Cinquantatre


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Alessia calló su carcajada con una tos poco disimulada al ver que Ginny gritó hacia los nuevos para que se callasen, Harry intentaba no ser tan duro, aunque sus intentos eran inútiles al evitar gritar o alzar la voz. Luna se encontraba sentada una grada más abajo, Hermione estaba a su lado y a un par de metros de ellas se encontraba Lavander que gritaba con fuerza hacia Ron, pero este ni siquiera volteaba, estaba más metido en lo que pasaba a su alrededor.

—Parece que alguien quiere llamar tu atención, Hermione —codeó a la castaña cuando notó la mirada de Cormac en su amiga, aunque Hermione le rehuía negándose a tener algún contacto con este.

—Ni me lo menciones —miró de reojo al chico que tenía sonrisa digna de un modelo y había que admitir que no era nada feo.

—¡Vamos, Ron! —apoyó a su hermano poniéndose de pie y colocando sus manos alrededor de su boca para generar que su grito fuera escuchado, el pelirrojo miró avergonzado a su melliza, aunque agradecía en el fondo su apoyo—. ¡Ella es mi hermana! —gritó emocionada al ver que la menor de los Weasley esquivaba con elegancia a dos novatos provocando que ambos chocasen, en verdad Ginny parecía toda una profesional.

—¡Tú puedes, Ron! —esta vez fue el turno de Hermione de gritar, Ron era bueno, no había dejado que ninguna quaffle pasara por los aros, pero su nerviosismo era palpable a comparación de Cormac que estaba completamente seguro de sus habilidades.

Todo pensamiento se vio interrumpido ante la casi caída de Ron de la escoba que provocó un dolor de estómago en la chica que del susto se había colocado de pie.

—¡Ni se te ocurra caer de esa maldita escoba! —gritó sintiendo su corazón latir como loco viendo a su hermano aún batallar para subir nuevamente a la escoba—. Voy a tomar una escoba y voy a golpearlo —se sentó de nuevo escuchando las risas de quienes le habían escuchado, Ron ya estaba en la escoba como si nada hubiese ocurrido.

El entrenamiento siguió sin contratiempos, al menos fue así hasta que mágicamente Cormac empezó a errar y en vez de ir en la dirección correcta iba a la contraria, Alessia al saber lo que ocurría giró a ver a la castaña a su lado acusándole con la mirada.

—Tramposa —Hermione le miró nerviosa y buscaba palabras con las que excusar su comportamiento, pero Alessia no las necesito—. Estoy orgullosa

—Oh guarda silencio —ambas chicas rieron, por fin Ron logró parar el último tiro y con ello provocando la celebración de Alessia y Hermione, aunque la pelirroja notó también los murmullos emocionados de Lavander, dios le aparara de verla con su mellizo porque seguramente terminaría hastiada de la palabrería de la chica en su habitación.


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Alessia saboreó el último trozo de muffin, había visitado a los elfos domésticos encontrándose en las cocinas a Winky y a Dobby con los que tuvo una animada platica, le habían regalado un par de muffins, aunque esta había declinado al inicio, terminaron por convencerle y estos realmente estaban deliciosos.

Justo cuando la chica entró se encontró con Hermione intentando quitarle el tan preciado libro de pociones a Harry, no interrumpió viendo a Ginny lo suficientemente metida en un el libro entre sus manos cuando ella debía quitarle el libro de pociones a Harry, quiso pensar en ello, pero cuando sus amigos pasaron junto frente a ella y Hermione básicamente le ordenó con la mirada quitarle el libro al azabache.

—Propiedad del príncipe mestizo —leyó en voz alta tras quitarle a Harry el libro y básicamente huir de él provocando que este le siguiera con el ceño fruncido.

—¿Quién? —Hermione miró a la pelirroja sin tener la menos idea de lo que hablaba, Harry quiso aprovechar su distracción, pero la de ojos azules se movió con rapidez esquivándole.

—El príncipe mestizo —repitió con gracia al ver lo terco que podía ser el azabache cuando se proponía algo, como en ese momento era el quitarle el libro de las manos, por lo que se lo entregó sin decir nada, solo recibiendo una mueca del chico para que después este se alejase ella cual niño haciendo berrinche, cosa que provocó su risa y la de la castaña.

