Capítulo 51

Aizawa sabe que esto es cruel, pero Nedzu lo ordeno. Lo que era muy diferente a lo habitual, por lo general, el director pedía las cosas, no las ordenaba a no ser que necesitará que fueran hechas al pie de la letra y tal y como él lo quería.

Quizás por eso mismo se lo ordeno, debía saber que de otra forma no lo haría. Pero aún así, le seguía pareciendo cruel. Es decir, comprendía el porqué lo ordenó pero, ¿no llegaba a ser demasiado?

¿O es que acaso ya no podía ser imparcial porque se trataba de Kaminari? ¿Se había vuelto blando porque se trataba de su hijo?

Porque, aún si el rubio todavía no lo veía como tal, para él desde hacía tiempo se había convertido en su hijo.

El azabache sintió el corazón pesado, se llevó una mano hasta el pecho y miro hacía la ventana, viendo el día libre de nubes con el sol en lo alto. Ojalá la paz del día pudiera ser transmitida a su interior.

—Hey, darling, estás muy distraído hoy —lo llamo Yamada — ¿Qué sucede? ¿Es por lo de los niños? Sabes que lo harán excelent, no tienes de qué preocuparte.

El azabache giro la cabeza hacía su esposo, luego observó a los lados, estaban en el segundo piso de la academia en uno de los pasillos y era horario de clases, así que nadie los vería ni los molestaría. Por ese motivo, apoyo la frente en el hombro del rubio, algo que preocupó bastante a su esposo ya que él no daba ese tipo de muestras de afecto en público.

— ¿Amor? —lo llamo nuevamente — ¿Qué tienes?

—Nedzu...me ordenó que le dijera a Denki que el entrenamiento de calificación solo dejaría que uno de la clase C pasará a formar parte de la clase A —le contó y pudo sentir como la mano en el rubio en su espalda se tenso —Es mentira. El pase es para ambos. Pero me ordenó decírselo antes del entrenamiento.

—Debe querer ver qué hará respecto a eso —medito el rubio, suponiendo lo más lógico que podría hacer el director —Si aún así hará todo lo posible por aprobar o si no, para que Shinsou pase. Pero por la personalidad de ese niño...

—Dejará que Shinsou apruebe —lo interrumpió el azabache  abruptamente—Creerá que merece estar en la clase A más que él. Lo dejara ganar.

Yamada se quedó en silencio y no podía haber nada peor que eso, el de ojos ónix quería escuchar que lo negara, que dijera que no era como él pensaba. Que el rubio de ojos dorados no era capaz de dejar de lado sus sueños, de olvidar todo su esfuerzo del último año, de aceptar tan fácilmente que otra persona merecía más que él.

Pero vamos, conocía a ese niño. A ese lindo, amable y tonto niño.

Por supuesto que pensaría que no lo merecía. Y esa era la parte cruel, que tendría que decírselo y ver cómo en sus ojos dorados se reflejaba la aceptación.

Fue la primera vez en su vida que deseo, con toda sinceridad, no tener que ir a dar clases.

Bakugou podía notar que Kirishima estaba más emocionado que nadie por aquel entrenamiento, por la manera en que se movía constantemente a su lado y esperaba viendo hacía las escaleras de la plataforma la llegada de cierta persona. Sero y Ashido también lo estaban, claro, pero lo del pelirrojo era a otro nivel.

Un nivel tanto divertido como irritante.

—Kirishima, ¿podrías quedarte por un puto momento quieto? —gruño viendo hacía el pelirrojo que daba saltitos de impaciencia —Que me alteras los nervios.

—Lo siento, los siento, pero no puedo evitarlo, ¿todavía falta mucho para que empiece el entrenamiento? —cuestiono ansioso, en sus ojos rojos se reflejaba un gran entusiasmo y expectación — ¿Para que se armen los equipos?

