Cinquantuno
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El ligero movimiento provocado por el andar del tren era como un relajante para la pelirroja, arrullando hasta el punto de que no podía evitar bostezar, había cabeceado ya varias veces provocando las risas de sus amigos y mellizo, pero esta solo pestañeaba varias veces para asustar el sueño que sentía y prestar atención a la conversación.
Hacía ya rato que habían dejado la estación atrás, misma en la que se despidieron de Molly Weasley, la mujer tardó en despedirse al sentirse aún insegura de dejar ir nuevamente a sus hijos sabiendo los problemas que había, solo esperaba que estos no les siguiera nuevamente como años anteriores.
—¿Qué estaba haciendo Draco con ese armario tan extraño y quién era esa gente? —miró a cada uno de sus amigos—. ¿Lo vieron? Era una ceremonia, una iniciación —Alessia bostezo nuevamente dejándose llevar por el sueño, aunque buscaba una posición cómoda ya que estar sentada no le ayudaba de mucho, dormir sentada era extremadamente incómodo.
—Ya basta, Harry. Sé lo que estás insinuando —Hermione riñó al de anteojos ante las acusaciones tan abiertas que estaba haciendo.
—Es verdad, es uno de ellos.
—¿De quienes? —Alessia se quejó ante la pregunta de su mellizo y dejó caer su cabeza en el hombro de este acodándose para dormir antes de hablar.
—Se refiere a los mortífagos, Ron. Harry cree que Draco es un mortífago.
—Exacto —Alessia escuchó el tono burlón que utilizó Hermione, escéptica a lo que Harry creía.
—No inventes —se acomodó de tal manera para que su melliza estuviese cómoda y pudiese descansar, esta le agradeció acurrucándose más contra él—¿Para qué querría ya sabes quién a Malfoy?
—¿Entonces que hacía en Borgin&Burke? ¿comprar muebles? —el sarcástico comentario del de ojos verdes provoco una risa en la pelirroja distrayéndole por unos segundos.
—Es solo un mal chico en un horripilante lugar —le restó importancia al tema.
—Ron, su padre es un mortífago, es lo más lógico —Alessia entreabrió los ojos ante tal comentario—. Además, Alessia y Hermione también lo vieron.
—Ya te dije que no sé qué es lo que vi —se negó a avivar la imaginación de su amigo, la mirada de Ron y del de anteojos recayó en la casi dormida pelirroja.
—Yo sé lo que vi ahí, vi lo mismo que tu Harry, a Draco en una situación sospechosa, pero no por ello debe significar que él sea un mortifago igual que su padre —Harry frunció el ceño ante tal contestación y Alessia sabía que este no se equivocaba, pero prefería no confirmar nada—. No me veas así, tampoco he dicho que no lo sea, estoy en punto neutro, hay un 50-50 de probabilidades —bostezó nuevamente sin importarle mucho las miradas algo confusas por su respuesta, esta había logrado dejarles pensando, pero sin llegar a una respuesta clara.
—Necesito aire —Harry se puso de pie estirándose lo suficiente para tomar entre sus manos la capa que todos conocían bien, sin decir nada este dejó el vagón, Alessia se quejó mientras se separaba de su hermano para estirarse y también colocarse de pie.
—Por Gryffindor, quería dormir —soltó un suspiro mientras movía su torso hacia un lado provocando que este sonara ante el movimiento—. Iré con él, el que dijese que necesitaba aire cuando estamos en un tren en movimiento y pudiese abrir la ventana aquí solo significa que terminará en algún problema —Hermione y Ron asintieron mientras reían un poco por las palabras y actitud de la chica, Alessia salió del vagón dispuesta a alcanzar al de anteojos antes de que hiciera una locura como lo era el espiar a los de slytherin específicamente a Draco Malfoy.
La chica cruzó por varios vagones y saludo a varias personas sin detenerse, al parecer había ganado algo de popularidad desde su llegada y no era para menos ante los problemas en los que casi siempre estaba metida. Su andar se vio interrumpida por alguien más alto, demasiado alto con el que estuvo por chocar ya que este salía del vagón que estaba por pasar de largo.
—Alessia —Neville sonrió feliz de ver a su amiga, sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, mismas que le caracterizaban—. Me alegra verte
—Vamos, Longbottom. No muerdo y este saludo es muy formal —la pelirroja estiró sus brazos con tal de que este se acercase a ella para abrazarla, pero al ver que Neville dudaba frunció el ceño—. Si no me abrazas voy a abrazarte y besarte frente a todo el comedor —este dejó a un lado su inseguridad y abrazó a la chica provocando la risa de esta—, mi ego fue lastimado al saber que no quieres que te abrace y bese frente a todos. Te extrañé, Neville —abrazó devuelta al castaño notando lo mucho que había cambiado durante el verano, este parecía más maduro, alto y lo regordete había quedado atrás.
