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Harry se sentía intrigado por la manera en la que Alessia se relacionaba con todos, hablaba bajo, a penas levanta la vista del suelo y la chica movía sus manos de manera nerviosa como si no estuviera acostumbrada a hablar con otras personas y eso era extraño para él. Pero aquello pareció no ocurrir con el hijo de Amos Diggory, ya que el chico había hecho que la pelirroja sonriera y hablara con él sin mover sus manos de manera nerviosa, lo cual era un avance.
—Vamos chicos —les llamó el señor Weasley antes de comenzar a caminar junto al señor Diggory, los dos caminaban con facilidad entre la gente sin chocar mientras platicaban entre ellos, los adolescentes iban detrás de ellos evitando perderlos de vista por lo rápido que caminaban—. Chicas no se separen.
—Aquí nos separamos amigo mío —todos se detuvieron al ver que ambos adultos se despedían.
—Hasta el partido —se separaron para después caminar en distintas direcciones.
—Hasta luego, Alessia —Cedric se despidió de la pelirroja, la chica se había sentido menos cohibida con el chico que intentó desde la colina saber más de ella, Cedric tenía la costumbre de hacer que las personas se sintieran a gusto y esa vez no había sido diferente—. Adiós chicos —se despidió de lo demás agitando su mano antes de ir tras su padre, tanto Alessia como los otros chicos siguieron al señor Weasley.
—Bien, es aquí —Arthur se detuvo frente a una carpa demasiado pequeña para todos o al menos eso creyeron al ver el exterior de esta—. Pasen chicos —les animó mientras abría la carpa, uno a uno entraron a la carpa hasta que solo dos personas quedaron fuera, Harry creyó ser el único que se había quedado afuera, pero Alessia estaba detrás de él.
—¿No vas a entrar? —Harry se sobresaltó por la voz de Alessia, giró la cabeza para mirarla sobre su hombro hasta que ella dio unos pasos colocándose a su lado—. ¿Entonces? —preguntó con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Ah claro —fue lo único que logró contestar, Harry no había esperado que la pelirroja se quedara afuera esperando a que él entrara. Tan pronto como le fue posible el azabache abrió la carpa dejando que ella entrara primero y él tras de ella; dentro era totalmente diferente al exterior, era muy amplio con suficientes habitaciones para ellos y mágico, esa sería la palabra perfecta para describirlo.
—Adoro la magia —susurraron al mismo tiempo, cuando se dieron cuenta se miraron y rieron por tal acto.
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Extrañamente Alessia se sentía cómoda con la magia que había a su alrededor, sentía algo cálido en su pecho como si aquello le resultara familiar, aunque aquel sentimiento lo atribuía a las infinitas veces que había leído los libros o a los juegos que inventaba de pequeña sobre el mundo mágico.
Habían pasado ya varias horas desde su llegada y ahora el partido estaba por iniciar, Ginny se había encargado de hacer que Alessia tuviera pintura en su rostro apoyando a los irlandeses, equipo que la pelirroja más grande apoyaba al saber que ganarían, la mayoría apoyaba a los irlandeses a excepción de Harry y Ron que apoyaban al equipo búlgaro.
—Papá nos tocó hasta arriba —Ron se quejó tras subir varias escaleras, Alessia iba detrás suyo por lo que se atrevió a hablar.
—No es tan malo como parece — murmuró algo fuerte para ser escuchada, realmente debía trabajar en la confianza de sus palabras, debía dejar a un lado sus inseguridades si quería ser de ayuda en un futuro.
—Pongámoslo así, si llueve ustedes serán los primeros en saberlo —Lucius Malfoy apareció burlándose de los Weasley como acostumbraba cada que se cruzaba, aun podía sentir el gancho que Arthur le había dado en el ojo en la librería cuando apenas era el primer año de Ginny en Hogwarts. Lo que Alessia nunca había entendido era por qué una persona se sentía más que otra por el dinero que poseía o en algunos casos por la pureza que su sangre tenía, para ella la pureza de la sangre era una idiotez, ya que cuando las personas sangraran sin importar que fuera pura, mestiza o sangre de padres muggles está siempre sería del mismo color, rojo.
—Nosotros estaremos en el palco del ministerio —Draco Malfoy apareció tras su padre mientras miraba con superioridad a los Weasley, Alessia tomó valor y se acercó al barandal para mirar mejor a los dos Malfoy, la chica siempre creyó que Draco pudo ser una mejor persona si su padre nunca hubiera interferido en sus decisiones.