—Los extras de la clase B todavía ni están aquí para armar los jodidos equipos, falta como media hora —bufo y de inmediato, vio el semblante del otro decaer, lo que le hizo sentirse un poco culpable y agrego chequeando la lengua —Tal vez, menos. Veinte minutos.

Con ese horario, al pelirrojo se le volvieron a iluminar los ojos y el cenizo estaba convencido que en su otra vida, había sido un jodido perro. De esos que siempre estaban alegres, juguetones y conservaban hasta la vejez un alma de cachorrito.

—Hey, Bakugou, ¿ya has pensado con quién hacer equipo? —preguntó curioso el azabache que estaba a su derecha.

— ¿Nos vas a dejar por tu guapo novio? —ladeó la cabeza en su dirección la de cabello rosado —Porque no me molestaría para nada.

—Cierra la jodida boca, alien —se sonrojo y omitió la parte donde el bicolor todavía no era formalmente su novio, aunque seguía sin tener idea si eso se debía formalizar o no —Aún no lo pensé. Pero me puedo conformar con ustedes. No son tan inútiles.

— ¿Debemos tomar eso como un halago o sentirnos muy ofendidos? —alzó una ceja el más alto —No, espera, viniendo de ti es un enorme halago.

El de quirk explosivo rodó los ojos y la femenina se le agarro del abrazo, riéndose, en lo que el azabache decía que cada palabra suya era cierta. El pelirrojo los ignoraba, mirando hacía la parte de adelante de las escaleras de la plataforma de dónde estaban, esperando la aparición de los demás.

Luego de unos minutos, a eso de las tres en punto de la tarde, empezaron a llegar los miembros de la clase B, con sus trajes de héroes puestos y detrás de ellos, llegaron Mindnight y EreaserHead con Shinsou y el rubio.

Por algún motivo, el último llevaba un semblante extraño que solo fue perceptible para el de dientes puntiguados. Pero como después desapareció y sonrió al verlos a ellos en la plataforma, no estuvo tan seguro de realmente haberlo visto.

—Bien, ahora que ya estamos todos aquí vamos a armar los grupos por sorteo —anunció el profesor de la clase A, el cual tenía un semblante más serio de lo habitual y puso a todos un poco más nerviosos de lo que ya estaban —Como saben, estos combates son para definir el cambio de clases de Shinsou Hitoshi y Kaminari Denki del grupo C. Eso no les afecta a ustedes como tal, así que piensen en estos combates como un entrenamiento más.

Kayama empezó a armar los grupos al azar, siendo que los chicos de la clase C quedaron con un grupo de la clase B y otro de la clase A. A el rubio le tocó con Bakugou, Midoriya y Uraraka. A el de cabello violeta con Monoma, Testu y Awase. También en el sorteo de enfrentamientos, ambos chicos de la clase C tendrían que pelear el uno contra el otro.

El pelirrojo estaba por ir a hablar con el rubio sobre los combates cuando vio que el de ojos violetas se le acercaba y le agarraba de un brazo para llevárselo a otro extremo de la plataforma donde estaban esperando a que terminara el primer combate. Esa actitud suya le pareció algo rara, así que no pudo evitar el seguirlos. Se detuvieron a unos metros de los demás y el de quirk de lavado de cerebros soltó al rubio, que quedó de espaldas a él.

Estaba a la suficiente distancia como para escuchar su conversación sin esfuerzo.

—Kaminari, escúchame, lo que dijo Aizawa-sensei haz como si nunca lo hubieras escuchado —dijo el de cabello púrpura.

—Shin...no puedo hacer eso —protesto débilmente el rubio pese a que el otro siguió hablando de todas formas.

