Capítulo 4 - Primera parte
.
.
.
.
.
|•••|
La humedad en el aire, muebles consumidos por el polvo y madera desgarrada, el gruñido del suelo bajo su peso y la moribunda haz de luz de su linterna. Su cuerpo se estremeció por sí solo, sus ojos enfocaron a una figura entre las sombras.
Su cabello negro, consumiendo la luz, un moño a juego y su ropa desgastada e igual de siniestra. Parecía un muñeco de trapo al tamaño de un robot. Un coro de gritos aullaron desde la ventana, pero su propio cuerpo se aferró a mantenerse inmovil.
La madera rugió a un lado, su linterna apuntó a la dirección rápidamente. El Absolute Solver se desvaneció y dejó caer la linterna, a lo que Uzi la atrapó rápidamente entre torpes movimientos. Por su mente, el recuerdo de la figura siniestra regresó, volvió la mirada al punto inicial, pero aquel muñeco, se había ido.
La luz parpadeó por momentos, destellando mensajes de ayuda; tres cortos, tres largos, otros tres cortos. Más gritos, más horrores, un pitido taladró desde su cabeza hasta su CPU. Sus piernas se vencieron y las rodillas conocieron el suelo, detuvo la caída con sus manos, levantando la mirada entre jadeos hasta la brillante ventana.
|•••|
La falsa luna recorría sus dedos por todo Copper-9, nieve caía a montones, recuerdos terribles encerrados en una prisión inocente. El hielo chillaba bajo su manto gélido, botes navegaban por encima suyo, con sus crueles remos arañando su superficie con esfuerzo.
Un bote, era cargado por dos drones, caminaban con el peso de su líder en la espalda, mientras lo hacía, un coro de jadeos salía de sus bocas. Mas su mirada determinada, era la muestra más pura de entera lealtad a su señor.
—¡Ataquen, mis esbirros! ¡Plan X!— Un albino exclamó desde lo alto del bote.
El par debajo suyo respondieron con una llameante voluntad. Llegaron hasta el barco y con un golpe coordinado, hicieron tambalear la embarcación enemiga.
N rió a carcajadas mientras huía con su barco, solo para que sus lacayos se resbalarán con el hielo y cayeran sobre el lago congelado. Así, Lizzy cayó de cara contra el suelo en un crujido, mientras que el pelo blanco simplemente abrió sus alas.
El albino negó con su cabeza, con una mirada decepcionada. Entonces sintió un pequeño malestar, un pitido molesto en su interior. Observó su alrededor, hasta que un resplandor púrpura rebotó hasta sus ojos desde una ventana.
Por otro lado, en la balsa atacada, está se tambaleó repetidamente, hasta que finalmente, las drones que estaban a bordo salieron volando... bueno, solo Emily, pues Rebecca fue atrapada por V.
—Wow... eh... eso estuvo cerca— Masculló.
—Sip, lo estuvo— Volteó en dirección a dónde los achichincles de N levantándose del suelo con cierta dificultad... pero N no estaba entre ellos.
|•••|
Fragmentos de cristal volaron a su rostro, retrocedió rápidamente, tomando su ojo izquierdo con el Solver en él. Se desprendió de su mochila mientras la ventana rota retumbaba rítmicamente a la par que ella abría el cierre para acceder al contenido. Cal cayó sobre ella como tan solo un poco de polvo blanco.
Pero sus ojos se paralizaron con este. Una mano blanca, manchada por rastro de aceite y suciedad. Estaba rígida, petrificada por el tiempo y duras condiciones del exterior. Su vista se nublaba cuando intentaba alcanzar la mano.
A sus espaldas, una jeringa con un líquido dorado descendió con cautela. Seguida de está, N bajo por el techo, aferrado con su garras al viejo hormigón. En su rostro tenía una brillante sonrisa que revelaba los colmillos en su boca. Se dejó caer frente a Uzi, siguiendo con la mirada la mochila que arrojó a un lado.
—¿¡Q... qué haces aquí, psicópata imbécil?— Tartamudeo, apuntándolo con la linterna.
—Y cómo va la búsqueda, ¿eh?— Respondió sin responder a la otra pregunta, aún con la sonrisa en sus labios.
—¿Ya has encontrado a esa loca de Doll?— Sin dar tiempo a responder, le colocó un dedo de sus garras en el cuello —Entonces... más explorar, y menos espiar por la ventana, Dora...
