la parte superficial de su mandíbula y debajo de sus ojos azules. Los médicos hicieron todo lo posible por su epidermis pero se enfocaron en lo más importante como sus vasos sanguíneos y el daño interno cuando lo trajeron al hospital. Además de las heridas provocadas por el doctor Maruta en su laboratorio y las sustancias que le inyectó que, irónicamente, fueron la razón por la cuál se mantuvo firme por tanto tiempo usando su quirk a máxima potencia.
Lo que hizo el doctor al querer convertirlo en Nomu fue alterar su ADN, fortaleció su cuerpo a través de la máquina dónde estuvo y con las sustancias lo moldeo a la forma en la que lo quería. Su quirk ya era poderoso, así que al doctor solamente le interesaba que pudiera usarlo por bastante tiempo sin morirse, en lo que arrasaba Tokio hasta que quedarán solamente sus cenizas al final. Si no fuera por Katsuki y su esposo habría tenido éxito.
—No pienso dejarte por nada, me tendrás que soportar por mucho tiempo, Touya —sonrió el rubio, acariciando la frente de su esposo y dándole un beso en la misma, aunque el más alto no se quedó conforme de eso y lo tiró de su cuello para que sus labios se encontrarán, de una manera muy intensa y placentera —Ahum, no, Touya. E-Espera. Te dije que en el hospital no.
— ¿Por qué no? —murmuro mordiendo el labio de su esposo, para después esconderse en su cuello y besarlo ahí mismo, sabiendo de lo mucho que le gustaba por como se le erizaba la piel —Hay que celebrar que sobrevivimos a esa maldita bestia de Gigantomachi y a todo lo demás.
— ¡P-Pero no aquí...hum! ¡N-No me muerdas!
El de alas rojas sintió unas manos muy fuertes atrapando su cintura y posteriormente, levantando su ligero cuerpo sobre el regazo del hombre en la camilla, un hombre entusiasmado que le siguió devorando la boca ferozmente y metiendo una de sus ágiles manos debajo de su pantalón, buscando apretar su trasero. La intensidad y la pasión le nublaron el juicio por un segundos, incluso pensó que importaba una mierda que estuvieran en un hospital, pero unos golpes en la puerta le devolvieron la cordura y se escapó de su insatisfecho esposo para acomodarse la ropa y gritarle a a quien sea que halla tocado la puerta —que tuvo la inteligencia de no abrirla— que pasará.
Rei y Natsuo Todoroki entraron con semblantes serios que, al ver las condiciones del rubio con las mejillas rojas y la respiración agitada, que pese a sus intenciones de acomodar su ropa seguía luciendo desordenado y aturdido, cambiaron a unos divertidos y llenos de sospechas acerca de lo que sucedió entre los esposos sentó de la habitación de hospital.
Hawks quería salir volando por la ventana. Muy diferente a Touya que miro a sus familiares con cara de "me acaban de interrumpir un muy buen momento, gracias" sin ninguna vergüenza.
— ¿El doctor no te dijo nada sobre actividades intensas, Touya? —se burlo el albino viendo hacia su hermano mayor molesto en la camilla —Creo que todavía no estás en óptimas condiciones para hacer "eso" con Keigo.
—Dile sexo, que todos somos adultos, Natsuo —bufó el azabache, disfrutando de la manera en que las mejillas de su virgen hermano menor se ponían rojas —Aunque lo que yo le hago a Keigo se llama "hacer el amor".
El rubio se puso rojo cuál tomate y todo empeoró cuando la sutil risa de la albina se filtró en la habitación, antes de que los hermanos siguieran hablando, tomó el rumbo de la conversación para no pasar más por este bochorno.
— ¿Q-Qué los trae aquí, Rei-san, Natsu? —tartamudeo debido a los nervios — ¿Paso algo? Pensé que los dos estaban en la Fundación.
La atmósfera de la habitación cambio ligeramente, las expresiones de la mayor y el albino se endurecieron y enfriaron. Los dos eran buenos lidiando con las personas, Rei desde su autoridad e inteligencia, Natsuo con su carisma y persuasión. Pero está situación era una que ninguno podía manejar sin orientación y debido a que estaba entrelazada a ambos héroes que estaban delante suyo, debían preguntarles todo lo que pudieran para estar preparados.
Cuánto antes lo estuvieran, mejor.
