Capítulo 30
[Pequeña nota : se me pasó un detalle muy importante, Rui Kaminari tiene nueve años. Aunque la imagino como una niña más pequeña, esa es la edad que tiene actualmente, para que lo tengan en cuenta. Muchísimas gracias por leer ❤️]
Kaminari intento entrar cuidadosamente a la habitación de hospital que le correspondía al pelirrojo, la luz del sol apenas se filtraba por las ventanas y las enfermeras le rogaron guardar silencio en respeto hacía los otros pacientes que compartían habitación con su amigo. Se metió de puntillas de pie, pasando a un lado de la camilla donde el héroe FatGum dormía con los brazos y piernas extendidos mientras un hilo de baba caía de su boca, aparte del mayor, no había nadie más ocupando las camas, aunque una estaba deshecha como si antes se hubiera usado. Al lado suyo, separado por una cortina, se encontraba a quien quería ver.
El rubio movió con muchísimo cuidado la cortina, intentando ser un amo del sigilo, se escabulló hasta quedar frente a Kirishima, tenía tantos vendajes cubriendo su cara que a duras penas le era reconocible y su pecho se apretó con fuerza. Miró la intravenosa conectada en su brazo derecho y con cuidado, puso su mano en esa pequeña porción de piel cálida que podía tocar. Acaricio, una, dos veces ese lugar y vio las pestañas al otro moverse, retiro la mano despacio en que los ojos rojos se abrían para verlo.
—Hola...—susurro el recién despertado en la camilla, con la voz rasposa y somnolienta.
—Hola, héroe —saludo el rubio con una sonrisa, sentándose en un pequeño espacio en el colchón y mordiendo sus labios por lo mal que se sentía al ver al otro herido — ¿Cómo te sientes?
—Me duele todo...—soltó una ligera risa el pelirrojo — ¿Qué haces aquí?
—Le pedí a Aizawa-sensei que me trajera. Iba a tener pesadillas si no te veía —explicó con honestidad el de ojos dorados —Cumpliste muy bien con tu papel de héroe, Red Riot
Para sorpresa del menor, el más alto bufó y una expresión triste surco su rostro, haciéndolo preocuparse.
— ¿Qué tienes, Kirishima? ¿D-Dije algo malo? —tartamudeo nervioso —Te juro que no estaba siendo irónico, ni cínico, ni sarcástico cuando dije lo de que cumpliste con tu papel de héroe, ¡lo creo de todo corazón!
Por un segundo, Denki se olvidó del héroe profesional que dormía a un metro de distancia de ellos y se tapó la boca, girando la cabeza levemente para ver si con su grito lo despertó, pero el rubio mayor seguía roncando y babeando como antes. Lo cual le dio alivio y le permitió volver a enfocarse en Eijirou, que con el efecto de la anestesia, no era consciente de sus pucheros de tristeza. Llevo la mano derecha a su cara herida y teniendo cuidado con los vendajes, lo acaricio suavemente
—Dime, Kirishima, ¿qué sucede? —pidió con voz amable, una que usaba para que su hermanita le soltará todas y cada una de sus inquietudes.
Al parecer, con su amigo tuvo el mismo efecto.
—...Tuve miedo durante la pelea, creí que iba quebrarme, a romperme por completo —confesó el de dientes puntiguados —Que perdería. Fui cobarde. Y si no fuera por FatGum, seguro hubiera muerto. No pude vencer solo a los villanos. No lo logré por mí cuenta.
El rubio permaneció en silencio unos segundos, tiempo en el que el pelirrojo pensó que analizaba la manera en como decirle que tenía razón y que sí era una cobarde. Pero, en cambio, sintió un pequeño jalón en su oreja derecha y escucho un suave suspiro, en lo que unos ojos dorados le veían de frente y una diminuta nariz se frunció mientras lo observaba.
Sin tener nada que ver con lo que sucedía en ese momento, no pudo evitar el comparar al rubio con un adorable y muy tierno conejo.
