Trentuno
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Las semanas transcurrieron con rapidez para todos, aunque para cierta pelirroja que deseaba que estas ya terminasen eran una tortura, como había predicho le castigaron, pero fueron más allá de lo que se imaginó, ya que le prohibieron salir de Grimmauld Place sin compañía de alguno de los integrantes de la orden.
Ahora se encontraba sentada, sin prestar demasiada atención a lo que decían, alrededor de la mesa se encontraban sentados todos los que ahora integraban a la orden del fénix, teniendo en su mayoría a los de la orden original.
—Por dios, Dumbledore. ¿Cómo atacaron a Harry? —Sirius levantó la voz mientras su puño se estrellaba contra la mesa.
—¿Qué ha pasado? —se atrevió a preguntar Alessia al no tener idea de lo que hablaban, era difícil para ella no distraerse, tenía tantas cosas en la cabeza y pertenecer a la orden tan pronto era una de ellas, habían decidido que ella debía estar al tanto de lo que la orden discutía tras saber por boca de Dumbledore que ella tenía conocimientos sobre el futuro, aunque claro, la chica se había mantenido al margen para evitar decir algo que pudiese cambiar el curso de las cosas, esto sería un problema si deseaba hacer las cosas bien.
—Dementores, le atacaron frente a su primo muggle y ha tenido que utilizar magia frente a él —un suspiró salió de entre los labios de Sirius y Alessia asintió por fin entrando en línea de lo que pasaba.
—Tienen que ir por él —habló la pelirroja llamando la atención de los adultos—. Lo van a dejar solo y eso puede ser peligroso, una oportunidad bastante tentadora para Voldemort.
—Andando —Sirius se levantó de la silla listo para comenzar a caminar hacia la salid, pero Alessia lo detuvo aun sentada tomándolo del brazo.
—Tu no, Sirius. Es peligroso que salgas y eres consciente de ello —el de ojos grises miró a la adolescente un par de minutos aun cuando esta no le regresó la mirada, se dejó caer de nuevo en la silla bufando, para Remus fue como ver al antiguo Sirius que era reprendido por McGonagall en clase, en la habitación solo quedaron Remus, Sirius, Arthur, Molly y Alessia, los demás integrantes se fueron.
—¿Cómo has estado? —Remus intentó entablar una conversación con la chica, pero como hacía semanas esta le rechazó.
—No quiero ser grosera, Remus. Prefiero no contestar tu pregunta —su tono serio provocó que los adultos se miraran entre sí, ella a diferencia de ellos se recargó en la silla y miró el techo como si este fuera lo más interesante en la habitación.
—Alessia —Molly le llamó con sutileza, la chica desde hacía semana parecía a punto de estallar, como si estuviera por arrasar con todo aquello que se le pusiera enfrente.
—Lo siento —se disculpó en un murmuro, cerró los ojos esta vez utilizando su sentido del oído, escuchando los dedos de Sirius tamborilear nerviosamente sobre la mesa, también los pasos que se oían sobre ellos en la planta superior, no reparó en cuanto tiempo estuvo así sin decir palabra escuchando y analizando todo, hasta que unas palabras dichas por Sirius si llamaron su atención.
—Cada vez se hace más fuerte.
—No importa cuán fuerte se vuelva, Sirius —abrió los ojos y se enderezó para ver hacia el hombre a su lado—, él no ganara —como si aquellas palabras fueran un tipo de clave la puerta se abrió y por ella entraron aquellos integrantes de la orden que había a por Harry, la chica observó a Harry quien miraba el interior de la habitación con una sonrisa, mas esta no fue correspondida, por suerte Molly salió y cerró la puerta tras de sí evitando que Harry entrase—. Sigamos con esto —soltó un suspiro esperando que aquella junta no durase demasiado.
Harry por otra parte estaba confundido por la mirada que Alessia le había dado, no era ni siquiera un destello de lo que era cuando había ido a verle, ni siquiera le había sonreído, también había querido saludar a Sirius, pero Molly se lo había impedido al cerrar la puerta.
—Harry, me alegra verte y saber que estás bien —la rechoncha mujer abrazó amorosamente al azabache—. ¿Estás hambriento? Temo que la cena se pospondrá hasta que la reunión termine —se alejó de Harry, el azabache quiso preguntar más sobre dicha reunión, pero una sonriente Molly no se lo permitió —. No hay tiempo para explicar, sube las escaleras y la primer puerta a la derecha —Harry pareció dudar un poco, pero aun así subió las escaleras—. Ya está aquí —susurró para sí mirando al chico subir las escaleras, el peso que sentía sobre el corazón aminoró, Harry se había vuelto tan importante para ella como uno de sus hijos, Molly regresó a la habitación en la que estaba la orden misma en la que parecía haber una discusión.
—Es peligroso tanto para Harry como para Alessia —Tonks se encontraba con el ceño fruncido mientras que su cabello amenazaba con cambiar de color.
—Ellos saben lo que hacen —le respondió Ojo loco.
—Tenemos que confiar en ellos.
—Tienes que decirnos qué pasará —Sirius pareció no escuchar las palabras de Remus—, necesitamos estar seguros que de su seguridad no corre peligro —la mirada de todos recayó en la menor, Alessia se sentía contra la espada y la pared, sentía frustración cada que le colocaban en tal situación, preguntándole sobre lo que pasará aun cuando ya había aclarado que no diría nada.
—No lo haré —se cruzó de brazos y esto solo provocó un suspiro lleno de frustración de Sirius—. Sé que quieres protegerlo.
—Quiero protegerlos a ambos —le corrigió casi de inmediato interrumpiendo a la chica, esto sacó una pequeña sonrisa por parte de la chica mas no duró regresando a su postura seria, misma que había tomado semanas atrás.
—Aun así, nada saldrá de mis labios, todo seguirá su curso, yo sabré si debemos intervenir o no, esto no es fácil para mí —completó al ver como estaban por decir algo y por sus gestos supuso que no era a su favor—, con un demonio tengo quince años —apretó las manos sintiendo un enojo descomunal—. De la noche a la mañana me entero de que mi vida era una farsa, que no solo estaba en otra dimensión sino que fui arrebatada del lado de mis padres por mi propia seguridad, que tengo poderes que se supone no debería de tener, que ni siquiera el mundo mágico entiende, temer cada segundo que si doy un paso en falso alguien morirá, no quiero que nadie más sufra la misma desesperación que yo por eso me mantengo callada —mordió su labio con fuerza reteniendo sus emociones, cada uno de los presentes recordó que ella no solo era otro integrante de la orden, sino que también se trataba de una adolescente con demasiadas responsabilidades sobre sus hombros—. Estoy haciendo lo mejor que puedo —la fuerza que aplicaba al morder su labio dio pie a que este sangrara, hacia tanto que retenía sus sentimientos que no tenía pensado que estos salieran ese día y si podía contenerlos, nunca más.
—Lo lamentamos, olvidamos por completo que tienes ya demasiadas cosas en el plato, no insistiré más con el tema —colocó su mano en el hombro de la chica, esta se destensó mirando al hombre quien le regalaba una sonrisa sincera.
—Gracias —se limitó a decir, el tema quedó en el pasado en cuanto comenzaron a hablar sobre los cambios que se habían dado desde el regreso del señor tenebroso.
Editado
Pelirroja W
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