Ambas chicas tomaron asiento en el sofá frente a la chimenea, hablando de cosas triviales, entre ellas las próximas tareas que debían entregar, Hermione le había pegado cierto afán de realizar tareas con antelación a la pelirroja, aunque esto quedó a un lado cuando Hermione le preguntó sobre si iría con ellos a Hogsmade.

—Iré a Hogsmade, pero no podre acompañarlos —jugueteó con las puntas de su cabello con tal de no ver a los ojos a su amiga—. Tengo una cita, Derek me invitó y he aceptado —murmuró algo bajo, pero eso no evitó que tanto Hermione como Ron a su lado le escuchasen.

—¡Tendrás una cita! —tomó las manos de su amiga emocionada—Es la primera vez que tienes una cita fuera de la escuela —la castaña empezó a divagar sobre las posibles escenas de la cita mientras que Ron negaba efusivamente ante cada idea, Alessia por su parte casi por inercia buscó a Harry con la mirada y al encontrarle este le miraba, pero en cuanto conectaron sus miradas este la desvió regresando la vista al libro sobre la mesa.

—¿Una cita? —Ron pareció asimilar la situación—. No creerás que dejaré a mi melliza a manos de un chico hormonal, ¿verdad?

—El punto Ron es que ella no está pidiéndote permiso —Ginny salió en defensa de su hermana aun sin dejar de leer su libro de Runas Antiguas.

—Exacto y gracias por aclararlo —Ginny levantó su pulgar brindándole su apoyo, Alessia miró a su mellizo—. Es una cita, Ron. No me casaré con él, no seas un hermano celoso y solo dime ese día que me veo bonita —se encogió de hombros para después recostarse en el respaldo del sofá.


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Con cada paso que daban la nieve bajo sus pies se hundía, los pequeños copos blanquecinos se mezclaban entre los cabellos de ambos adolescentes, pero resaltaban aún más el color rojizo de la chica. Llevaban poco en Hogsmade, pero desde su salida del castillo llevaban contando alguna que otra anécdota o simplemente datos para conocer al otro, Derek era alguien de risa fácil lo que contagiaba a la pelirroja.

—Y al final tuvieron que sacarme la varita de la nariz —la chica no pudo aguantar más la risa ante la anécdota de Derek—, ey no te burles, no era alguien muy listo en primero —a pesar de sus palabras este también empezó a reír.

—Es que... no entiendo cómo pudiste olvidar la contraseña —siguió hablando entre risas—, y es un misterio cómo terminaste con la varita en la nariz —al darse cuenta de que estaba riendo tan alto intentó ocultar su risa con la palma de su mano.

—Oye no ocultes tu risa, es muy bonita como para que la ocultes o te contengas —con cuidado quitó la mano de la chica logrando de esta manera ver nuevamente la sonrisa de la pelirroja, Alessia se sintió nerviosa ante la cercanía y sus mejillas posiblemente estuviesen sonrosadas, pero ella lo atribuiría al frío.

—Gracias.

—¿Quieres ir a tomar té a la tienda de Madame Tudipié? —este rascó su nuca mientras le sonreía, Alessia miró en dirección a la tienda y no pudo evitar arrugar ligeramente la nariz al solo pensar entrar a un lugar lleno de cursilerías y parejas completamente acarameladas.

—¿Quieres que sea sincera? —el castaño asintió—. No soy muy fan del té y el rosa no es mi color favorito —rio un poco al ver que este suspiraba aliviado.

—Oh gracias a Helga. No me mal entiendas, podría ir a cualquier lugar que deseases, pero ese lugar me pone nervioso, demasiado ambiente color de rosa para mi gusto —se sinceró algo avergonzado por la situación.

—Si es así, ¿por qué lo has propuesto? —le miró confundida, algunos alumnos pasaron cerca de ellos por lo que decidieron emprender camino nuevamente.