—¡Estoy en eso! — Golpeó su garra —Y no me digas Dora...— Se volteó hasta la ventana, observando a través del cristal roto.
—Solo estoy tan... orgullosa de lo tan bien que se lleva V... con los demás...— Apretó los dientes mientras lo decía —Es súper cool...
Cuando estaba a centímetros de golpear la ventana, en el reflejo llegó a divisar un resplandor amarillo. Ella rápidamente se dió la vuelta, encontrándose con la cola de N a centímetros de su cabeza.
—Sí... es mejor que no sea así— Alejó su cola con suavidad —. Pero... hay algo que nunca deje claro, querida— Se inclino a un lado, queriendo ver a V también.
—Ella... es muy especial, y... honestamente es alguien quien me gustaría proteger... de tí...— Fijó su mirada a ella.
—Escucha... sé que tú patética estabilidad emocional está con ella pero...— Se alejó, juntando sus manos en forma de ojiva¹ junto a una sonrisa —. Me gustaría que te alejes de ella...
¹(Así bien empresarial... también se le dice en forma de V...)
—¿Y si no lo hago?— Cuestionó, sin dejar su brazo a torcer.
—Si no lo haces... entonces tendré que recurrir a...
La habitación fue consumida por oscuridad, cada fuente de luz se extinguió progresivamente. Solo prevalecieron sus ojos virtuales, morado y amarillo se miraron mutuamente.
—¡¡Despedazarte!! — Abrió su boca, iluminada de amarillo, repleta de dientes oscuros —¡Arrancaré tus extremidades hasta llegar a tu núcleo, y te mataré!
Sintió una presión en el pecho, su cola la estaba asfixiando de un segundo a otro. Intentó tomar algunas bocanadas de aire, pero el cable negro solo se enroscó sobre su suave metal con más fuerza.
Una sádica risa resonó en la habitación, pero no provenía de N, sino de quién estaba a su lado. El fantasma, la alusión de N, sus orbes dorados se clavaron sobre ella como un millar de agujas.
—A V no le importará, ¿sabes por qué? ¡Porque a nadie le importa tu patética existencia! Ni siquiera tu padre le importa.
Finalmente, la oscuridad se disipó, arrastrándose hasta N. Los ojos se desvanecieron lentamente, sin despegar la mirada de ella.
—Te perdonaré la apuñalada de la semana pasada... pero ya quedas advertida— Con su garra, rasguño su visor antes de regresar por dónde había venido.
—V se haría amiga de las rocas, si pudiera... y me tiene a mi, claro... No me hagas matarte— Y se fue...
Una ruidosa respiración le siguió, pesada y molesta. Uzi cayó sobre sus rodillas, desde ahí dirigió una mano a su pecho, atrapando la ropa en un puño. Sus pulmones biomecánicos luchaban por recomponerse; con una ardiente quemazón en ellos.
Levantó levemente la mirada, su sistema se sobrecalentaba a cada segundo. Por lo que jaló su mochila con ayuda del Solver. Un charco de aceite se expandía dejando de ella, y, al hacer un lado la mirada, un camino del mismo líquido se hacia presente.
|•••|
—Aún conservas el toque, ¿eh?— La voz susurró en su oído, extendiendo sus brazos hasta sus hombros.
—Heh... supongo...— Se separó del abrazo de su hermana, levantándose de la rama en la que estaba sentado.
El peli plata elevó su palma hasta la nieve. Pequeños trozos cayeron sobre ella, algunos resbalando de sus dedos como frías gotas de agua. Cerró su puño de un segundo a otro, está vez, guardando la nieve en el interior, aferrándose a la idea de conservarla.
—Empiezo a creer que... eso no era necesario...
—¿Y por qué? Solo estabas protegiendo lo que es tuyo— Sintió un gélido roce en su espalda, elevándose por su columna antes de desaparecer. Se estremeció.
—Lo sé, pero... Uzi es solo... Uzi. No creo que era necesario llegar a eso...
—Ella te odia, ¿recuerdas? Está es la única manera para que ella se aleje de ti y de V...— Dos ojos se materializaron repentinamente, seguidos del resto del cuerpo. Una sonrisa curiosa se formó en ella.
