Cinquantasei


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Fue una larga noche para todos, Alessia junto a Harry se mantuvieron junto a Hermione hasta que debieron regresar a sus habitaciones, el tema sobre los recientes revelados sentimientos de los chicos no fueron mencionados en ningún momento, se mantuvieron en un punto muerto, sin una afirmación y sin un rechazo, simplemente sin respuesta. La mañana transcurrió sin ninguna interacción por parte de Alessia y Harry, ellos solo se rehuyeron la mirada y evitaron cualquier posibilidad de intercambiar palabras.

—Te pedí que habláramos porque creo que es importante —la pelirroja masajeó sus manos con nerviosismo, estaba muerta de nervios—. Hace unos meses, quizá un año o posiblemente más tiempo y yo intenté ignorarlo, pero comencé a tener nuevos sentimientos, no podía evitar sonrojarme, sonreír o pensar constantemente en ello —colocó uno de sus rizos detrás de su oreja—. Me negaba a aceptarlo, tenía miedo... tengo miedo, pero no puedo seguir creyendo que no es nada, que estaré bien desde última fila, pero no es así, no estaré bien hasta afrontarlo, aunque signifique romper algo que me había impuesto desde el inicio —divagó antes de tomar valor para mirar al chico frente a ella—. Lo siento tanto, Derek —aquella disculpa pareció quitarle un peso a la chica.

—No tienes que disculparte, Alessia. No voy a enojarme solo porque mis sentimientos no fueron correspondidos, debo ser sincero, no creí que los corresponderías —le brindó una de sus mejores sonrisas a la pelirroja mientras tomaba sus manos—. Me alegra haber tenido esa cita contigo y por supuesto que debo aclarar que no me arrepiento de aquel beso —admitió provocando la sonrisa de la chica ante su sinceridad—. Mi madre me contaba historias muggles, en la mayoría se narraba que la felicidad de las personas que quieres es primero que la propia y puedo asegurarte que ahora lo entiendo —acaricio con su pulgar el torso de la mano de la chica—, quizá no somos tan allegados, a penas nos conocimos por medio de cartas, tuvimos solo una cita, pero puedo asegurar que eres de las personas que ponen la vida de los demás sobre la suya, solo puedo aconsejarte algo, hay veces en las que uno debe ser egoísta, debes pensar más en lo que tú quieres y en tu felicidad. Alessia, uno nunca sabe cuándo será nuestro último latido, tienes que vivir como si en cualquier momento tu corazón se detendrá —Alessia mordió su labio inferior ante las tan acertadas palabras del castaño, mismas que le hicieron sentir un nudo en la garganta, pero se tragó aquello y sonrió, Derek había logrado leerle como nadie.

—Gracias —Derek aceptó el abrazo por parte de Alessia—. Eres tan increíble, puedo aventurarme a decir que eres perfecto y soy sincera al decir que lamento no poder corresponderte.

—Harás que no quiera soltarte nunca, así que será mejor que pares —Derek sonrió apretando solo unos segundos sus brazos alrededor del cuerpo de la chica—. Potter es tan malditamente afortunado, será mejor que no lo arruine o tomaré cualquier oportunidad —el abraso cesó en cuanto el apellido del azabache salió de los labios del castaño, Alessia le miraba sonrojada y sorprendida, estaba segura de que no había mencionado a Harry en ningún momento—. No soy tonto ni ciego, Alessia. Me di cuenta en ciertas acciones y miradas, aunque decidí intentarlo, aun así —sonrió provocando que en sus mejillas se marcasen sus hoyuelos.

—Oh por Godric —Alessia murmuró tras sus manos que ahora ocultaban su rostro sonrojado.

—Anda Romeo, tu Julieta espera.

—¿Romeo? —quitó las manos de su rostro para ver al chico—. Por si no lo notaste, soy una chica —bromeó provocando la risa del chico.

—Oh, créeme lo sé a la perfección —ante aquellas palabras en un doble sentido Alessia le brindó un ligero golpe en el brazo—. Solo bromeó —soltó una carcajada que fue seguida por la de la pelirroja—. Es solo que, tu personalidad es más la de Romeo y puede ser que a Harry no le queden mal los vestidos —la sola imagen del chico utilizando un vestido hizo que las risas aumentaran.

—No quiero el trágico final de Shakespeare, pero gracias por la comparación.


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Harry había intentado ser un intermediario ante el problema de sus mejores amigos, los escuchó e intentó que reconocieran que debían hablar, pero ciertamente ni siquiera él estaba bien, desde su casi confesión hacia Alessia había evitado cualquier interacción con la pelirroja, se sentía como un cobarde al no decir lo que sentía abiertamente.