—Lamb nos comunicó que uso las "vías políticas necesarias" para dar con el paradero de Himiko-san y Bubawagari-san y que fracaso —contó el albino dando un suspiro de fastidio al final —El gobierno japonés se niega a dar información sobre los villanos que se apresaron durante la batalla. Está enojado. Muy enojado.
Touya hizo una ligera mueca, su ceño se frunció de manera pensativa y le dirigió una mirada a su madre, que dió un paso al frente y dijo su parte en este asunto.
—Él fue paciente. Me parece correcto que lo dejes hacer lo que dijistes que podía si pasaba esto. Le daré mí apoyo de ser necesario en la reunión que se dará mañana entre los héroes y el ministro japonés —prometió la mayor —Sigues estando en un estado delicado, hijo, no creo que sea bueno que salgas todavía del hospital. Deja que Lamb-kun se haga cargo de esto.
— ¿Nuestra agencia no se puso en contacto con él? —cuestiono el de alas rojas.
—Sí, pero el gobierno ha cerrado las fronteras, Lamb tiene a uno o dos héroes haciéndole de guardaespaldas pero no es mucho —se encogió de hombros el albino que no tenía más información al respecto —Tienen lugares inferiores en su agencia así que no les darán mucha importancia. Si sus jefes estuvieran aquí, la situación sería diferente. Pero con las fronteras bloqueadas, él dijo que prefería actuar por su cuenta antes de dejar pasar más tiempo, con los recursos que tiene y el plan que ya armó junto con ustedes.
—Si quieren que espere, se lo comunicaremos —sugirió la mayor al ver lo pensativos que estaban su hijo mayor y yerno —Intentaremos que sea paciente por un tiempo más.
—Lamb ya espero demasiado. Sería más fácil si pudiera ayudarlo en persona pero ya que no puedo volver a un servicio activo —respondió el rubio de cabello rizado —Gracias a lo del Comité Disciplinario de Héroes...
— ¿Qué?
El de alas rojas se atragantó con su saliva, bien, esa parte no se suponía que la dijera ahorita con su esposo presente. Sus padres se enteraron por error —y le juraron, después de mucha persuasión, no decir nada todavía a nadie— casi causando un escándalo en uno de los pabellones amontonados del hospital y podía llegar a tener una idea de que algo se filtró a los oídos de la Reina del Hielo en estos días, solo que ella era lo bastante amable como para esperar que él se lo contará directamente para después tomar su apropiada venganza.
Estaba en un verdadero aprieto, con los ojos azules de su esposo viéndole directamente, prometiendo el infierno para las personas detrás de su cabeza —aquellos que hicieron de unos años de su infancia una miseria— ya que necesitaban que mantuviera su "influencia" al público limitada, a el rubio no le quedó de otra que contarle una cierta cosita que le mantuvo oculta mientras estaba en sus primeros días en el hospital.
—El Comité Disciplinario de Héroes me amenazó con revelar parte de mí "pasado" si buscaba a Himiko y Bubawagari, creen que el público se volverá en mi contra con la situación como está y que no haré nada para que eso se evite. Poco saben que no me importa la popularidad que me dan o el equilibrio social —se encogió de hombros el de alas rojas, ser querido por las masas se sentía bien, pero aún si ellos le daban la espalda y lo odiaban, él los seguiría protegiendo, nada cambiaría en su relación —Unos agentes vinieron a decirme eso el segundo día que pasabas por cuidados intensivos.
A Touya se le oscureció la expresión. El Comité Disciplinario de Héroes era la "reformada" Comisión de Seguridad Pública de Héroes. Sus padres no lograron desmantelarla de todo debido a que era una organización gubernamental, basada en la protección de las personas "comunes" y las prevenciones extremas en casos de que los héroes pasarán a ser villanos. No jugaban limpio, nunca lo hacían, pero estaban protegidos por el ministro japonés, uno de los hombres con más poder sobre sus hombros y otros funcionarios públicos.
El azabache se imagino a su esposo, sentado a un lado de su camilla, abatido, cansado y preocupado por él, mientras dos personas en trajes formales entraban como si el lugar les perteneciera y le daban a conocer sus demandas para que no alterará el orden político en Japón. Podía ver sus ojos amarillos fríos, sus puños apretados, pero sus labios hablando con suavidad y mentiras, prometiendo quedarse sin hacer nada solo para que los agentes se fueran y así no molestaran su sueño.