—Lo sé... es solo que ella no es tan mala como creí... además, ese símbolo sigue apareciendo en mis sueños... ¿no crees que es preocupante?
—¿Preocupante? Tal vez... ¿Te guiarás de un sueño?— Preguntó entre risas.
—Sí, ¿no?— Ladeó la cabeza por unos segundos mientras sus ojos se rellenaban —Es decir... V y J también está ahí, ¿no crees que es una señal?
—Tal vez estás malinterpretado todo esto...
El dron la miró fijamente, el fantasma de su hermana, aquél espectro que la había estado acompañando desde su llegada al planeta helado. Sus ojos adelgazaron rápidamente.
—Tal vez tengas razón, Cyn...— Suspiró.....
N miró debajo suyo, la nieve se amontonaba bajo el árbol. Mientras miraba el suelo, su pecho se sintió... extraño. Su núcleo latía rítmicamente. Estaba asustado, tenía miedo... ¿pero de qué?
Llevó su mano hasta su pecho, pequeños espasmos la habían invadido, como si trataran de impedirlo. Algo le quemaba las entrañas, fuego sagrado había entrado en su cuerpo y ni siquiera lo había notado.
—Cyn...— Repitió... un jadeó escapó de sus labios mientras levantaba la mirada hasta CYN —Tu... ¡¿Tu eras mi herm...?!
Su visor se estrelló repentinamente. Un chorro de aceite y nanobots bajo por su cuello. Su cabeza se estrujó de un segundo a otro, así, callando sus palabras.
El cuerpo, ahora sin vida, se tambaleó. Arrastrado como a una hoja, el aire lo dejó caer de la rama. Se estampó contra el suelo, esparciendo un charco de aceite por la nieve.
—Oh, vaya...— Masculló la fantasma —. Habíamos. Llegado. Tan. Lejos. Hermano. Mayor— Su voz se infesto de errores.
Una pequeña sonrisa se formó en la dron mientras descendía hasta el suelo, hecha una sombra, la cual formó unos dedos que se arrastraron por su brazo.
—Aunque... Has. Estado. Un. Poco. Rebelde. Últimamente. Hermanito...— Acarició su rostro suavemente. Solo para luego comenzar a adentrarse dentro del su sistema.
—Demos... un pequeño repaso, ¿te parece?
—Consideralo un escarmiento...
.
.
.
.
.
|@#\[
Oscuridad, olor metálico, algo huele a quemado. El croar de los cuervos a la lejanía, las sombras consumen su cuerpo como feroces hienas desmembrando un cuerpo.Tendido en el suelo, como un trapo viejo bajo una gran ventana. Un pequeño haz de luz iluminaba su rostro.
Abrió sus ojos lentamente. La luna le dio la bienvenida con su típico silencio. Despegó la mirada del ventanal, está vez enfocando al techo. Un elegante candelabro colgaba de éste. Suspiró.
Giró la cabeza hasta un costado, un oscuro pasillo era lo que le esperaba. Había una pequeña luz al fondo, pero era tan pequeña e insignificante, que ni siquiera se mantuvo por mucho tiempo. Tras unos segundos, N finalmente se sentó sobre el suelo.
Observó sus manos... más pequeñas de lo usual. Tela negra rodeaba sus brazos, sus piernas también. Volvía a ser un mayordomo... Ha vuelto...
—¿Qué hago... aquí?
Un escalofrío le recorrió, la sedosa alfombra bajo su tacto lo incomodaba de cierta forma. Era roja, de un color vino. Libre de cualquier arrugada o desperfecto... excepto de una mancha negra en la que él se estaba sentado.
Mientras se ponía de pie, apoyó sus manos en la tela. De ella, un líquido negro sobresalió de la tela y se adherido a sus dedos. Saltó de inmediato, agitando furiosamente su mano.
Mientras lo hacía, retrocedió lentamente, pero sin llegar muy lejos. Tropezó con algo en el suelo que lo hizo caer de espaldas.
Emitió un pesado jadeo desde el piso, levantó lentamente la cabeza antes de volver a sentarse sobre el suelo. Miró sus rodillas juntas, cubriendo lo que le hizo caer.. Un nuevo suspiro se hizo presente al tiempo que separaba las piernas.
Un charco rojo estaba sobre la alfombra, de una tonalidad más apagada. Era tanto que ni siquiera podía ser absorbida por la tela. Sobre la sangre, un cuerpo, no de humano, no de máquina.