—Tengo una reputación que mantener, aunque sea poca —bromeó ante las palabras de la chica, Alessia había logrado que este se sintiese más confiado—. También te extrañe, la abuela no ha dejado de intentar leer nuestras cartas —se separaron para verse cara a cara.
—Hay muchas cosas que debo contarte, no podía decirlas por carta y la última vez que nos vimos fue cuando salí de San Mungo.
—¿Cómo estás? ¿Los mareos persisten?
—Si, aunque son cada vez más leves.
—Las cartas de aquel chico...
—Mi familia intentó leerlas, se han emocionado hasta cuando llegaban tus cartas o las de Cedric —recordó brevemente cuando su hermano técnicamente le arrebató el sobre de las manos creyendo que se trataba de una carta de Derek cuando en realidad era una de Cedric.
—¿Q-qué? ¿Por qué?
—Eso fue mi culpa, lo siento —una tercera voz se escuchó a su lado provocando que los amigos girasen a verle encontrándose con un chico castaño claro de ojos verdes mismo que sonreía despreocupado—. Lamento escuchar su conversación, pero vi a cierta pelirroja y quise saludar. Hola Alessia —el castaño sonrió provocando que esta se sonrojase, Derek miró al chico junto a Alessia—, y Neville Longbottom ¿cierto? —estiró su mano como modo de saludo.
—Si y tu... —estrechó la mano del castaño.
—Derek Wells.
—Un gusto, yo... los dejo, iré a ver si encuentro a Luna —Neville se despidió del chico con un simple "adiós" y a Alessia le murmuró un "Nos vemos luego".
—Lamento si te incomodaron las cartas, quizá debí esperar, pero como dije en ellas, me siento atraído hacia ti y obviamente no significa que debas corresponderme o algo por el estilo —habló algo apenado, pero sin quitar su sonrisa, Alessia sentía sus mejillas sonrojadas y hubiese deseado que Neville siguiera ahí para ocultarse tras él, no estaba para nada acostumbrada a ese tipo de situaciones.
—No te preocupes, no me has incomodado, solo no estoy acostumbrada a alguien tan directo.
—Eso suelen decirme —los dos rieron—. ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? Preferiría escucharte a leerlo, así puedo ver tus expresiones —ahí estaba de nuevo, la seguridad y tal manera de decir las cosas que provocaba el sonrojo de Alessia.
—Estuvieron bien, entretenidas como pudiste escuchar, recibir cartas de alguien más que no fuera Cedric, Hermione o Neville avivó un poco a mi familia —intentó bromear con tal de liberar su nerviosismo.
—Me alegra saber que tuviste unas buenas vacaciones y que al parecer mis cartas te mantuvieron algo ocupada en el buen sentido —este pareció ver por la ventana para regresar su vista a la chica—. Quisiera hablar más tiempo contigo, pero creo que deberías ir por tus cosas, estamos por llegar —la chica giró con rapidez la cabeza con tal de ver tras esta y soltó un quejido al ver que este tenía razón, había olvidado por completo por lo que había salido del vagón.
—Demonios, debo irme —movió sus manos nerviosas dando unos cuantos pasos retomando su camino—. Te veo luego, gracias —se acercó a este para despedirse de un beso en la mejilla para después echar a correr por los pasillos de los vagones dejando a Derek con una sonrisa tonta mientras se recargaba en una de las paredes completamente absorto de su alrededor.
Alessia pasaba por los vagones intentando no atropellar a nadie en su acción, se reprendía mentalmente al ser tan descuidada y dejarse llevar por el momento y olvidar a cierto chico de anteojos, en un momento sintió el tren detenerse y los alumnos comenzaban a salir con sus cosas complicando aún más su llegada, recuerda disculparse varias veces por empujones o pisotones que dio hasta que por fin llegar al vagón en el que se juntaban los integrantes de la casa de las serpientes, aunque antes de entrar se topó con Draco que salía despreocupado y al verla no evitó mostrar su sorpresa.
—Alessia, yo...
—Hola, adiós Draco. Tenemos que hablar, pero le has partido la nariz a Harry —paso junto a este con tal de entrar al vagón, aunque esta giró el rostro hasta verle sobre el hombro—Hablo en serio, hablaremos luego, es importante —espero algún gesto afirmativo por parte del platinado y cuando asintió siguió con su camino dejando al de Slytherin viendo en su dirección para después suspirar y bajar del tren. La pelirroja se encontró con un Harry con la nariz sangrando y una despistada Luna—. Por eso no debes decir que tomaras aire en un tren en movimiento —rodó los ojos acercándose a ellos.
—¿Cómo?
—No es nada, ahora vamos, el tren está por partir y aun nos hace falta llegar a las puertas del castillo.
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—Lamento que perdieran las carrozas por mi —Harry rompió el silencio disculpándose por tercera vez aun cuando ya se encontraban en la entrada de los alrededores del castillo
—No importa. Fue como estar con amigos.
