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Un sonoro suspiro salió de los labios de la pelirroja mientras se levantaba de su cama, su cabello era un desastre estaba segura de si fuera posible algún pájaro ya hubiera hecho un nido solo con su cabello, tenía restos de baba y ella podía apostar lo que fuera a que sus ojos estaban rojos por el haber dormido más de lo que había dormido noches anteriores. Alessia poco le importaba su apariencia en esos momentos, lo único de lo que estaba segura era que odiaba compartir habitación con Lavander siendo ella la causa de que la pelirroja estuviera despierta, simplemente porque la chica no encontraba su listón para poder amarrarse su cabello.

—Hacen demasiado ruido —ni siquiera se dignó en ver a sus compañeras, simplemente tomó su ropa y cosas que necesitaría para su aseo personal y entró al baño. Hermione rió por lo bajo al ver de esa manera a la que ahora consideraba su nueva amiga, pasaron varios minutos hasta que Alessia salió del baño notando que solo quedaban ella y la castaña—. Amó el silencio —bromeó provocando la risa de Hermione—. ¿Suelto o agarrado? —Alessia señaló su cabello mientras lo cepillaba, Hermione se lo pensó unos segundos antes de contestarle.

—Ambos —se encogió de hombros para seguir acomodando sus cosas, Alessia sonrió y en cuanto su cabello estuvo completamente seco realizó dos trenzas pequeñas a los costados de su cabeza y las unió en la parte posterior de su cabeza provocando de esta manera una coronilla que mantenía su rostro libre de cualquier cabello.

—Gracias —Alessia guardó sus cosas y tendió su cama dejando de esta manera el cuarto completamente ordenado y limpio, ambas chicas salieron de la habitación y bajaron las escaleras que daban a la sala común, en la misma donde ya las esperaban Ron y Harry—. Buenos días, chicos —Alessia poco a poco dejaba a un lado sus inseguridades y comenzaba a ser ella sin miedo al que pensarían las otras personas, porque se dio cuenta de que ella no podía vivir del qué dirán sino del cómo se sentía ella consigo misma.

—Buenos días, Hermione. Buenos días, Alessia —el chico de la cicatriz en forma de rayo fue el primero en contestar el saludo de la pelirroja.

—Buenos días —esta vez Ron fue el que había saludado de forma general, siendo que en esos momentos solo podía pensar en una cosa, el desayuno—. Vamos, ya tengo hambre —se quejó mientras salían por el retrato de la dama gorda.

—También tengo hambre —admitió la melliza del pelirrojo provocando la risa de sus amigos.

—¿Ustedes siempre tienen hambre? —rodó los ojos mientras seguían caminando hacia el gran comedor.

—No —respondieron al mismo tiempo, pero tras pensárselo prefirieron cambiar su respuesta—. No siempre —el que volvieran a hablar al mismo tiempo provocó su risa, mientras que Harry y Hermione solo podían ver el parecido que los mellizos tenían.

—Se han vuelto como Fred y George.

La risa de los cuatro resonó en el pasillo, caminaron entre bromas y anécdotas hacia el gran comedor, además de que el trío de oro aprovechaba para conocer más a la nueva integrante de los Weasley, aunque esta evitaba algunos temas como lo era su familia. Cuando estuvieron frente a las puertas del comedor se toparon de frente con Cedric Diggory.

—Hola chicos —saludó a todos recibiendo una breve respuesta por parte de los cuatro—. ¿Podría hablar contigo? —aquella pregunta tomó por sorpresa a Alessia que solo se había dedicado a sonreír mientras miraba al chico, ella asintió mirando a sus amigos algo apenada.

—Te vemos en la mesa —Hermione jaló tan rápido como pudo a Ron y a Harry dentro del comedor, para evitar que estos dijeran algo que pudiera incomodar a Cedric.

—¿Ocurre algo? —Alessia miró al chico preocupada, no podía evitarlo, era algo que la distinguía, se preocupaba por las otras personas y aunque no le gustara admitirlo, más de lo que debería.

—Nada malo —el chico rascó su nuca mientras sonreía con nerviosismo, ni él sabía por qué se ponía de aquella manera de tan solo ver a la pelirroja—. Quería, como sé que no conoces el castillo, quería saber si te gustaría conocerlo después de clases —mientras Cedric hablaba con Alessia la chica no paso desapercibidas las miradas que las alumnas le daban al chico tras pasar cerca de él, cosa que le causo un poco de gracia.

—Claro, me gustaría —sonrió regresando su mirada al chico—. Vamos, el banquete no durará demasiado —esto causo la risa de Cedric, la cual cabe decir que a Alessia le pareció una risa muy linda, los dos estudiantes entraron al comedor siendo seguidos por algunas miradas chismosas—. Nos vemos después de clases —la leona se despidió del tejón caminando hacia su mesa y por fin sentándose con sus amigos

—¿Qué te ha dicho? —a pesar de que esta pregunta provenía de Hermione, Alessia sentía que carios necesitaban saber la respuesta siendo que noto las miradas de unas niñas de primer año sobre ella.

—Se ofreció a mostrarme el castillo después de clases —se encogió de hombros mientras colocaba en su plato unas tartas de melaza, para después servir chocolate en su vaso.

—¿Le has dicho que no?

—Le dije que sí —Alessia miró a Harry sin entender por qué diría que no—. Así conoceré el castillo y podría conocer más a Cedric siendo que no pudimos hablar demasiado en el Mundial de Quidditch —Harry no volvió a hablar y se propuso seguir desayunando.

—Por Merlín —Hermione había notado algo que nadie más había notado.