Tenía patas, un pelaje, orejas, un hocico; era un perro. Sus patas estaban flácidas, sin voluntad alguna. Su pelaje, marrón, estaba rasgado de algunas partes, con rasguños bestiales en su cuello y cerca de la cola. Sangre resbalaba de su lomo, una gran herida se ubicaba en lo alto. Su columna era visible a través de la palpitante herida.
Sangre baja como una cascada escarlata, el pelaje se volvía más y más oscuro, y el gran hueco en su lomo late como un corazón. Su lomo había sido arrancado de cuajo, colmillos y garras habían despedazado la piel hasta dejarlo irreconocible.
El perro murió con los ojos abiertos, blancos, habían perdido toda luz natural. Estaban casi tan muertos, tan cristalinos, como el propio dron que descubrió su cadáver.
Sus orbes virtuales parpadearon lentamente, antes de tornarse amarillos poco a poco. Su respiración era el único movimiento que era capaz de hacer.
Las ventanas se empañaron, la habitación retumbó bajo un campaneo metálico. Afuera, los cuervos intensificaron sus llamados a la muerte, aclamando por su maestra con gran devoción
N se encogió en un ovillo, el campaneo retumbaba en sus adentros. Susurros rápidos y espontáneos se unieron a la gran orquesta. Tic-tac; suave pero firme. Recorrió la habitación hasta llegar a N. Tic-tac.
Dos protuberancias se marcaron en su espalda, una a cada costado. Palpitaban coordinadamente a través de la tela. Crecían de tamaño, mientras las campanas renovaron el ritmo. De él emergieron dos alas blanquecinas.
La membrana pálida estaba deteriorada, con pequeños agujeros sangrantes de aceite. Al final de estás, cerca del alula¹, había una terminación semejante a una mano humana, con sus dedos sufriendo pequeños espasmos.
¹(Parte del ala de un ave)
Clavó los dedos en sus piernas, su respiración, pesada, hacia compañía a los graznidos² de afuera. En el revés del ala, pequeñas cerdas blancas, casi transparentes, cubrían las membranas.
²(Sonido que emiten los cuervos)
Cómo si hubiera comenzado a llover, de la ventana se escuchaban golpes como los que harían las gotas al caer, pero más brutas.
En un esfuerzo por levantarse, N soltó sus piernas, arrodillándose hacia el cadáver. Sin embargo, sus piernas fallaron en la tarea, y sus dedos se enterraron en la suavidad de la alfombra. En su mano izquierda, tres tentáculos sobresalieron de la manga.
Estos giraron lentamente alrededor de su muñeca hasta rodear su mano y consumirla. Brillaban en la luz de la luna, como un montón de carne recién cortada. Al unirse, un tentáculo más largo y pronunciado se formó. Simulando un arma cortante, su punta era afiliada, una copia fallida de una espada.
Repentinamente, la ventana se rompió, y los cuervos entraron. Giraron alrededor del dron, su croar era tan solo el llamado a la muerte, su señora, a venir a tomar como su reino parte de la mansión. Las aves se arrojaron en contra de N, arrancando pedazos de su ropa y alas, haciéndolo sangrar.
Intentó cubrirse con lo poco que quedaba de ellas, algunos aún se atrevían a atacar al utilizar sus picos para desgarrar. Su ferocidad fue avivada con la entrada de un fuerte viento en la habitación, su diosa había llegado. Las campanadas se hicieron más fuertes, los murmullos del reloj incrementaron.
N se cubrió nuevamente, encerró su rostro entre sus brazos, se negó a ver el exterior, la realidad, la nada... Y cuando no vió nada...
No había nada.
Abrió sus ojos de nuevo. Todo se había ido, todo había parado. Miró sus manos, habían vuelto a la normalidad, libres de aquél tentáculo carnoso. Tampoco sentía el peso intensivo en su espalda de las alas monstruosas.
Se enderezó, aún sobre sus rodillas. La ventana estaba impecable, ni siquiera se oía nada desde el otro lado. Suspiró.
Acarició su pecho con la palma de su mano, apenas podía mantener los ojos abiertos, pues le ardían, y cuando menos se dió cuenta, ya estaba llorando.
