Ventotto
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Los cuerpos de los tres adolescentes chocaron contra el suelo del inicio de la prueba, Alessia respiraba agitada recuperando el aliento, pero Harry sollozaba al ver al tejón a su lado, el azabache aún creía que este había muerto, creía que había dejado que Voldemort asesinara a un compañero, a un amigo. Los gritos no se hicieron esperar después de que Fleur se acercara y pensara al igual que Harry que Cedric se encontraba sin vida.
—¡Harry! —Dumbledore se acercó a toda prisa a los estudiantes que se encontraban en el suelo, intentaron alejar al azabache, pero este se negaba a irse.
—Por dios, Dumbledore. ¿Qué ha pasado?
—Ha vuelto —murmuró el de anteojos entre dientes—. Ha vuelto. Voldemort, ha vuelto —sollozó al saber que a partir de ese día sus problemas solo se harían más grandes—. No podíamos dejarlo, ahí.
—Tranquilo, Harry. Ya pasó, los tres están aquí —la mirada de Dumbledore recayó en la pelirroja, Alessia se sentía aturdida, el pitido en sus oídos no cesaba, desconocía la causa de su estado por lo que intentaba recuperarse sin entrar en pánico al no poder reparar en una sola palabra o si estas iban dirigidas hacia ella.
—Permanezcan en sus lugares —Cornelius intentaba tranquilizar a todos los presentes, no necesitaba que el mundo mágico se volviera un caos por lo que un adolescente decía—. Debemos de retirar el cuerpo de aquí, hay demasiada gente —se dirigía a McGonagall y a Snape más su voz se vio callada ante los gritos desgarradores de Amos Diggory.
—¡Déjenme pasar, es mi hijo! —Amos había bajado a tropezones de las gradas para llegar hasta los recién llegados al igual que Arthur Weasley, este comenzó a llorar al ver a su hijo tumbado en el suelo—. ¡Es mi muchacho, es mi hijo! —se dejó caer de rodillas, el llanto entre los alumnos no se hizo esperar, Alessia sacudió su cabeza viendo a su alrededor aún como si todo temblara, pero al notar las lágrimas del padre de Cedric se dio cuenta de que creían que este había muerto.
—¿Qué está pasando? —el murmuro de Alessia llamó la atención de varios, la pelirroja se sentó como pudo parpadeando repetidas veces, el pitido en sus oídos parecía disminuir, pero persistía en seguir ahí—. Cedric —tomó entre sus manos la mano de Cedric—. Cedric —le llamó de nuevo esperando que este despertara tal y como había pasado en el cementerio.
—Alessia, él está...
—Mi hijo está muerto —Amos interrumpió a Arthur, la mirada de Amos mostraba su gran pesar y su tono tosco mostró que este buscaba descargar su enojo en la persona que se le cruzase en este caso Alessia.
—Cedric, no está muerto —murmuró mirando al mayor—. Pueden confirmarlo con el palpitar de su corazón —se acercó lo suficiente al rostro del chico para proporcionarle ligeras palmadas en su mejilla para que este reaccionara—. Cedric —volvió a llamarle, Amos estaba a punto de lanzarse contra la adolescente creyendo que esta se burlaba de su dolor.
—Agh —el quejido proveniente del castaño alertó a todos, Cedric se apoyó en sus codos levantándose mientras tomaba su cabeza sintiendo una punzada en esta al levantarse—. ¿Alessia? —miró confundido a la chica, esta le sonreía ligeramente, en cuanto sus ojos claros miraron fijamente los azules de la chica recordó lo ocurrido, el cómo Alessia se había interpuesto entre él y la maldición asesina, sin ella seguramente en esos momentos estaría muerto—. Me salvaste —murmuró agradecido con la chica, deseando saciar aquel deseo de besar a la chica desde que le había conocido, pero que no se atrevía al notar que sus sentimientos no serían correspondidos, Alessia le gustaba, con un demonio más que gustar, pero ella le veía como un amigo y él lo respetaba, Cedric había asumido el rechazo sin siquiera preguntar nada, por ello se conformaba con ver a la chica feliz y siendo su amigo.