—Kirishima, aquel que no tenga miedo ante el peligro no es humano. Puedes tener miedo, lo que importa es lo que haces con ese miedo —sonrió el rubio soltando la oreja del pelirrojo y buscando las palabras adecuadas para que vea dentro de sí mismo lo que él veía con tanta claridad —Y por lo que veo, la razón de esas heridas y que estés aquí es porque enfrentaste a ese miedo, ¿no? ¡que importa que no hubieras podido solo con un villano! ¡tómalo como uno de práctica y ya! ¡el siguiente conocerá el poder del indestructible Red Riot, estoy seguro! Ten confianza, cree en ti mismo. Yo estoy cien por ciento convencido de que puedes lograr cualquier cosa.
El de quirk eléctrico decía de todo corazón aquellas palabras, creía sin límites en las capacidades del pelirrojo, en su fortaleza y determinación.
Aparte de Katsuki —y, quizás, sus padres adoptivos— era el único héroe en quien podría confiarle ciegamente su vida. No solo porque estuvo viendo por meses el esfuerzo que el pelirrojo ponía de sí para llegar a ser un héroe, si no debido a que conocía su personalidad. Era valiente, noble y no sabía del significado de la palabra rendirse.
Lo admiraba muchísimo y le dolía que el otro no notará esas asombrosas capacidades.
—Kaminari...gracias —murmuro agradecido el pelirrojo espantando las lágrimas de sus ojos al pestañear un par de veces —Muchas gracias.
—De nada, ahora, creo que debería dejarte descansar. Es muy temprano todavía e hice un trato con Aizawa-sensei sobre ir a clases aún después de visitarte —bostezó el de ojos dorados —Lo que realmente es malo para mí. De verdad que no dormí nada en toda la noche.
— ¿Nada en lo absoluto? —cuestiono el más alto sorprendido.
El menor asintió con la cabeza. Ya de por sí, él y sus hermanas tenían varias pesadillas con All for One como para dormir en paz en ciertas ocasiones. Habían recurrido a ciertas pastillas, a tés y a costumbres para espantar los malos sueños. A Rui le servía rezar junto con su hermano mayor —y una o dos veces lo hizo con el héroe de cabello rubio largo— antes de irse a dormir junto a su muñeca favorita y a Yuna una mezcla de tés que le hacían calmarse al momento de descansar, esos eran sus métodos favoritos. En cambio, el rubio necesitaba leer algo ligero —como una poseía o una novela contemporánea— y tomarse un pastilla para dormir sin soñar.
Pero ante lo que pasó con Overhaul, el de ojos dorados estaba seguro que pudo haberse leído dos novelas enteras de un romance de lo más dulce junto a somníferos que podrían haber tumbado a un cabello e igualmente tener una horrible sucesión de pesadillas dónde el pelirrojo moría.
Antes que sufrir eso, prefirió no dormir en toda la noche en lo que esperaba a EreaserHead para pedirle ir a ver a su amigo. Que el héroe hubiera aceptado sin protestar en lo absoluto y solo pidiendo que después asistiera a sus clases —debía adaptarse a la clase C— le hizo ganar bastantes puntos a su favor.
—Eso es malo Kaminari —se preocupó el pelirrojo y tomo la mano izquierda del más bajo —Ven un segundo. Duerme aquí.
— ¿A-Aquí? —tartamudeo inseguro el rubio —Pero estás herido, ¿que pasa si me muevo y te lastimó todavía más, Kirishima?
—No pasará —aseguró el pelirrojo con una sonrisa, haciéndole lugar al rubio en la camilla y jalando de su mano para que se acostara —Ven. Está bien.
Todavía inseguro, el más bajo se metió en la camilla, haciendo un bollito de sí mismo para evitar tocar al pelirrojo. En verdad tenía miedo de moverse un milímetro y lastimarlo sin querer, lo que para el más alto era realmente tierno. Y le llevo a poner sus manos sobre el sedoso cabello rubio del menor, acariciarlo para calmarlo y relajarlo un poco. Lo cual, funcionó de maravilla, ya que el rubio no tardó en cerrar los ojos para descansar un poco.
