Capítulo 50
El invierno dio paso a la primavera, la nieve se derritió y las heridas sanaron al completo, los días cálidos parecían optimistas y gozar de un ánimo renovado.
O así se sentía la clase A de segundo año hasta que vieron las hojas de orientaciones que Iida Tenya, el delgado por segundo año de la clase, y Momo Yaoyarozou, la subdelegada por segundo año, les entregaban.
—Tenemos un mes para elegir entre Clases de Primeros Auxilios Avanzados, Estrategias de Salvamento, Administración, Diplomacia Extranjera y Leyes de Héroes —explicó el de lentes con seriedad —Todo el material dictado en esas materias se explica en las hojas que acaban de recibir. Son muy importantes para la formación como héroes, con abundante teoría, clases prácticas y asambleas. Únicamente, pueden inscribirse a dos o a una. Así que pensarlo todo lo que necesiten. Tengan en cuenta cuáles irían mejor con sus quirks y personalidades.
Bakugou, como muchos otros, tomo la gran cantidad de hojas en su banco con un gesto que detonaba cierta molestía e incluso irritación. Pero era culpa de las hojas, por parecer tantas y con la letra tan pequeña. En sí, le interesaba saber sobre las clases. Se inclinaba más por la de Primeros Auxilios Avanzados, ya que en su otra vida sabía bastante sobre medicina debido a su condición, no había nada más interesante que escuchar de vez en cuando a los doctores o tomar un libro de alguna enfermera practicante. Se negaba rotundamente a estar en un hospital, pero en una situación de emergencia con un civil herido o donde su quirk no fuera necesario, dar los primeros auxilios no le parecía una mala idea. Después, en cuanto a la segunda materia que podría elegir, pensaba que quizás la de Administración. Por ser la más útil si quería hacer el papeleo de forma rápida y eficaz en el futuro, una tarea de héroe bastante molesta pero necesaria.
—Este es un año con bastante contenido teórico por lo que han contado los profesores —tomo la palabra la azabache, con una sonrisa en su rostro que hizo a todos tener curiosidad, ya que parecía entusiasmada —Por eso mismo, nos han informado de la organización de una fiesta. Al parecer, es una tradición hacer una fiesta en el segundo año de Yuei en la semana de inicio, para que podamos divertirnos antes de empezar con las clases. El tema de la fiesta es árabe, fue propuesto por Mindnight-sensei.
Mineta pareció especialmente feliz por eso, posiblemente, imaginando los atuendos que llevarían las chicas. Asui y Jiro combinaron sus quirks para dejarlo dormido —es decir, inconciente— en lo que se seguía hablando de la fiesta.
La fiesta ya estaba armada, orquestada y diseñada, todo lo que tendrían que hacer ellos sería elegir sus ropas ese día en el lugar y nada más. Los profesores se encargaron de organizar todo, por supuesto, el alcohol estaba prohibido y no sería hasta muy tarde, pero conociendo a Yamada no sabían que tan seguros estar acerca de esas cosas. Nadie quería un castigo iniciando el año, aunque podían presentir que habría ciertas indulgencias por parte de los profesores esa noche, así que ya verían cómo se iban a comportar.
Además de la fiesta y las clases de orientación, la clase A se enteró que mañana harían un entrenamiento en conjunto con la clase B, uno muy especial ya que era de calificación de pase de dos estudiantes de la clase C.
Es decir, que llegó el momento de saber si Kaminari volvería a la clase A y si lo haría junto con Shinsou Hitoshi.
Si hubiera tenido elección, no lo habría elegido a él.
Si fuera alguien decente, quizás no sería tan malo.
Si pudiera sacarse el corazón y tirarlo al fondo del mar, lo haría con mucho gusto. Sería todo más sencillo si directamente no tuviera corazón, ¿cierto? Si no tuviera la capacidad de sentirse conmovido, a gusto, emocionado. Si no fuera capaz de llorar, amar u odiar.
Si pudiera vivir siendo una cáscara. Si pudiera volver a cobrar esa magnífica habilidad de mentir con una sonrisa de oreja a oreja.
Pero Kaminari ya no podía hacerlo. Esa habilidad murió en el campamento de verano del año pasado y sería muy cruel para los demás, para sí mismo, que volviera a usarla.
