Capítulo 32
“¿Qué paso en las dos semanas que estuve... En ese sueño vivido?” pregunto algo incómodo, Anastasio no quería recordar eso. Claude al ver eso se acercó y apoyo su mejilla contra la de Anastasio en forma de apoyo silencioso.
Anastasio sonrió por eso y se recargo en la mejilla contraria. Claude le había contado lo que sucedió, cuando recibió su señal de auxilio inmediatamente fue a su encuentro y lo encontró en esa cueva inconciente. Cuando lo llevo de regreso al palacio inmediatamente había llamado a los sanadores y ellos curaron la herida de su hombro, mientras ellos hacian eso Claude se había ido hacia el palacio vecino y asesinó al rey junto con aquellos que estaban involucrados en su intento de asesinato.
Cuando Claude había vuelto Anastasio no había despertado, el llamo a uno de los sanadores y le pregunto el porque de su no despertar. Los sanadores le dijeron la leyenda del bosque-divino y las cosas horribles que podían pasar. Claude al escuchar eso comenzó a buscar a los magos más experimentados pero ninguno le dio una solución, así había tardado dos días, luego fueron 5 y aún así no había encontrado nada. Mientras el buscaba y gobernaba al mismo tiempo, Diana se encargaba de cuidar de Anastasio y sus ‘ataques de pánicos’ (Claude aún recordaba la primera vez que vio las heridas y la sangre en los muslos de si amado).
Luego llegó sobre el antiguo emperador el cual se encontraba vivo y comenzó una lucha contra Claude. Todo el lugar fue un desastre cuando la pelea termino pero valió la pena ya que Claude salió Victorioso y encarceló a aquellos que estaban involucrados en el; en especial a los Judith. Luego de la victoria Claude volvió a reanudar su búsqueda de un mago capas de hacer que Anastasio saliera del sueño, hasta que al final se encontro con uno. El mago lo ayudo y el acambio cobraría su ayuda en el momento que sea exacto, Claude había aceptado y así el mago le dio el hechizo. El resto se cuenta por si solo.
“Wow, tuviste unas semanas algo ocupadas” susurro impresionado por lo que sucedido en solo dos semanas que estuvo durmiendo. Se preguntaba cómo el caos se desató mientras el estaba ausente.
“Claude no durmió en dos semanas seguidas. Incluso le dije que no duraría pero como es terco y en su cabeza no cabe ninguna palabra de lo que le dije, lo tienes ahora ahí en tus piernas, dormido” expreso Diana molesta por lo terco que era Claude cuando ella lo quería ayudar, aunque entendía el porque de su preocupación.
“Ya veo... Gracias por salvarme” susurro en el oído de Claude, el cual puso una sonrisa en su rostro cansado.
Claude estaba algo despierto y había escuchado lo que Anastasio había dicho, con cuidado llevo su mano hacía el vientre de su amado y ahí sintió a la pequeña criatura absorber su magia. Claude se preguntaba cómo se vería el ser creciente dentro de Anastasio, tal vez pronto lo descubra.
• • • •
Habían pasado 5 meses y el vientre de Anastasio se encontraba echo un óvalo. Claude siempre se encontraba fascinado mientras acariciaba, no solo el cuerpo de Anastasio habia comenzado a cambiar sino que era el mes más lujurioso que ambos chicos habían tenido, después de todo el apetito sexual había comenzado.
“Más, Claude más” gimió mientras sentía el grosor de Claude abriendo su conducto y lo llenaba. Claude siempre daba estocadas suaves, no fuertes ya que tenía miedo de lastimar a su bebé.
“Lo que necesites te lo daré” Susurró en el oído de su amado para comenzar a dar estocadas profundas y rápidas pero eso no hacía que perdiera la suavidad. Anastasio gemia el nombre de Claude una y otra vez, amaba tener a su amado dentro suyo y deseaba que siempre fuera así.
Incluso en el momento del sexo Anastasio pensaba en la primera vez que ambos volvieron a tener sexo luego del suelo vívido. A Anastasio le tomo al menos unos 4 meses superar su miedo a Claude (no al suyo, sino que el miedo hacia que Anastasio pensara en el otro Claude cuando miraba al suyo), pero aún así pudo superarlo gracias al cariño, paciencia y calidez de su amado. En el momento del sexo Claude fue tan gentil y cariñoso, no fue nada comparado al otro Claude, lo cual fue violación sin compasión alguna.
“¿En qué piensas?” la voz de Claude hizo que Anastasio volviera a la realidad y mirara aquellos cálidos ojos joya. Sonrió y beso los labios de Claude.
“En ti, siempre en ti” susurro cuando terminó de besarlo. Se había esperado el beso repentino después de todo lo había provocado.
Anastasio sonrió para que ambos volvieran a concentrase en en momento que estaban compartiendo.
• • • •
8 meses y el humor de Anastasio había cambiado no podía moverse de la cama gracias a su enorme panza. Apenas podía ponerse de piel, sus piernas temblaban cuando el trataba de caminar (Diana y Claude lo tenían que ayudar para ir al baño). Anastasio siempre soltaba suspiros por lo aburrido que era están en una cama sin hacer nada. Claude estaba ocupado con lo del trono, Félix se encontraba a su lado y Diana era la única que lo cuidaba hasta que Claude le daba finalización a la reuniónes que iba.
Anastasio estaba apunto de irse a dormir cuando una profundo dolor recorrió su estómago. “¿¡Uhg?!” soltó un jadeo por la sorpresa, Anastasio pensó que era una simple contracción pero está volvía cada ves más fuerte. Se sacó la sábana que cubría su cuerpo dejando expuesta lo mojada que estaba está. N-no, no es posible. Aún no estoy listo. Pensó aterrorizado, había roto fuente y el bebé estaba apunto de venir.