Oh, de acuerdo, que el cordero acabará con todos ellos. Pensó por un segundo que les tuviera algo de piedad, ya que la situación estaba delicada, pero ahora que se jodieran.
Lamb ya era un lobo, él solamente lo dejaría libre hasta que volviera a ser el amable cordero que conocía.
—Díganle a Lamb que tiene permitido hacer lo que le de la gana, si quiere acabar con el maldito ministro y su asqueroso comité, que lo haga. Ya tengo personas que pueden ocupar sus puestos —le dijo el azabache a su madre y hermano —Avisen a Nedzu de que tendrá a dos personas en Yuie en poco tiempo y que quiero que las proteja adecuadamente.
Rei y Natsuo asintieron, en lo que salían de la habitación, dejando a un nervioso Keigo conteniendo a su enojado esposo para que no dejará la habitación y fuera a golpear a algunos idiotas. Calmando su ira con besos, abrazos y muchas, muchas promesas acerca de dejarlo hacer lo que quisiera una vez no estuvieran en el hospital.
Katsuki pasó una semana entera en el hospital antes de volver a los dormitorios junto con Shoto y el resto de sus compañeros, únicamente, para encontrarse al entrar en su habitación junto con su novio —como llegaron bastante tarde, su plan era irse de una vez a dormir— dos pequeñas notas en su escritorio. La pareja dejo sus mochilas y trajes de héroes en el piso, para acercarse lentamente a el escritorio. Yuei se había convertido en un refugio para muchas personas, incluso se estaba hablando de compartir los dormitorios entre los estudiantes, para que así sus propias familias se junten con ellos y dejen espacio para las demás personas, eso estaba bien pero daba lugar a posibles filtraciones indeseadas.
El bicolor dió un paso al frente antes que el cenizo, sus sentidos agudizados al máximos, tomó una de las notas con la mano izquierda en caso de necesitar eliminarla de inmediato y la miro cuidadosamente. El de ojos rojos no logro leer qué decía la nota al estar detrás suyo, pero por las expresiones de su novio se esperaba alguna amenaza o estorción por parte de los villanos. Espero ansiosamente hasta que el más alto se dió la vuelta y le pasó el papel que estaba también sobre el escritorio, casi al instante reconoció la letra y lo leyó.
Querido Kacchan : siempre has sido una inspiración para mí, fuiste mi primer amigo y mi primer amor, pero más que eso, eres mí modelo a seguir. La persona en la que quiero convertirme. Un héroe. Pero no puedo serlo si me sigo quedando aquí, contigo, con Uraraka-san, Iida-kun, Todoroki-kun y los demás. No puedo dejar que me protejan. Yo tengo que protegerme solo. Por eso, me iré de Yuei, ayudaré en esta pelea de otra manera y cuando llegue el momento, te prometo que detendré a Shigaraki.
Tú siempre tuviste fe en mí, gracias.
Tú siempre estuviste ahí para mí, gracias.
Tú siempre me cuidaste, gracias.
Seguro te enojaras cuando leas esto, Kacchan, lo sé. Te conozco bien, ¿no? Por eso también sé que me vas a perdonar, porque eres la persona más buena de todo el mundo.
Se feliz con Todoroki-kun, mí querido primer amor, mi mejor amigo. Te quiero.
Izuku Midoriya.
Al cenizo se le secó la boca al leer esa nota, ¿Izuku se había ido, en medio de todo esto, con los villanos buscándolo? ¡¿es que acaso había perdido por completo la cabeza?! ¡y para peor, Toshinori seguramente le ayudo, ya que si el pecoso se fue ni siquiera debió haber puesto estás notas él mismo, si no que habría tenido que pedírselo a alguien! Oh, cuando se encontrarán le daría unos muy buenos golpes en esa maldita cabeza de brócoli que cargaba, ¿en qué mierda pensaba para escribir una carta tan patética de despedida? ¿como si nunca más se fueran a ver?
— ¿Quiere leer la mía? —cuestiono el de quirk dual, el cual podía distinguir en los rasgos enojados del más bajo, las nubes del pánico y la preocupación formándose, quería darle un momentáneo descanso antes de que estallara.
