Capítulo Único


¿En donde estoy?

La sorpresa inundó mis sentidos por la escena frente a mis ojos. Había fuego y humo por todas partes, el lugar era un desastre, con el sonido de la guerra a pocos metros de distancia de mi, no lo entendía, me sentía confundida por todo lo que veía. En un principio pensé que estaba soñando, sin embargo este pensamiento fue descartado cuando sentí un peso extra en mis brazos llamado mi atención, baje la mirada, luego mis ojos se abrieron de uno en uno al darme cuenta que abrazaba el cuerpo mal herido de una hermosa mujer de piel de porcelana blanca y cabello morado tan largo como las raíces de una sauce.

La mujer en mis brazos permanecía con los ojos cerrados con una temperatura fría, con la confusión en mi mente y queriendo saber el estado de su salud, puse mis dedos cerca de su nariz pero al percibí ninguna respiración, el miedo entro en mi sistema nervioso, así que coloque mi oreja sobre el pecho de la mujer con el fin de escuchar sus latidos.
En ese instante mi cuerpo se tenso al notar el estado de salud en el que se encontraba, ella estaba muerta. Jamás había tocado el cuerpo de un muerto por lo que fue difícil saber si tenía vida o no, nerviosa recosté a la mujer fallecida sobre el suelo, observé las palmas de mis manos, estás temblaban por el mismo miedo, incluso la palidez como el sudor frío fue más claro, sentí náuseas.

Al segundo, mi vista captó la ropa extraña con la que vestía, era una vestimenta de estilo japonés, me mire sintiéndome desnuda con la poca ropa que traía, se veía cómoda pero para mí no lo era. Observé de un lado a otro el lugar, la escena de guerra que muchas veces había visto en series (Anime, Dramas, Netflix, etc).
Habían muchos escombros, fuego y humo, así como el sonido de personas peleando que se escuchan a lo lejos, observé unos segundos el cuerpo sin vida de la mujer, luego me levanté y di algunos cuantos pasos para llegar al lugar de dónde provenían los sonidos de peleas teniendo cuidado de no caer con escombros o los cuerpos sin vida. No había dado ni cinco pasos y ya había visto infinidad de personas muertas y seres de aspecto extraño que lucían familiares.

Tuve náuseas, el olor de la sangre no me gustaba por lo que debía cubrir mi nariz para bloquear el olor de la sangre, ignoré los cuerpos sin vida. No tarde mucho en llegar al lugar de dónde provenían los sonidos de peleas, humanos armados se defendían de seres con apariencias extrañas, usando sus armas y ¿magia? en realidad no lo sabía. Todo era extrañamente familiar, incluso los cubos rojos con patrones negros que todo el lugar tenía, yo no sabía dónde estaba y si era solo un sueño, esperaba despertar pronto.

Eso no sucederá, era lo que mi mente me decía y yo le creí.

— ¿Ei?

Una voz melodiosa con tono preocupado sonó a mis espaldas, al escuchar la voz un poco lejana, creí que se trataba alguna persona llamando a uno de los fallecidos, la pena que sentí por la persona me hizo girar para ver la escena triste que se crearía. Más al girar, me encontré con una persona de pequeña estatura, cabello peinado con dos trenzas y un vestuario blanco con alas como las de un ángel, sin embargo, está persona no parecía llamar a ningún fallecido su mirada estaba puesta en mí, como si a quién llamaba era a mi, me costó un tiempo darme cuenta que me hablaba a mi aunque ese no es mi nombre.

— ¿Qué haces aquí, Ei?

No supe que contestarle a esta persona, porqué yo tampoco sabía que hacía aquí.

— Yo... — balbuceo sin saber que responderle, la expresión de joven frente a mi se volvió triste.

— Tenemos que irnos, este lugar pronto será destruido.

Frunci mi ceño mirando a las pocas personas que se encontraban aún vivas. Eso no estaba bien, ¿por qué sería destruido si aún hay personas vivas?

— Hay personas vivas aún, ¡debemos salvarlos!

Sin darme cuenta alcé la voz, el joven me miró sorprendido por un segundo para luego volver a tener esa expresión triste.

— No podemos, Ei.

No me quedo nada por decir, mis puños se apretaron con fuerza hasta que mis nudillos se volvieron blancos, quería despertar de esta tonta pesadilla.  El joven colocó una mano sobre mi hombro, su expresión aún era triste.

