Quarantuno
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Una chica de cabello pelirrojo como el fuego caminaba junto al tímido Neville Longbottom, las clases habían concluido por lo que ahora solo caminaban por los pasillos, aunque la única que disfrutaba de aquella caminata era Alessia, ya que Neville se encontraba lo suficientemente nervioso por no haber encontrado el lugar que le habían prometido a Harry.
—¿Dónde se supone que encontraremos un lugar para poder practicar? No hemos siquiera buscado —pregunto por décima vez en el día esperando nuevamente una respuesta por parte de la chica.
—No lo sé, quizá tú lo encuentres. Recuerda que a veces las oportunidades llegan en los momentos menos esperados —se encogió de hombros restándole importancia sabiendo que Neville lograría hacer aparecer la sala de Menesteres, además de que su mente volaba entre las asignaturas que tomaba, los T.I.M.O's estaban cerca y no se sentía nada lista para ellos.
—¿En verdad crees que yo encontraré un lugar? —la chica asintió mientras entrelazaba su brazo con el del chico, Neville necesitaba confiar más en sus capacidades. Los gorilas de Goyle y Crabbe pasaron junto a ellos y en cuanto vieron la oportunidad empujaron a Neville.
—Mira por dónde caminas Longbottom —Goyle se rio siendo seguido por Crabbe.
—Vamos, Neville. Ni siquiera lo valen —giraron en uno de los pasillos, al pasar frente a una pared se escuchó como si la estructura de esta se moviese provocando que Neville detuviese su andar y por ende la pelirroja también.
—Increíble —frente a los dos adolescentes comenzó a formarse una enorme puerta con distintos acabados.
—Lo lograste, Neville. Encontraste la Sala de Menesteres —abrazó al chico por el costado provocando la sonrisa del chico, Alessia siempre encontraba la manera de que se sintiera seguro de lo que hacía—. Vamos, debemos avisarle a los demás —tomó la mano del chico solo para que este comenzase a correr junto con ella hacia la sala común de Gryffindor.
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Tras informar sobre el lugar recién encontrado, tanto Neville como Alessia guiaron a Harry, Hermione y Ron hasta la sala, misma que volvió a presentarse frente a los alumnos, solo que esta vez sí entraron en ella.
—Lo lograron. La sala de menesteres —Hermione miró cada rincón completamente asombrado, no había visto está en ninguna foto u imagen que le diera pistas de cómo era, solo las pequeñas descripciones en uno que otro libro de la biblioteca.
—¿La qué?
—También llamada la sala que viene y va. La sala de menesteres solo aparece ante alguien que la necesita y siempre está equipada para sus necesidades —la castaña explicó para todos, sobre todo para Ron quien no tenía ni la más mínima idea de lo que ella hablaba.
—¿Y si lo que necesitas es un baño? —la risa de Alessia no se hizo esperar ante la pregunta de su hermano.
—Compórtate, Ron. Pero si, esa es la idea en general —suspiró divertida mientras encogía los hombros.
—Perfecto. Es como si Hogwarts quisiera que nos defendiéramos —Harry sonrió animado ante todo lo que estaba ahora a su favor.
—Debemos avisarles a los demás, las monedas servirán —Alessia sacó de la bolsa izquierda en su falda la moneda que un Gnomo había hecho para ellos, misma en la que se lograba ver cuándo y a qué hora sería la siguiente reunión—. Solo los que pusieron su nombre en el pergamino deben saber sobre dónde será la reunión —advirtió a los demás para después entrelazar su brazo con el de Neville—. Les veremos luego, debemos estudiar —antes de que pudiesen decir algo la chica técnicamente arrastró a Neville fuera de la sala, obviamente tomando sus precauciones para no ser vistos.
—Estás demasiado nerviosa por los TIMO's —Neville sonrió antes de recibir el libro de herbología que la chica le daba, abrió este en una página al azar y empezó a recitar lo que se encontraba en este—. Tiene flores amarillas, de cinco pétalos. Hojas pequeñas, no dentadas y verdes de los lados. Su fruto tiene forma de huevo, que al madurar se abre en dos.
—Solo me preocupo por básicamente soy un feto en el mundo de la magia —aquella después hizo reír al castaño—, ¿Botones de oro? —su respuesta fue más una pregunta que una afirmación, ya que su principal problema con Herbología era que confundía los nombres de las plantas cuando las características de estas eran similares.
—Seguiremos estudiando hasta que estés segura y no, la respuesta es Heliantemo. Estuviste cerca —Alessia se quejó por lo bajo y pasó sus manos por su cabello despeinándole por la frustración que le causaba el estudiar.
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Cierta pelirroja miraba todo con suma atención y entusiasmo, era la tercera persona en la fila para empezar a aprender a defenderse, aquella era la primera reunión del Ejercito de Dumbledore o E.D, lo que tenía a todos emocionados.