—Te has esforzado tanto como yo e incluso más, ¡tuviste que soportar cosas muy duras para llegar aquí! ¡demasiada mierda como para que pueda decirla ahora! —elevó su voz el de ojos violetas y bajo la cabeza, apretando débilmente el brazo del otro —Por favor, no quiero cumplir mí sueño sabiendo que te arrebate el tuyo. Por favor, haz lo que siempre haces, tu mejor esfuerzo y pelea contra mí. Así, si llego a ganar o a perder, sabré que fue justamente. Te lo ruego, no te hagas esto. Eres mí amigo, como tú quieres lo mejor para mí, yo deseo también lo mejor para ti.

A Eijirou se le seco la garganta y quiso ver la expresión que estaría haciendo Denki ahora. Intento hacer el esfuerzo de recordar ese semblante extraño que tenía a medida que subía por las escaleras de la plataforma, como sus cejas se mantenían hacía abajo mientras sus labios se mantenían apretados en una fina línea, como si estuvieran reteniendo algo. Y de alguna manera, supo que esa debía ser la expresión que debía estar haciendo delante de Hitoshi, el cual alzó la cabeza y al verlo, lo soltó.

Porque lo vio a él detrás del rubio.

—Piensa bien en lo que te dije —fue lo último que pidió, antes dejar al de ojos dorados atrás y acercarse al de dientes puntiguados, le miró con seriedad —Habla con él. A ti podría hacerte caso.

El de ojos rojos no supo qué decir a eso y fue peor cuando el más bajo volteo a verlo, tenía una expresión triste que intento borrar con una pequeña sonrisa pero no lo consiguió, se abrazo nerviosamente así mismo y él se le acercó.

— ¿Qué sucedió, Kaminari? —quiso saber el más alto preocupado y sintiéndose ansioso — ¿Por qué Shinsou se veía tan desesperado? ¿Qué pasó entre ustedes?

—Eso...—balbuceo el rubio, no quería decirlo, pero su lengua le traicionó y soltó la verdad delante del pelirrojo —Es porque Aizawa-sensei dijo que solamente uno de nosotros podía pasar a la clase A. Nos lo dijo antes de llegar aquí.

Kirishima lo siente como un golpe en el estómago, uno que le quita el aliento, que le deja conmocionado y desequilibrado. Kaminari ve su expresión y aprieta su brazo izquierdo con la mano derecha, se muerde los labios y el corazón le late en los oídos, las lágrimas que le molestaron cuando escucho la noticia —de boca del propio hombre que le había dicho que tendría un futuro mejor— vuelven a aparecer y pestañea para que no caigan, aprieta su piel para recordarse a sí mismo que no es todo tan malo y que no es el fin del mundo, pese a que así lo siente.

Pese a que en serio quería llorar, gritar y golpear a alguien, únicamente para desquitar algo de la frustración y el dolor que sentía.

—Shinsou debería estar en la clase A —murmura con un hilo de voz —Yo podría intentarlo el otro año. No importa...

— ¿Realmente no te importa? —lo interrumpe bruscamente el de dientes puntiguados, tiene los puños apretados a los lados de su cuerpo y puede sentir como las emociones lo sobrepasan — ¿Y si el otro año vuelves a dejar que otra persona pase mientras tú no lo haces? ¿Acaso no querías volver con nosotros a la clase A? ¿O es que ya no te importa lo que nos dijimos en el festival cultural de estar juntos este año? ¿Se trataron de palabra sin importancia? ¿Una mentira?

El de dientes puntiguados quiere decir más cosas, se siente molesto y está frustado, pero cuando mira al rubio, solo se puede concentrar en las lágrimas que caen de sus ojos dorados y el golpe que acaba de sentir en su estómago, se multiplica por diez cuando se da cuenta de lo que ha hecho.

De la monumental idiotez que ha hecho.

Hizo llorar al chico que le gustaba, el cual siempre estaba sonriendo. Logró algo increíble e impensado. Un acontecimiento que nadie más debió haber logrado, ni siquiera All for One, hacer que el rubio llorará delante de otra persona.

Se siente como la peor basura en el universo. Como una escoria.