Un nuevo sonido lo puso alerta. La madera se quejó, y el crujido resonó en su sistema. Abrió sus ojos, aunque de tan solo hacerlo le quemaba. Enfocó su vista frente suyo, pero no había nada... ni siempre el cadáver del perro.
Su vista se venció, cerró los ojos. Dirigió sus manos a su visor, e intentó tallarlos al menos un poco. Gimió entre la confusión, mientras volvía a abrirlos.
Frente a él, los orbes sin vida, el perro en pie. No como lo haría un animal, sino como lo hace un dron, un humano. Estaba esquelético, la piel resbalaba de sus huesos expuestos y sus costillas estaban totalmente a la vista.
No dijo nada, no hizo nada. Solo sus jadeos se oían. Ni siquiera se atrevía a mirarlo directamente, su pecho palpitaba casi tan rápido como su núcleo. Tal vez estaba cerca del colapso.
Cómo si de una simple bombilla se tratará, la luna dejó de emitir luz, y el perro desapareció entre la penumbra que le envolvía. Ya no había nada, no se oía nada. Solo estaba él, entre el vacío interminable de una mansión a la que él llamó hogar.
Sus manos temblaron entre la oscuridad, era tan espesa que ni siquiera podía ver sus propias piernas. Solo sentía como algo se arrastraba a través de ellas, como una serpiente atrapando a su víctima.
Al instante, N intentó alejarse, cuando el perro se abalanzó sobre él, y atrapó su cabeza entre sus mandíbula.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
| -- ..- .-. -.. . .-. . .-. |
Oscuridad... un largo pasillo, casi infinito, totalmente oscuro. Afuera llueve, con las gotas golpeando las ventanas con ritmo, también asaltaban el techo con gran fuerza. El aire estaba húmedo, incluso se podía percibir un cierto aroma metálico.
En todo este ambiente, N estaba completamente solo, con únicamente un cuchillo al cuál aferrarse. Abrió lentamente su mano derecha, en dónde el arma descansaba. El filo estaba completamente limpio, mas el mango estaba más sucio, con algunas manchas cafés y rojas a su alrededor.
—Mata a Thomas... no dejes nada ni nadie como prueba... ya sabes a lo que me refiero— La voz susurró desde su interior.
El albino se sobresalto por la repentina orden. Rápidamente miró a su alrededor, buscando a la dueña de la voz.
—¿C¥π?— Su propia voz se distorsionó al mencionar su nombre —¿Qué...? ¿Dónde estás, C¥..?— Tras la distorsión, N miró su pecho por unos segundos antes de volver a hablar.
—¿C? ¿Dónde estás..?
—Mata a Thomas— Repitió.
Se estremeció ante la orden.
Una vez más recurrió al arma en su cargo. El filo, frío y brillante, llamó su atención casi de inmediato, como si fuera a hipnotizarlo. Sintió un pequeño temblor un la mano encargada de sujetar el alma blanca. Pero este desapareció apenas suspiró.
Alzó la mirada, directamente al vacío de la oscuridad, y esta, le regresó la mirada...
Se encaminó hacia el pasillo, activamente se esforzaba por mantener sus pasos ligeros, cuidando de no ser descubierto a esas horas de la noche. Mientras lo hacía, se dió cuenta que estaba usando una capucha. Está cubría su cabeza y gran parte de su cuerpo.
Con sus dedos, tomó parte de la tela, pasando sus dedos entre ella cuidadosamente.
—¿De dónde..?— Masculló antes de soltarla y continuar.
Sus ojos se enfocaron en los umbrales de las puertas. No había luz que las delatará, tampoco una sombra que señalará la ubicación de alguien. Simplemente, estaba solo.
La lluvia empeoró de un momento a otro, marcado por la caída de un relámpago. Mas sin embargo, a N no le afectó en lo absoluto, se mantuvo firme en la misión impuesta por su ¿hermana?
—Cuarta puerta contando desde aquí...
Casi como si pensar en ella fuera el equivalente a invitarla, su voz resonó en su sistema, lo que le hizo acelerar el paso hasta la puerta indicada, en dónde frenó. Había una puerta a cada costado, exactamente iguales.
Miró el bajo puerta¹ de cada uno, la izquierda estaba totalmente a oscuras totalmente. Al contrario de la derecha, la cual evidenciaba a alguien adentro, todo gracias a la luz que se podía ver debajo de esta.