— Vámonos, debes llevar el cuerpo de Makoto a Inazuma.

¿Makoto? ¿Inazuma? ¿Quién es Makoto? ¿Qué es Inazuma? Mi semblante se volvió confuso, miré al joven queriendo preguntarle quién era esa persona, al instante me di cuenta que no haría falta cuando el cuerpo fallecido que abrazaba hace unos minutos llegó a mi mente. Mi cuerpo de nuevo se tenso y tembló, no quería tocar ese cuerpo de nuevo, de solo imaginarlo me daban unas inmensas ganas de llorar.

¿Por qué? ¿Qué está sucediendo?

Más tarde al separarme del joven, tuve que aguantar la respiración para tomar el cuerpo sin vida de la mujer bonita, me había esforzado tanto para no temblar o llorar al tener el cuerpo en mis brazos, tampoco supe cómo tuve la fuerza suficiente para cargar el cuerpo de esa persona, solo lo hice como si mi cuerpo supiera lo que hacía, del mismo modo sucedió cuando mi cuerpo me llevo a "Inazuma".

La zona en la que aparecí, fue extraña para mí. Una habitación con un estilo japonés, grande y bonita, al fondo había una mesa larga con varias herramientas de escritura. Recosté el cuerpo de la persona sobre el tatami, la observé por un tiempo mientras pensaba que era lo siguiente que debía hacer, no sabia quién era esa persona o la razón por la que aparecí en aquel lugar desconocido lleno de muertes, pensé una y otra vez en todo lo que estuve haciendo antes de llegar aquí.

Los recuerdos fueron borrosos y confusos, solo eran fragmentos que no encajaban. Al primer intento no logré encontrar algo solo obtuve un fuerte dolor de cabeza que me pedía que ya no lo intentará más, no estaba dispuesta a rendirme, así que lo intente dos veces más, el segundo no funcionó de nuevo y en el tercer intento, los recuerdos fragmentados volvieron a encajar como piezas de rompecabezas. Mi último recuerdo fue mi muerte, un camión que me había atropellado mientras cruzaba la calle, recuerdo que los semáforos estaban en rojo permitiendo el paso para cruzar a la siguiente calle pero el camión que me atropello venía a alta velocidad con música a todo volumen y no notó que los semáforos estaban en rojo por lo que mi cuerpo termino siendo arrollado.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando la escena de mi muerte se volvió más clara, el único sonido que recuerdo era el bullicio de las personas y después lo último que vi antes de cerrar los ojos, fueron las llantas del camión que me habían arrollado. Las náuseas me invadieron con más fuerza, así que corrí por la habitación abriendo cada puerta para buscar algún baño donde podría vomitar, al no tener éxito y solo encontrar un bote, solté la bilis que se acumulo en mi garganta, mientras las lágrimas abandonaban mis ojos, al final solo me abrace a mí misma y lloré.

Lloré sin importarme el cuerpo sin vida que estaba en la habitación, solté sollozos y grite con gritos desgarradores como una niña pequeña al perder algo importante. Mis lágrimas no se detuvieron, incluso continuaron cuando la habitación se puso oscura siendo esta iluminada por la luz de la luna que entraba por las puertas corredizas que permanecían abiertas e iluminaba el cuerpo sin vida de la bonita mujer en el tatami.

En ese momento no me importó el cuerpo sin vida, no sabía de qué manera reaccionar ante la situación que se presentaba, estaba muerta y viva a la vez en un cuerpo que no reconocía, en un mundo que tampoco reconocía, me sentí asustada, no quería saber nada más, si era un sueño todo esto, si aún estaba viva, quería despertar de esta pesadilla.

Al día siguiente desperté desorientada sin saber en dónde estaba, sentía los ojos hinchados por haber llorado. Los recuerdos de anoche llegaron a mi mente provocándome un dolor de cabeza, sujeté mi cabeza con una de mis manos y observé la habitación con cuidado cuando la vista de mis ojos se hizo más clara, la decepción nació en mi al darme cuenta que  no resultó ser un sueño todo lo sucedido el día de ayer. Busque el cuerpo sin vida de la mujer bonita pero no lo encontré, eso me preocupo. Mire a cada parte de la habitación, al no encontrarlo ahí, de inmediato me levanté con la intención de buscarlo; una ligera tela cayó de mi cuerpo, lo que me desconcertó, yo no la había tomado en ningún momento, estaba muy segura de eso.