—K-Kaminari yo...—tartamudeo pero el rubio se limpió las lágrimas, lo empujó y corrió velozmente hacía otro lado — ¡Kaminari, espera! ¡Kaminari! ¡Kaminari!

El de ojos rojos no es capaz de detenerlo, el de quirk eléctrico a corrido hacía Jiro y Shinsou, los cuales le ven raro cuando sonríe alegre hacía ellos, los cuales abren los ojos al notar la humedad reciente en sus mejillas que no pudo borrar y luego, lo miran a él que está a menos de un metro, con una expresión de culpabilidad visible. Ambos se ven molestos pero ninguno dice nada, la azabache le da la mano al rubio y el de cabello púrpura parece decirle algo, a lo cual el otro niega con la cabeza y se ríe, pero se nota que es forzado, demasiado forzado.

El de ojos rojos no tiene el valor de acercarse después de verlos consolar al rubio. Se aparta derrotado, vuelve con sus amigos y Ashido le da un leve golpecito en su pecho a su llegada.

— ¿Todo bien, Kirishima? —pregunta un poco preocupada por su expresión deprimida.

—No —suspiro el pelirrojo, pasando una mano por su rostro y queriendo volver el tiempo hacía atrás, aunque fuera unos dos minutos para darse un buen golpe en medio de la boca —Acabo de hacer la cosa menos masculina posible en toda mí vida.

— ¿Y eso qué sería? —cuestiono Sero, el cual tenía un mal presentimiento por la manera en que su amigo se estaba comportando.

El de quirk de endurecimiento niega con la cabeza, no quiere decirlo porque sabe que ellos dos irán en busca del rubio para que se disculpe —una prioridad que tenía— y eso sería molestar innecesariamente al de ojos dorados, el cual seguramente no quería verlo en este momento.

—Ya lo resolveré —es todo lo que pudo decir, sin estar ni de cerca seguro de poder hacerlo.

—Me quedó con el maldito rubio loco —sonrió el de quirk explosivo —Desde hace tiempo que quiero darle una paliza digna.

—Kacchan, dejemos esas cosas de lado por hoy —pidió divertido el de ojos esmeralda —Creo que lo mejor sería permanecer juntos e ir atrapando uno a uno a los demás. Pero si separarnos es inevitable, tampoco me parece tan mala idea.

—El quirk de Kaminari-kun nos será muy útil para dejarlos aturdidos, ¿y si los llevamos hacía donde esté él? ¿como una carnada? —propuso la castaña — ¿Qué te parece Kaminari-kun?

El escenario del entrenamiento era un espacio industrial, con zonas cubiertas y despejadas, varios tubos en todas partes y calles de concreto gris. Todo se veía tan parejo, tan igual, que perderse sería muy sencillo. Los profesores los dejaron en una punta paralela a dónde estaba el grupo de la clase B, el reloj corría y debían armar un plan rápido de ataque o defensa.

Pero con el rubio de quirk eléctrico prestando atención a todo menos a sus compañeros, el panorama no pintaba para nada bien.

— ¡Hey, cara de idiota! —lo llamo el cenizo, causando que al de ojos dorados le diera un sobresalto y les mirará aturdido — ¿Nos estás escuchando o no?

— ¿E-Eh? Oh, l-lo siento —se disculpo el de quirk eléctrico apenado —Me distraje. Perdón.

—Kacchan, no seas tan serio con Kaminari-kun —reprochó el de ojos esmeralda —Debe estar nervioso. Este entrenamiento es muy importante para él.

— ¡Kaminari-kun, no te preocupes, daremos lo mejor para que vuelvas con nosotros a la clase A! —alzó los brazos la castaña — ¡Puedes confiar en nosotros!

