Capitulo 61

Las horas, los días, los meses, pasaron más rápido de lo que Bakugou hubiera imaginado con la llegada de las infernales clases extracurriculares. Ahora tenía cada vez más sentido el porqué de la fiesta a inicios de año, era debido a que no tendrían ni un descanso hasta diciembre y los profesores lo sabían, por eso, en esa noche les dejaron hacer todo el desastre que quisieron. Tenían perfectamente en claro que no tendrían otra oportunidad para hacerlo en todo el resto del año escolar.

Aparte del cansancio físico por los entrenamientos de EreserHead, que siguieron siendo tan brutales cómo en su primer año, se le sumó el agotamiento mental de las clases extracurriculares. Nadie de segundo año de Yuei se salvaba de tener ojeras y parecer un zombi durante todo el inicio del día. Decir que era abrumador se quedaba corto.

En las clases de Primeros Auxilios Avanzados se los llevaba a los estudiantes a una sala que simulaba ser un hospital, una vez repasada la teoría del RCP, de la manera correcta de saturar una herida o como practicar un torniquete, se los hacia practicar esas técnicas con muñecos que parecían de verdad humanos, lo que daba una sensación extra de realidad desagradable a los futuros héroes al encontrarse prácticamente con lo que era una morgue y tener que trabajar en ella por dos horas los hacia salir con el estómago revuelto.

En Diplomacia Extranjera las clases eran con profesores que las daban, directamente, en otro idioma. La clase entera era en otro idioma. Ingles, francés, italiano, español, chino, etc. Al estilo conferencia en uno de los auditorios de Yuei. Los estudiantes debían tener a mano un traductor, pasar las notas de la clase dada a sus apuntes y después, pasar al frente para explicar lo que comprendieron del tema, en lo posible usando alguna palabra del idioma escuchado o el término técnico adecuado.

En Estrategias de Salvamento el caos reinaba por excelencia pese a que al inicio pareciera lo contrario. Se llevaba a los estudiantes a una habitación llena de mapas, gráficas, cuadros y números, se les contaba de una situación hipotética de desastre y se les pedía que hicieran estrategias sobre las acciones a seguir, según sus quirks, que pudieran ayudar a mejorarla. Luego de dar las ideas, los profesores llevaban a los estudiantes a la USJ, la cuál tenía una situación de desastre completamente distinta a la que vieron en habitación, con robots sumamente reales que simulaban ser víctimas y los estudiantes debían poner nuevas estrategias en práctica en tiempo real para solucionarlo.

Administración y Leyes de Héroes eran unas de las clases extracurriculares que podían llegar a parecer más fáciles debido a las pocas prácticas que tenían, pero eran más exigentes en cuanto contenido teórico, la aptitud de los estudiantes y los profesores pedían ensayos por cada clase, trabajos basados en la aplicación de las teorías vistas en clase, balances de una agencia de héroes real, análisis de juicios, contabilidad de una empresa de héroes emergente, etc.

El cenizo logró manejarlo adecuadamente el primer mes, al segundo ya estaba queriendo desmayarse apenas terminaba el día. Agradecía su constante disciplina para manter su nivel de estudio en equilibrio porque de lo contrario hubiera enloquecido, aparte de que ayudaba a Kirishima y Ashido en las clases de Primeros Auxilios Avanzados —la materia extracurricular que término eligiendo la femenina— y a Sero junto con Kaminari en matemáticas. Era difícil pero lo aceptaba como su camino como héroe. Nadie le dijo que sería fácil y él lo sabía perfectamente. Además, algo positivo que podía rescatar de todo esto era que Todoroki había empezado a balbucear palabras en otros idiomas cuando dormía y lo consideraba jodidamente tierno.

Pero la parte mala era que debido al cansancio, él y el bicolor habían decidido mudarse a su dormitorio en vez de estar cambiando cada día según sus horarios, para así dormir juntos todos los días, por el escaso tiempo que podían compartir por sus obligaciones. En un principio, estuvo bien, con el paso de sus días trajo sus consecuencias.