Entonces, ¿qué otras opciones le quedaban?
—Dile que lo quieres y listo, ¿acaso no aprendiste nada de Todoroki y Bakugou? ¿quieres sufrir por nada cuando puedes ser feliz, Kaminari?
Shinsou le jalo de la oreja derecha con fuerza, en la cual se había hecho unos piercings, de color rojo. Cómo para no ser tan obvio, iba a una tienda y pedía justamente ese color para perforarse la oreja de manera permanente, como si se trataran de un secreto a voces y una promesa eterna. Sin dudas, era un idiota.
Un verdadero idiota que, al parecer, no comprendía que enamorarse de su mejor amigo no le estaba permitido.
El rubio aparta la mano del contrario de su pobre oreja, la cual le duele todavía debido a que los piercings tardaban en cicatrizar y lo miro con un puchero, en lo que el de cabello púrpura se cruzaba de brazos sobre el pupitre y miraba por la ventana, como él venía haciendo todo este tiempo.
—Dentro de poco estarán en la misma clase —dijo esperando ver su reacción —Y entonces no será tan fácil ocultarlo.
—Aún no tomamos el examen y ya piensas que aprobare, que optimismo tan inesperado de tu parte Shin —se rió el rubio pero el otro mantuvo un semblante serio —Lo sé. Pero no me quedara de otra.
— ¿Por qué no? Es...
— ¿Es obvio que soy correspondido? —adivinó el de ojos dorados, volviendo a girar la cabeza para mirar hacía la ventana, en lo que su semblante se llenaba de tristeza —No soy tan denso como Todoroki. Claro que lo sé. Pero tampoco soy como Bakugou. Soy yo y ese es precisamente el problema con que le guste a Kirishima. Que soy yo.
Un hijo de villanos. La persona que traicionó a sus compañeros de clase y dejo que los villanos hicieran un ataque en las instalaciones de Yuei. Alguien que dejó que un amigo fuera secuestrado por el bien de su familia.
A diferencia de él, Bakugou era una persona increíble y Todoroki pese a su lentitud para notar sus sentimientos, podía hacerlo feliz. Hacían una buena pareja, una que no tenía pasados oscuros, ni personalidades que llegaban a ser tan cínicas como la suya.
¿Por qué le gustaba a Kirishima en primer lugar? Ojalá pudiera preguntarle, ojalá pudiera agarrarlo de los hombros y sacudirlo y gritarle porqué mierda lo quería a él de entre tantas personas en el maldito mundo. Porque una vez descubrió sus propios sentimientos, los cuales parecían a flote e inconcientes, cuando comprendió que no era lo mismo abrazar al pelirrojo que abrazar a Sero o a Ashido, no los pudo ignorar y fingir que no existían. Así como tampoco pudo ignorar la mirada llena de cariño del pelirrojo dirigida hacía él, la manera en que sus manos grandes y ásperas le tocaban con cuidado cada vez que se acercaba para abrazarlo, o los incontables momentos donde su amabilidad paso de la amistad a ser algo más significativo.
Sin embargo, no podía preguntarle sobre eso. Porque tenía muchísimo miedo de que el de dientes puntiguados fuera honesto.
Que fuera honesto sobre sus sentimientos y que él tuviera que negarlos. Que tuviera que rechazarlos. Debido a que sabía perfectamente que no le traería nada bueno a alguien tan brillante como el sol juntarse con él que solo le daría tormentas eléctricas dolorosas.
El rubio escucho al de ojos violetas hablarle pero lo ignoro, sus ojos se concentraban a las personas en el patio que podía ver desde la ventana. En especial, en las figuras de cabello pelirrojo y cabello cenizo en punta, en una esquina del patio, practicando lo que parecía boxeo. Los movimientos de ambos eran increíbles, los del cenizo ágiles y rápidos, los del pelirrojo fuertes y directos. Al final, con una barrida de piernas, el pelirrojo fue derribado en el piso, pero seguía conservando una sonrisa e incluso parecía estarse riendo, en lo que el cenizo victorioso lo ayudaba a ponerse de pie y le explicaba qué hizo mal exactamente durante el combate, mantenía una expresión de concentración y seriedad, asintiendo a cada palabra dicha.