Es breve, pero Bakugou puede notar como los ojos dorados de Kaminari se vuelven brillosos, un leve temblor aparece en sus manos y de alguna manera, sabe que debe hablar con él. Todavía puede recordar la manera en que Kirishima volvió con ellos luego de hablar con el rubio —sí, lo vió ir a buscarlo apenas llego a la plataforma— con la cabeza gacha y una expresión que parecía decir que tenía muchos deseos de golpearse a sí mismo. A ellos dos les sucedió algo. No está seguro de exactamente qué pero es lo bastante serio como para tenerlos decaídos y no puede ver a ninguno de esa manera.

Esos idiotas debían vivir por siempre y para siempre con una sonrisa de felicidad en sus rostros.

—Vamos a separarnos, ustedes atraigan a los extras hacía nosotros —indicó el de quirk explosivo —El quirk del ojeroso nos complicara la comunicación, así que, ¿cuánto saben del lenguaje de señas?

—Bastante —respondió el de pecas —Rui-chan y Eri-chan lo practican mucho en la sala de los dormitorios y de vez en cuando las ayudo.

—Un poquito —contestó la castaña —Lo básico para comprender a Yuna-san.

—Con eso tendrá que bastar —asintió el cenizo —Empecemos a movernos antes de que se nos agote el tiempo.

Midoriya y Uraraka asintieron en lo que tomaban un camino recto por la derecha, en lo que el rubio y el cenizo no se alejaron mucho de la zona donde estaban, solo se escondieron mejor en los rincones tapados. Cuando se quedaron solos, el de ojos rojos se cruzó de brazos y miro con seriedad al más bajo, el cual trago saliva nervioso.

—Confiesa, Kaminari, ¿qué mierda te sucede?

Uh, no hay nada más aterrador que Bakugou sin usar apodos.

El de quirk eléctrico se quedó quieto apoyado contra la pared, con una mirada triste que no podía ocultar delante del otro y mordiendo el interior de su mejilla, decidió ser un poco honesto para variar.

Además, aparte de Yuna, el cenizo era la única persona con la cual se sentía lo bastante confiado como para ser totalmente honesto. Aún si lo que le decía era muy deprimente y patético.

—Bakugou, ¿cómo decides que mereces algo? ¿más que otra persona que también se esforzó mucho para conseguirlo? —murmuro, jugando con sus dedos y recordando los días de entrenamiento con el de ojos púrpura — ¿Qué está bien que te lo ganes? ¿Cómo haces para no sentirte culpable después?

Hubo un breve silencio, luego se oyeron los pasos pesados de las botas del cenizo contra el concreto y finalmente, el rubio sintió una mano tocando su cabeza, con inesperada y abrumadora gentileza.

—No lo sé. Ya que yo soy un maldito egoísta. Me esfuerzo mucho para conseguir lo que quiero y no pienso jamás en quien lo perdió, Kaminari, ¿por qué tendría que hacerlo? Hago lo que quiero, doy lo mejor y voy siempre por la victoria, por eso no puedo detenerme a pensar en el perdedor. Si lo hiciera, no ganaría nunca —respondió con honestidad el de ojos rojos —No digo que tengas que pensar así, no hace falta. Solo debes tener en claro una cosa y aferrarte a eso, ¿qué es lo que más quieres en este momento, eh?

Denki lo pensó, lo que más quería era volver con la clase A, fue extraordinario compartir un año con la clase C, el tener más compañeros que lo cuidaban y querían, el entablar una amistad con Hitoshi pero no se comparaba al escaso y valioso tiempo con los demás. A la amabilidad de Hanta, a los chistes y la energía de Mina, las canciones de Kyoka, las bromas de Minoru y el entusiasmo de Eijirou. No había punto de comparación en el amor y cariño que sentía hacía ellos.

Quería volver con los demás. Quería volver a su pupitre a un lado del pelirrojo. Quería volver a ser su compañero y está vez, serlo con sinceridad, sin mentiras de por medio, sin prejuicios acerca de esos futuros héroes que resultaron ser tan diferentes a lo que creyó al inicio. Estaba desesperado por eso, lo deseo todos estos meses, realmente, no era tan bueno como para dejar pasar la oportunidad pero...sabía que lo haría y eso le daba miedo.