El sonido de pasos que provenían de afuera llamaron mi atención, las puertas corredizas fueron abiertas, la decepción desapareció dándole paso a la curiosidad.  Una de belleza etérea alta y delgada, con un rostro hermoso de facciones finas, piel blanca y limpia como la porcelana, así como un brillante cabello negro como las alas de un cuervo que llegaban un poco más abajo de su cintura, sus pestañas largas, gruesas y rizadas, labios rosado y suaves; por si no fuera poco, en su espalda cargaba con un par de alas largas de un hermoso color negro onix que se atrasaban por el tatami, las plumas de estás alas brillaban y creaban destellos de arcoiris en ellas, esa belleza masculina se reveló al entrar en la habitación donde me encontraba.

Cuando esté hombre levanto la mirada, pude notar el bello dorado en sus ojos. Me miraba con una mirada suave a pesar de que tenía un toque frío, baje mi mirada avergonzada, no era bueno mirar por mucho tiempo a una persona.

— ¿Cómo estás?

Incluso la voz grave de este hombre era bonita y masculina. Levante mi mirada solo para observarlo, sus ojos dorados que aún me miraban tenían un rastro de preocupación en ellos. Al estar frente a mi, el hombre alzó una especie de taza con un contenido líquido verdoso  desconocido para mí, lo miré por un rato indecisa, me provocaba desconfianza, aunque la fragancia dulce que lleno mis fosas nasales, me hizo saber que no era nada venenoso, tome la taza entre mis manos, olí la fragancia de la bebida y bebí con cuidado el contenido verdoso.

Me sentí mejor después de beberlo.

— Estoy bien, gracias — dije cuando mi voz se sintió más clara y menos nerviosa, observé como el hombre rellenaba el vaso en mis manos con más de ese líquido verdoso.

— ¿Es así? Anoche no parecías estar bien — su voz parecía tener una pizca de enojo y la expresión fácil cambio a un ceño fruncido, pero no dijo nada.

Aunque en realidad está pregunta era para la propietaria original de este cuerpo y no para mí, le respondí de todos modos.

— Lo estoy, solo necesito tiempo para recuperarme.

El hombre me observó unos segundos a los ojos con los ojos entrecerrados, no parecía convencido de mis palabras y además él esperaba encontrar alguna mentira, por un tiempo le sostuve la mirada, luego la desvié al sentirme nerviosa sabiendo que no soy muy buena mintiendo, escuché que soltó un suspiro.

— Si necesitas más tiempo está bien, pero debes despedirte de Makoto.

Makoto, supongo que se refiere al cuerpo sin vida que traje. Pensé para mí misma mientras miraba el cielo nublado.

— Sí, tienes razón.

El hombre levantó las comisuras de sus labios formando una sonrisa triste y estiró su mano izquierda para que la tomara, mientras que con la otra sujetaba la bandeja que trajo.

No tarde mucho en tomar su mano, ambos caminamos a las afueras de la habitación y recorrimos los pasillos oscuros con nuestras manos tomadas. Al final del pasillo, llegamos a una habitación más grande donde habían otras personas más, tuve que disimular mi sorpresa al ver a tantos seres de especies raras y extrañas, así como fantasmas que levitaba por la habitación.

Cuando ambos pisamos la entrada de la habitación, todos giraron sus rostros al mismo tiempo y nos miraron, sus expresiones cambiaron de inmediato.

— ¡Ei!
— ¡Señorita Ei!
— ¡Shogun-sama!

Muchos de ellos corrieron a dónde me encontraba con la intención de lanzarse a abrazarme, sin embargo antes de que todos ellos llegaran, un cuerpo más alto que el mío y de músculos anchos bloqueo su camino, un par de alas negras onix bloquearon mi vista.

— ¡ALTO!

Todos frenaron antes de chocar contra el hombre, sus expresiones fueron diferentes en cada uno, algunos enojados y otros tristes o preocupados. Permanecí en mi lugar escuchando todo lo que hablaban, en el fondo agradecía que los haya detenido porque no sabía cómo debía actuar al recibirlos.

— ¡Tengu, tonto! ¡¿Quién eres tú para detenernos?!

— N-nosotros solo queremos abrazar a la señorita Ei.

— ¡Así es, Tengu! ¡No estorbes!