El azabache dejó eso a un lado prestando atención nuevamente a lo que Hermione decía ante una solución para la fiesta de navidad que daría el profesor Slughorn, mismo que se aproximaba y nuevamente necesitaban pareja.

—¿Otros planes? —siguió de cerca a la castaña quien se encontraba acomodando en su lugar los libros que había estado leyendo.

—Si, ¿por qué? —giró a ver a Harry ante su pregunta.

—Pensé que, como ninguno de los dos puede ir con quien le gusta, podríamos ir los dos juntos, como amigos —se recargó en el respaldo de una de las sillas tras de él.

—¿Por qué no se me ocurrió? —se lamentó y se maldijo por lo bajo, había estado tan sumida en su enojo y dolor que no había pensado en pedirle a su mejor amigo en ir con ella a la fiesta, sino que había invitado al chico con el que menos deseaba realmente ir.

—¿Con quién irás?

—E-eh será una sorpresa —tartamudeó un poco, dudando en si debía decir con quien iría, decidió cambiar el tema—. En fin, no te preocupes, puedes ir con quien tú quieras, conociéndote no le pedirás a Alessia que vaya contigo —suspiró y miró discretamente a su izquierda—. Esa chica del fondo —se colocó frente al de ojos verdes con tal de que pudiese mirar a la chica sin ser notado—, es Romilda Vane, al parecer quiere darte una poción de amor —rodó los ojos al recordar los rumores que había entre las chicas.

—¿En serio? —murmuró sorprendido, la chica era linda y se sintió alagado por ello, Hermione notó que se le estaba subiendo a la cabeza a su mejor amigo por lo que chasqueó los dedos frente al rostro de Harry.

—¡Oye! Solo le interesas porque creé que eres el elegido —intentó hacerle entrar en razón.

—Pero soy el elegido —murmuró coqueto y con el ego hasta la cabeza, en aquellos momentos Harry pareció sacar a flote la personalidad de su padre, mismo que provocó que Hermione le hiciese regresar con un golpe en la cabeza con un pergamino—. Lo siento, solo bromeaba. Invitaré a alguien que me agrade, alguien interesante —parecía seguro de sus palabras, pero en realidad no tenía la menor idea a quién invitaría.

—¿Y si le preguntas a Alessia? —Harry negó con rapidez, la sola idea le provocaba que quisiese correr por la capa de su padre y desaparecer—. ¿Has siquiera hablado con ella? —negó nuevamente provocando el bufido de la castaña—. Por Merlín, Harry. Ustedes tienen que hablar, tú tienes que hablar con ella.

—Lo sé, solo no he encontrado la manera ni el momento correcto —soltó un suspiro y giró con tal de salir de ahí dando fin a la conversación.


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Todos aquellos que asistirían a la fiesta de navidad iban y venían, sobre todo aquellos que habían conseguido pareja de último momento como era el caso de Harry y Alessia, quienes no habían hablado ni se habían atrevido a ir juntos a la fiesta, los dos eran orgullosos y terriblemente tercos, sin quererlo realmente se alejaban, era frustrante el verse tan cerca, pero sentirse tan lejos, ambos eran conscientes de cuan difíciles eran sus caminos y era por ello que no deseaban lastimar al otro.

Harry había tomado la decisión de invitar a una chica que consideraba su amiga a pesar de sus extrañas maneras de hacer las cosas, misma chica que le alegraba haber invitado, Luna Lovegood había aceptado. Alessia por otro lado había decidido ir sola, al menos así fue hasta que Neville apareció frente a ella con un traje completamente blanco que significaba que atendería a los invitados de Slughorn, pero la pelirroja le mandó a cambiar ya que no permitiría que el fuese mesero cuando podían ser su acompañante y se divertirían.

—Basta, Neville —alejó la mano del chico en cuanto acomodó por quinta vez su corbata—. Estás muy guapo, no tienes que preocuparte de nada —le animó antes de que fuesen interrumpidos por el profesor Slughorn.

—Weasley, me da mucho gusto verte aquí —la abrazó feliz de ver a otra de sus estrellas en su fiesta—. Joven Longbottom al parecer consiguió una estupenda acompañante —estrechó su mano con el joven que sonrió apenado.

—De hecho, fui yo quien consiguió un acompañante estupendo, profesor. No me tendría aquí si Neville hubiese rechazado mi invitación —la pelirroja habló con una sonrisa, provocando que Neville también sonriese, Neville seguía sintiendo que no merecía la amistad de la pelirroja.