No podía ocultarle a su novio cuando tenía pesadillas. Cómo ahora. Que se despertó asustado, sudado y por suerte, sin lágrimas.

¿Amor?

El de quirk explosivo dejo escapar un suspiro tembloroso, en lo que sentía al bicolor abrazarlo por detrás y se trago unas cuantas maldiciones por despertarlo. Odiaba esto. Odiaba las jodidas pesadillas con el chico que amaba congelado y él sin poder hacer nada. Y odiaba aún más preocupar a su novio por ello.

—Estoy bien, vuelve a dormir —respondió abrazando su estómago, el cual dolía siempre después de ese sueño en particular.

—Hmm, no, dime la verdad —refunfuño el más alto espantando el sueño que sentía —Acordamos eso.

El más bajo ahora sí maldijo y se dió la vuelta para abrazar al contrario, escondiéndose en su pecho. Cuando las pesadillas empezaron, habían transcurrido cuatro semanas desde el terremoto, se despertó alterado, llorando y gritando como la primera vez que la tuvo en la enfermería, cuando su padre lo consoló. Y obviamente, despertó al de quirk dual, quien se asusto bastante al verlo de esa forma, lo tranquilizo con besos y abrazos y luego, pidió que le contará sobre su pesadilla.

Él no lo hizo, no quería recordarlo, expresarlo, decirlo, solamente olvidarlo por completo y enterrarlo bajo tierra. Y su novio lo respeto.

La segunda vez había estado con Midoriya, en una sesión de estudio en la biblioteca que tenían con los que cursaban Primeros Auxilios Avanzados, cerro los ojos por unos segundos acostado en la mesa y el pecoso le despertó antes de que su pesadilla logrará hacerlo. Entonces, tuvo las miradas preocupadas de varios de sus amigos y al no soportarlo, salió corriendo de la biblioteca para poder ir al baño a calmarse. Se vio reflejado en uno de los espejos, los ojos rojos llenos de lágrimas, palido y lo siguiente que paso fue que sintió la necesidad de vomitar su almuerzo en uno de los inodoros.

Aparte del miedo de la pesadilla, se sintió patético por haber quedado en aquel estado deplorable.

Kirishima lo convenció de salir del baño en el cual se encerró —luego de unos cuarenta minutos de larga conversación— lo miró con preocupación como todos los demás, pero a diferencia de ellos, él le tomo de la mano derecha y directamente sin pedirle opinión, lo llevo al despacho de Recovery Girl.

El de ojos rojos se enteró esa tarde que la mujer también era psicóloga. Y cuando dijo que hablarían mientras él dormía una siesta adecuada en un diván de su despacho, lo acepto con moderada tranquilidad y fingida indiferencia al porque llegó ahí. Al salir, el pelirrojo y el bicolor lo estaban esperando, ninguno pidió que le contarán sobre lo que hablo con la vieja heroína.

La tercera vez que pasó, se despertó menos aturdido que las primeras y pensó que su inconsciente empezaba a superar ese recuerdo. Pero aún así, despertó al bicolor y esa vez no se salvó de decirle de qué trataba la pesadilla. Dió un contexto vago, susurro el terremoto y él pareció entenderlo, lo abrazo y siguieron durmiendo. La quinta y la sexta vez fueron parecidas, el cenizo quería pretender que no pasaba nada y las pesadillas eran solo eso, pesadillas de un horrible recuerdo que le retorcía las entrañas y lastimaba su corazón. Ni siquiera podía entender porqué las padecía, cuando el más alto lo vio en un peor estado, sangrando, con un tubo atravesado por el estómago y escuchó que en el terremoto estuvo por caer en una grieta hacía el vacío. Sería lógico que fuera él quien tuviera las pesadillas más horribles y no al contrario.

El de ojos rojos empezó a frustrarse consigno mismo por eso, había logrado hacer las paces con que no era su culpa que el bicolor hubiera excedido el límite de su quirk y que por eso casi sufriera una mortal hipotermia. Logró aceptar que no fue por su causa. Pero quizás, una parte suya inconsciente, se seguía sintiendo culpable y responsable por eso.