Le daba miedo decepcionar a los demás. Le daba miedo decepcionar a sus hermanas y a los héroes que le querían forjar una nueva vida. Le daba miedo decepcionarse a sí mismo. Pero lo que más le daba miedo y ya sucedió, fue haber decepcionado a el pelirrojo de dientes puntiguados.

Lo que más le dolió fue que estuvo por romper su promesa de estar juntos este año.

Pero fue justamente ese dolor, junto con las palabras del cenizo, lo que le hicieron abrir los ojos.

Katsuki espero pacientemente a que el rubio analizará sus palabras, espero hasta que le vio levantar la cabeza, con un nuevo brillo en los ojos dorados aunque su semblante se mantenía algo ansioso.

—Lo que más quiero es volver a la clase A. Todavía...no estoy seguro si lo merezco más que Shin, ¡pero lo pensaré después! —agrego con fuerza y después, le sonrió con cariño al cenizo —Gracias, Bakugou.

—De nada, tonto —dijo el de quirk explosivo —Ahora...

El momento tranquilo se cortó cuando el ruido de un fuerte estruendo se escuchó y ambos amigos tuvieron que verse mutuamente, decidiendo en ese momento abandonar su posición para ver qué había sucedido en la dirección del ruido. Corrieron por un par de metros, hasta que se encontraron de frente con algo que no pudieron comprender.

Izuku tenía lo que parecían látigos negros saliendo de sus manos, la mirada desenfocada y se estaba llevando todos los metales de la zona a su paso con ellos, causando un completo desastre a su alrededor.

— ¡¿Eso forma parte del quirk de Midoriya?! —grito asustado el rubio.

El cenizo no supo que responderle, suponía que sí, en la serie animada el pecoso desarrollaba un segundo quirk, aunque en realidad era de uno de los portadores en el interior del One For All. E irónicamente, ese quirk salía a flote en su primera batalla contra él, como miembro de la Liga de Villanos. Cómo eso no había sucedido, no tuvo forma de adivinar cuando se mostraría. Casi dio por hecho que sería en algún entrenamiento o cuando el de pecas estuviera con All Migth. Se trataba de algo de lo que, simplemente, él no tenía control alguno. Por lo tanto, no perdió tiempo pensando en lo que haría.

Si llegaba a pasar, siempre imagino que lo resolvería en ese momento. Pero nunca imaginó que sería tan caótico e inesperado.

Uno de los tubos de metal paso rozando por sus cabezas y el de quirk explosivo diviso a Ochako, encima de un edificio, a punto de saltar para llegar hasta el de ojos esmeralda. De inmediato, se espantó y alarmó.

¡Uraraka, no, él no está en sus jodidos sentidos ahora! —le advirtió, usando su apellido en vez de algún apodo debido al pánico que sentía de que la femenina saliera herida — ¡No te le acerques!

— ¡Pero hay que hacer algo, Deku-kun necesita ayuda! —respondió decidida la de ojos chocolate — ¡Saltare! ¡Lo haré reaccionar por las malas si es necesario!

El de ojos rojos se mordió los labios al ver a la castaña saltar del edificio para llegar hasta el de pecas, abrazarlo y mantenerse cerca suyo, pese a que la estaba lastimando con los látigos negros. Sin tener el tiempo de pensar en otra cosa, uso anima para crear hilos que lo llevarán hasta el alma del pecoso y pudo sentir la confusión en su interior. Los propios portadores no sabían qué estaban haciendo y querían volver a dejar el control al de pecas, pero se les estaba dificultando. Usando los hilos del alma intento separar a el de ojos esmeralda de la influencia de los demás portadores de One for All —lo que fue parecido a separar canicas de un mismo color con un degradado imperceptible— y mientras estaba en eso, escucho el rubio a su lado gritando por la ayuda del de ojos púrpura que apareció debido al escándalo.

