A Jaehyun le gustó tanto besar a Jungwoo que cuando sus labios se separaron lo volvió a besar casi de inmediato y luego una vez más después de ese, sus labios eran bonitos y se sintieron bien sobre los suyos, avanzó un poco cuando pudieron encontrar un ritmo lento solo disfrutando de la boca del otro.

Apenas si separan en definitiva Jungwoo tiene la intención de meterse entre el cuello de Jaehyun para esconderse ahí,
No sabe exactamente de donde salió esa pena y a Jae parece ser divertido porque lo siente reír.

—Oh wow.

Jaehyun vuelve a reír y saca con cuidado a Jungwoo de su cuello, se ve avergonzado y con los ojos brillosos.

—Es un wow bueno o malo?
—Bueno, bastante bueno.

Se aclara la garganta y toma un sorbo de su bebida, Jaehyun puede decir que se siente bien y esta feliz,
No entiende como le tomo tanto tiempo besar a Jungwoo.

—Te parece si quitamos almohadas cuando vayamos a dormir?

Tan pronto como la palabras dejaron su boca Jungwoo estaba ahogándose con tu bebida.
Jaehyun mostró sus hoyuelos.

—Demasiado?
Como pudo intentó parar de toser, su voz sonando un poco débil.
—No, es...yo estoy sorprendido es todo.
Su mirada se desvió hacia otro lado y Jaehyun entendió.
Sabía que sus altas y bajas en ser demasiado políticamente correctos le jugaría en contra en algún momento, pero eso estaba bien, Jungwoo lo miro de nuevo.

—Seguiremos dejando las almohadas.

Yendo a pesos de bebé.

—Podemos hacer de los besos algo recurrente?

O quizá no.

Jaehyun dio una sonrisa de hoyuelos una vez más, sus ventosas picando en su espalda.

—No puedo decirle que no a eso.
—Puedo tener uno ahora?
—Los que desees.

🍑🍑🍑🍑🍑

Taeyong vio como la nave aterrizaba mientras se mantenía serio e inexpresivo, era así siempre que alguien más de la realeza los visitaba, tenía que mantener un cierto tipo de imagen al ser acompañante y más siendo joven.

Había cosas que se decían sobre Taeyong, no todas buenas, y es que los acompañantes de la realeza siempre se trataban de personas de edad conocidos como sabios, personas con años de preparación en temas políticos y estrategas de guerra, aconsejando a los reyes e ideando en el caso del reino Kree planes de caza.
Ser acompañante era un trabajo digno y respetable por los reinos, a Taeyong se le respetaba...hasta cierto punto.
Las malas habladurías lo catalogaban como un sirviente y que ese puesto había sido dado por ser el amante del príncipe, Taeyong se aseguró que Jaehyun nunca se enterara de lo que se decía porque no quería que alguien hablara por el,
Eran mejores amigos, se querían y cuidaban desde pequeños, pero Taeyong era totalmente profesional en su trabajo, trataba a toda la familia Jeong como lo que eran, gobernantes del planeta, se había ganando su puesto no por ser el amigo de Jaehyun si no por sus conocimientos que habían dejado genuinamente impresionados a los reyes.

Taeyong sabía que su puesto era legítimo y eso era suficiente.

Ahora el problema principal es que con Jaehyun fuera, los reyes atendiendo otros asuntos, las cosechas estaban cada vez más cerca y los meses de preparación se hacían cada vez más cortos, Taeyong estaba con poco tiempo y no necesitaba distraerse.

—Párate derecho y no titubees al hablar, te vi hacerlo la última vez.

El hombre a su lado habló,
Kang Jiwoong era lo que menos necesitaba en su vida, se creía que el tomaría el lugar del acompañante del futuro rey pero bueno no fue así. Aún así por los años sirviendo a la familia Jeong consiguió un puesto como intermediario entre las casas de quienes participaban en la cosecha,
A Taeyong no le gradaba ni un poco, era arrogante y grosero la mayoría de las veces, al menos con el, suponía que no le gustaba la idea de ser "inferior" a él.

Tae no consideraba a nadie más o menos, la cosecha funcionaba porque todos trabajaban en grupo, no había protagonismos, pero ahí estaba Jiwoong siempre tratando de hacerlo quedar mal y hacer sentirlo menos.

—Pedí preparar embers el platillo predilecto de los Ogon.

Taeyong siguió inmóvil, no le interesaba lo que Jiwoong hiciera, menos sus intentos desesperados por captar atención, el hombre era mucho mayor que Taeyong y con experiencia, debería dejar de lado su rencor.

—Espero que no sea así de grosero con el rey ensu visita.