—¡Hijo! —Amos interrumpió los pensamientos del castaño al lanzarse contra él para envolverle en un abrazo, Amos Diggory no deseaba soltar a su hijo, estuvo por perderle que sentía que si le soltaba este le sería arrebatado, Alessia miraba aquella escena con una sonrisa, lo había logrado, sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, pero aquella felicidad que sentía se vio interrumpido por un fuerte dolor que se instaló en su pecho, como si fuera picado su corazón.
—¿Cómo? —Harry estaba más que perdido, él había visto impactar la maldición contra los dos adolescentes, pero al ver que Alessia había despertado supuso que esta había impactado contra Cedric, le alegraba ver al Hufflepuff vivo, pero no encontraba una respuesta lógica a lo ocurrido.
—Fue Alessia —contestó Cedric—. Ella me salvó, se colocó frente a mi recibiendo el hechizo, cuando esto pasó los dos salimos disparados y después todo se vuelve negro —frunció el ceño al recordar aquello, miró a la pelirroja de reojo—. Después solo recuerdo la voz de Alessia diciendo mi nombre, ella lloraba.
—Gracias. Salvaste a mi muchacho y por ello siempre estaré en deuda contigo —Amos miraba a la pelirroja con una enorme sonrisa, pero no fue correspondida, ya que Alessia apretaba su mano contra su pecho en busca de aminorar el dolor que cada vez se hacía más intenso.
Alessia quiso contestar, pero el dolor esta vez no la dejó ni contestar, se quejó al mismo tiempo que se dejaba caer al suelo retorciéndose de dolor, escuchó las voces de sus amigos y familia llamarle, pero no pudo hacer nada, la pelirroja comenzó a convulsionarse frente a todos, Arthur corrió hasta su hijo sujetándola mientras le colocaba de lado para evitar que esta se atragantara con su lengua, los profesores se encargaron de alejar a los alumnos al mismo tiempo de que le indicaban al señor Weasley lo que debía hacer
—¡Alessia! —Harry intentó acercarse a la pelirroja, pero al que creían era Ojo loco le había impedido acercarse casi cargándolo para alejarlo del lugar—. ¡No, suélteme! ¡Alessia! —siguió gritando intentando soltarse del agarre.
—No puedes estar aquí ahora —arrastró al chico, Harry volvió a mirar hacia Alessia notando que esta había dejado de convulsionarse, Alessia respiraba con dificultad, su piel se encontraba más pálida de lo normal, el sudor provocaba que su cabello se pegara a su frente.
—¡Ayúdenla! —Arthur sostenía a su hija preocupado al verla en tal estado, parecía que esta tenía fiebre, el miedo invadió al mayor, no tenía sentido por qué su hija se había puesto mal de un momento a otro.
—¡Alessia! —Ron quiso acercarse a su melliza, pero los gemelos lo detuvieron sabiendo que este necesitaba darle su espacio, todos los Weasley estaban preocupados por la chica, verla convulsionarse era un golpe que les desestabilizó completamente.
—¡Silencio! —la voz Dumbledore resonó en el lugar provocando que todo se sumiera en silencio, ya más tranquilo todo el canoso se acercó al mayor de los Weasley, quiso indicarle qué hacer, pero los murmuro de Alessia le detuvo.
—H-harry —buscaron con la mirada al azabache, pero no le encontraron—. Ojo loco —también buscaron al profesor, pero al no verlo supusieron que este se encontraba con Harry—. Barty Jr. —aquel fue el último murmuro, pero fue suficiente para llamar la atención de los adultos presentes, la mente de Dumbledore pareció conectar todo.
—Arthur lleva a tu hija con Madame Pomfrey, ella sabrá qué hacer —le indicó con rapidez al pelirrojo que con ayuda de sus hijos levantó a la chica para llevarla a la enfermería—. Todos regresen al castillo —los estudiantes acataron lo que el director había dicho—. Profesora McGonagall, Profesor Snape acompáñenme —los tres adultos comenzaron a correr en dirección a la oficina que le había sido asignada a Alastor Moody, mismo que Dumbledore sabía ahora que se trataba de Barty Crouch Jr.
. . .
¿Fui la única que adoró a Cedric? Como que ya me entraron las ganas de hacer una historia de él, necesito que vean a mi bebé feliz :(
Editado
Pelirroja W
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