Gracias a ellos descubrí lo que era el hombre que me escondía en su espalda, un Tengu que solo había vista dos veces en mi vida gracias al Anime. Escuché como el Tengu resoplo molesto, una pequeña risa abandono mi garganta que al minuto cubrí poniendo una mano en mi boca, esperando que nadie la escuchará.

— Ya, ya. Tontos Youkai, deben entender que Shogun-sama se encuentra desanimada, ha perdido a la señora Makoto y ella necesita estar tranquila.

— ¿La señorita Makoto? ¿Ella también ha muerto?

¿También? ¿Quién más murió?

La tristeza en las voces bulliciosas entro en mis oídos, aunque yo no estaba triste por la persona fallecida que además no conocía, aún así, no pude evitar poner hacer una mueca. El hombre no dijo nada, mantuvo su silencio como si evitará responder.

— La Miko Kitsune también murió al igual que muchos humanos y ahora Narukami... ¿que sucederá ahora?.

Percibí su tristeza, ellos habían perdido muchas cosas, yo en cambio no tenía nada en este lugar y lo que había perdido fue a mi familia que ahora ya no podría ver jamás.

— ¿La señora Ei tomará el lugar de Makoto-sama?

Escuché a uno de ellos decir, ¿ocupar su lugar? No sabía a qué se refieren, pero lo mejor era no ocuparlo ¿no?, digo ya que solo le pertenece a esa persona.

— Inazuma no puede estar sin un Arconte Electro.

Arconte Electro... Esas palabras me sonaban de alguna parte, las había escuchado pero no recordaba de dónde. Intenté buscar en la profundidad de mis recuerdos, al igual que cuando intenté recordar mis últimos momentos antes de mi muerte, los recuerdos aparecieron como fragmentos, mi cabeza dolió pero no me detuve hasta completar el recuerdo completo.

Entonces apareció, un recuerdo hermoso que hace mucho tiempo había conservado como un tesoro. Hace un año jugué un videojuego RPG el cual abandone al no contar con un celular compatible para jugarlo, me había olvidado de él pero recordaba muy bien lo divertido que fue jugarlo, Genshin Impact ese era su nombre.

Poco recordaba de su historia, la mayoría de las cosas que sabía eran por spoilers de los mismos usuarios que hacían comentarios acerca de la historia. Por supuesto, la famosa Arconte Electro estaba entre esos personajes, siendo una de las más criticadas y más defendidas por su supuesto enorme poder, era demasiado comparada.

A mí no me gustaba este personaje, en realidad los personajes femeninos jamás fueron de mi gusto, era extraño cuando me gustaba alguna por eso en mi cuenta contaba con una o dos pero era debido al Gameplay con el que contaban y ayudaban mucho en el juego, por ejemplo, aunque está Arconte Electro no me gustaba, la tenía en mi cuenta por su Gameplay.

Qué ironía que ahora sea la Arconte Electro, cuya historia completa no conocía. Solté un profundo suspiro, ahora que sabía quién era y dónde estaba, podía tomar una decisión, di un paso adelante pasando por el lado del hombre que me cubría.

— Yo no deseo ocupar el lugar por el que los dioses lucharon por muchos años... — con una postura recta y los brazos detrás de mi espada, hable con una voz firme. La expresión de todos era de asombro y parecían querer protestar al respecto, proseguí con mis palabras —. aunque mi hermana resultó ganadora, estoy segura que ella también habría querido abandonar este trono, así que en lugar de ocupar este trono cubierto de sangre, injusticia y lágrimas, gobernare como la Shogun principal de Inazuma no una Arconte, si no una líder que mantenga la paz y la prosperidad de nuestra nación por millones de generaciones, así pues...

Aspire todo el aire que pudo entrar en mis pulmones y luego alcé mi voz con más firmeza —: ¡Yo Raiden Ei, autorizo la destrucción del trono del Arconte Electro y que el poder otorgado por los Dioses de la Isla flotante regrese a su dueño original! — observé como todos se ponían en posiciones firmes como soldados, todos gritaron con firmeza aceptando mis palabras, la adrenalina que despertó en mi se convirtió en una emoción más grande, mis ojos brillaron, estaba feliz sentía paz y seguridad de que mi decisión es la correcta —:  Quién desee ir encontra de mis palabras, estoy dispuesta a enfrentarme a estos valientes adversarios para derrotarlos con mis propias manos, no quiero sus vidas solo su lealtad.