¹(Lo mismo que el umbral, la parte baja de la puerta)
—Derecha...— Le confirmo.
Tras un suspiró, y una creciente determinación, tomó el pomo de la puerta desde su mano izquierda, mientras que con la derecha apretaba el cuchillo.
Giró lentamente hasta que ya no pudo más, y entonces la empujó suavemente. La madera chirrió suavemente, casi de manera imperceptible... pero no para él...
Y antes de entrar, escuchó un ladrido.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
|•••|
Usando el Absolute Solver, Uzi destrozó una parte del suelo se manera. Debajo de está, el cadáver de un dron usando una bata hospitalaria, junto a un montón de hojas maltrechas. Usando la misma habilidad, atrajo los documentos a ella. Solo le dió rápidos vistazos antes de tirarlos de nuevo en el agujero. Sin embargo, un cosquilleo alrededor de su muñeca la hizo sobresaltar. Al mirar de cerca, pudo encontrar una curiosa cucaracha robot mágica de color verde...
—¿Qué eres?..— Susurró suavemente.
Repentinamente, la cucaracha se dio la vuelta, solo para escanear su rostro hasta llegar a su collar, el collar de Nori. Un holograma salió de él, dando múltiples detalles, pero sobretodo, algo especial «Encontrar el elevador»
—¿Elevador?
|•••|
Con los campistas idiotas... V estaba enseñando como hacer un tiro con arco. Trás tensar la cuerda y apuntar, disparó una flecha que impactó justo al centro de la diana. Tras ella, otras 4 flechas le siguieron, rompiendo la anterior antes de que se encendieran... de alguna manera.
—Creo que hice... trampa...— La chica rascó su nuca antes de darse la vuelta.
Detrás de ella, y sobre el techo de una de las cabañas, la mitad de alumnos la miraban de reojo... o fingían que lo hacían, como Lizzy. Sin embargo, habían otros que parecían más distraídos, como el propio N.
La chica lo vió más callado de lo normal. Tenía la mirada pérdida en el cielo, apoyando su mandíbula en su palma, y su brazo en su rodilla. Ni siquiera prestaba atención a Lizzy, quien de vez en cuando intentaba hacerle plática.
—¡Hey, N! ¿No quieres hacer un tiro?— El peli plata reaccionó casi de inmediato. Y a pesar de que desorientado, asintió.
El albino saltó hasta ella, tomando un arco y tres flechas tras aterrizar. Rápidamente, apuntó hacia la diana y disparó los tres proyectiles al mismo tiempo. Con la flecha del centro asestando al punto máximo de la diana.
N se giro hacia su compañera. A lo que V levantó el pulgar en aprobación junto a una sonrisa.
—¿Ahora qué?— Masculló N.
—Explicales como disparar.
N suspiró ante la orden. Giró sobre sus talones, justo en dirección a los alumnos. Mientras lo hacía, algo llamó la atención de entre los árboles. Era un holograma, con un mensaje que decía algo como un simple «HI :)»
V entrecerró los ojos con tal de ver quién estaba detrás de los mensajes. Con el suficiente esfuerzo, pudo divisar a Uzi, con una cucaracha radiactiva en la mano.
«DON'T TELL N I'M HERE" (No le digas a N que estoy aquí)
—Oh... ¡Uzi! ¡Ven aquí, está tropa es un equipo!.. por cierto... ¿qué dice ahí? No alcanzó a ver... jejeje...
«:0»
N volteó hacia a ella y Uzi. Lo que hizo que Uzi... bueno... «D:!!» saliera de su escondite junto a una risa nerviosa.
—¡Hola, chicos..!
Con el simple hecho de aparecer, provocó tremendo miedo en los drones, todo gracias a su fealdad.(Pinche emo...). Lo que a sí vez, como si de efecto mariposa se tratará, que una flecha se escapará, justo con el ángulo y fuerza perfecta para convertirse en un peligro para la gótica pendeja.
Pero, afortunadamente (desgraciadamente para nosotros), el proyectil no la lastimó, pues pudo utilizar el Absolute Solver en él momento preciso para suspenderlo en el aire. Mas no fue por mucho tiempo, pues un sobrecalentamiento en su sistema la hizo perder el control.