Cuando se despertará, Kaminari pensaría que hacía muchos años que no dormía tan bien, sintiéndose seguro y tranquilo y se preguntaría si acaso se debía a la confianza que le tenía a Kirishima como para verlo tan vulnerable u otra cosa.
—Entonces, ¿Togata-sempai recupero su quirk?
Bakugou asintió a la pregunta de Midoriya y de paso, acepto la bolsa con hielo que le extendía, colocándola en su cabeza para aliviar su molesta e insoportable migraña.
—Lo están evaluando los médicos en este momento pero todo salió jodidamente bien, lo hice yo después de todo —bufo el de ojos rojos para después, agregar en voz baja y solemne —Escuche lo de Nightgeye, ¿cómo está All Migth?
—Pues...muy mal —suspiro el de pecas sentándose en su camilla —Demasiado triste. El funeral será en unos días.
—Comprendo, dale mí sentido pésame —pidió el de ojos rojos y el más bajo asintió con una diminuta sonrisa a la cual, le faltaba su característica inocencia — ¿Que hay de la niña? ¿A donde la llevaron?
—Eri-chan esta en una sala especial, todavía no he ido a verla y por recomendación de Aizawa-sensei, no es lo mejor de momento —respondió el de ojos esmeralda —Estuvo muchos años junto con Chisaki. Necesita un cuidado especial. Nos dirán cuando podremos hacerle una vista. Espero que sea pronto.
El de quirk explosivo esperaba lo mismo, Eri tenía aproximadamente unos siete u ocho años, vivió casi toda su vida con un maldito loco que la cortaba una y otra vez para hacer experimentos con su quirk, si la niña estaba bien en un jodido hospital que debía ser lo más parecido a los laboratorios de Overhaul, entonces tenía una mentalidad fuerte y un espíritu puro que confiaba en los médicos. Él hubiera saltado la primera jodida ventana que estuviera a su alcance.
— ¿El dolor de va cabeza va disminuyendo, Kacchan? —pregunto preocupado el de pecas.
—Hum, algo —gruño el de ojos rojos —De todos modos, no digas ni una puta palabra de esto, Deku. O los idiotas de mí grupo y la cara redonda harán un jodido escándalo.
—Se preocupan por ti. Uraraka-san en especial te tiene cariño, Kacchan —sonrió el más bajo y agrego, con diversión — ¿Que hay de Todoroki-kun?
—A él mucho menos.
Desde que Todoroki sabía de su segundo quirk y su licencia de héroe, se había vuelto muy protector con él. Podía entender que le preocuparan las consecuencias del uso de anima, después de todo, eran más intensas que las de su quirk explosivo que solamente afectaban sus manos y muñecas. Además, de que anima era impredecible, los efectos severos sucedían de inmediato y a gran escala pero duraban poco tiempo como su migraña que ya estaba casi bajo control. En cambio, los efectos prolongados se debían a un uso de largo alcance —como la búsqueda de almas en un perímetro— que le terminaban causando desmayos e inconciencia.
Si el bicolor se enteraba que uso su quirk para ayudar a Togata, primero, le daría una felicitación por su trabajo de héroe. Segundo, le preguntaría si sabía qué efectos traería para su cuerpo y cuando le contestará cuales eran —porque no le quedaría de otra, no cabía en sus posibilidades mentirle— de seguro, le esperaría algún regaño. Como su relación iba bastante bien, el cenizo quería evitarse una tonta pelea por eso. Porque dijera lo que dijera el chico que le gustaba, él tenía la idea de hacer lo que quisiera para ayudar a otros, incluso si le perjudicaba.
Izuku acepto hacerle caso en lo que dijo —más que nada porque parecía que en verdad se enojaría si lo decía— y Katsuki se fue de la habitación cuando se sintió lo bastante bien como para ir a clases. EreaserHead le había permitido faltar a las clases del mediodía pero debía ir a los entrenamientos de la tarde. Ya que Tamaki se encontraba en el hospital en parte, por sus heridas en la batalla y otra parte para cuidar de Mirio, las tutorías quedaron al cargo de Nejire. Pero como ella misma iría a visitar a sus amigos ese día al hospital, no las tendrían.