De nuevo ni una palabra.

El rey de Ognya era de los más jóvenes por ahí, aquel planeta era el planeta de los elementos, los reyes aprender a dominar los 4 elementos con el fin de abastecer y ayudar al pueblo, por excelencia el rey en turno tenía un elemento que sobresalía por los demás dados.
El de Yuta Nakamoto era el fuego.

El primero en siglos y cuya empatía y buen liderazgo habían hecho de Ognya un lugar pacífico y próspero.
Aún que el mismo Yuta daba un aura de rudeza y maldad era todo lo contrario, bajo esos ojos profundos y mirada seria la sonrisa de Yuta era bellísima y cálida al igual que el.
Taeyong lo conocía bien, es decir, era uno de los mejores amigos de Jaehyun después de todo.

—Alteza.

La voz de Jiwoong lo sacó de sus pensamientos.

—Alteza.

Taeyong repitió inclinando un poco la cabeza y regresando la mirada a Yuta quien miraba a ambos sin expresión.

—Jaehyun aún no regresa?
Taeyong negó.
—Aún faltan dos meses para su llegada.
—Lamentamos que viniera en vano.

Yuta sonrió y negó.

—Está bien, vine a ver al estratega de las cosechas de todos modos.
La mirada de Jiwoong se oscureció al tiempo que Yuta seguía sonriendo alegremente.
—Vamos?

Durante todo ese momento Taeyong aguantó la risa. Tomo el brazo que Yuta le había extendido sin darse cuenta e hicieron su camino a la gran casa.

Taeyong está acorralado en la pared de la cocina sus manos a ambos lados de su cabeza aprisionado, sus labios se mueven y disfruta el beso,
El se siente mal, muy mal, no debería estar haciendo eso en lo absoluto.
Su piel arde cada vez que se besan...no cada vez que están cerca, quizá sea porque Yuta es literalmente fuego, no lo sabe pero le gusta más de lo que debería.

—Te dije que vinieras hasta que Jaehyun volviera.

Yuta se ríe y toma del rostro dejándole otro beso que le quita el aliento.

—Con Jaehyun aquí nunca puedo hacer nada de lo que quiero hacerte.
—Na Yuta maldito pervertido.

Lo golpea un poco en el hombro haciendo que se aparte pero Yuta lo abraza casi de inmediato.

—Necesitaba verte.
—Impaciente.
—Lo soy, pero en serio lo necesitaba, Jaehyun dijo que mi ayuda era requerida para las cosechas de este año.

Cierto,
Taeyong había hecho un plano sobre cómo quería que el agua corriera para alcanzar los prados donde los suyos no podían alcanzar por falta de personal.

—Te llevare a ver los planos y me dirás que te parece.
—Taeyong!

La voz molesta de Jiwoong hace que casi suelte un grito,
Gracias al cielo al menos ya se habían separado lo suficiente para no presentar sospechas.

—Taeyong no se puede tutear a los reyes.

Taeyong volvió a su expresión sería inclinándose y ofreciendo disculpas repetidamente, Yuta le puso la mano en el hombro.

—Taeyong y yo nos conocemos desde hace tiempo, no lo tome como una ofensa debo admitir.

Yuta dijo firme mirando con esos típicos ojos oscuros al señor Kang quien hizo una mueca difícil de descifrar.
A diferencia de los demás reyes Yuta no tenia un acompañante, si bien recibía consejos pues como muchos tenían un parlamento, realmente no había alguien acompañándolo todo el tiempo, es por eso que no entendía muy bien como es que debías ser tan cordial y correcto con alguien a quien veías todos los días y pasabas prácticamente todo el rato,
Yuta pensaba que en cierto punto los acompañantes podrían ser amigos e incluso algo más,
Pero aparentemente estaba equipado y reconocía que no sabía las reglas.

—Aún así me temo que el joven Lee no debe faltar a sus normas, lo tendrá que saber el rey a su regreso.

Dijo y se fue antes de que si quiera alguien pudiese hacer o decir algo.

—Un día le daré una lección, lo juro.
Taeyong tomó su brazo.
—Déjalo el nunca me ha respetado.
—Lo haré respetarte.

Pese a que Tae siempre peleó sus propias batalles sin ayuda tener a Yuta diciendo cosas como esas lo hacía sentir cuidado y débil pero de una forma buena si es que eso era posible.
Se acercó con cuidado dejándole un beso corto.

—Me pica la espalda, vienes conmigo al estudio?

Yuta le ofreció el brazo rápidamente.

—Vamos cariño.

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Un pequeño espacio para la pareja secundaria.