—¡Expelliarmus! —Neville movió su varita, pero en vez de desarmar al maniquí su varita salió disparada hacia atrás provocando que los demás se agacharan para evitar terminar con esta clavada en un ojo o ser golpeados por ella—. Soy pésimo —suspiró frustrado ante su intento fallido, le molestaba no ser tan bueno en algo como para destacar.
—No, solo que estás moviendo demasiado tu varita —Harry intentó animarle, se colocó a su lado y levantó su varita para apuntarle al maniquí—, inténtalo así. ¡Expelliarmus! —movió ligeramente su muñeca y el hechizo hizo que la varita que el maniquí tenía saliera volando a uno de los costados provocando la mirada emocionada de los demás.
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Los días pasaron con rapidez para todos, los integrantes del E.D. seguía teniendo reuniones, mismas que habían logrado ocultar de Dolores Umbridge aun cuando esta sospechaba que algo pasaba y se la pasaba analizando cada movimiento, sobre todo los de Harry Potter.
Neville había estado practicando el movimiento de su muñeca para realizar los hechizos, ya que sus movimientos eran demasiado toscos lo que provocaba que los hechizos no salieran correctamente, Alessia le había estado ayudando, para su sorpresa el realizar hechizos no se le complicaba tanto como había creído.
—El aturdidor es uno de los encantamientos más útiles de su arsenal, es uno de los que más van a usar —su voz hizo eco en la sala gracias al silencio—, asi que adelante, Nigel. Intenta tu mejor tiro —Harry caminó hasta colocarse en el otro extremo de la sala, el niño le miró dudoso antes de levantar su varita, lo que menos quería este era lastimar a una de sus figuras a seguir.
—¡Desmaius! —movió tan rápido su varita que solo lograron ver cómo Harry salía volando hacia atrás, pero para mala suerte de Nigel también salió volando hacia atrás por la fuerza del hechizo.
—No está mal —se levantó entre quejidos—, en serio muy bien hecho —ya se encontraba de pie adolorido por el impacto, sonreía orgulloso antes los progresos que tenían todos y por ello decidió que sus mejores amigos podrían ser un buen ejemplo.
—Tranquila, lo haré con cuidado —Ron se había acercado a Hermione seguro de que saldría ganador, por ello quiso ser amable con la castaña, pero eso solo hizo molestar a la chica.
—Gracias, Ron —habló con sarcasmo sin dejar su mirada divertida, ella tenía un lado competidor y no porque se tratase de Ron sería suave.
—Diez galeones a que Hermione gana —sonrió con malicia ya que sabía el resultado, pero era divertido hacer apuestas con sus hermanos mayores, los gemelos giraron a verle mientras esta amarraba su cabello en un moño algo despeinado ya que solo era sujetado por su varita.
—Hecho —hablaron al mismo tiempo para después alentar a su hermano, en verdad creían que le ganarían a su hermana, se mostraba su seguridad en sus sonrisas, pero estas fueron borradas cuando en menos de cinco segundo tras el inicio del duelo Ron fue derribado sin esfuerzo alguno por un hechizo lanzado por la castaña.
—Gracias —Alessia sonrió divertida mientras acepaba el dinero de sus hermanos, la de ojos azules vio a su mellizo aún en el suelo para después ir a felicitar a Hermione, su hermano se lo merecía por subestimar a su amiga solo por ser una chica.
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Las reuniones se habían hecho más frecuentes, pero las sospechas de Dolores eran cada vez más acertadas por lo que las proclamaciones de prohibiciones no se hicieron esperar a lo largo del transcurso de los días, lo que provocaba que casi todo lo divertido fuese prohibido. Lo que había provocado también era que Alessia había pasado mucho más tiempo junto a cierto chico de anteojos, planeando cada reunión, además de que este se ofrecía a ayudarle con los hechizos.
—Sigan así, no se desconcentren —caminó por la sala viendo los movimientos de todos y si debía corregirles, el chico creía que era extraño el enseñar a otros, pero ver los progresos de otros simplemente le animaba—. Hazlo así —se acercó a Cho para corregir la manera en la que sostenía la varita, aunque se sintió nervioso ante la cercanía que tuvo con la chica. Al parecer dicho sentimiento también lo tuvo la de ojos rasgos, ya que olvidó por completo lo que hacía provocando que Nigel terminara de cara contra el suelo, Alessia fue de las primeras en acercarse al rubio para asegurar que estuviera bien.
—¿Te encuentras bien? —ayudó a Nigel a ponerse de pie, la pelirroja volteó a ver a Harry para reclamarle por tal descuido con Cho, pero estos seguían absortos por la cercanía del otro, Alessia sintió cierta molestia, misma que le hizo negar con la cabeza al ver que sería caso perdido y alejarse de ellos.
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Alessia respiró hondo antes de resoplar para quitar de su rostro el mechón de cabello que se había salido de su algo desordenada coleta, la frustración no le dejaba pensar con claridad, a diferencia de su hermana menor, la maldición reductora se le daba pésimo.