—No presumas, Draco —Lucius lo golpeó levemente en el pecho con su bastón—. Son gente sin importancia —Alessia miró a de reojo a los pelirrojos que estaban cerca de ella, la familia Weasley miraba a los Malfoy con enojo y con impotencia como si intentaran controlarse, la pecosa recordó todo lo que ellos han hecho por ella e hizo lo que nunca hubiera imaginado.
—Alguien debería sacarlo de su error, señor —se apoyó en el barandal llamando la atención de todos los presentes, sobre todo de la familia Weasley que por primera vez escucharon convicción en la voz de la chica—. Ellos son gente con importancia, al contrario de usted que pretende ser más que alguien cuando en realidad no es nada —su tono de voz fue tranquilo, en su corta vida Alessia había aprendido que si hablaba sin exaltarse sin importar la situación la otra persona se quedará sin argumentos o se enojan tanto que prefieren no seguir con la plática—. Aquellos que presumen por tener un bien material son los que como persona no valen nada —sonrió mientras veía el ceño fruncido del mayor de los Malfoy.
—Niña insolente —Lucius habló entre dientes—. ¿Quién te crees para hablarme de esa manera? —dio un par de pasos hacia la pecosa.
—No importa realmente quién soy —se separó del barandal con diversión, tal actitud no solo sorprendía a las personas detrás de ella, sino que ella también estaba sorprendida de sí misma por la manera en la que estaba llevando la situación—. Solo puedo decir que aquel que no valora a su familia es en realidad alguien sin importancia —Lucius Malfoy no entiendo aquellas palabras, pero Draco lo hizo, no sabía quién era aquella chica, pero parecía conocer más de su familia que ellos.
Las risas de los gemelos rompieron el silencio que se había formado, Alessia giró para seguir subiendo las escaleras sintiendo que aquel valor que había tenido se iba poco a poco, sentía que en cualquier momento caería de los nervios que ahora sentía, por Merlín la chica había retado a Lucius Malfoy y no había tartamudeado ni una sola vez, se sentía avergonzada por el hecho de que hayan visto aquello, pero debía dejar de ser tan tímida si quería sobrellevar su estadía en el mundo de Harry Potter.
—¡Eso fue increíble! —tanto Fred como George abrazaron a Alessia por los hombros mientras subían las escaleras con todos detrás suyo, todos reían, bromeaban y le agradecían por sus actos y por primera vez la pelirroja se sintió completamente feliz.
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El partido había terminado con Irlanda vencedor, a pesar de que Viktor Krum había atrapado la snitch de una manera rápida sin contar de cómo se había lastimado durante el partido. Tan pronto como el partido dio fin los Weasley y los tres amigos de la familia regresaron a la carpa para descansar de una noche tan ajetreada, los gemelos se burlaron de su hermano menor al ver que este defendía a capa y espada al buscador de Bulgaria, aquel chico que veía como un ejemplo a seguir.
Alessia estaba en la habitación que compartía con las otras dos chicas, la varita que le había llevado a ese mundo descansaba en sus manos mientras ella la observaba, sabía casi todos los hechizos de memoria, pero no estaba segura de sí podía hacer magia en realidad; saltó en su lugar cuando varios gritos comenzaron a escucharse fuera de la carpa, se tensó al recordar lo que ocurriría, ¿Qué se supone que ella debía hacer?
—No son los irlandeses, tenemos que salir de aquí —fue lo primero que escuchó la pecosa al salir de la habitación, todo se mantuvo en silencio y los gritos comenzaron intensificarse, todos salieron de la carpa siguiendo al señor Weasley, la felicidad que había visto horas atrás se había ido y ahora solo había caos y fuego a su alrededor—. ¡Vayan al traslador y quédense juntos! —las personas corrían, gritaban y se empujaban entre sí—. ¡Fred, George! —los gemelos miraron a su padre atentos a lo que él les dijera—. ¡Ginny es su responsabilidad! —Arthur se fue listo para ayudar si era necesario, los gemelos tomaron a Ginny para correr en dirección al traslador, los demás corrieron detrás de ellos, pero la gente se aglomeraba y empujaba sin cuidado alguna haciendo que les fuera imposible mantenerse juntos, Ron y Hermione eran arrastrado hacia una dirección, mientras que Harry y Alessia eran empujados en la dirección contrario sin poder evitarlo.
—¡Alessia, Harry! —la pelirroja miró en distintas direcciones buscando a la castaña que gritaba sus nombres, cuando por fin logró verla esta ya estaba demasiado lejos y seguía alejándose gracias a las personas.