Que lindo.
El de ojos dorados apoyo el mentón sobre su mano derecha, en lo que seguía mirando la escena, hasta que un Aizawa alejado en una punta del patio pareció ordenar que se cambiara de contrincantes y vio como cierta persona de cabello mitad rojo y mitad blanco iba por el cenizo, al cual le apareció una amplia sonrisa, aunque no de alegría, sino de desafío y se fue con el bicolor, en lo que para el pelirrojo se acercaba alguien con cabello verde rizado y una sonrisa nerviosa.
Se le salio un ligera risa cuando noto lo nervioso que estaba Midoriya por el combate y la manera en que el pelirrojo intentaba calmarlo, sin éxito alguno. Una risa más fuerte se le escapó cuando, con un solo golpe, el pelirrojo salió volando por los aires y ahora podía verlo mejor desde la ventana, con su quirk activado y gritándole a su nervioso e incontrolable compañero que estaba bien.
En eso, lo vio alzar la cabeza, buscando algo o alguien, pero era imposible que se tratara de él, ¿no? Estaban en un piso alto, en el tercer piso de la preparatoria para ser exactos, así que las posibilidades de que hubiera escuchado su risa eran casi nulas.
Pero, como si se tratara del momento mágico que pasaba en las novelas de romance, Eijirou lo vio en la ventana, sus ojos rojos brillaron cómo si hubiera encontrado lo más preciso que tenía e hizo que su corazón se agitara, a la vez que se sonrojaba y tiraba del piercing rojo en su oreja. Lo vio saltar, alzar los brazos en el aire, gritar su apellido, como si pensará que no podía verlo desde ahí cuando era todo lo contrario. Al final, no pudo resistir la tentación de abrir la ventana y sacar la cabeza, sintiendo el ligero viento y los rayos del sol golpeando su rostro.
— ¡Kaminari, me viste! —celebró el de ojos rojos — ¡Hola! ¡¿Qué haces?!
— ¡Tengo hora libre, así que estaba hablando con Shin!
Para demostrar su presencia, el rubio obligo a Hitoshi a alzar su mano derecha para saludar al de dientes puntiguados, algo que hizo un poco de mala gana y rodando los ojos.
—Por favor, no quiero ser Midoriya entre ustedes —habló haciendo referencia a los celos que el bicolor sintió por tanto tiempo debido al pecoso —Que ya tengo novio.
—No seas tonto, eso no pasará —bufo el de ojos dorados aunque le causaba gracia la broma del contrario — ¡Dice Shin que te vaya bien en el entrenamiento! ¡Dale una paliza a Midoriya!
—Hey, yo nunca dije eso —protestó el de ojos violeta.
—Sí, pero ya no puedo decirlo yo en voz alta. No tan fácilmente, al menos —murmuro el rubio a su amigo —Te usaré de excusa solo por esta vez.
No se detuvo a ver la expresión del otro cuando dijo eso, no quería ver que le tuviera lástima.
— ¡Gracias! ¡Midoriya jura que fue sin querer, pero debo ir a vengarme un poco de él, aunque eso no es nada masculino! —se rió el de dientes puntiguados — ¡Ah, me está llamando Aizawa-sensei! ¡Nos vemos en el almuerzo!
— ¡Sí, nos vemos!
Cuando el pelirrojo se fue a seguir con el entrenamiento, el de quirk eléctrico volvió a cerrar la ventana y miro hacía el de cabello púrpura, el cual evaluaba su expresión de manera crítica y analítica.
— ¿Qué? —mascullo sin saber si había hecho una expresión rara mientras hablaba con el pelirrojo o si la que tenía ahora demostraba su tristeza.
—Kaminari, respetaré todas tus decisiones, ya que soy tu amigo y te aprecio —expresó con sinceridad el más alto —Pero está me preocupa. Tienes derecho a tener una relación, a ser feliz con la persona que te guste. Aún si es por un tiempo corto y después llegan a terminar, eso no está mal. Es parte de la vida.
—Gracias, Shin. Por ser mí amigo y preocuparte por mí —agradeció el de ojos dorados con una sonrisa pero luego, su expresión se volvió algo ausente y alejada —Pero ya lo he decidido. Prefiero seguir siendo amigo de Kirishima que intentar tener una relación. Además, seguramente, él encontrará a alguien más, a una persona maravillosa como él y la querrá mucho más de lo que me pueda querer a mí ahora.