O simplemente amaba demasiado al chico que hablaba en chino mientras dormían y estaba aterrado de perderlo. Sí, esa opción también era posible.

En fin, quiso ocultarlo un par de veces más, hasta que finalmente agotó la paciencia de Shoto y le pidió que le contará. Katsuki se negó rotundamente a eso, pelearon y estuvieron una semana entera sin hablarse. Eijirou intentó razonar con él e Izuku hizo lo mismo con el bicolor. Y al final, el cenizo acepto que estaba siendo necio y que contarle a su novio el contenido de sus pesadillas no lo haría parecer débil, ni que creería que estaba exagerando. El sábado fue hasta el dormitorio del más alto, cuando le abrió la puerta sintió su corazón movilizarse al notar lo decaído que estaba, cómo él también debía estarlo y simplemente, se abrazaron e hicieron un acuerdo.

Y ese era contarle las pesadillas que tuviera y no fingir que todo estaba bien siempre o que podía manejarlo solo, algo que al cenizo le costaba acostumbrarse pero que estaba dispuesto hacer por el bicolor y por su propio bien.

—Estaba parado delante tuyo...caía nieve por todos lados y tu piel era pálida, intenté acercarme pero una ráfaga de viento me movía y yo...—sintió la mano del bicolor acariciando su espalda, de arriba hacia abajo y eso hizo que se relajara un poco —No podía llegar a ti y empezaba a desesperarme, el hielo subía por mis piernas y quería correr pero no llegaba, no llegaba y tú...seguías ahí, sin moverte. Y luego me desperté.

El bicolor le beso la frente, luego el párpado derecho y la nariz, no la boca, porque al de quirk explosivo le desagradaban los besos matutinos. Lo hizo varias veces, hasta que el cenizo se sintió reconfortado y protegido.

—Creo que deberías volver a ir a hablar con Recovery Girl y no, no hagas esa expresión —retó el más alto al ver el ceño del cenizo fruncirse —Te hará bien, amor. Uraraka y Asui también van debido a lo de Sir Nitgheye. E Iida por lo de su hermano y Stain. Nadie te va a juzgar por hablar de algo que te afecta tanto. A todos nos lástima profundamente algo, algo que ni siquiera nosotros mismos podemos entender porqué nos afecta tanto cuando nos parece irrelevante, poder hablarlo antes de que se convierta en perjudicial para tu vida es importante, Katsuki.

—...Odio profundamente cuando usas tanta lógica para hablar, Sho —murmuro irritado el cenizo pero termino suspirando —De acuerdo, lo haré, maldita sea.

—Gracias —beso nuevamente la frente del más bajo —Ahora, ¿quieres bajar por algo de comer? Se me fue el sueño.

Bakugou asintió y se puso de pie, sintiendo un escalofrío al entrar en contacto con el piso frío. El otoño estaba recién empezando pero parecía que sería especialmente frío por las mañanas de ese año. Se apresuró en ponerse sus pantuflas y tomar un buzo negro, uno que era del bicolor y le quedaba enorme, pero que tenía su aroma y le ayudaba a calmarse. Todoroki le siguió de cerca bostezando, le tomo de la mano y le sonrió en lo que presionaba el botón del ascensor que los llevaría al primer piso del dormitorio.

Al llegar ahí, se encontraron con que las luces estaban encendidas en la sala y que había dos personas ocupando los sillones, las cuales voltearon al escuchar el sonido de las puertas abrirse y les sonrieron pese al cansancio que mostraban sus rostros.

— ¿Té y chocolate caliente? —pregunto Uraraka, la cuál usaba una remera rosada de algodón y un pantalón blanco, al ver a la pareja asentir se paró del sillón y miro hacia su acompañante — ¿Más bocadillos, Deku-kun?

—Por favor, Uraraka-san —asintió Midoriya.

La castaña se fue en dirección a la cocina y la pareja paso rápidamente al baño para lavarse las bocas, al volver, tenían en la mesa ratona de la sala de estar dos tazas, una con chocolate caliente y otra con té verde, junto con una bandeja llena de dulces. El cenizo tomó el chocolate y el de quirk dual el té, le dieron las gracias a la femenina y bebieron.