Bakugou no respondió, si no que le quitó el otro papelito a Todoroki y se puso a leerlo, en lo que el bicolor lo abrazaba por detrás, preparandose para la explosión inminente que vendría a continuación.
Querida Todoroki-kun: Nuestra relación nunca fue muy buena y no tiene sentido decir lo contrario, pero la verdad es que me agradas mucho, Todoroki-kun y que disfrutó nuestras peleas, a veces, por infantiles que sean. Fuiste el único niño que no me menosprecio por no tener un quirk, si no que tu enojo se basaba en que te quitaba la atención de Kacchan. Sinceramente, cuando lo descubrí no pude evitar reírme, ¿tantos celos te daba? ¡Kacchan me veía como su hermanito, Dios! ¡yo era el que tenía derecho a sentir celos por ti! Y estuve celoso de ti por mucho tiempo, porque no había manera en que yo tuviera lo que tú tenías de Kacchan pero ya no tiene sentido hablar de eso. Quedó atrás. Y ahora, estoy feliz de que seamos amigos que pelean de vez en cuando, pero que se ayudan con sus tareas y les gustan los mismos cómics. Ah, puedes quedarte con los míos ahora que no estaré en el dormitorio. Cuídalos mucho.
Y cuida mucho a Kacchan, ¿si? Sé que no hace falta que lo diga, pero cuídalo. Él puede contarte sobre One For All y todo lo demás, las cosas que no creo sean necesarias decirte por esta carta.
Ya te lo he dicho todo.
Izuku Midoriya.
—Sus cómics...con lo que cuida esos estúpidos cómics, te los va a dejar —murmuro el de quirk explosivo —Ese...idiota....jodido Deku, ¿por qué? ¡maldita sea! ¡¿por qué mierda tienes que tomar todas las putas decisiones solo?! ¡cuando sé bien lo muy asustado que estás y que no quieres estar solo en esto, estúpido, idiota! ¡te traeré devuelta jalando de tus jodidas orejas, ya verás!
En lo que el más bajo gritaba, peleaba contra el agarre en su estómago y soltaba malas palabras hacia el pecoso, el de quirk dual lo sostuvo, sintiendo el temblor de su cuerpo, la preocupación e ira que salían de su voz, la manera en que sus ojos rojos brillaban y pequeñas lágrimas se le escapaban a su pesar mientras hacia trizas la carta hecha a mano. Lejos de sentirse celoso, la incertidumbre también lo aplastó a él, vió el caos que era Tokio, la anarquía que reinaba debido a los villanos, las incontables personas bajo el mando de Shigaraki.
Por su mente paso la imagen de un molesto niño de mejillas pecosas, cabello revoltoso verde y ojos esmeralda, que le sacaba la lengua en lo que corría detrás de un niño cenizo de ojos rojos y a él le sonreía con pura inocencia. El niño pecoso ahora se encontraba solo, en la oscuridad de un bosque, rodeado de lobos que querían su sangre.
A el bicolor le recorrió un escalofrío. Midoriya tenía razón, nunca se habían llevado bien hasta ahora, pero eso no quería decir que su relación conflictiva carecía de significado. Las infantiles disputas, los celos no dichos por su parte y la honestidad del pecoso en sus sentimientos por el cenizo, las veces en que se hablaron con la verdad, las ocasiones en que se apoyaron mutuamente, toda esa relación era un tejido irregular y desprolijo, dónde el afecto y la aversión compartían su lugar.
Maldita sea, eran amigos, ¿cómo no podía estar asustado de que se halla ido de cabeza a enfrentar el peligro solo? Era a un menor nivel que su pareja que se deshacía entre sus brazos, hasta quedar hecho un desastre, pero el agarre suyo en su estómago también marcaba su miedo por la vida del pecoso.
La pareja se mantuvo abrazada un tiempo relativamente largo, en lo que escucharon llegar hasta su dormitorio los gritos de sus compañeros, los sentimientos de miedo y ansiedad llegaron a través de las paredes, hasta que unos toques en la puerta sacaron a ambos de su burbuja de contención.
El de quirk dual aflojo el agarre en el estómago del cenizo, el cuál se frotó los ojos para que no se viera que había estado llorando, se vieron mutuamente y fueron juntos hasta la puerta para averiguar quién estaba detrás de ella.
