Ventisette

(Recomiendo leer con la canción en multimedia; Sia- To Be Human)

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La pelirroja sintió el aire faltarle, el nudo en su garganta crecía cada vez más, las espesas lágrimas que recorrían sus mejillas parecían que nunca tendrían fin, sus dedos pasaban constantemente entre los cabellos cobrizos del chico frente a ella.

—¿Alessia? —a pesar de que Harry se encontraba cerca de ella, Alessia escuchó su voz lejana absorta a cualquier cosa, sintiendo el dolor en la boca del estómago y también sintiendo la culpa recorrer cada parte de su cuerpo.

—¿Cedric? —su voz se cortó acariciando las hebras del cabello del chico frente a ella, el cuerpo de Cedric Diggory se encontraba frente a ella—. Vamos despierta —sollozó mientras movía su hombro—. ¡Cedric, por favor! —sus lágrimas mojaban el rostro inerte del chico—. ¡Se suponía que esto no ocurriría! —habló entre lágrimas sintiendo su pecho oprimirse de dolor ante la pérdida del chico, se suponía que ella cambiaría el rumbo de las cosas, que ella le salvaría y no lo había hecho, en esos momentos ella se sentía una inútil.



Minutos antes

—¡Cedric! —la chica corría hasta el castaño que en busca de defenderse levantó su varita, pero no fue tan rápido como para librarse de la maldición que Colagusano había lanzado, la maldición asesina, pero Alessia se había colocado frente a él creyendo que al menos ella moriría al salvar a su amigo, la maldición provocó que ambos adolescentes salieran disparados hacia atrás.

—¡Alessia! —Harry gritó el nombre de la pelirroja en cuanto vio el cuerpo de esta impactar contra el suelo, Alessia se sorprendió al haberle escuchado al sentir el dolor que le había provocado chocar contra el suelo, seguía viva, se levantó poco a poco quejándose con cada movimiento, ella creía haber recibido el hechizo, había visto como este impactaba contra ella, pero al buscar con la mirada a Cedric notó que quizá algo había salido mal, quizá no había llegado a tiempo, quizá el hechizo si había logrado dar con el castaño.

—Cedric —susurró su nombre con miedo, tan rápido como le fue posible se acercó a este dejándose caer, este no había abierto los ojos, no se movía como ella, Alessia sintió un balde de agua fría caer sobre ella, había llegado tarde.



—Por favor —sollozó mientras abrazaba el cuerpo de Cedric, no deseaba separarse de este, deseaba despertar de aquella horrible pesadilla, poco le importaba morir en ese momento, se suponía que salvaría a las personas no que les dejaría sufrir el cruel destino que era la muerte entre las manos de Voldemort, deseaba que Cedric abriera los ojos y le dijera que era una broma, que estaba bien.

—Alessia —el susurró llegó a sus oídos que creyó haberse vuelto loca, pero la queja del chico entre sus brazos le hizo separarse con rapidez, su mirada recorrió el rostro del cobrizo y jadeó de alegría al ver que este fruncía el ceño aún con los ojos cerrados, estaba bien, Cedric estaba bien.

—Por Godric —abrazó de nuevo al chico esta vez sollozando de felicidad, duró unos segundos así hasta que el grito de dolor de Harry le sacó de su burbuja, había ignorado completamente todo a su alrededor al punto de que no había notado ni siquiera que ya tenían la sangre de Harry, soltó a Cedric sabiendo ahora que este estaría bien y se levantó dispuesta a ayudar a Harry, pero no pudo dar ni un par de pasos cuando un hechizo de nuevo chocó contra ella.

—¡Crucio! —el dolor insoportable recorriendo todo su cuerpo le hicieron gritar y retorcerse en busca de que aquel dolor desapareciera, para ella fue como si una hora hubiese pasado, pero solo fueron un par de minutos en el que le torturaron, cuando el dolor se desvaneció se encontraba exhausta buscando aire sin poder moverse, vio a Colagusano hincarse a su lado que sin cuidado alguno tomó el cabello de la chica jalando de este hasta arrancar de raíz algunos cabellos para después alejarse de ella—. Los cabellos de la hechicera oculta que le darán poder a mi señor —soltó dentro del caldero al igual que la sangre de Harry, los dos adolescentes comenzaron a retorcerse de dolor, su cabeza parecía a punto de estallar, aquello duró hasta que Voldemort regreso completamente, el señor tenebroso había regresado.

—Colagusano, mi varita —el mencionado inmediatamente le entregó la varita—. Levanta el brazo —Colagusano le agradecía creyendo que este le regresaría aquello que había dado para que este pudiera regresar, pero Voldemort solo quería la marca para llamar a los que se suponían eran sus seguidores, Alessia aprovecho su distracción para arrastrarse hasta la tumba de los Riddle en la que Harry se encontraba.