— ¿Insomnio, Deku? —preguntó el de quirk explosivo hacia el de pecas.

—Sí —asintió el de pecas — ¿Y tú? ¿Pesadillas?

—Yo tuve una —se apresuró a contar la de ojos chocolate, para que el cenizo se sintiera cómodo —Por eso baje. Deku-kun llegó hace un momento.

—Hace dos horas que intentaba dormirme y como ya estaba seguro que no lo lograría, pensé que comer algo tal vez me ayudaría —se rio levemente el de pecas —Mí cuerpo se siente agotado y mi cabeza también pero seguía sin lograr dormir.

—Es lo que pasa cuando te sobreexiges demasiado nerd —bufó el de quirk explosivo — ¿Has intentado tomar alguna pastilla?

—No todavía —respondió el pecoso.

La charla nocturna continúo un poco más. Era habitual que de vez en cuando ocurrieran estos encuentros. Debido a las clases extracurriculares algunos estudiantes de la clase A desarrollaron un poco de insomnio y otros se despertaban debido a pesadillas, bajaban a tomar o a comer algo que los ayudará a volver a dormirse y terminaba siendo todo una pequeña reunión entre amigos desvelados. A veces, cuando Rui también sufría alguna pesadilla, los que se despertaban esa noche podían escuchar a Denki cantando y tocando la guitarra para su hermana desde el patio. Y al entrar en los dormitorios nuevamente, él tocaba para quienes estaban en la sala y aconsejaba algunas cosas para manejar las pesadillas.

Una de ellas eran los tés relajantes, de olores frutales. Y otras el chocolate caliente junto con bocadillos. El rubio decía que tener el estómago aplacado y satisfecho ayudaba a tener un buen sueño.

Katsuki se terminó todo el chocolate caliente, un par de bocadillos y pudo sentir el sueño tirando de él suavemente en menos de diez minutos, en lo que se apoyaba en Shoto que le acariciaba el cabello y lo escuchaba murmurar que volvieran al dormitorio. Ochako e Izuku empezaron a bostezar y a decir lo mismo. Así que los cuatro se metieron en el ascensor, bajaron cada uno en su piso y volvieron a sus camas.

Al acostarse nuevamente, el de ojos rojos revisó cuánto tiempo les quedaba para seguir durmiendo y gruño cuando noto que era una hora y media.

—Jodida pesadilla de mierda —murmuro enfadado y sintió al de quirk dual abrazándolo por detrás —Será un día malditamente largo.

—Shhs, no pienses en eso ahora amor e intenta dormir —aconsejó el más alto —Necesitamos el mayor descanso posible. Ah, mañana quien viene a dar la clase es brasilero. Mierda, olvide que Yaoyorazou lo menciono ayer y no repase nada del idioma.

—No pienses en eso ahora e intenta dormir —repitió en un tono suave el cenizo, llevando sus manos hasta las que estaban en su estómago —Podrías...—bostezó —...escuchar un audio libro de ese idioma en el descanso y ya.

—Que buena idea. Por favor, recuerda eso cuando nos despertemos y dímelo —pidió el bicolor, besando la cabeza de su novio y acomodándose contra la almohada.

En pocos minutos, ambos fueron reclamados por un dulce sueño.

Kirishima bajo la mano que había levantado lentamente, en lo que miraba a Kaminari siendo arrastrado por uno de los chicos de la clase C a una de las mesas de la cafetería y lo hacía sentarse a su lado. Si hubiera reaccionado un poco antes, era posible que ahora fuera él quien estuviera rodeando al rubio sonriente con un brazo y compartiendo juntos la hora del almuerzo. Quería acercarse pero eso sería primero, ser grosero y descortés ya que todos empezaron a almorzar tranquilamente. Segundo, haría que el de ojos dorados tuviera que elegir entre él y los chicos de la clase C y eso no se sentía correcto.

Pero últimamente sentía que pasaba muy poco tiempo al lado del rubio y deseaba egoístamente reclamarle algo de atención.

— ¿A Kaminari lo volvió a secuestrar la clase C? —cuestionó Sero, parado a un lado del pelirrojo con su bandeja de almuerzo vegetariano en mano.