Así que, el de quirk explosivo llego en el momento en que todos estaban haciendo ejercicios dentro de lo normal en el campo de práctica de Yuei. Con Mindnight vigilando a lo lejos pero dejando que hicieran lo que quisieran.
— ¡Bakugou, hasta que te dignas en hacer acto de presencia! —exclamo la de cabello rosado yendo junto con el azabache alto a su encuentro — ¿Donde estuviste? ¡Nos abandonaste!
—Estás muy pálido —observó el mas alto atento a el rostro de su amigo — ¿Dormiste mal?
—Uno a la vez, uno a la vez, carajo —gruño el cenizo que sentía a su jaqueca volviendo a su cabeza —Fui a ver al maldito de Deku al hospital.
— ¿A Deku-kun? —se unió la de quirk de gravedad cero a la conversación — ¿Y cómo está? ¿Se despertó bien?
— ¿Preocupada por tu novio, cara redonda?
Ochako se sonrojo hasta las orejas por la broma infantil del cenizo. Mina le dio un golpe a el de ojos rojos en nombre de su amiga que, muy avergonzada, se hizo sin querer flotar a sí misma sobre sus cabezas. Hanta la atrapó con sus cintas antes de que se fuera lejos de su alcance y Tsuyu, que se acercó por lo divertido de la escena, negó con la cabeza mientras sonreía levemente.
—Katsuki-chan es malvado —comento viendo hacía el cenizo —No deberías meterte con Ochako-chan.
—Y tú no deberías llamarme así, maldita sea —bufo el de quirk explosivo pero la más baja se encogió de hombros con una tranquila sonrisa.
El ambiente entre la clase A se torno bastante animado y relajado, Tenya no mencionó nada sobre que deberían volver al entrenamiento y en cambio, le contó al de quirk explosivo de los temas que vieron en clase junto con Kyoka para que estuviera al día. Los demás aprovecharon lo permisivo que estaba el delegado de la clase para sentarse en el piso y conversar entre ellos.
Como tal era el caso de Momo y Shoto que estaban a una corta distancia de los demás, sentados en el piso uno junto al otro. La primera sentada sobre sus rodillas y el segundo con las piernas en flor de loto, mirando hacía la persona que era el centro de todos los demás.
—Te dije que había ido a ver a Midoriya —susurro el bicolor con algo de molestia en su voz.
—Considerando lo grave de la batalla, era de esperarse —opinó la azabache que intentaba, por todos los medios, mantener a su amigo positivo respecto al cenizo —Midoriya-san es un amigo de muchos años de Bakugou-san, ¿no? Es normal que halla querido ir a verlo temprano para comprobar su bienestar.
—A Kei-san le pareció raro que no estuviera en clases, aún si había ido solamente a visitar a Midoriya —contó el de quirk dual —Dijo que siendo Bakugou, con verlo diez minutos le hubiera bastado para después volver a clases.
La azabache soltó un suspiro pero debía reconocer que concordaba con el contrario en ese aspecto. El de quirk explosivo no era el tipo de persona que faltará a clases únicamente por ver a un amigo herido, por mucho que lo quisiera. Además, estaba el hecho de que su mismo profesor encargado lo llevo hasta el hospital, lo que quería decir que sabía de una relación profunda entre los jóvenes como para permitir que se vean en un día regular de clases.
— ¡Oye, Todoroki! ¡Yaoyarozou! ¡Vegan! —los llamo la femenina de cabello rosado agitando la mano y con una sonrisa entusiasta — ¡Están muy apartados! ¡Estamos discutiendo sobre lo que haremos en el festival cultural!
La femenina y el bicolor se vieron mutuamente para después pararse del suelo e ir hasta el círculo que formaron sus compañeros de clase. Con algo de incomodidad, la de ojos ónix se quedó a un lado de su amigo, aunque quería ir con su amiga que estaba a la derecha del cenizo. Ella al verla le dio una sonrisa de saludo y a duras penas pudo devolvérsela.