“¡Di-diana! ¡Alguien venga!” grito con desespero mientras tomaba aire una y otra vez. Parecía que su voz no había llegado a nadie ya que ni una persona se presentó, soltando un grito de dolor abrió sus piernas y cerro sus ojos mientras respiraba agitadamente. “¡Du-duele! ¡Claude, ayúdame!” grito mientras daba otro empujón, su cuerpo me dolía sentía como si se estuviera quemando y sobre todo su magia se sería desbordada.
Anastasio no supo cuánto tiempo estuvo empujando y gritando, pero cuando abrió los ojos Claude se encontraba a su lado junto con Diana y uno de los sanadores. “Esta bien, está bien ahora” Susurró Claude en forma de consuelo, Anastasio apretó la mano de Claude con fuerza mientras volvia a empujar.
“Falta poco su majestad, siga pujando” dijo el sanador, Anastasio quería decirle que eso era lo que estaba haciendo pero no pudo gracias al dolor. Una pujada más y el lloro de un bebé se escuchó en toda la habitación, Anastasio puso su mirada en la pequeña criatura que el sanador tenía en sus brazos “Felicidades es una niña” Anastasio estaba apunto de decir algo cuando el fuerte dolor lo volvio a atravesar.
“¡Ahg, duele! ¡¿Porque duele?!” pregunto Anastasio con dolor mientras sentía la necesidad de volver a pujar. El sanador había puesto su mano en el vientre del doncel y abrió los ojos con sorpresa.
“Todavia hay un bebé dentro, ¡Necesita pujar su majestad!” con eso dicho Anastasio volvió a pujar, grito de dolor cuando lo hizo. El pensaba que solo había un bebé no dos.
“¡Ma-maldicion! ¡Claude te voy a castrar!” dijo en dolor mientras apretaba más fuerte la mano de Claude, el cual se había puesto palido y había comenzado a sisear de doler.
Pasaron unas 6 horas más y Anastasio se encontraba exhausto pero todo valió la pena cuando el lloriqueo de otro bebé lleno la habitación.
“Es un niño, mis felicitaciones sus majestades” dijo mientras le daban el bebé a Claude el cual miraba al bebé en sus brazos con fascinación y felicidad (hasta soltó alguna lágrimas pero lo negaría ya que Diana se burla de el).
“Cariño, mira son nuestros bebés. Son hermosos, frágiles y suaves” dijo con una sonrisa y lágrimas en sus ojos. Anastasio miro a Claude y sonrió débilmente, su magia se había agotado y su cuerpo dolía a mares. El deseaba descansar.
Claude puso al niño al costado de la cama y Diana hizo lo mismo. Anastasio miro a los dos hermosos bebés de cabellera rubia y mejillas rojas y regordetas “Son, hermosos. Tan cálidos y suaves” susurro consado mientras tocaba la mejilla de la niña y luego del niño “Anastasia y Ethan, esos serán sus nombres” sonrió cuando Ethan agarró su dedo.
“Anastasia y Ethan... Me gustan esos nombres” dijo Claude con cariño. Fue cálido hasta que sintió la magia de Anastasio desvanecerse “¿Anastasio?” el pánico comenzó a llenar su corazón cuando vio a su amado en la misma posición con los ojos cerrados (Claude ya sabía el riesgo del embarazo y le había dicho a Anastasio que era mejor no tenerlo, no podía perderlo a el. Anastasio le dio su palabra de que no lo perdería y siguieron con el embarazo).
El mundo alrededor de Claude comenzaba a dar vuelta, sus manos temblorosas viajaron hacía el rostro algo palido de Anastasio y con miedo la llevo hacía el cuello del mencionado. Respirar, respirar. Está bien, Está bien, Está bien, Está bien, Está bien, Está bien, Está bien. Pensó Claude una y otra vez mientras trataba de sentir el pulso de Anastasio, pero con sus manos temblando se le hacía imposible. Claude comenzó a pensar en los peores escenarios y su respiración se agitaba gracias a eso.
“Claude, ¡Claude!” el grito de su nombre lo hizo volver a la realidad y miro a la persona que grito su nombre y se encontró con aquellos ojos zafiros en joya tan calidos y llenos de preocupación. “Claude, ¿Pasa algo?” pregunto preocupado al ver las lágrimas caer del rostro de Claude y su expresión de dolor.
Claude cayó de rodillas al lado de la cama y agarró la mano de Anastasio y las apretó con su mano, y apoyo su frente en ellas. Soltó sollozos mientas las lágrimas caían al suelo. “No vuelvas a asustarme así, nunca” dijo entre sollozos que lo hacían ver feo. Anastasio sonrió y llevo su mano a la mejilla de Claude y secó las lágrimas.
“Tonto, no llores te hace ver feo y nuestros hijos se asustaran” dijo con una sonrisa burlona, haciendo que Claude hiciera un ligero puchero aún con lágrimas en su rostro.
“No soy feo, soy lo más hermoso en este mundo” dijo con una sonrisa arrogante. Ante su frase lo único que ganó fue una risa histérica de Diana.
“¡Eres lo más feo de este mundo!” dijo entre risas. A Claude se le formó una vena en su frente y comenzó a pelear contra Diana. Los bebés de Anastasio y Claude miraban la escena con una cara de poker (junto con Anastasio). Los ruidos fueron como música para los oídos de Anastasio, eso le decía que estaba en casa.
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