Quarantaquattro
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Los niños y niñas no deben acercarse a más de 20 cm entre ellos
Quien quiera unirse a la brigada inquisitorial, puede inscribirse en la oficina de la suma inquisidora
Los estudiantes se someterán a interrogatorio por la sospecha de actividades ilícitas
Cualquier estudiante que no acaté esto será expulsado
Los anuncios se escuchaban por cada pasillo del pasillo del castillo en el que los estudiantes transitaban, más de la mitad del E.D. había logrado salvarse del castigo, aquellos que no habían logrado salir no mencionaron en ningún momento que había más integrantes, solo se dedicaron a escribir en el pergamino durante su castigo, sin hablar, pero los quejidos llenaban el lugar, la piel de los alumnos poco a poco se rasgaba ante el trabajo que realizaban las plumas especiales de Umbridge.
La mujer miraba todo con una sonrisa mientras estaba sentaba, se notaba cuanto le gustaba tener las cosas bajo su control, sin importar las medidas necesarias para esto, Alessia por su parte se quejaba, pero le preocupaba más el menor de todos, Nigel.
—El castigo ha terminado —en ningún momento quitó su sonrisa, todos tomaron sus cosas con rapidez para salir de ahí, la sola presencia de la mujer resultaba asfixiante y molesta.
—Nigel —la pelirroja se acercó tan pronto como le fue posible al rubio, este seguía en su lugar sosteniendo su mano, el niño le miro con los ojos cristalinos y rojos al igual que su nariz, este mordía fuertemente su labio inferior con tal de no llorar frente a nadie—. Vamos, en la sala común te pondremos del bálsamo que hizo Neville —le sonrió un poco al niño con tal de reconfortarle, le ayudó con sus cosas y salieron del salón. Alessia notó a Cho queriendo hablar con alguno, pero era ignorada, la pelirroja no tenía tiempo ni ganas de hablar con esta y solo le preocupaba Nigel en ese momento por lo que solo le miró pasándola de largo junto con el menor.
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El cuarteto de oro caminaba por uno de los pasillos, todos teniendo sus pensamientos en distintos lugares, no hablaban solo caminaban, sintiendo el cambio de ambiente que había traído consigo que Dolores Umbridge consiguiera lo que había estado añorando desde su llegada.
—Hiciste lo que pudiste, nadie le puede ganar a esa bruja —Ron intentaba animar a Harry quien había estado culpándose ante la huida de Dumbledore y por el ascenso de Umbridge, además de sentir sobre sus hombros la presión de que sus compañeros fueran castigados.
—Ni siquiera Dumbledore lo pudo ver, Harry. Si de alguien es la culpa es nuestra —Hermione fue la siguiente en hablar, Alessia también se sentía culpable, si quizá logró salvar a muchos del castigo, pero pudieron ser todos, eran esas situaciones donde sobresalía aquel defecto de la chica poner sobre sus hombros culpas y responsabilidades que no eran solamente suyas.
—Si, nosotros te convencimos... los convencimos.
—Sí, pero yo accedí —soltó un suspiro molesto consigo mismo—. Traté con tantas ganas de ayudar y lo único que hice fue empeorarlo todo —Alessia miraba al chico seria, no quería que este pensase que era su culpa, pero ¿Cómo decir que ella pudo evitar todo aquello?—. De todas maneras, no importa, porque no quiero volver a hacerlo, solo hace que te importen más las cosas y cuanto más te importen, más sufres. Tal vez sea mejor que...
—¿Qué cosa? —la castaña incentivo al azabache a terminar la frase.
—Que yo siga solo —Alessia soltó un suspiro lo suficientemente sonoro, quizá sería algo hipócrita lo que diría o contradictorio, pero aquella fase emo del chico solo le traería problemas.
—Eres un idiota —los tres chicos miraron sorprendidos a la pelirroja ante tal insulto—. ¿Quieres estar solo? Eso lo hubieses pensado mucho antes de darle esperanzas a Neville, antes de que Nigel se viese deslumbrado por todo esto, antes de que Ginny confiase más en sus habilidades. Lo hubieses pensado antes de que todos nosotros quisiéramos luchar contra Voldemort —cada palabra alzaba la voz molesta ante la actitud de "yo soy el elegido, no lo entienden"—. Dumbledore sabe lo que hace, pero ¿tú sabes lo que haces? Es momento de que te des cuenta de que jamás estarás solo. ¿Acaso mentías al decir que no nos dejarías? —la chica no pudo recibir respuesta ante un sonido que les hizo girar, Hagrid les llamaba mientras intentaba no ser visto.
—Hablaremos de esto después —todos estuvieron de acuerdo y se acercaron al de pelo enmarañado.
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Media hora era lo que llevaban caminando por el Bosque Prohibido mientras seguían al guardabosques, Ron era quien más preocupado estaba por caminar por ese lugar, no tenía buenos recuerdos de este, un ambiente lúgubre se presentaba a sus alrededores provocando que caminasen más cerca del otro, aunque Hagrid parecía totalmente acostumbrado.