—¡Corre! —Harry tomó de la mano a Alessia arrastrándola hacia lo que él creía sería un lugar seguro, pero los mortifagos notaron su presencia comenzando a caminar hacia ellos, el azabache corrió en una dirección distinta jalando con él a la chica de ojos azules, al mirar repetidas veces sobre su hombro el chico cayó llevándose consigo a la pelirroja, los dos se arrastraron intentando no ser pisados por las personas que aun corrían, pero la suerte no estaba de su lado ya que un hombre había pasado lo suficientemente cerca de Harry para patearle accidentalmente y dejarlo inconsciente gracias al golpe.
—Harry, despierta —Alessia se había hincado junto a él protegiéndolo de las personas e intentaba despertarlo, pero no lo lograba, los minutos pasaron hasta que solo quedaban ellos, el fuego se había disipado y ya no había personas gritando, todo estaba en silencio hasta que los quejidos de Harry llenaron el lugar—. Vamos, Harry —lo ayudo a sentarse cuando este ya estaba consciente, quiso decir algo más, pero los pasos de alguien le hicieron callar.
—¡Morsmordre! —Alessia junto a Harry presencio a Barty Crouch Jr. convocar la marca tenebrosa en el cielo, Alessia sentía que su corazón se saldría de su pecho, ella tenía miedo.
—¿Quién es?
—Vamonos, Harry —le ayudo a levantarse tan rápido como pudo en cuanto Barty Jr. notó la presencia de los adolescentes e intentó acercarse a ellos, los dos chicos corrieron hasta esconderse detrás de unos escombros, Barty les siguió, pero no pudo acercarse más ya que los nombres de ambos adolescentes eran gritados cerca de ahí y las voces comenzaban a acercarse.
—¡Alessia, Harry! —Hermione gritó mientras corría hacia los dos chicos con Ron siguiéndola de cerca.
—Llevamos horas buscándolos —Ron suspiró cansado en cuanto estuvieron frente a Harry y Alessia, habían estado buscándolos desde que se habían separado.
—¿Qué es eso? —Harry miró el cielo, específicamente donde la marca tenebrosa había sido convocada.
—¡Agáchense! —el gritó de Alessia alertó a todos, había logrado hacer que los tres chicos se agacharan junto a ella antes de que varios hechizos cruzaron sobre sus cabezas.
—¡Deténganse son mis hijos! —la voz del señor Weasley hizo que las personas se detuvieran, los adolescentes se levantaron con los nervios de punta y vieron a Arthur correr hacia ellos— Ron, Hermione, Harry, Alessia. ¿Están bien? —miró preocupado a los cuatro, sentía que se le saldría el alma del cuerpo en cualquier segundo.
—¿¡Quién la conjuro!? —gritó un señor de cabello canoso partido exactamente a la mitad y un bigote recto, Barty Crouch. Alessia le había reconocido por su apariencia tan peculiar.
—Crouch no es posible, son solo niños —Arthur se colocó frente a los cuatro para evitar que Crouch se acercará más a los adolescentes.
—No mientan, los encontramos en la escena del crimen —Crouch siguió culpándolos, parecía estar loco por la manera en que se movía y gritaba.
—¿Qué crimen? —Harry parecía ser el más confundido del lugar, siempre siendo el último en enterarse de las cosas y sin saber demasiado sobre el mundo mágico a pesar de llevar 3 años asistiendo a Hogwarts.
—Harry es la marca tenebrosa —susurró Hermione mientras miraba el cielo.
—Había un hombre parado ahí —Harry señaló el lugar en el que minutos atrás había sido conjurada la marca tenebrosa por Barty Jr.
—¡Síganme! —Crouch gritó antes de que él junto a todos los del ministerio se alejaban del lugar en busca del culpable.
—¿Un hombre? ¿Quién Harry? —el señor Weasley miró confundido a Harry y después su mirada se posó en Alessia, quizá ella podría ayudarlo, pero la chica no hablaría.
—No vimos su rostro —mintió, estaba totalmente perdida, ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Debía ella interferir en la historia o dejar que todo siga su curso? Por Merlín, ella solo tenía catorce años no entendía cómo Harry lograba con tanta responsabilidad sobre sus hombros, ella no llevaba ni dos días ahí y ya tenía ganas de gritar de la impotencia que sentía.
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¿Les va gustado la manera en que la historia está siendo corregida? Porque yo admito que me estoy enamorando un poquito más de la historia, se siente demasiado bien ver que estoy creciendo un poco más en mi manera de escribir.
Editado
Pelirroja W
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