—Parece que sí —suspiro sin poder evitarlo el de dientes puntiagudos —Es la tercera vez en la semana. Sé que les agrada mucho pero...

—Sí, comprendo —fue todo lo que dijo el más alto al ver que el contrario no podía terminar su oración con un "lo extraño" —Venga, vayamos a la mesa de allá que Ashido tomó. Podemos estar con Kaminari en clase y en las clases extracurriculares.

—Tú puedes, no yo —hizo un puchero el pelirrojo en lo que seguía al azabache entre el montón de adolescentes que buscaban alguna mesa para sentarse y almorzar —Si no fuera porque me siento a diario al lado suyo en el salón sentiría que apenas lo veo.

—Es cierto que ha estado más ocupado que nosotros, me dijo que las clases de informática son duras y necesita repasar mucho —contó el de ojos onix —Por eso se encierra en su habitación a estudiar.

— ¿No se estará sobrepasando, verdad?

Hanta no respondió, llegaron a la mesa donde estaba Mina, la cuál sonrió a verlos y el azabache se sentó a su lado, en lo que el pelirrojo se ponía delante y jugaba con sus papas fritas en la bandeja del almuerzo. Katsuki se había ido por ese día con Shoto a almorzar en la mesa de Izuku, Tsuyu, Tenya y Ochako. Así que, eran solamente ellos tres.

Por lo tanto, como el cenizo no estaba para decirles que podrían cometer una equivocacion fatal, la pareja se miro mutuamente y asintió en acuerdo.

— ¿Por qué no lo invitas a una salida, Kirishima? —propuso la de cabello rosado con la mayor inocencia posible —Solo tú y Kaminari. Podrían ir a un parque de diversiones, al zoológico o al acuario, ¡cualquier lugar menos un aburrido cine!

—Les haría bien a ambos el relajarse un poco —aportó el azabache —Tener un día normal y divertirse.

—Eso suena fantástico pero, ¿por qué no salir todos juntos? ¡así sería más divertido! —exclamo el de dientes puntiagudos con una sonrisa —Kaminari le gusta cuando hay más personas.

—Porque Mina y yo ya tenemos acordada una cita —mintió el más alto, tanto él como su novia debían usar ese bendito fin de semana para ponerse al día con tareas atrasadas e intentar no morir en ello —Podrías preguntarle a Bakugou y Todoroki si quieren, pero dudo que se sientan cómodos con eso. Ya sabes, últimamente Todoroki no para de besar a Bakugou cada vez que tiene oportunidad y el ambiente entre ellos se pone intenso.

—Demasiada tensión sexual sin liberar —sonrió divertida la de quirk ácido, aguantando una carcajada cuando noto la cara de su amigo ponerse de un brillante rojo.

—B-Bien, hum, solo Kaminari y yo entonces, sí. Se lo pediré hoy en la noche —asintió el pelirrojo para sí mismo —O en la tarde, antes de que alguien más le pida lo mismo o quiera salir con otra persona.

Posiblemente, a Denki no le interesaría salir con nadie más que con Eijirou. La pareja había notado la manera embobada en la que se quedaba mirando al de dientes puntiagudos durante las clases, la manera en que su sonrisa se volvía más brillante cuando estaban juntos. Si alguien más le pedía salir era porque, igual que el denso pelirrojo, estaban ciegos respecto a los sentimientos del rubio.

Y ellos solo querían que esa ceguera se acabará de una vez y pudieran ponerle fin a su apuesta. No veían como algo malo lo que estaban haciendo, un pequeño empujón en la dirección correcta e incluso el de quirk de endurecimiento podría notar los sentimientos del rubio en esa salida. Una vez los viera, daría un paso al frente. O también, podría confesar sus propios sentimientos por el calor del momento.

De cualquier forma, lo normal sería esperar un resultado positivo, ¿no?