Uraraka, sin pena ni vergüenza, dejo a la vista su rostro lleno de lágrimas, en lo que sostenía un papel apretado en su mano derecha y su rostro se contraía en una mueca de enojo con determinación nunca vista por la pareja.
—Todoroki-kun, tenías razón, hay cosas que deben decirse antes de que sea tarde o de lo contrario, puedes tener grandes arrepentimientos —dijo la castaña con una tristeza profunda —Pero no vine a hablar de eso. Bakugou-kun, ¿puedo pasar?
—Adelante, cara redonda —se corrió de la puerta y miro hacia el de quirk dual —Shoto, ¿irás con los demás?
—No, buscaré a mí viejo, debe tener alguna información de All Might y Midoriya —respondió el más alto, dejando un beso en la coronilla del cenizo y tomando una chaqueta de la silla del dormitorio —Creo que tenía una reunión con el director. Espero alcanzarlo antes de que se vaya.
—Buena suerte —deseo el cenizo, luego, cerro la puerta y fue hasta su escritorio, abrió el cajón donde guardaba los pañuelos descartable, las aspirinas, los ungüentos y un par de vendas para él y su novio, sacó un par de pañuelos y se los extendió a la femenina, que los acepto con una ligera sonrisa — ¿Que te puso Deku en su estúpida carta?
—Que lo sentía por mentirme sobre su quirk, la herencia de All For One y la preocupación que sentía porque si se quedaba con nosotros, nos volviera un blanco. Me dió...las "gracias" por nuestro primer encuentro en las escaleras de Yuei, antes del examen de ingreso y por otras cosas, luego...—murmuro, apretando todavía más fuerte el papel, el cuál pese a haber leído una sola vez tenía grabadas sus palabras en la memoria -Escribió "adiós".
El de quirk explosivo quiso, en ese instante, poder ir hacía dónde sea que estuviera Midoriya y poder darle un buen golpe. Tal vez, el escribir adiós no tendría un significado profundo para la de ojos chocolate, más que la despedida de un chico que la veía simplemente como una amiga y compañera. Pero comprendía bien al pecoso, no puso una despedida para él, ni para el de quirk dual y posiblemente, para nadie más que la castaña. Le quería decir "adiós" a ella apropiadamente de todas las personas, porque aún si jamás ella se enteraba de sus sentimientos, el de pecas quería estar en paz de que se despidió apropiadamente de la chica que lo tenía enamorado.
Tan idiota y típico de Deku. Diciendo las cosas sin decirlas realmente, teniendo miedo de que expresarlas en un papel fuera cobarde de su parte y prefiriendo jamás tener que decirlas. Le bastaba con que, para él mismo, quedará implícito.
—Bakugou-kun...a mí...me gusta Deku-kun —confesó la de ojos chocolate trayendo al cenizo de vuelta a la realidad —Me gusta mucho. Me gustaba incluso cuando él estaba enamorado de ti y me seguirá gustando aún si nunca está conmigo. Yo quiero poder decírselo en la cara, quiero gritarle que tiene el mismo derecho a todos los demás a ser protegido, ¡a poder sonreír junto con nosotros! ¡quiero hacerle entender que los héroes también merecen protección! Por eso...
—Ni necesitas pedir mi ayuda, cara redonda. Yo mismo ya tenía planeado traer a ese terco nerd por las orejas hasta la academia —la interrumpió la de quirk explosivo, una leve sonrisa en sus labios y una luz de burla brillando en sus ojos —Pero viendo que estás tan entusiasmada por esto, te dejare la mayor parte del trabajo. A Deku le gustará eso.
—N-No juegues conmigo —hizo un puchero la castaña, creyendo que el cenizo estaba jugando con ella o era su manera de levantarle el ánimo —A Deku-kun no le gusto.
—Claro que le gustas, cara redonda. A ese nerd le brillan los ojos cuando te ve y se pone como un maldito tomate cuando estás cerca —respondió el cenizo con tranquilidad —Pero si no quieres creerme, ese es tu jodido problema.