A partir de entonces, Inazuma tuvo grandes cambios. El trono del Arconte Electro fue destruido por mis propias manos, el poder que este trono le había otorgado a la propietaria original así como la autoridad del elemento Electro regreso a dónde pertenecía, no sabía a dónde y no estaba segura pero esperaba que esté cambio ayudará de alguna forma.

Con el pasar del tiempo, la existencia de la Arconte Electro se convirtió en una historia que se extendió por todo Inazuma y más allá de la Isla Narukami. Ahora lo único que se conocía era la existencia de la Todopoderosa Raiden Ei, que así vez se le consideraba como la Gran Emperatriz de Inazuma que como un humano común, pasaba por la ciudad y abandonaba sus dominios cada cierto tiempo para viajar por Teyvat.

Me había encargado de que no existieran conflictos en Inazuma que afectarán a gran escala a todos los humanos y seres de otras especies. Lo más difícil de todo fue ocuparme de los clanes, a quienes tuve que demostrarles su lugar y sus papeles correspondientes, no fue fácil pero se evitó un guerra profunda con ellos.

— ¡Su Majestad...! — Sara llegó corriendo, respiraba con dificultad debido a la prisa que llevaba y por lo mucho que había corrido —: él ha venido y solicita una audicia con usted.

Las comisuras de mis labios se levantaron, asentí para que lo dejara entrar. Esperé unos minutos hasta que Sara trajo consigo a un joven de cabellos índigos, su rostro parecido al mío tenía facciones masculinas y una expresión feroz. Cuando el joven se iba a inclinar se lo negué.

Con una señal le hice saber a Sara que se quedará y escuchará lo que el joven iba a decir.

— Escucharé tu solicitud.

El joven de cabellos índigos me miró con sorpresa, sus ojos tenían un rastro rojizo que antes no había notado, estoy segura que él no venía con expectativas altas. Era lo que esperaba hace años cuando lo creé, sabía que su existencia en este mundo era importante, por lo que no me negué a crearlo e investigue lo necesario para lograrlo, el joven que más tarde sería llamado Scaramouche estaba parado frente a mi.

— Salva a mis amigos, a mi familia, ellos no deben morir... — podía notar lo mucho que se esforzaba para que su voz no temblará, estaba triste, había llorado, la estaba pasando mal.

Con una sola mirada Sara entendió mi orden y se apresuró a trabajar en eso. Hace un tiempo había dado está orden cuando lo creé, era la prueba que le había puesto a Raijin luego de crearlo con el fin de que entendiera la humanidad, no lo había abandonado como en la historia original se describía, este era mi cambio en su historia que aún no terminaba.

Di unos cuantos pasos hasta llegar frente a él, coloque mi mano en sus cabellos lo que llamo su atención y levanto su mirada, esa ferocidad era tierna.

— Raijin — sus ojos se abrieron aún más —: La prueba que te otorgue cuando te creé, aún no ha terminado, aún te falta entender si es necesario tener un corazón para entender lo que sientes. Solo entonces, podrás regresar a dónde perteneces y decidir en qué te quieres convertir.

Con una mirada afligida me miró —: Entonces, ¿no fui abandonado?

Una suave risa solté, acaricie una de sus mejillas con cariño.

— No y que nadie te haga ver lo contrario. Yo no te he abandonado, eres mi hijo como yo soy tu madre.

Mi mano pronto se humedeció a causa de sus lágrimas, Raijin lloró sin detenerse, así que lo abrace dejando que se aferrara a mis brazos. Mi corazón se sentía triste al verlo llorar pero debía ser fuerte porque yo había causado todo esto, todo está bien me dije a mí misma, como una madre amorosa besé su frente con cariño y dejé que llorará hasta que se dejó llevar por el acotamiento y durmió en mis brazos.

— Él se parece mucho a ti.

Sonreí ante las palabras que dijo el hombre Tengu. Él tenía razón, Raijin se parecía bastante a mi, aunque tenia el rostro de la propietaria original y no el mío original, era lo único que me disgustaba de todo esto.

Yo lo creé, ¿por qué no se parece a mi?.

El problema en Tatarasuna fue resuelto, se habían salvado muchas vidas pero la más importante para Raijin no se pudo salvar. Raijin estuvo triste y lloró por mucho tiempo, se sintió culpable por eso, así que tuve que esforzarme para hacerle entender que hay cosas que no podemos evitarlas, Niwa fue engañado por un hombre que fingió ser de Fontaine, cómo resultado se le dio cacería, humanos y no humanos se encargaron de buscarlo.