La flecha se rodeó de una fibra rojiza antes de transmutar y al suelo, convertida en un análogo de un pulpo con un solo ojo. El bicho estaba atrapado en una mucosidad de tonalidades anaranjadas.
Todo ésto fue visto por N, quién se sintió inmediatamente perturbado por la escena.
—Eso es malo, ¿eh?— Dijo, con un tono burlón.
—Ah... Yo... voy a... ¡vivir en el bosque!— Exclamó, solo para salir corriendo hacia la profundidad de los árboles.
—¿Quién era esa..?— Preguntó un random de por ahí, a lo que V rápidamente lo miró, casi como si hubiera dicho un pecado.
—Tenemos que matar a la mocosa.
—¿¡Qué!?— Habló por lo bajo.
—Esa cosa se parece a tus sueños, ¿no?— N asintió parcialmente —Entonces hay que matarla.
—... No... No podemos hacerlo, es muy repentino.
—¿Cuál es el problema? Ella te odia, haría lo que fuera para matarte... ¿Acaso ya olvidaste la apuñala?
—No. Es solo que... ella es importante... le importa a V, a Thad... me importa...
—... Te importa... entonces supongo que no te interesa V.
—No, claro que no. Pero ell...
—¡Entonces mata a Uzi! ¡Protege a V!
N agachó la cabeza. Abrió la boca una vez más, tal vez para acceder, o por el contrario para resistirse. Mas de su boca no salió ni una sola palabra. Sus ojos habían perdido su tonalidad... volvieron a ser blancos. Inocentes, ingenuos... pero...
—Tienes razón— ya no más... volvieron a ser amarillos.
—Eso es... buen chico... tu siguiente misión es matar a Uzi y proteger a V.
Con determinación, N se encaminó hacia el mismo pasillo de oscuridad. Sus espadas salieron a cada costado, listas para el combate.
—Eh... ¿N? ¿De qué estaban hablando?— Hablo V, suponiendo que N estaba hablando con su hermana.
—De nada. Regresó en un rato— Respondió, sin interrumpir su camino, o siquiera mirarla directamente.
—¿A... A dónde vas?— Se puso frente a él.
—... A solucionar algo— V frunció el ceño.
—... ¿Quieres dejar de ser tan misterioso y decirme que haces? Has estado actuando raro desde... hace un rato.
—Estaba confundido.
—¿De qué?
—...¿Puedes... dejarme pasar?
—No hasta que me digas que tienes— Se plantó firme frente a él.
N la miró por unos segundos, guardó sus espadas junto a un pesado suspiro antes de mirarla a los ojos.
—Voy a... matar a Uzi.
Su rostro se paralizó por unos segundos, tal y como N lo había supuesto. Aunque en realidad fue todo su cuerpo. Su respiración se entrecortó repentinamente antes de responder.
—¿¡Qué?!
—Voy a matarla para... evitar todo.
—¿Evitar? ¿Qué carajos vas a evitar al matar a Uzi?
—...Lo que pasa en mis sueños...
V abrió la boca por unos segundos, pero no emitió ningún sonido. En su lugar suspiró, tallando sus ojos virtuales por unos segundos.
—Vas... a matar a Uzi... ¿por un sueño?— Habló poco a poco, vocalizando correctamente para evitar cualquier malentendido.
—... Sé que suena estúpido, pero tú también esos sueños... Y todo lo que he visto ahí concuer...
—N... eso no suena estúpido, ¡es estúpido!— Exclamó, sobresaltando así al contrario —¡Uzi es solo una niña, como nosotros! ¡No puedes simplemente ir y matarla así como así!
—¡Lo sé! ¿Pero no viste lo que hizo? ¡¡Es peligroso!!
—¡¡Por dios, N!! ¡Ni siquiera sabemos si lo hizo a propósito!— Comenzaron a subir el tono de voz poco a poco.
—¿No viste su cara? Claramente no fue intencional.
No había un solo sonido además de sus gritos. Ni siquiera de los campistas, quienes tenían su atención puesta totalmente en ellos.
—¡¡Entonces debemos saber que es exactamente!! ¡Ni siquiera sabemos si matarla no provocará algo peor!
—¿¡Qué?! ¿¡Por qué no puedes ver que esa cosa es peligrosa?!— Sus espadas salieron de nuevo —Voy a matarla, te guste o no.