—Sinceramente seguí el consejo de mis amigos, mencionaron que era un lugar perfecto para una cita y que les gustaba a las chicas —las mejillas del chico tomaron un ligero tono rosado, mismo que intentó que pasara desapercibido, pero Alessia lo notó y eso solo provocó que sus mejillas se encendiesen aún más.

—Pues ciertamente conozco a varias chicas que de igual manera declinarían la idea —la pelirroja se lo pensó por unos segundos antes de tomar la mano del chico ganándose la mirada sorprendida de este—. Las tres escobas está bien, una cerveza de mantequilla podría servir para el frío —sonrió completamente absorta de los sentimientos que esta provocaba en el chico, Derek se aventuró aún más y entrelazó sus dedos. ¡Oh santa macarena! Que Merlín amparara a la pobre chica que sentía los nervios a flor de piel.

—Andando —le dedicó una sonrisa para después guiarle a las Tres escobas, Alessia estaba confundida, Derek le agradaba y este no le era indiferente, pero por unos segundos pensaba en sus sentimientos hacia Harry, ¿era correcto aquello?

Aquellos pensamientos se vieron interrumpidos ante su llegada al lugar, Derek le soltó con tal de abrirle la puerta y permitir que ella entrase primero, el lugar estaba lleno, las risas se escuchaban por el lugar y Alessia sintió cierto sentimiento hogareño por el ambiente que el lugar mismo desprendía.

—Por allá hay un puesto libre, iré por nuestras bebidas, iré en unos segundos —la pelirroja asintió y se alejó del chico solo para obtener el lugar antes visto, el castaño solo tardó un par de minutos en llegar con ambas manos ocupadas por lo tarros llenos de cerveza de mantequilla.

—Cerveza de mantequilla con jengibre —la chica agradeció con una sonrisa mientras tomaba el tarro para ayudarle al chico que se sentó junto a ella—. Espero te guste, yo tengo cierto favoritismo con el jengibre y me aventuré a que le probaras así.

—Gracias, confío en tus gustos. He escuchado tantos comentarios de ellas que tengo expectativas altas.

—Espera un momento —le miró sorprendido—. ¿Nunca habías probado la cerveza de mantequilla? —Alessia negó algo apenada ante tal confesión—. ¡Imposible! —sonrió cual niño en plena navidad provocando de esta manera que en su mejilla se marcase un hoyuelo—. Usted señorita Weasley se ha perdido de mucho y me siento alagado de ser tu acompañante en la primera vez que pruebes la cerveza de mantequilla —sus palabras provocaron una corta risa en la pelirroja.

—Reza a todos los fundadores a que me guste o lamentablemente tendré que dejarte aquí e ir con Madame Tudipié para tomas sofisticadamente el té —antes las palabras de la chica se mantuvo un corto silencio hasta que ambos estallaron en risas, ciertamente la compañía del chico era gratificante, este era divertido y de risa fácil lo que era contagioso.

—Bien, adelante, pruébala —tomó su tarro y lo levantó ligeramente sin despegar su mirada de la chica—. Estoy seguro de que no terminaré solo aquí —Alessia sonrió y tomó de igual manera su tarro, lo acercó a su boca provocando que el aroma de la cerveza de mantequilla inundara su nariz y aún con la mirada de Derek sobre ella dio un trago al tarro, la mantequilla predominaba y ciertamente el jengibre era una combinación que le resultó extrañamente deliciosa—. ¿Y?

—Me parece que tendré que ir por té —hizo una mueca mientras dejaba el tarro sobre la mesa, Derek por su parte le miraba sin creer del todo en sus palabras, Alessia intentó seguir con su pequeña mentira, pero su risa le puso en evidencia—. De acuerdo, tu ganas, es deliciosa —Derek sonrió satisfecho dándole un trago a su cerveza de mantequilla.