Haha, ¿puedo cuidar de este niño?

Raijin un día trajo un niño pequeño de aspecto enfermizo que me dio la impresión de que no viviría mucho tiempo. La ilusión en los ojos de Raijin me hizo saber que no quería abandonarlo y estaba dispuesto a darle una hermosa vida para que fuera feliz, dedicándole una sonrisa le dije que sí y me encargue de buscar una cura para el pequeño niño.

Lo que me llevo a buscar por todo Teyvat, siendo Liyue la única que tenía la cura. Raijin, el pequeño niño y yo viajamos de Inazuma a Liyue para ir en busca de esa cura. Cuando la iniciativa de viajar a otra nación, la mayoría se sorprendió de mi decisión, en realidad nadie esperaba que abandonará mis dominios para ir por mi cuenta a buscar una cura, no me sorprende tomando en cuenta a la propietaria original.

Al pisar el puerto de Liyue, varios tipos de energía llegaron a mi, no los reconocía pero sabía que se trataba de algún Adeptus o el mismo Arconte Geo. No le tome importancia, seguí mi camino hasta el lugar indicado donde la cura se encontraba, Raijin y el pequeño niño caminaron delante de mi mientras admiraban la ciudad de Liyue, la sonrisa del pequeño era contagiosa por lo que disfrute verlo rebosar su alegría.

No nos tomo mucho tiempo en llegar al lugar, subimos unas cuantas escaleras hasta llegar a una recepción, la persona que se encontraba en la recepción llevaba una serpiente blanca alrededor de su cuello.

Raijin y el pequeño niño miraron curiosos al pequeño animal blanco.

— Buen día, me informaron que aquí puedo encontrar medicina para enfermedades con casos especiales — dije con una sonrisa amable, el hombre de cabellos negros me miró con una mirada suave.

— Bienvenidos, ¿de que enfermedad se trata?

Raijin le describió cada uno de los síntomas que el pequeño niño tenía, el que supongo es médico, puso total atención y escribió un par de cosas en un pergamino. Cuando Raijin termino su relato, el hombre guardo silencio unos segundos, luego pidió que entremos a una habitación y recostó al niño en la cama.

Lo siguiente que hizo fue explicarnos el tratamiento y luego comenzó a colocar unas agujas sobre el cuerpo del pequeño, Raijin tomaba su mano para darle apoyo y para que no tuviese miedo, cuando el tratamiento de acupuntura terminó, el médico le dio un medicamento.

— Se debe continuar haciendo el mismo tratamiento por un mes, de esta manera se eliminará la contaminación en su cuerpo.

Sin dudarlo asentí en respuesta.

— Entonces dejo a su cuidado a este pequeño — dije colocando una de mis manos sobre los cabellos castaños del niño.

Durante los siguientes días, disfrutamos de nuestra estancia en Liyue mientras el niño recibía su tratamiento. Día con día fue mejorando su salud, se veía más vivo y la tos que alguna vez tuvo se fue eliminando, al mismo tiempo en que Rai recibía su tratamiento yo me encargaba de eliminar los residuos del Dios que estaba en su cuerpo.

— ¡Mamá Ei! ¿Es cierto que el Arconte Geo es un dragón?

— ¿Hm? — baje mi mirada para observar al pequeño niño que a mi lado, sus ojos brillaban ilusionados. Raijin también me observó curioso, así que guarde silencio unos segundos.

— Eso solo es la forma que el Arconte Geo adapta en cada Rito de Descenso, no hay una forma original como tal.

Inesperadamente una voz masculina y tranquila hablo en mi lugar, tomó asiento justo al lado del pequeño Rai sin tomarse la molestia de preguntar si podía o no sentarse ahí. Levante mi vista para admirar al hombre, siendo recibida por unos ojos color ámbar con un rastro dorado sobre ellos, el hombre llevaba ropa elegante hecha de las mejores telas, no había ninguna arruga sobre ellas.

Mi boca se abrió con sorpresa al notar la energía que me recordaba a la propietaria original de este cuerpo.

— Morax.

Un susurro salió de mi boca al conectar mi mirada con la del hombre, él sonrió con amabilidad.

— Cuánto tiempo sin verte, Ei. No esperaba verte en mis tierras con un par de niños — Morax río con gracia, no trataba de ofenderme sabía de antemano que no era así.