—¿Qué ocurre? —Alessia mordió una de sus tartas mientras miraba a la chica de esponjado cabello, Hermione sonrió con gracias mientras miraba a la pelirroja.

—Nada, me he acordado de algo —Hermione se hizo la desentendida y siguió desayunando mientras leía un libro de la historia de Gringotts.

El desayuno paso tranquilamente, Alessia fue la primera en irse siendo que tanto Harry como Ron tenían que ir al baño y Hermione debía entregar un libro en la biblioteca, la pelirroja fue la primera en llegar al salón de pociones, misma clase que compartiría con los alumnos de Slytherin, siendo que ningún asiento había sido ocupado escogió el primero que le llamó la atención y espero pacientemente a que alguien más llegara mientras le daba una hojeada al libro que estaba en su escritorio, realmente necesitaba leer mucho si quería estar al nivel de sus demás compañeros, era algo complicado siendo que ella era nueva y sus conocimientos previos no eran tan bastos como para ir al nivel de los alumnos de cuarto año.

—Weasley —Alessia saltó en su lugar y estuvo a nada de tirar su libro si no lo hubiera atrapado entre sus dos manos, giró la cabeza para ver de quién se trataba y casi se va de espaldas al ver a la persona.

—¿Draco?

—El mismo —sonrió, pero no era la misma sonrisa arrogante, esta era más relajada, más sincera. Esto en vez de relajar a la pelirroja le asustó aún más, no tenía sentido que le estuviera hablando al menos no tras que se diera a conocer que ella era en realidad una Weasley.

—Santo dios —Alessia sonrió mientras suspiraba un poco—. ¿A qué se debe el honor de que Draco Malfoy esté hablándome? —bromeó y para su sorpresa Draco rió, pero en cuanto notó la mirada de la chica carraspeo y cubrió su boca con su mano.

—Quería darte las gracias —ahora sí que la pelirroja estaba confundida, no estaba al tanto del porque Draco le estaba agradeciendo—. Por lo del Mundial de Quidditch, nadie se había atrevido a enfrentar de tal manera a mi padre —estiró su mano hacia la chica—. ¿Amigos? —por la manera en que Draco la miraba sabía que aquello no era fácil para el rubio platinado—. Sé que hay una sentencia de guerra entre los Malfoy y los Weasley, pero sinceramente tú me agradas.

—Amigos —estrechó la mano del chico cuando notó que este comenzaba a dudar y a alejar su mano—. Pero deberá de ser secreta nuestra amistad, si alguno de nuestra familia se entera causará una guerra y por más que no me agrade tu padre no podría iniciar una pelea entre familias.

—Me parece justo —sonrió alejándose del lugar de la chica y sentándose en uno un tanto alejado. No tardaron ni cinco minutos en llegar más alumnos y con ellos el profesor, Alessia había hecho una nueva amistad de la persona que menos esperaba.


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Las clases habían pasado con rapidez para algunos, para otros no tanto como era el caso de Ron que realmente sentía cada clase como una eternidad, por otro lado, Alessia había disfrutado cada clase al igual que Hermione, pero era momento de que la pelirroja buscara al castaño tejón para iniciar con su recorrido por el castillo.

—¿En dónde quedaron de verse?

—La verdad olvide ese punto y no quedamos en nada —suspiró al notar su torpeza.

—Pues no deberás buscarlo más —Ron mantenía su ceño fruncido y Alessia miró en la misma dirección que él encontrándose con Cedric que caminaba hacia ellos.

—Hola —saludo a todos, pero mantuvo su vista en la chica a la que le mostraría el castillo—. ¿Lista?

—Sí —sonrió caminando hacia él antes de girar y mirar a sus amigos—. Los veo en la sala común —los tres asintieron y miraron partir a Alessia junto a Cedric por uno de los pasillos.

El recorrido fue sumamente divertido para ambos, al principio habían sido reservados y estaban nerviosos, pero conforme fueron avanzando comenzaron a bromear y a contar algunas anécdotas, Cedric fue un gran guía explicándole a la pelirroja ciertas partes y contándole historias que le habían ocurrido en ciertas partes del castillo, ambos adolescentes preguntaban para conocer más del otro.

—Me he divertido, muchas gracias —agradeció la chica cuando estuvieron cerca de las escaleras que daban hacia la sala común de Gryffindor—. Nos vemos mañana —se despidió de Cedric y los dos caminaron en direcciones opuestas con una sonrisa en los labios, realmente se había divertido y relajado. Alessia tardó alrededor de cinco minutos en llegar al retrato de la dama gorda y cuando estuvo frente a este dijo la contraseña—. Bobadas —la dama gorda le dejó entrar, cuando estuvo en la sala común encontró a Hermione, Ron y Harry sentados en los sillones alrededor del fuego.

—¿Cómo te fue? —Ron fue el primero en notar la presencia de su melliza.

—Muy bien, Ronald —se dejó caer a un lado de él divertida por el ceño fruncido de su hermano, Ron no era fan de que le dijeran por su nombre completo.

Los cuatro chicos se mantuvieron en silencio, un silencio cómodo, cada uno estaba en su mundo y Alessia solo pensaba en cuál sería su siguiente paso, el día de mañana las clases serían suspendidas para dar inicio a la selección de los campeones del torneo y no podía quitarse de la cabeza la muerte de Cedric, conocer al chico solo le hizo querer salvarlo aún más de lo que ya quería, pero no sabía si debía interferir, su cabeza está hecha un lío total.





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Realmente adoré corregir este capítulo y estoy segura que adoraré corregir los que vienen siendo que son un total desastre, realmente me pregunto cómo había personas que me leían, diablos tenía una manera de narrar demasiado extraña. 



Editado

Pelirroja W

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