N volvió a caminar hacia enfrente, tratando de hacer a un lado a V, sin embargo, ella atacó con su propia espada, haciendo a N cubrirse, pero también retroceder.
—Cuando peleamos por primera vez... nunca se me ocurrió la idea de matarte... incluso si eras peligroso.
Su mirada perforó en su pecho, un gran dolor atravesó su pecho en forma de una punzada que se concentró justo en su núcleo tembloroso.
—Ni siquiera Uzi me pidió matarte...
—Cuida a los campistas— Se giró hacia dónde Uzi había huido, no sin antes arrojar la lista de alumnos hacia atrás, golpeando la cabeza de N por error.
Ella sacó sus alas, solo para luego abrir sus alas e irse. Dejando a N solo con los otros Worker Drones.
—...Wow... ¿no me digas que ella es la que toma las decisiones?— Lizzy se acercó hasta él, dándole un codazo en forma de broma. A lo que N sólo la fulminó con la mirada.
—Era broma... no te merece— N rodó los ojos, solo para voltearse hacia el resto.
—Hagan lo que quieran, no me importa— Dijo, mientras abría sus alas y se preparaba para saltar. Sin embargo, dió un último vistazo a ellos, mirándolos por unos instantes..
—...No se queden ahí... vayan a esconderse o algo, idiotas...
Y se fue volando.
.
.
.
.
.
.
💔
.
.
.
.
|×××|
En el interior de una cabaña en completa oscuridad, un montón de carne desgarrada palpita cuál corazón humano. Sangre y aceite resbala de las fibras rotas ocultas en las sombras. Hace tan solo unos minutos albergaban al próximo contenedor de la Solución Absoluta.
La puerta estaba rota, dando la libertad a cualquiera de ver el interior y sus horrores. O tal vez... dando libertad al monstruo que contenían.
En el gran bosque, la misma dron de ojos rosados corría lo más rápido que podía. Un agudo aullido resonó en todo el bosque, seguido de múltiples carcajadas. La luna brillaba a través de la nieve con gran intensidad, pero incluso con estas, las sombras se aseguraban de mantener su territorio alrededor de Lizzy.
Ella corrió más hasta encontrarse con un destello cían. Una chica Emily, saludaba lentamente. Su rostro estaba apagado, moribundo. Pese a la naturaleza de sus ojos, estos estaban muertos, y ella sin decir nada.
Antes de que siquiera Lizzy pudiera decir algo, Uzi reveló el engaño, tomando con sus alas el tronco superior e inferior de la chica antes de repartirla en dos. Dejándose empapar en una lluvia de aceite y vísceras metálicas.
—Uh... no combina...— Dijo Lizzy al ver a Uzi extendiendo sus alas bajo la luna —... bueno, en realidad nada te combina, perdedor...
El Solver se manifestó en su cuello, levantándola a par que la ahocarla. Así, la dejó totalmente vulnerable a ella.
Uzi se arrastró por el suelo a gran velocidad, como si de un animal salvaje se tratará. Y como uno, se abalanzó contra la chica de ojos rosas, con las manos extendidas hacia ella, lista para despedazar hasta lo último de Lizzy.
Sin embargo, antes de tocarla, un corte aterrizó sobre su rostro y bajó hasta su ala, mandando su cuerpo en contra de un árbol, el cual colapsó a los pocos segundos.
Ante este movimiento, Lizzy quedó libre, cayendo de cara en contra del suelo, justo detrás de su salvador.
—¿No les había dicho que se ocultaran?— Mencionó mientras se diría hacia Uzi.
—Ash... claro... papá siempre tiene razón...
N se acercó lentamente a Uzi, con ambas espadas a cada lado, cada una lista para cualquier ataque sorpresa. Sus ojos se clavaron en Uzi, tendida en el suelo, vulnerable...
—Esto... se siente familiar, ¿no lo crees, C?
—¿Quién es ese...?— Dijo débilmente, aún desde el suelo. Apenas con el suficiente autocontrol para no volverse loca de nuevo.
—¿Y se supone que yo deba saberlo?
—¿Puedo hablar con V...?
—Heh... me aseguraré de que no.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
5184 palabras
(Las notas de autor estarán en el resto del capítulo... Pero yo pienso que con excepción de la pelea, todo está bien escrito y la atmósfera está bien lograda... O no sé, que el público me lo diga xd)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top