— ¿Debía avisar de mi llegada? — pregunté un poco preocupada, al ser un Dios no sabía si debía avisar sobre mi visita. Morax negó con un gesto de cabeza, haciéndome entender que tal cosa no era necesaria, solte un suspiro de alivio.

— ¿Quién es, mamá Ei?

— Sí, ¿quién es?

Desconfianza y curiosidad fueron dos tipos de expresiones que vi en Raijin y Rai.

— Es un viejo amigo de la tía Makoto, ¿recuerdan que les conté la historia de Los Siete? él es uno de ellos.

— ¡WOW! ¡¿En verdad?!

Rai era el único que parecía sorprendido al descubrir dicha información, tanto Morax como yo soltamos una risita al ver su emoción. El famoso Arconte Geo se presentó, a su vez le dijo que guardara el secreto y no le dijera a nadie sobre él, Rai acepto con firmeza y juro guardar el secreto, haciendo uso de su llave. Raijin puso los ojos en blanco aún así se notaba que también era feliz.

— Escuché que destruiste el trono del Arconte Electro.

— Bueno, solo es un adorno de más que sirve para que Celestia nos até a sus leyes.

Morax me miró con seriedad, no molesto por mi decisión eso creo yo.

— Veo que entiendes lo que significa el trono de los Arcontes.

Su sonrisa fue suave, comprensible y no juzgadora.

— Así es, no me importa que Celestia busque una guerra conmigo, defenderé a Inazuma con todo mi poder.

Morax pareció satisfecho con mi respuesta. Luego de este encuentro con el Arconte Geo, tuvimos algunos más en los que pasábamos el rato conversando o contando viejas historias, Rai estaba siempre atento a cada una de ellas, hacía preguntas de lo que más llamaba su atención. Cuando llegó el final de su tratamiento y su salud se vio mejorada a un nivel extremo, nos despedimos de Morax y abandonamos Liyue para regresar a Inazuma.

Raijin y Rai crecieron con el tiempo, Rai se convirtió en un apuesto joven espadachín mientras que Raijin se convirtió en un trotamundos que viajaba a cada nación para conocer más del mundo.

A sus veinte años, Rai trajo a una bonita mujer de las nieves a quién declaro como la persona con la que se quería casar y con quién paso un noviazgo largo hasta que cumplió sus veinticinco años de edad, ambos se casaron y más tarde tuvieron su pequeño bebé de nombre Yuki. El niño creció como el más consentido de toda Inazuma, al ser inmortal tendría una vida larga en comparación a su padre, Rai.

Rai era humano, tuvo padres humanos y creció toda su vida con inmortales con quienes se divirtió y sonrió mucho tiempo, su vejez llegó pronto así que todos sabían lo que significaba. Rai duró un ciclo completo y antes de morir vio a su único hijo ser feliz, Raijin se despidió de él dándole gracias por enseñarle lo que significaba sentir sin un corazón. El día de su muerte se lanzaron fuegos artificiales en Inazuma, esta era su despedida.

Quinientos años más tarde, Inazuma prosperaba. La paz había terminado, con las nuevas generaciones muchos desearon el poder y el conflicto inició, Raijin tomo mi lugar como el siguiente gobernante, Yuki se convirtió en su ayudante al igual que Sara, eran una generación nueva pero que manejaban Inazuma mejor de lo que yo lo hacía.

Cuando la viajera llegó a Inazuma, los conflictos se solucionaron como por arte de magia. Ver crecer todo lo que creé después de llegar a este mundo me hizo sentir feliz, lo único que me quedaba era esperar la guerra final para que la historia de Teyvat llegará a su fin o quizás continuará.

Así fue, siete años más tarde Celestia despertó de su largo sueño y la guerra que marcaría otra historia inició. Levante la comisura de mis labios al ver el cielo despejado, levante mi mano para intentar atrapar una nube sin embargo al no poderla agarrar quise bajar mi mano, esta fue tomada antes de tocar el suelo en el que estaba acostada.

— ¡Ei!

Venti me miraba con una mirada afligida, había tristeza en sus ojos y algunas lágrimas se asomaban, le sonreí.

— Es gracioso que tú seas la primera persona viva que vi al llegar a este mundo y la última que veré antes de morir.

La confusión en sus ojos se hizo visible, Venti no entendió lo que quería decir.