—Harry —le llamó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, el azabache le miró de reojo—. ¿Estás bien? —por más estúpida que la pregunta se escuchase no podía evitar hacerla, le preocupaba el de anteojos y vivir en carne propia el dolor que alguna vez leyó era algo abrumador.

—Estoy bien —antes de que el chico pudiera hacerle la misma pregunta se percataron que Voldemort se acercaba a Cedric.

—¡Aléjate de él! —la pelirroja gritó llamando la atención de Voldemort deteniéndolo a pocos metros del cuerpo inconsciente del castaño.

—Harry, casi olvido que estabas ahí, parado sobre los huesos de mi padre —giró hacia ellos caminando a paso lento—. Los presentaría, pero se ve que eres tan famoso como yo.

—No te acerques —murmuró entre dientes la pelirroja en cuanto Voldemort estuvo a unos pasos de ellos.

—Pero, ¿qué tenemos aquí? La pequeña Weasley —miró con superioridad a la chica—. ¿Cómo alguien como tú, de tu familia puede ser tan poderosa? —aquello sería algo que el señor tenebroso nunca entendería, ni siquiera cuando esta era una bebé había logrado acercársele.

—Porque tengo algo que tu jamás tendrás y te hace débil —le reto sin temer, Voldemort no le provocaba el miedo que a la mayoría sí.

— ¿En serio? ¿Y qué es exactamente? —preguntó con diversión provocando que los mortifagos presentes rieran por la que ellos creyeron una adolescente idiota.

—Amor.

—Toda una gryffindor —miró a la chica con desprecio mientras se alejaba un poco, levantó su varita en dirección a la pelirroja—. ¡Crucio! —el grito de dolor no tardó en salir de los labios de la chica sintiendo nuevamente aquel insoportable dolor que la maldición le provocaba, parecía que sus venas ardían en llamas, deseó que aquel dolor terminara lo más pronto posible, cuando sus suplicas fueron escuchadas y el dolor paró, le costaba moverse y su mirada estaba borrosa—. ¡Toma tu varita, Potter! ¡Tómala! —las voces sonaban distantes para Alessia, mas tuvo que sacudir su cabeza y cerrar los ojos por unos momentos para que su oír regresara a la normalidad—. ¡Crucio! —escuchó gritos de dolor por parte Harry, Alessia colocó sus dos manos contra el suelo y comenzó a impulsarse con estas para colocarse de pie entre quejidos, como pudo se colocó tambaleante y jadeante frente a Harry protegiéndolo haciendo que Voldemort dejara de lastimar a Harry—. Interesante, la chica Weasley protegiendo a Potter.

—Expelliar...—con un solo movimiento de varita hizo que los dos chicos terminaran en el suelo un par de metros del lugar del que estaban.

—Voy a matarlos, a partir de hoy nadie volverá a cuestionar mis poderes, a partir de hoy hablaran de cómo ustedes me suplicaron su muerte y como soy piadoso les concedí aquel deseo —levantó su varita de nueva manera, pero los dos adolescentes logaron levantarse para correr detrás de una tumba que les protegía en esos momentos—. ¡No volverán a darme la espalda! —lanzo un par de hechizos contra la piedra de la tumba—. Quiero ver cuando sus ojos pierdan el brillo y cuando la luz salga de sus ojos —Alessia tomó la mano de Harry al ver que este le miraba esperando a que ella estuviera de acuerdo con lo que haría más el apretón que le brindó la fémina le dio la respuesta a su pregunta.

—Como quiera —los dos adolescentes salieron de su escondite, Harry sostenía su varita con la mano derecha, mientras que Alessia sostenía la suya con la izquierda, sus manos seguían unidas, esperaban cualquier movimiento.

—¡Avada Kedavra! —su grito resonó al mismo tiempo que la de los adolescentes.

—¡Expelliarmus! —los hechizos chocaron entre sí, a su alrededor las luces provenientes de las varias comenzaban a tomar forma, la forma de las personas que fueron asesinadas, entre ellas los padres del azabache.

—Harry, cuando la conexión se rompa deben correr al traslador, lo detendremos un momento para darles tiempo, pero solo un momento —James Potter se dirigía por primera vez a su hijo, Harry miró al hombre que estaba a su lado, tal y como le habían dicho era su viva imagen—. Cuídalo por nosotros —James le había susurrado aquello a la chica solo para que ella le escuchara.

—¡Suéltenla, suéltenla ahora! —ahí estaba Lily Evans, su cabello pelirrojo en verdad se parecía al de Alessia, pero no tuvo demasiado tiempo de apreciar a la mujer ya que rompieron la conexión y corrieron hacia Cedric.

—Accio —la copa llegó hasta la mano de la pelirroja en cuanto tomaron a Cedric, al tocar la copa nuevamente desaparecieron de aquel cementerio, pero ya se había desatado los problemas, a partir de ese día los problemas les seguirían de cerca y el mundo mágico se encontraba en peligro.




Editado

Pelirroja W


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