Por suerte, antes de que notará su actitud extraña, el de lentes tomo la palabra en la ronda que habían formado.
—Jiro-san ha propuesto la idea de hacer un concierto —contó con bastante entusiasmo —Bakugou-kun, Tokoyami-kun y ella serían quienes tocarían.
—Yo todavía no estoy seguro de hacerlo —repuso el chico con cabeza de pájaro de brazos cruzados —No quiero subir a un escenario. Prefiero tocar en la oscuridad de mí habitación.
—Le diré a Kaminari que te ayude —aseguró la más baja esperando convencer al reacio niño —Vamos, Tokoyami, por favor. Eres bueno. No será lo mismo sin ti.
—No es lo mismo sin Kaminari.
Una noche, Fukumigake escucho el sonido de una guitarra en el patio de los dormitorios, guiado por la curiosidad salió bajo el manto de la oscuridad a ver quién tocaba la dulce y tranquila melodía. Para su sorpresa, era Denki, sentado en el pasto con una guitarra muy vieja entre sus piernas tocando para su hermana menor que somnolienta movía la cabeza de un lado hacía el otro de pie delante suyo. Al verlo a él, le pidió silencio con un pequeño movimiento de labios y siguió tocando suave y lento, hasta que Rui murmuró "ya funciono". Entonces, se puso de pie, colgó la guitarra a su espalda y cargo a la niña entre sus brazos para llegar hasta él que se quedó de pie en la entrada.
—Perdón si te desperté, Tokoyami. Ruru no podía dormir.
Fue lo que le dijo el rubio aquella noche no hace mucho. Desde entonces, uno o dos días a la semana, cuando volvía a escuchar esa melodía proveniente del patio, el azabache sacaba su guitarra para ir a acompañar al rubio que lo recibía con una sonrisa tan radiante como el sol al otro lado del mundo.
Para él, tocar sin el de ojos dorados le hacía sentir muy asustado e inseguro.
—Te aseguro que si hablas con Kaminari te dirá que debes tocar. Por él y por ti —rectificó con confianza la pequeña chica —Piénsalo bien, ¿de acuerdo?
—Esta bien, Jiro —acepto todavía algo renuente.
—Gracias —suspiro aliviada la más baja para después mirar hacía alguien en particular —Yaomomo, queríamos pedirte si podías tocar el piano con los efectos de sonido especiales, ¿puedes hacerlo?
La de quirk de creación asintió tímidamente dispuesta a hacerlo y sintió un rápido palpitar en su pecho cuando la de cabello corto le dio una sonrisa más grande y alegre de lo habitual por su colaboración.
—Entonces, lo de la banda ya está definido. Los demás nos dividiremos las tareas en baile y backstage, todos ayudaremos con el montaje en escena y la limpieza al final —dictaminó el de lentes — ¿Todos de acuerdo?
La clase A dijo sí al unísono lo que dejó a todos satisfechos. Ashido se convirtió en la instructora y coordinadora del baile que llevarían a cabo, Jiro en quien haría la canción para el festival junto con la música y Sero en el creador de unos lindos trajes con la ayuda de Bakugou que tenía experiencia en el diseño de modas por sus padres. Estaban todos felices y emocionados por lo que harían, más que nada porque se sentían responsables de que la reputación de Yuei estuviera viéndose afectada por lo que sucedía en su clase y que los ánimos de los alumnos estuvieran por el suelo. Querían mejorar las cosas y llevando a cabo un glorioso concierto sería su forma de hacerlo.
Un evento que nadie podría olvidar.
En la tarde de ese mismo día, al volver a los dormitorios la clase A se encontró con sus dos compañeros que habían estado ausentes en su día escolar. Kirishima saludo a todos con una sonrisa amable y Midoriya fue a responder de inmediato a los cuestionamientos preocupados de Uraraka e Iida.
Bakugou se sintió aliviado de verlos a ambos bien. El quirk de Recovery Girl hacía un trabajo fantástico y seguramente la vieja heroína se esforzó en que estuvieran sanos para el festival cultural. Les quedaban unos diez días para preparar todo y necesitaban toda la ayuda posible.