El despacho de Recovery Girl se asemejaba en tamaño a la oficina del director Nedzu, pero lo demás era muy diferente. Había un escritorio de madera blanca delante de un ventanal enorme que daba con el patio, las paredes eran de un suave color marrón, un diván se encontraba en la esquina de tela azul con líneas verdes, un estampado de flores. Una alfombra persa cubría el centro de la habitación, dándole todavía más calidez y las paredes estaban cubiertas de estanterías con libros. Y a diferencia de en la enfermería, el despacho olía a perfume de rosas y café.

Indudablemente, un lugar en que resultaba fácil sentirse cómodo, sin importar la tensión que uno sintiera en su cuerpo al entrar y encontrarse con la vieja enfermera, escribiendo en calma en su escritorio.

Bakugou cerró la puerta suavemente y dió dos pasos adelante, la heroína le vio y sonrió levemente, en lo que después volvía su atención a las notas de su escritorio.

—Puedes sentarte y hablar, Bakugou-kun. O sentarte y dormir, o sentarte y mantenerte en silencio. Las elección es tuya —dijo la mayor en un tono que no era más un bajo murmullo en el despacho silencioso —Eso sí, en una hora vendrá alguien más, así que para entonces tendrás que irte.

El cenizo asintió, una acción que era inútil cuando la mujer no la vio, gruñendo por ese error debido a su ansiedad creciente, se dirigió con pasos rápidos hasta el diván y tiro su mochila a un lado, en lo que se acostaba como la primera vez que estuvo ahí, con la cabeza alzada entre los almohadones, las piernas cruzadas una sobre la otra y las manos detrás de la cabeza. En un comienzo, las palabras no llegaron a su boca, se suponía que hacia esto por Shoto y por su bienestar, pero mierda, costaba demasiado y se tuvo que morder el interior de la mejilla para admitir que las pesadillas le seguían molestando. Sin embargo, una vez esa admisión salió, el resto fue más sencillo.

Hablar sobre las pesadillas, describirlas, decir lo que le hacían sentir fue liberador, aparte de que no tenía la mirada de la heroína sobre su persona analizando cada palabra que salía de su boca ni haciendo comentarios al respecto. Hablar de la manera en que afectaron su relación con su novio y sus amigos lo ayudo a verlo en perspectiva, a preguntarse como habría actuado él de estar en su lugar. Se sintió estúpido cuando imagino a el bicolor o a Eijirou e Izuku pasando por su situación y su solución se basaba en llevarlos a un psicólogo para que pudieran manejarlo, que era justo lo que él se negaba a hacer.

Hubiera hecho lo mismo que ellos, preocuparse, angustiarse y enojarse. Sí, se sentía tonto cuando lo escuchaba de su propia boca pero creía que tampoco lo habría dicho de no estar en el despacho de Recovery Girl.

El cenizo contó todo de manera extensa, sin creer que llegaría a ser tanto y cuando sintió que era suficiente, pudo sentir su cuerpo más liviano y escucho el sonido de la silla de la heroína moviéndose, después al mover la cabeza hacia la derecha noto que ella se sentaba en una silla delante suyo.

—Bakugou-kun, te contaré una pequeña historia que puede que te ayude con tus pesadillas —comenzó la mayor —Cuando nació mí primera hija, durante meses, tuve horribles pesadillas acerca de su muerte.

El de quirk explosivo abrió los ojos impresionados, porque no sabía de la existencia de los hijos de Recovery Girl y mucho menos se esperaba una historia de esa índole. Siguió escuchando el resto del relato con atención.

—En un principio, mí esposo y yo creíamos que sufría de alguna extraña depresión post-parto pero no fue así. Me sentía conectada a mi bebé, la amaba y mis estados de ánimo eran estables, excepto los días en los que tenía las pesadillas —contó la vieja heroína —Las pesadillas me daban un terrible miedo hasta que descubrí la razón más simple detrás de ellas.

Recovery Girl hizo una pausa para mirarlo, como si esperara que entendiera la seriedad de lo que le estaba por contar y el de ojos rojos solo pudo guardar silencio, hasta que ella recobró la voz.