—¿Tienen idea de a dónde nos lleva? —por fin Ron rompió el silencio.
—Hagrid, ¿por qué no nos dices ya? —su pregunta se vio apagada ante los golpes que se presentaron contra el suelo, Alessia por su parte no despegó su mirada del frente en ningún momento, los centauros pasaron con rapidez sin notar su presencia, para la pelirroja aquello era algo nuevo y a su vez emocionante.
—Nunca había visto a los centauros tan inquietos, son peligrosos aún calmados —Hagrid estaba preocupado—. Si el Ministerio sigue restringiendo más su territorio van a tener un levantamiento en sus manos —este nuevamente hablaba de más y aquello solo significaba que estaba nervioso, ocultaba o ambas cosas.
—Hagrid, ¿qué sucede?
—Lamento ser tan misterioso con ustedes, no quisiera molestarlos con esto, pero... —jugó con sus manos nervioso—. Sin Dumbledore yo seré despedido en cualquier momento —su voz se quebró, la idea de irse del lugar al que consideraba su hogar le superaba—. No podía irme sin contarle a alguien sobre él —Alessia se acercó al hombre con tal de reconfortarle.
—Está bien, Hagrid. Confía en nosotros —el hombre agradeció las palabras de la chica antes de continuar con su caminar. No tardaron nada en llegar hasta el lugar en el que se encontraba el medio hermano de Hagrid.
—Grawpy, aquí abajo muchacho —Hagrid intentó llamar su atención, pero el solo miraba a un pájaro que volaba cerca suyo, los adolescentes se agacharon justo a tiempo antes de ser aplastados por el manotazo que el gigante había dado—. Grawpy, vengo con amigos —el mencionado miró a los chicos y sonrió, corrió emocionado hasta estos provocando que los adolescentes retrocedieran, Grawp no llegó a ellos por la cuerda que le mantenía atado al árbol—. No podía dejarlo, porque él es mi hermano.
—Increíble.
—Bueno, mi medio hermano en realidad —Harry retrocedió aún más—. Es inofensivo como les dije, al principio impetuoso eso es todo —ante un descuido de todos Grawp logró tomar a Hermione entre una de sus manos levantándola del suelo.
—¡Hagrid! —Ron gritó preocupado por la seguridad de la castaña.
—Grawp eso no está bien —Hagrid regañó al más grande, pero poco le importo al mencionado, mismo que parecía entretenido con la chica entre sus dedos.
—Hagrid, haz algo rápido —Ron parecía que estaba perdiendo la pasiencia, giró a ver a su melliza—. Alessia haz algo, ordénale que la baje, usa eso que utilizaste con el dragón.
—¿Me ves cara de que sé lo que hice esa vez? —Alessia se sintió nerviosa ante aquella petición, ni siquiera sabía si lo que hizo con el dragón había sido simple suerte—. ¡Grawp! —le llamó a este y si obtuvo su atención, pero Ron le distrajo al tomar una rama.
—Ya hablamos de esto, nunca levantes a la gente. Ellas es tu nueva amiga, Hermione.
—Ron, no lo hagas —intentó detener a su hermano, pero este ya se había acercado al gigante, mismo que solo empujó al pelirrojo con el pie—. Si pides mi ayuda, al menos deja que lo intente —rodó los ojos para ayudar a su hermano a ponerse de pie.
—¡Grawpy, bájame ahora! —todos guardaron silencio ante el grito de la castaña—. ¡Hazlo! —le señaló con el dedo como un regaño, Grawp le entendió ya que le bajó con cuidado y se alejó, este parecía triste.
—¿Cómo estás? —Ron se había acercado tan pronto como pudo a Hermione.
—Bien, solo necesita mano firme —sobó sus brazos.
—Es como un niño —Alessia sonrió un poco.
—Creo que tienes un admirador —Harry sonrió también al notar como Grawp no dejaba de mirar a Hermione.
—Solo aléjate de ella. ¿Oíste? —intentó amenazar al gigante, pero este poca atención le puso, solo hizo sonar la campana del manubrio de una bicicleta, mismo que parecía gustarle y se lo ofreció a Hermione, la chica lo acepto e hizo sonar la campana provocando la sonrisa de Grawp.
—Consigue su comida él solo. Compañía es lo que le faltará cuando yo no esté —Hagrid miró a sus amigos suplicante por su ayuda, quizá su medio hermano no era el más cariñoso, pero le quería—. Lo cuidarán, ¿verdad? —Alessia ni siquiera se lo pensó y asintió, cómo podía decirle que no al hombre que en más de una ocasión le ayudó—. Soy la única familia que tiene —miró con tristeza al gigante quien estaba feliz entretenido con la campana del manubrio, este había pasado lo que él, el abandono de su madre solo por no ser tan altos.
—Lo cuidaremos, Hagrid. Ya no estará solo —el hombre le sonrió a la pelirroja y como si Grawp le hubiese entendido este también le sonrió.
Editado
Pelirroja W
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