Será interesante, en mí otra vida nunca tuve un festival en el cual participar.
Los festivales de su secundaria no eran la gran cosa y no participo en ellos al no sentirse cómodo con sus compañeros. Eran muy molestos, la mayoría lo alababa por su fuerza y lo seguían como si de un líder religioso se tratara, no necesitaba interactuar con ese tipo de idiotas. Así que, se podría decir que era la primera vez que participaría en un evento escolar con sus amigos.
El cenizo bufo por lo bajo debido a que eso se sentía vergonzoso y bastante patético, se llevó una mano detrás de la cabeza y decidió irse a su habitación a dormir una siesta. Ya estaba mucho mejor de su migraña debido al uso de su quirk pero seguía algo cansado y quería dormir una siesta antes de la cena.
Sin embargo, no se espero cierta compañía inesperada.
—Bakugou, espera.
El mencionado se detuvo a unos metros del elevador y giro el cuerpo con las manos en los bolsillos hacía su interlocutor, Todoroki le veía con una mueca ansiosa e inquieta que se le hizo curiosa, aparte de linda, lo que llevo a que se acercará y moviera la cabeza hacía un lado, buscando contacto con los ojos desiguales que se le escapaban.
En vano, intento contener una pequeña risa.
—Hey, mitad-mitad, si no tienes nada importante para decirme, ¿para qué carajo me llamaste? —lo provo con burla —Anda, dímelo, ¿qué quieres?
El bicolor trago saliva con dificultad. Estaba seguro que detrás suyo, en los sillones de color verde de la sala, Yaoyarozou le miraba diciéndole que no fuera cobarde —y tonto— y que ni se le ocurriera huir de tal situación. Así que, buscando valor en el fondo de su nervioso ser adolescente enamorado, saco las palabras que quería decirle al más bajo.
Eran simples, "¿podemos estar juntos en el festival?". Una simple invitación a pasar el festival cultural juntos. Solos. No debía ser tan fácil de decir, ¿verdad?
Pues, al parecer sí lo era, porque de su boca salió otra cosa completamente distinta.
—La tarea de inglés —murmuro queriendo darse un golpe en la cabeza — ¿La terminaste?
— ¿Solo para la jodida tarea me llamaste? —pregunto el de ojos rojos sintiéndose molesto pero suponía que era su culpa por haber esperado otra cosa y cuando el más alto asintió, deseando todavía que se lo tragara la tierra, gruño irritado consigo mismo —Te la mando por un puto mensaje más tarde.
—Gracias.
Katsuki gruño una vez más y se fue de malhumor hacía el elevador para irse de una vez a su habitación a dormir. En cambio, Shoto fue hasta los sillones dónde descansaban las femeninas, se puso en el lado lateral de Momo y se sentó en el piso, hecho bolita, con la cabeza entre las rodillas.
Kyoka que estaba sentada junto con la azabache le miró con una ceja alzada y ella solo pudo suspirar, en lo que pasaba una mano por el desordenado cabello rojo y blanco de su amigo deprimido.
— ¿Debería ir a buscar chocolate? —cuestiono la más baja, inclinando su cuerpo hacía adelante para ver al adolescente oculto a un lado del sillón — ¿O helado?
—Helado de frutilla, por favor —pidió la de melena larga —Gracias, Jiro-san.
—De nada —se puso de pie la más baja para luego mirar seriamente a la otra que ladeó la cabeza, en espera de que le hablara ya que parecía que eso iba a hacer —Yaomomo.
— ¿Si, Jiro-san?
—Kaminari me dijo que la clase C iba a montar una casa de terror y golosinas para el festival, ¿te gustaría ir conmigo después del concierto?
A Yaoyarozou le brillaron los ojos del entusiasmo y sin quererlo, tiró de un mechón rojo de Todoroki por la emoción.
— ¡Me encantaría! —acepto sin dudarlo.
Jiro sonrió satisfecha de que aceptará su invitación y fue a buscar el helado para el deprimido bicolor. Que luego de escuchar la conversación entre ambas chicas, solo pudo sentirse peor.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top