—Y esa era que amaba tanto a mí bebé que la idea de perderla me lastimaba terriblemente. Al ser una heroína era muy conciente de mi papel en la sociedad, en la necesidad de un sacrificio de mi parte en situaciones desesperadas. La efímera vida que tendría me asustaba a mí misma y ese miedo se transfirió a mí vínculo con mí hija, al miedo de perderla y que ella me perdiera a mí —terminó el relato la mujer —Es posible que algo parecido te pase respecto a Todoroki-kun. Tienes miedo de perderlo debido a que lo amas y como ambos son héroes, eres muy conciente de esa realidad, lo que te atormenta y eso alimenta tus pesadillas. No hay una solución a eso, Bakugou-kun, más que el seguir adelante y volverte más fuerte, hasta que puedas verte en tus pesadillas salvando a Todoroki-kun. Siendo tú, no tengo dudas de que lo logres.

—...Gracias —se sintió extrañamente avergonzado por la sinceridad en las palabras de la heroína y se enderezó en el diván.

—Tambien te aconsejo ser más abierto respecto a tus sentimientos, es posible que la permanecía de tus pesadillas se deba a tu propia terquedad al no hablar de ellas, ¿cierto? —supuso la mayor y tomó el silencio del cenizo como una confirmación —Bakugou-kun, mi deber como enfermera de la academia es cuidar del bienestar en todo sentido de los estudiantes. Si uno de ellos necesita asistencia psicológica para tratar con un evento traumático, es mí obligación informarlo al director. No lo hice en tu caso porque, más que un evento traumático para tí, pareciera tratarse de una situacion que da forma a las pesadillas. Un mismo escenario, solo eso. En todo caso, siempre eres bienvenido a hablar conmigo si lo necesitas.

Katsuki asintió, está vez con la heroína viéndole y dándole una sonrisa, para después decirle que podía retirarse antes de que llegara su siguiente visitante. Él se paró, agarro su mochila y salió, apenas se dió media vuelta noto a Shoto, apoyado contra una pared del pasillo con unos auriculares puestos y un libro en mano. Pudo reconocer, vagamente, el idioma portugués. Se acercó sigilosamente a su concentrado novio y le asusto tocando su hombro, de inmediato, las hojas dentro del libro cayeron al suelo y el de ojos rojos soltó una carcajada.

El bicolor hizo un puchero, se quitó los auriculares y se agachó en el suelo a recoger sus notas. El más bajo hizo lo mismo y cuando sus manos se rozaron al agarrar la misma hoja, tuvo la oportunidad de tomar al de quirk dual por sopresa y robarle un beso. Un beso que no pudo romper ya que el más alto lo atrapó por la nuca, forzó su lengua salvajemente en su boca e incremento la duración e intensidad de sus labios juntos. Lo dejo ir cuando necesitaron respirar y le dejo un beso más suave y dulce en la frente.

—...Eres un bruto y pervertido —murmuro sintiendo que las piernas le temblaban debido a la exitacion y llevo una mano a su boca para limpiar la saliva —Estamos en el jodido pasillo, Shoto.

—Lo lamento, me eres demasiado tentador últimamente y me cuesta controlarme. Pero al menos ya no quemó tu ropa al besarte así —sonrió el de quirk dual, recordando las quejas del cenizo sobre su uniforme siendo quemado a la altura de la cintura o en los hombros cuando se besaban de aquella manera intensa — ¿Cómo te sientes después de tu charla con Recovery Girl?

—Mejor, creo que ya tengo una jodida idea de cómo lograre dormir más tranquilo —afirmó el de quirk explosivo poniéndose de pie y ayudando al más alto a hacer lo mismo —Me volveré más fuerte y ya. Y te seguiré contando de las mierdas que me afectan y veré que tú te vuelvas tan fuerte como yo, para no estar siempre preocupado por tener que salvarte el pellejo.

—Me alegra ver que tú espíritu ha vuelto —bromeo el bicolor —No tienes de qué preocuparte, es una de mis metas personales el superarte para bajarte un poco el ego.

Bakugou le saco la lengua a Todoroki, lo que inicio otra ronda de besos y pequeñas risas que se les escaparon cuando se dieron cuenta que llegarían tarde a las clases extracurriculares si seguían de aquella manera.

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