—Nosotros somos tus amigos, Luna —la pelirroja entrelazó su brazo con el de la chica para enfatizar las palabras dichas por el de ojos verdes.
—Que lindos —no se podría decir a ciencia a cierta si en verdad lo creía o simplemente evitaba profundizar el tema, Luna Lovegood era un caso enigmático.
—Oh ya era hora. Los buscamos por todos lados... Déjenme ver, apellidos —el profesor Flitwik miraba el pergamino entre sus manos en espera de la respuesta de los adolescentes.
—Weasley, profesor —la pelirroja no le dio vueltas al asunto, aunque la escena en sí era completamente hilarante.
—Profesor, usted me conoce desde hace cinco años —Harry le miraba sin creer la pregunta, el profesor asintió tras encontrar el nombre de Alessia para después mirar a Harry.
—Sin excepciones, Potter —esto causó la risa de la chica y un suspiro del chico, Harry mencionó su nombre y espero a que el profesor le encontrara.
—¿Quiénes son ellos? —la pregunta de Luna les hizo mirar en su dirección y después mirar hacia lo que ella miraba encontrándose con Draco y el profesor Snape junto a otras personas.
—Aurores. Por seguridad —Draco discutía con Flinch aunque giró a verles y vio con superioridad al de anteojos.
—Que linda nariz, Potter —las chicas miraron el perfil del de ojos verdes notando lo chueca que se encontraba la nariz de este, Draco sonrió con suficiencia antes de irse con Snape tras él como un perro guardián.
—¿Quieres que te arregle la nariz? Creo que así te vez más rebelde, pero como prefieras —Alessia miró con detenimiento al de ojos verdes y asintió dándole la razón a la chica junto a ella, aunque este no se veía mal era mejor arreglarle para evitar futuros problemas.
—¿Ya habías arreglado narices antes? —Alessia aprovechó la situación para molestar un poco al chico.
—Vamos, Potter. No le tendrás miedo a un pequeño hechizo, ¿o sí? —Harry miró a la pelirroja dudando en su respuesta, pero al ver que esta le estaba molestando ligeramente se giró hacia la rubia.
—De acuerdo, adelante —Luna sonrió mientras sacaba su varita y apuntaba con esta la nariz del azabache quien de los nervios tomó sin darse cuenta la mano de Alessia.
—Episkey —se escuchó el hueso del chico acomodarse provocando una mueca de dolor por parte de este y de la pelirroja ante la presión ejercida en su mano, Harry al notar esto comenzó a disculparse, aunque también se quejaba por el dolor provocado.
—¿Y? ¿Cómo quedó?
—Excepcionalmente ordinario —Harry buscó la afirmación de la pelirroja y en cuanto esta asintió soltó un suspiro aliviado, confiaba en Luna, pero ella tenía un concepto algo extraño de casi todo y prefería irse a lo seguro.
—Perfecto
Los tres amigos retomaron su camino hacia la escuela, entre platicas de temas triviales o simplemente en un cómodo silencio, aunque este no duraba ante los comentarios espontáneos de Luna, como era necesario el primer día de clases tuvieron que cambiar sus ropas por el uniforme por lo que tardaron un poco más en llegar al comedor.
—Auch —se quejó Harry al presionar de más el pañuelo contra su nariz, por inercia hizo su cabeza hacia atrás, pero Alessia se lo impidió quitándole el trapo y enderezando el rostro de este, Luna se les había adelantado en cuanto estuvieron en la entrada del comedor.
—No hagas eso, según leí eso puede provocar que un coágulo de sangre llegué a tu cerebro y posiblemente provocar algún daño, palabras más, palabras menos —mencionó concentrada en quitar los restos de sangre de la nariz del chico con sumo cuidado—. Al parecer sigue sangrando —murmuró más para sí con el ceño ligeramente fruncido, todo esto ante la mirada esmeralda de Harry, Alessia sintió su mirada por lo que le miró notando lo cerca que estaban, sus mejillas no tardaron en sonrosarse, colocó con rapidez la mano de Harry sobre el puente de la nariz de este para que hiciese presión y en la otra le entregó el pañuelo para después girar y caminar sonrojada intentando ignorar aquella escena, su corazón latía con fuerza contra su pecho.
—Gracias.
—¿Tienes fiebre? —la inocente pregunta de Luna solo le hizo sonrojar aún más, se sentó junto a esta sintiendo la mirada de varios quemar contra su persona.
—N-no hace algo de calor aquí —mintió horriblemente, a penas y probó bocado esa noche, sus pensamientos le quitaban el apetito, debía marcarse una línea entre sus sentimientos y Harry, no podía dejar que ello fuera más allá, por más que lo desease o quisiese aquel no era su futuro y no estaba muy segura de que tendría uno, no tras lo que se avecinaba.
Editado
Pelirroja W
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