La castaña se mordió los labios pero no queriendo hacerse ilusiones en vano, solo hablo con el de quirk explosivo un rato más sobre cómo harían para buscar al de pecas. Francamente, los dos de inmediato querían salir en su búsqueda, pero por un mensaje de Asui se enteraron que eso no sería posible. Al parecer, Koda, Sato, Tokoyami, Aoyama y Mineta ya habían intentado salir de los dormitorios para ir en busca del pecoso, siendo bloqueados por Número Trece que les contó del establecido toque de queda por parte de Nedzu. No podían salir de Yuei, ni escaparse, sin ganarse con eso la reprobación del director y el alboroto que generarían los refugiados al saber que, si los estudiantes podían escaparse de la academia, ¿qué impedía que los villanos hicieran lo inverso y atacarán?
Enojados, ambos aceptaron el mensaje de la de cabello verde, que explicaba que mañana temprano podrían hablar con el directo sobre lo que sucedió.
La de quirk de gravedad se fue, decepcionada y cabizbaja a su dormitorio, en cambio, el de ojos rojos se quedó en cama. Sin embargó, no duro demasiado tiempo, hasta que el bicolor entró, con una cara que decía que su reunión con su padre no salió nada bien.
En la cama, Katsuki extendió sus brazos y sin decir nada, Shoto se acurrucó en su pecho, abrazando su cintura y escondiendo la cara entre sus pectorales, un suspiro pesado le golpeó en la piel y comenzó a acariciar su cabello para relajarlo, en lo que él le contaba lo sucedido.
—Mí viejo perdió contacto con All Might. Puede decir que retiro bastante fondos de su cuenta bancaria, que alquiló un auto y puso en uso un par de sus casas de seguridad, pero desconoce su paradero. Para él también fue sorprendente lo que hizo —relató el de quirk dual los detalles más importantes —Al parecer, All Might tenía una relación sentimental con Inko-san.
-— ¿Tenía? —cuestionó por el tono en el que el más alto dijo la palabra.
—La vio llorando el otro día y gritándole en el hospital. Midoriya se quedaba en un pasillo cercano a mi padre, debido a la posición de All Might y su habitación estaba resguardada —explicó el bicolor —No sabe qué se dijeron exactamente, pero estaba casi seguro que ya no están en buenos términos.
—Deku se va a jodidamente culpar por eso —suspiro el cenizo, cerrando los ojos y sintiendo, de repente, demasiado cansancio incluso para sacarse la ropa y ponerse adecuadamente el piyama guardado en el armario —Shoto, apaga la luz. Quiero dormir de una vez.
El bicolor se separó de su novio, se quitó la chamarra y los zapatos, a lo que escuchaba al más bajo hacer lo mismo con los suyos y su pantalón. Luego, apagó las luces de la habitación y volvió a meterse a la cama, abrazando a su pareja que buscaba su calor y seguridad en él. Justamente, él hizo lo mismo, busco la seguridad que le daban los brazos musculosos del más bajo que se apretaban a su alrededor y la sensación de "hogar" en el aroma de su cabello, mezclado con el dulce olor de la nitroglicerina.
—Amor —murmuro contra la cabeza de su novio el que cual hizo un sonido de hmm para que supiera que lo estaba escuchando —Pase lo que pase. Estaremos bien.
— ¿Cómo estás tan seguro de eso? —interrogó somnoliento el de ojos rojos, queriendo saber de dónde venía esa repentina seguridad en su pareja por el futuro.
—No lo sé, pero tengo un buen presentimiento. Como si se hubiera acabado la tormenta y nos faltará ver el arcoiris —sonrió levemente el más alto —Buenas noches, amor.
En vez de responder el amoroso saludo, el cenizo se levantó un poco de la cama, para besar suave y perezoso la boca del bicolor que, en serio, no vió venir ese "beso de buenas noches". Luego, felizmente el de ojos rojos se volvió a acurrucar contra el cuerpo de su novio y dejo que sus palabras se le subieran a la cabeza, imaginando que tal vez tenía razón. Que, quizás, la tormenta fue dejada atrás y ahora solamente faltaba la maravillosa aparición del arcoiris en el cielo gris.
Pero, ¿qué pasaría si el arcoiris se hacía desear?
¿O si llovía nuevamente, de manera más fuerte y torrencial? ¿qué pasaría entonces?
Bueno, el cenizo supuso que podía usar un paraguas, o correr en la lluvia junto con la persona que amaba, enfrentando cualquier obstáculo que tuvieran en frente hasta que el maldito arcoiris apareciera. Sí, el optimismo espontáneo del más alto llegaba a ser bastante contagioso.
Bakugou se durmió con una sonrisa plasmada en los labios.
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