Shinsou sin entender nada le gritó a Midoriya que peleará contra él y junto con su parte hecha con anima, el de ojos esmeralda finalmente se despertó de su trance. Bajo al suelo con el quirk de gravedad de Uraraka y lo primero que hizo fue verla a ella, tenía un corte en la cara del lado derecho y parte del traje destruido, pero le seguía sonriendo amablemente, con una mirada algo preocupada.

— ¿Te sientes mejor, Deku-kun? —quiso saber la femenina — ¿Estás herido?

—Yo...—balbuceó el de ojos esmeralda sintiéndose culpable al notar las múltiples heridas de la castaña — ¿Te hice eso, Uraraka-san?

— ¿Qué cosa? —se llevo una mano a la cara la castaña cuando el pecoso rozo, cuidadosamente con sus dedos, la sangre del corte que tenía ahí —Ah, eso, ¡es un raspón, no importa!

— ¡C-Claro que importa! ¡Lo lamento mucho, lo siento! ¡No sé que me pasó...!

— ¡Pueden seguir después con eso, que tenemos un puto entrenamiento que terminar! —los interrumpió el cenizo en lo que miraba como el de ojos púrpura se ponía en guarida.

Eran cuatro contra uno. Monoma ya había sido reducido por la castaña y fue la razón del descontrol del pecoso, pero eso se explicaría más adelante. Quedaban el de ojos púrpura, Testu y Awase.

Y los dos últimos aparecieron a los lados del de ojos violetas. Llegaron por el escándalo, tarde para ayudar al de pecas pero a tiempo para pelear junto con su compañero de la clase C.

La pelea estaba por empezar cuando se escuchó un ligero zumbido y los adolescentes vieron que los rodeaba la electricidad del quirk de Kaminari. El rubio se puso delante de sus compañeros, mirando directamente al de cabello púrpura que tenía una sonrisa de lado.

Una sonrisa que detonaba cierta felicidad pese a que veía venir su inminente derrota.

— ¿La técnica de tu hermana? —cuestionó y el de ojos dorados asintió, con una expresión triste pero decidida —Bien. Testu, te quedarás solo.

— ¿E-Eh? —se sorprendió el platinado — ¿Cómo?

El zumbido se incremento. Bakugou también estaba rodeado por la electricidad, igual que el de pecas y la castaña. Se encontraban dentro del campo eléctrico del rubio pero no recibieron el mismo daño que el de ojos violetas y Awase, que quedaron fuera de combate de una fuerte descarga eléctrica.

Estaban asombrados y cuando el rubio volteo a verlos, tenía el rostro algo pálido, pero no parecía haber entrado en cortocircuito.

—Es mí versión del campo eléctrico que usaba Yu-nee. No es para muchos enemigos y...—se tiró al suelo —Me deja muy cansando. Pero no tonto, ¿es un avance, no?

El cenizo rodó los ojos pero al final sonrió orgulloso del más bajo, la castaña se ofreció a llevar a los inconcientes chicos hacía la celda y el de pecas peleó contra el de cabello platino, que al tener un quirk que le permitía endurecer su cuerpo como Kirishima, le dio bastante pelea. Hasta que terminó siendo noqueado.

La voz de Mindnight los anuncio como ganadores y pudieron salir, pero antes de hacerlo, el cenizo se detuvo en medio del lugar. Viendo hacía la zona donde seguía habiendo indicios de la destrucción que causó el de pecas.

Había usado anima en una situación de caos completo pero la naturaleza no apareció. Quería pensar que se debía a la protección de Dios pero tenía el presentimiento que no era por eso que seguía a salvo.

No, algo se avecinaba. La naturaleza solo se estaba tomando su tiempo. Y mientras más tiempo se tomará, las consecuencias podrían llegar a ser peores para todos.

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