—Es inútil —no quería darse por vencida, pero sus repentinas inseguridades le gritaban que le dejara. La chica miró por unos segundos a Neville queriendo olvidarse por unos momentos del entrenamiento, se preguntó si el chico sentía sus inseguridades como ella en ese momento, que solo le alentaban a abandonar todo—. Bien, Neville —le felicitó al ver que este desarmaba a una de las gemelas Patil, Neville le había escuchado y le sonrió en modo de agradecimiento.
—Una vez más —Ginny le animó mientras colocaba una mano en el hombro de la mayor, Alessia le miró antes de suspirar y hacer una media sonrisa, lo intentaría solo una vez más. Ginny le vio levantar la varita y nuevamente le indicó como debía sostenerla y el movimiento que llevaba el realizar la maldición.
—Que funcione —susurró para sí sin quitar la vista del maniquí—. ¡Reducto! —agitó la varita y para su sorpresa la maldición dio de lleno en el pecho del maniquí provocando una luz azul, aunque no fue tan poderosa como la de Ginny logró que quedasen residuos del maniquí en el suelo.
—¡Lo lograste! —Ginny se apresuró a abrazar emocionada a Alessia, quien le regresó el abrazo con la misma emoción, cuando se separaron Alessia recibió varias felicitaciones, todos habían visto el esfuerzo de la chica.
—Espléndido, Alessia —Harry se había acercado con una sonrisa a la chica—. Lo lograste —Alessia asintió cohibida, hacía varios días que la presencia del chico de ojos verdes le causaba nerviosismo, aunque lo atribuía a sus tan cambiantes emociones—. Vamos, ya terminamos aquí —tomó por la muñeca a la chica para colocarse frente a todos con Hermione y Ron a su lado—. Compañeros, es todo por ahora. Nos volveremos a reunir después de las fiestas, sigan practicando lo mejor que puedan, y bien hecho, todos que gran trabajo —los aplausos no se hicieron esperar, todos fueron a tomar sus cosas para marcharse, yéndose en pequeños grupos para no levantar sospechas, Alessia se acercó a sus hermanos mayores sabiendo lo que estos tenían en mente, le encantaba ser parte de las bromas que hacían los gemelos.
—¿Qué tienen en mente? —era bastante obvio que estos deseaban hacer algo siendo que llevaban consigo el maletín con una W estampada, misma en done guardaban cada mercancía de los gemelos Weasley.
—Pastillas vomitivas.
—Para Umbridge —complementó la frase por Fred.
—Estoy dentro —levantó sus dos manos esperando a que los gemelos las estrecharan, cosa que hicieron casi de inmediato cerrando así el trato. La mirada de la pelirroja viajo a la salida en la que Neville junto a Ginny y Luna le esperaban, tal parecía que ahora pasaba más tiempo con el trio de plata—. Deberían comentárselo a Harry, tal vez pueda aportar ideas —se despidió con rapidez para acercarse a su hermana y amigos.
—Al fin —le molestó Ginny provocando su risa, salieron de la sala y estaban por emprender camino hacia el gran comedor, pero Neville noto la ausencia de la varita de Alessia tras su oreja, costumbre que se le había hecho desde que iniciaron con las reuniones.
—Alessia, ¿y tú varita? —la chica llevó la mano a su oreja y maldijo para sí, debía aprender que su varita estaba mejor en su bolsillo que en su oreja, pero nadie le quitaba de la cabeza que así era más fácil tomarla que dentro de los estorbosos bolsillos.
—Debió caerse cuando hablaba con los gemelos. Denme cinco minutos, por favor, ya vuelvo —trotó hasta la sala, esperó un poco a que esta le dejase entrar mostrando una de las entradas, sentía que algo estaba olvidando, pero lo atribuyó a su varita, misma que empezó a buscar en el suelo hasta que dio con ella—. Aquí estás —recogió la varita y levanto la vista encontrándose con Cho y Harry besándose, un sentimiento amargo se albergó en su pecho, mas no dijo nada y salió en silencio sin ser notada. No entendió lo que sentía hasta que un nudo creció en su garganta, trotó hasta sus amigos y sin poder evitarlo abrazó a Neville enterrando su rostro en el pecho del chico.
El trío de plata no podía estar más desconcertado por lo que estaba pasando, minutos atrás Alessia estaba con una sonrisa en el rostro y ahora parecía un cachorro.
—Alessia —Neville murmuró el nombre de la chica, le regresó el abrazo con la chica y escucharon el suspiro de la chica.
—¿Estás bien? —esta vez fue Luna la que hablo, Alessia no contestó la pregunta, solo mencionó algo que dejo a los demás aún más confundidos.
—No quiero esto, no quiero sentir esto —murmuró sin ganas, lo que menos esperaba había pasado, se dio cuenta que de que Harry Potter le gustaba y para su mala suerte este solo tenía ojos para Cho.
Editado
Pelirroja W
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