— ¿De que hablas?

— Yo... — tosi un par de veces hasta que la sangre salió de mi boca — no importa. Estoy feliz porque mi historia ha terminado, dile a Raijin que me perdone por no despedirme de él y que todos sean felices. Tu también Venti, se feliz.

— Ei...

— Está bien, morir no es malo, ya es la segunda vez — Venti no comprendió mis palabras y eso lo entendí, sonreí aún más —: Vete, defiende lo que amas y protegerlo.

El Arconte Anemo mordió su labio, asintió sin quitar aquella mirada afligida. Se levantó dispuesto a irse, mientras él me daba la espada yo lo mire caminar en el mismo escenario que vi al llegar a este mundo, obser el cielo de nuevo y cerré mis ojos esperando que la muerte llegará pronto.

¿Sabes Raijin?

¿Qué cosa, Haha?

Mi nombre real es Amelia, no Ei. Llegué a este mundo cuando morí en el mío, quién es realidad es tu madre, murió antes de que yo llegara a este mundo. Ei es tu verdadera madre, con quién tendrías una historia triste pero un final feliz yo solo ocupe su lugar.

Eso no es verdad, Haha. Tu me creaste, tu eres mi madre y la de Rai, eres la abuela de Yuki y la emperatriz de Inazuma. No ocupaste el lugar de nadie, tu has traído felicidad a Inazuma y a mi, eso es valioso para mí.

¡Abuela, Lia!

¡Tía, Lia!

¡Mamá, Lia!

¡Te amamos!

Y yo los amo a ustedes.

••

¡Hola! Antes que nada, muchas gracias a todos por leer este pequeño One-shot.

Está obra nació tras un impulso sobre una persona convirtiéndose en la Arconte Electro y las decisiones que tomaría al respecto tanto por la nación como por toda su historia en estos 500 años, también fue como un desahogo porque no me gusta la Ei actual entre más cosas. Buscaba más que nada hacer de esta historia un cambio de lo que yo haría sobre Ei, a pesar de no ser mi favorita. El resultado creo que estuvo bien, me tomo unos días terminar este único capítulo y la verdad no espero que a la mayoría le guste, tampoco intento cambiar la opinión de nadie ni criticar a Ei.

En cada una de mis historias de Genshin Impact hasta ahora, trato de que Scara tenga una vida feliz. Así que está vez lo hice integrando a Ei aunque no a la verdadera.

Ei murió desde el inicio del OS al mismo tiempo que Makoto, tenía la idea de que esté fuese un buen final para Ei ya que en lo que recuerdo de su historia ella no pudo aceptar la vida de su hermana lo que la llevo hacer todo lo que se conoce, Ei siempre la vi como una persona solitaria y me causo lástima, por esa razón dejé que ella se fuera junto a su hermana y que Amelia ocupará su lugar.

La verdadera identidad de Amelia solo la sabe Scara (Raijin) pues cuando esté tomó su lugar como el Shogun de Inazuma, Amelia le contó su historia que fue lo final del capítulo. La protagonista jamás tuvo pareja, sus únicos hijos fueron Raijin(Scara) y Rai, ella les dio el nombre a ambos, pues la idea era que tomarán una parte del nombre de Raiden Ei (Raiden, Raijin, Rai).

A diferencia de su familia, el nombre de Yuki se eligió por su madre que es una Youkai mujer de las nieves. Cómo saben, Rai creció entre Youkai y Dioses, las historias de fantasía siempre le gustaban por lo que amaba cuando Morax le contaba viejas historias, Rai solo amo a sus padres humanos aunque se llevaba bien con los demás humanos, su amor por los Youkai fue más grande, esa es la razón por la que se casó con una.

En cuanto a Raijin, tras dejar su vida como trotamundos y convertirse en el Shogun fue como su madre, gobernó sin casarse pero creo a una pequeña marioneta que nombró "Amelie" esto después de la muerte de su madre, claro. Amelie extrañamente adapto la forma de Amelia humana pero el color de sus cabellos fue índigo y de estatura alta como su difunta abuela.

En total Amelia tuvo dos hijos y dos nietos, seguramente hubiese amado a Amelie pero pues ya no pudo verla. En el futuro Amelie no tomara el lugar de su padre, ella será una trotamundos, una viajera.

Con esto, doy por terminada está historia. Espero que les haya gustado y muchas gracias a quienes la han leído.

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