— ¿Y qué hay de ti? —cuestionó el de ojos violetas, aunque lo que verdad quería preguntar era qué pasaría si el de quirk de endurecimiento no podía querer a nadie más que a el rubio de ojos dorados.
—Mí plan sigue siendo el mismo, terminar Yuei y hacerme cargo de mis hermanas —aseguró el de quirk eléctrico —Si después llegaré a tener a alguien a quien querer, no lo sé. Pero no me voy a involucrar con Kirishima. Eso no pasará.
Shinsou suspiro de manera pesada pero alzó las manos en señal de rendición y miro hacía la ventana, donde seguía el entrenamiento de la clase A. A lo lejos, noto como Kirishima giraba la cabeza en su dirección, hacía la ventana de su aula, buscando posiblemente a Kaminari.
Entonces, espero que él se de cuenta de tus mentiras. Que se de cuenta y haga algo al respecto.
Sin dudas, cuando entrara a la clase de héroes, le esperarían unos cuantos problemas respecto a esos dos. Únicamente, pedía que ninguno, en especial el rubio, terminará siendo herido por eso.
—Clases de Primeros Auxilios Avanzados y Administración —respondió Bakugou.
—Estrategias de Salvamento y Diplomacia Extranjera —contestó Todoroki.
— ¡Midoriya ganó la apuesta! —exclamo Ashido sorprendida — ¡Los dos eligieron clases distintas!
—Pero, ¿así no les será más difícil pasar tiempo juntos? —pregunto con curiosidad Yaoyarozou —Esas clases ni siquiera coinciden en horario.
Algunos de los integrantes de la clase A se encontraban repartidos por la sala del dormitorio, Kirishima, Midoriya y Sero compartían uno de los sillones largos. Uraraka, Asui, Yaoyarozou y Ashido otro de esos sillones, aunque la de cabello rosado estaba recostada parcialmente en sus amigas ya que estaba cansada. Después, el bicolor y el cenizo se habían quedado con uno un poco más pequeño pero que para ellos estaba bien.
Al finalizar su primer día escolar, después de la cena, se habían quedado por algún motivo en la sala conversando, en un ambiente ameno y amistoso, con varias preguntas sobre las clases de orientación y el entrenamiento calificativo de mañana. Fue la de cabello rosado quien quiso saber de las elecciones de la pareja —aún no formalizada pero que ya era obvia por la manera en que ambos chicos se estaban tratando— sobre sus materias y las apuestas fueron más que nada hechas entre ellos a modo de broma. Con el de pecas ganando al decir que no tenían clases en común ni por asomo.
Volviendo a la charla, el cenizo intercambió miradas con el bicolor, el cual se encogió de hombros y le sonrió con cariño, una acción que le tomó completamente desprevenido —a él y a todos, porque el de quirk dual no sonreía abiertamente tan fácil— para después mirar hacía la de cabello azabache del grupo.
—Mí hermano mayor y mí padre tomaron Diplomacia Extranjera, para poder hacer trabajos internacionales como héroes y relacionarse con las otras agencias, aparte de eso pudieron aprender mucho de las maneras de desarrollar el labor heróico en Japón. Me recomendaron mucho elegir esa materia si quería en el futuro salir del país —explicó el bicolor —La de Estrategias de Salvamento la quiero tomar porque me parece que es la que más se adecuada a mí quirk. Quiero saber las maneras en que podría hacer más útil mí parte de hielo en situaciones de desastre.
—Comprendo, es bastante lógico Todoroki-san —asintió la azabache —Me hace desear entrar en esa clase. Pero estoy dudando bastante. Me alegra tener el tiempo de pensarlo.
— ¡Sí, se oye genial pero no respondiste la parte importante, Todoroki! —acusó la de cabello rosado — ¿Qué piensas sobre que pasarás menos tiempo con Bakugou?
— ¡O-Ojos de mapache, deja de molestar con eso! —gruño el de quirk explosivo que podía sentir todo su rostro sonrojado — ¡Ni que necesitaríamos estar pegados todo el puto tiempo!