—Lo sabía —los dos adolescentes se sonrieron completamente absortos de su alrededor—. ¿Te han dicho que eres hermosa? Tus ojos, tu cabello, tu sonrisa y tu personalidad, las palabras no son suficientes para describir el cómo te veo —los comentarios tan directos del chico provocaban que Alessia se sintiese cohibida al no saber cómo actuar correctamente, la pelirroja quiso responder, pero fue interrumpida—. Espera tienes algo de espuma —estiró su brazo hasta que sus dedos rozaron con su labio inferior, fue un tenue roce, pero que provocó un sonrojo inmediato en la chica—. Listo —murmuró bajo, sin siquiera notarlo Derek se había acercado a ella completamente seguro de sus acciones, aunque pareció dudar en el último segundo este se aventuró a provocar un roce entre sus labios con los de Alessia hasta que se convirtió en un beso, uno con sabor a mantequilla y jengibre.


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El resto de los integrantes del cuarteto de oro también se encontraban en el local de las Tres escobas, aunque ninguno se había percatado de la presencia de cierta pelirroja.

—Ay no —Ron se encogió en su lugar tras ver algo que ciertamente hubiese preferido evitar—. Niña boba —murmuró con molestia provocando que sus mejores amigos mirasen en la misma dirección que él.

—¿Qué? Solo están tomados de la mano —los tres siguieron mirando a la menor de los Weasley en lo que parecía ser su cita con Dean Thomas, al menos hasta que estos dos se besaron provocando que desviaran la mirada apenados—, y se besan.

—Me quiero ir —pasó sus manos por la tela de su pantalón completamente incomodo.

—¿Qué? No hablarás en serio.

—¿Olvidas que es mi hermana?

—¿Y qué? ¿Si ella te viera besándome esperarías que se levantara y se fuera? —tras rememorar sus palabras tomó un gran trago de su cerveza con tal de olvidar lo dicho.

—Harry, muchacho —Slughorn se acercó a su mesa alegremente mientras estrechaba su mano con el azabache.

—Hola señor, que gusto me da verlo.

—Que gusto verte, que gusto.

—¿Qué lo trae por aquí? —Harry sonreía e intentaba agradar al hombre con tal de ganar su confianza.

—Ah las tres escobas y yo nos conocemos desde hace más de lo que me gustaría admitir —este bromeó—. Recuerdo todavía cuando era una escoba —rio ante su mal chiste, ante los efectos de la gran cantidad de cerveza que había consumido hasta ese momento, un mal paso provocó que parte de su bebida cayese sobre Hermione—. Vi que tenías calor, Granger. Escucha muchacho antes acostumbraba ofrecer una cena de vez en cuando para algunos estudiantes electos. ¿Te gustaría asistir? —en todo momento se dirigió a Harry.

—Lo consideraría un honor, señor.

—Serás bienvenida, Granger —su repentina atención hacia la chica le tomó desprevenida, siendo que se encontraba tomando de su tarro y por poco se atragantaba con la cerveza al intentar responder con rapidez.

—Será un placer, señor —habló con algo de torpeza intentando contener sus ganas de toser.

—Esplendido, esperen a mi lechuza —miró a Ron que se había mantenido al margen en la conversación—. Que gusto verte, Wallenby —sonrió a modo de despedida, pero solo dio un par de pasos ya que pareció recordar algo—. Casi lo olvido, háganle llegar mi invitación a la señorita Weasley, desearía realizarla yo mismo, pero no deseo interrumpir —miró a un lado para soltar una risa y seguir con su camino, curiosos por sus palabras miraron en la misma dirección en la que había visto el hombre.

—Ay no. ¿Por qué a mí? —Ron murmuró entre dientes deseando que la tierra le tragase, primero su hermana menor besándose con Dean Thomas y ahora su melliza besándose con el mismo chico que había estado enviando cartas en las vacaciones a la pelirroja.

—Wow —Hermione sí que estaba sorprendida por lo que veía al no esperarlo, ella era consiente de los sentimientos de la chica por el de ojos esmeraldas y verle con Derek en tal situación le sorprendía.

Hermione curiosa miró de reojo a su mejor amigo quien no se molestaba en ocultar su incomodidad y que aquella escena le era de todo menos de su agrado, Harry portaba el ceño fruncido además de la mandíbula tensa, no tardó en apartar la vista sin notar la mirada de Hermione en él. Harry estaba celoso, pero ¿él era consciente de ello o lo ignoraría al igual que Alessia?



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Pqueño maratón, espero la historia les guste y la disfruten <3





Editado

Pelirroja W



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