Tredici


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Se llevaría a cabo la foto de los campeones que participarían en el torneo de los tres magos, ahora renombrado como el torneo de los cinco magos, la foto y las entrevistas serían realizadas por nada más ni nada menos que Rita Skeeter, persona que ponía de mal humor a la pelirroja que seguía sin entender como la rubia lograba salirse siempre con la suya, no comprendía como el Ministerio todavía no se había dado cuenta de que Rita era una animaga no registrada y que gracias a ello lograba entrar en las conversaciones ajenas para realizar sus famosas noticias.

Alessia miró a la chica a su lado, Fleur se encontraba con una postura impecable al igual que su uniforme, mientras que ella luchaba constantemente con su cabello para evitar que este le molestara en la foto y su uniforme era el mismo de todos los días a diferencia de que ahora tenía la túnica puesta; ambas mujeres estaban sentadas. Detrás de ellas estaban los otros tres competidores con sus respectivos uniformes, Víktor alzaba su barbilla con orgullo de estar ahí, mientras que Harry parecía incomodo y su cabello estaba igual de desordenado que siempre, Cedric por otro lado sonreía confiado resaltando sus sonrosadas mejillas tan peculiares, cuando Alessia logró controlar su cabello la foto fue tomada desprendiendo de la cámara una ligera capa de humo.

—Que carismático quinteto —murmuró entre dientes no sintiendo realmente lo que dijo, se acercó a los estudiantes—. Hola, soy Rita Skeeter —saludó con un apretón de mano a cada uno de los presentes—. Escribo para el diario El Porfeta, pero eso ya lo sabían —rió tras adularse a sí misma—. A ustedes no los conocemos. Ustedes son la noticia —se acercó a Fleur—. ¿Qué rarezas esconden detrás de esas rosadas mejilla? —golpeó ligeramente la mejilla de Fleur tras acariciarla, Fleur saltó tras tan repentino golpe—. ¿Qué misterios enmascaran esos músculos? —tocó los brazos de Cedric con mucha confianza de su parte—. ¿La valentía se esconde bajo esos rizos? ¿Qué motiva a un campeón así? —abrazó a Cedric y a Harry por los hombros—. Porque yo quiero saberlo y mis lectores también —sonrió falsamente—. ¿Y quién será primero? —ninguno contestó por lo que giró a ver a Alessia, tras ver que esta no la miraba— ¿Por la pelirroja? Perfecto —comenzó a caminar esperando que la chica la siguiera y Alessia solo rodó los ojos tras ver que sería la primera en ser entrevistada.

—Perfecto —siguió a la reportera de cerca hasta lo que era un armario de limpieza.

—¿Te molesta que use una vuelapluma?

—De hecho, si me molesta un poco —sonrió en cuanto vio a Rita fruncir el entrecejo por la respuesta de la chica, más su respuesta poco pareció importarle porque aun así la utilizó.

—De acuerdo, según nos enteramos eres la nueva integrante de la familia Weasley.

—Si —se limitó a responder sabiendo que Rita utilizaría todo lo posible en su contra.

—Estás a punto de competir en un torneo muy peligroso, quizá se debe a que quieres llamar la atención de los Weasley —acomodó sus anteojos mientras la vuelapluma hacia todo su trabajo.

—No. No necesito llamar la atención de nadie —a pesar de su seriedad al contestar Rita tenía una enorme sonrisa y no era de más, sino que ya comenzaba a hacer sus disparatadas historias.

—Por supuesto —le restó importancia a la respuesta de la pelirroja—. La verdadera razón es querer impresionar al señor Diggory, ¿Cierto? Ya que él es mayor que tú y el chico más guapo de Hogwarts según me informan —aquello descolocó a la pelirroja, nunca espero tal cosa por parte de Rita.

—Por supuesto que no, somos amigos —su molestia se notó tanto en su rostro como en su voz, se levantó dispuesta a irse—. Si quiere buscar una estúpida historia, búsquela en otra parte —salió del armario tan molesta que los otros participantes casi juraban ver su cabello como si de fuego se tratara, Harry se acercó al ver a su amiga salir como si quisiera destruir todo a su paso.

—¿Qué ocurrió?

—Ten cuidado con lo que dices —murmuró mientras veía sobre su hombro a Rita que los miraba con una sonrisa—. Nos vemos en la lechucería.


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Alessia se encontraba en la lechucería como le había dicho a Harry, la pelirroja acariciaba levemente a Errol, la lechuza de su familia, la cual se estaba quedando dormida, la ternura que provocaba en Alessia era impresionante, Errol ya tenía sus buenos años, además de que era tan despistada que daba risa en ocasiones.

—Es una...

—Esa boca, Potter —Alessia bromeó con algo de humor mientras Harry entraba a la lechucería, Errol al notar que alguien más atraería la atención de la Weasley voló a una parte más alejada de ellos.