—Supongo que será difícil —respondió honestamente el más alto, tomando por sorpresa al más bajo a su lado que enmudeció de golpe ante su confesión —Aunque creo que para seguir enamorando a Katsuki, tengo que volverme cada vez mejor y seguir esforzándome para ser un gran héroe como él.
A la castaña y a la de cabello rosado se les escapó un aww mientras que el de ojos esmeralda se tapaba la boca para no reírse de lo rojo que estaba el cenizo y de la expresión homicida que tenía hacía el de quirk dual, el cual se mantenía tranquilo. Por otro lado, el azabache y el de dientes puntiguados parecían muy satisfechos con aquella respuesta.
—Eso es muy tierno, Todoroki-chan —sonrió la de cabello verde, quería aligerar un poco el ambiente bochornoso para el cenizo, aunque también tenía el deseo de molestarlo con un pequeño comentario, sería amable y esperaría a otra ocasión —Ochako-chan, ¿tú habías dicho que elegirías una sola clase, no?
—Oh, sí, la de Bakugou-kun. Quiero también tomar la de Todoroki-kun, pero ya sería mucho para mí —se llevó la mano detrás del cabello con nerviosismo —Iida-kun se ofreció a darme tutorías si las necesitaba pero...no estoy segura.
—Yo también podría ayudarte Uraraka-san —se ofreció de inmediato el de pecas mirando hacía la de ojos chocolate que volteo en su dirección —E-Es decir, no sería tan buen tutor como Iida-kun, p-pero puedo ayudarte con las clases que más te cuestan. No tomaré la Clase de Primero Auxilios Avanzados pero sí la de Estrategias de Salvamento, así que podríamos ayudarnos entre los dos, ¡s-si tú quieres, claro! No es como si...
— ¡Me encantaría, Deku-kun! —gritó la de cabello castaño emocionada —Siempre me ha gustado estudiar contigo.
A Izuku se le subieron los colores a la cara y Ochako también después de captar la sonrisa insinuante de Mina. Los dos se quedaron calladitos y antes de que la de cabello rosado dijera algo para molestarlos, Eijirou se apresuró en hablar y salvarlos.
—Yo elegiré Administración y Clases de Primeros Auxilios Avanzados también, ¡así que cuento contigo, Blasty! —se rió y vió como su amigo rodaba los ojos —Sero, ¿cuales habías elegido?
—Solo Leyes de Héroes —contestó el azabache —No me da la cabeza para dos materias de orientación y todo lo demás. Moriré.
—Que coincidencia, yo también elegí solo una —soltó una carcajada la de cabello rosado — ¡Aunque todavía no sé cuál, estoy segura que será solamente una!
— ¿Que hay de ti, Momo-chan? —quiso saber la de cabello verde.
—Diplomacia Extranjera y Leyes de Héroes, me interesa ser embajadora de héroes por Japón en el futuro —contó la de quirk de creación con un brillo entusiasta en los ojos —Serán una buena base. Aunque también me interesa mucho la que dijo Todoroki-san, la de Estrategias de Salvamento. Mí quirk también es adaptable a situaciones de desastre.
De alguna manera, la conversación paso a ser un debate entre Momo y el pecoso sobre qué clases serían mejores para sus compañeros y ellos, un debate bastante interesante pero que llegaba a ser aburrido y a dormir a los demás. El primero en caer fue Hanta, que se quedó dormido sobre el hombro del pelirrojo, el cual decidió que era la hora de dejarlo en su habitación. A continuación, Tsuyu hizo lo mismo con la de cabello rosado y con eso ya todos dieron por sentado que debían irse a la cama.
El bicolor bostezo en lo que el cenizo apretaba el botón de su piso en el ascensor. Se vieron mutuamente unos segundos y se dieron la mano hasta que el elevador se detuvo, al salir, el de ojos rojos lo arrastró hasta su habitación. Pero él todavía no quería despedirse, pese a que estaban delante de su puerta y realmente deseaba irse a dormir.
—Ya entra, Shoto —demandó el más bajo que pese a sus palabras tampoco parecía tener intenciones de soltar al contrario.
—Sí...—jugó por unos segundos con los dedos de la mano del cenizo, hasta que no le quedó otra opción que buscar la tarjeta electromagnética que era su llave, al rozarla en su bolsillo, una idea vino a su mente —Katsuki, espérame un segundo, no te vayas.
El de quirk explosivo ladeó la cabeza confundido cuando el más alto entro rápidamente a su dormitorio, lo escucho revolver un par de cosas en su interior y luego, volvió a salir, extendiendo en su mano derecha otra tarjeta electromagnética a la vez que sus mejillas se ponían rosadas y sus ojos se negaban a hacer contacto visual con los suyos.
No comprendió nada hasta que le hablo, todavía con su tono neutro y calmado, llego a percibir su ansiedad.
—Los días que vuelva muy tarde, puedes quedarte aquí, si quieres —propuso el bicolor nervioso, sin saber si para el otro aquello sería demasiado o si creería que era innecesario —Es la copia de emergencia. Puedes...usarla como quieras.
A el cenizo se le cayó un poco la mandíbula, en lo que agarraba la tarjeta sin usar y miraba al avergonzado chico delante suyo, trago saliva pesadamente y grito que no se moviera de dónde estaba hasta que volviera. El de quirk dual lo vio correr hasta las escaleras de emergencias y volver a aparecer pasados dos minutos, con la respiración agitada y la cara roja.
Aún asi, se acercó a él con pasos firmes y calmados, empujando una tarjeta contra su pecho.
—Mis clases son lunes y miércoles hasta las seis, después el jueves y viernes hasta las ocho —murmuro sintiéndose jodidamente avergonzado —Dejas algo fuera de lugar en mí jodido dormitorio y estás muerto, mitad-mitad.
—...Mis dos clases son martes y miércoles de tres a cinco y de seis a ocho —balbuceó el más alto, tomando la tarjeta y agarrado la muñeca del más bajo —Katsuki, ¿si...? ¿si estoy muy cansado, puedo quedarme a dormir en tu dormitorio?
El de quirk explosivo se imagino a sí mismo en su dormitorio junto con el bicolor, su cama era lo bastante grande para ambos y ninguno se caería, estaría aclimatado en todo momento a su lado y se despertaría siendo lo primero que viera su rostro a su lado.
No sonaba para nada mal pero, ¿por qué esperar?
— ¿Hoy no estás cansado, Shoto?
A el bicolor se le disparó el pulso y no necesito ser un genio para saber que esa era la manera que tenía el de ojos rojos de preguntar porque no podían empezar a dormir juntos desde hoy. Y que, posiblemente, estaba lo bastante avergonzado como para proponerlo de esa indirecta manera.
Era tan pero tan lindo, que solo quería besarlo y llevarlo hasta su futon para acostarse a su lado. Pero estaban rozando los límites de la vergüenza adolescente y en cualquier momento, el cenizo provocaría alguna explosión o él quemaría parte del dormitorio. Era mejor no arruinar el momento con la llegada de los profesores y hacer todo rápidamente.
—Sí, lo estoy —le siguió la corriente al cenizo y abrió la puerta de su dormitorio — ¿Necesitas que te preste ropa?
El más bajo negó con la cabeza y se metió en el dormitorio, en lo que escuchaba al otro cerrar la puerta. Se quitó los zapatos y se escondió debajo de las sábanas del futon, para que el contrario no viera que tenia las mejillas rojas a mas no poder. Después, lo vio apagar la luz y reemplazar una de sus remeras por una de piyama, ojeó por unos segundos la espalda musculosa y ancha hasta que fue cubierta por la tela y luego tuvo al más alto acostado a su lado. Le dio una sonrisa para después acercarse, rodear con su brazo derecho su cintura y envolver una pierna entre las suyas.
Bakugou no podía creer como a la vez que se sentía tan nervioso y avergonzado, también encontraba paz en esa cercanía. Como empezaba a necesitarla y anhelarla en cada momento del día.
Todoroki ocupaba todo su corazón y eso le daba miedo pero al menos ahora sabía con toda seguridad una cosa.
Que él también tenía el suyo.
—Que descanses, Katsuki —murmuro el más alto.
—Hum, descansa.
Ambos tenían el corazón del otro y lo pusieron en un lugar muy especial, en una cajita dentro de sus cuerpos, guardada con cuidado y cariño. Una cajita que juraban proteger pasará lo que pasará.
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