—Lo siento, es solo que esa mujer es tan odiosa —revolvió con exasperación su cabello mientras se acercaba a la chica.

—Lo sé, pero no podemos hacer nada más que ignorarla —soltó un suspiro—. Ha llegado una carta para ti —señaló la lechuza negra que aún estaba parada en medio de la lechucería.

—Gracias —se acercó a la lechuza y tomó la carta que esta tenía, tardó algunos minutos en leer la carta—. Sirius quiere hablar con nosotros —murmuró con una expresión de confusión—. El sábado a la una de la mañana.

—¿Con los dos? —Alessia lo miró sorprendida y también confundida, no tenía ni la menor idea de qué quería decirle Sirius a ella, Harry asintió ante la pregunta y también miró confundido a la chica frente a él.


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Alessia bajó las escaleras que daban a la sala común ya pasadas las doce, se aseguró de no hacer ruido para evitar que Hermione y sus compañeras de cuarto despertaran, estaba descalza y su pijama consistía en un suéter de los gemelos y un pantalón que había pertenecido a su hermano mayor Charlie, por lo mismo que este le quedaba algo grande, pero era completamente cómodo.

—Hola —Harry ya se encontraba sentado en uno de los sillones frente a la chimenea, la pelirroja se acercó y se sentó junto a él subiendo sus pies al sillón.

—Hola —bostezó un poco—. ¿Ya fue publicado el artículo de Rita? —miró el diario del Profeta que se encontraba a un lado de Harry.

—Si, pero no dice nada más que mentiras —aquello no sorprendió a la chica, el de anteojos le pasó el diario y dejó que leyera por sí misma lo que este decía. "Alessia Weasley una participante del torneo de los tres magos, que particularmente ahora son cinco magos, deseosa por tener la atención de su nueva familia decidió participar en dicho torneo, aunque aún no se sabe cómo lo ha logrado, además también estar en busca de la completa atención del señor Cedric Diggory un alumno de Hogwarts también participante del torneo."

Las manos de Alessia se apretaron contra el papel arrugando este, se encontraba enojada por tantas tonterías que se había inventado esta vez Rita Skeeter, como le gustaría quemar aquellos rulos oxigenados de la periodista.

—Maldito escarabajo —Harry no entendió el porqué del apodo, más no hizo preguntas, Alessia arrugó todo el papel sin ganas de seguir leyéndolo y lo arrojó al fuego de la chimenea.

—Escribió puras mentiras y cosas sin sentido —murmuró antes de que su conversación se viera interrumpida por un "pss" que se repitió algunas veces más hasta que se acercaron a la chimenea donde creían que provenía aquella voz—. ¿Sirius?

—No tengo mucho tiempo. ¿Pusieron sus nombres en el cáliz sí o no? —el fuego a duras penas mostraba el rostro de Sirius.

—No —ninguno dudo su respuesta.

—Tenía que preguntarles —sonrió mientras miraba a ambos adolescentes—. Tus padres están preocupados por los dos

—Podrías decirles que no se preocupen, estaré bien, estaremos bien —se corrigió mientras sonreía.

—Se los diré. Necesito hablar con Harry a solas si no te molesta —la pelirroja asintió para después alejarse hasta el sillón para darles privacidad a los dos, mientras ellos platicaban la mente de la chica ya se encontraba ideando algún plan que pudiera utilizar para la primera prueba, estaba segura de sí no estudiaba y aprendía más hechizos sería el bocadillo de algún dragón.

—Alessia —Harry llamó a la chica tras hablar con Sirius, la mencionada se levantó y se acercó nuevamente.

—Quien puso sus nombres en el cáliz no es su amigo, tienen que estar preparados, en el torneo muchos han muerto —se escuchó una puerta cerrarse del lado de las habitaciones de los hombres.

—Alguien viene —se levantaron para alejarse de la chimenea un poco.

—Mantengan a sus amigos cerca —aconsejó Sirius antes de desaparecer y dejar ver solo las llamas normales de la chimenea, justo a tiempo ya que Ron comenzó a bajar las escaleras.

—¿Qué hacen? —frunció el ceño al ver que se trataba de Alessia y Harry.

—Nada.

—Escuché más voces.

—Te imaginas cosas, no sería la primera vez —la mirada de Harry se encontraba seria, Ron negó con molestia antes de subir de nuevo las escaleras—. Ya es tarde, descansa Alessia —se despidió antes de subir hacia su habitación.

—Y lo que falta por venir —habló para sí misma mientras subía las escaleras, solo quería dormir un buen lapso de tiempo y despertar con sus problemas resueltos, pero eso no pasaría por más que lo deseara.





Editado

Pelirroja W

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