—Si es así, tengo que agradecerle joven Neville —miró al chico que tomaba las fotos y le hizo una seña para que se acercase—. ¿Me permites una foto? —se dirigió a la pelirroja, ella asintió y aceptó el brazo del profesor quedando en medio con Slughorn de su lado izquierdo y Neville de su lado derecho, los tres sonrieron justo cuando la foto fue tomada—. Me retiro, debo recibir a mis demás invitados —se alejó de ellos.

—Gracias —Neville soltó de la nada por lo que Alessia le miró sin entender aquel agradecimiento—. Ya sabes, por salvarme de servir copas o estar en el baño entregando toallas como Belby —los dos rieron, aceptaron unas bebidas que les ofrecieron, caminaron un poco hasta que encontraron a Luna quien se encontraba sola y con la que establecieron una conversación, al menos así fue hasta que Alessia vio a su mejor amiga ocultándose, por lo que supuso que Cormac aún no le encontraba.

—Me disculpan —Alessia se alejó de sus amigos para caminar hasta Hermione—. Yo no comería eso si fuese tu —le quitó de la mano a la castaña el tartar de dragón—. Después me lo agradecerás —le jaló justo a tiempo para que Cormac no le notase y Hermione aprovechó para huir de ahí no sin antes murmurar un "gracias" a su amiga, Alessia tomó su lugar tras la cortina junto a Harry.

—Creo que se fue a polvear la nariz —Harry excusó a su amiga.

—Tu amiga es muy escurridiza —se coló tras las cortinas, Alessia le sonrió mientras tomaba la bandeja de las manos de Harry y le tendía esta para que tomase el tartar de dragón—. ¿Le encanta hablar, no? Blah, blah, blah —metió el trozo completo de la carne cruda de dragón, este comenzó a masticar y a realizar muecas por el sabor de esta—. ¿Qué es esto que como?

—Testículos de dragón —Harry mintió provocando que Alessia tapase disimuladamente su boca con tal de acallar su risa, Cormac tuvo una arcada justo para después vaciar su estómago en los zapatos de Snape quien justamente había hecho acto de presencia.

—Esto te va a costar un castigo, McLaggen —Harry por inercia tomó la mano de Alessia guiándola fuera de ahí, pero Snape notó el intento de escape de ambos chicos—. No tan rápido, Potter —se alejó de las cortinas para colocarse frente a los dos adolescentes—. Weasley, el señor Longbottom necesita de su ayuda —Alessia aceptó tan mala mentira por parte del profesor, apretó la mano de Harry para después soltarle y caminar en dirección de Neville, aunque se vio interrumpida al igual que todos ante la repentina aparición de Filch quien retenía a Draco por el saco siendo que este forcejeaba por obtener su libertad, la habitación se mantuvo en silencio ante el siguiente movimiento.

Snape actuó con rapidez acercándose al chico y sacándole de ahí ante la mirada de todos, la mayoría supuso que este sería regañado o castigado, a excepción de Harry quien creyó que algo se traían entre manos profesor y alumno.

—¡Por favor, que siga la fiesta! ¡Que siga la fiesta! —Slughorn sonreía nervioso ante tal interrupción, poco a poco la gente regresó a lo que hacía antes de la llegada de Filch, Alessia observó la salida de Harry por lo que decidió seguirle con tal de no dejarle solo, de no dejar que este escuchase la conversación de Draco y Snape porque eso solo confirmaría las sospechas de Harry que conllevaría a la pelea del baño en la que Draco sale gravemente herido, casi es asesinado si Snape no hubiese llegado a tiempo.

—Harry —le llamó lo suficientemente fuerte como para que su voz rebotase contra las paredes del pasillo, el azabache se detuvo a solo unos metros y giró a verla algo sorprendido, pero apresurado por retomar su camino.

—Tengo que irme, Alessia. Estoy a nada de descubrir lo que trama Draco —Alessia avanzó mientras este hablaba, Harry intentó girar con tal de seguir su camino, pero Alessia le detuvo tomándole del brazo, la pelirroja sabía que debía decir algo, cualquier cosa que mantuviera al chico alejado de Draco, pero estaba en blanco—. Alessia, hablo en serio, debo... —le miró suplicante porque le dejase ir, pero no esperó en lo más mínimo la acción de Alessia, su mente se quedó en blanco, olvidó el por qué se encontraba en aquel pasillo o el por qué había ido en busca de Draco, lo único que le importó fue la chica frente a él, misma que había atrapado sus labios con los suyos.

Harry le había mirado solo unos segundos para después cerrar los ojos con tal de disfrutar aquel beso que ninguno había notado cuanto habían anhelado, un beso en el que sellaron sus dudas, en el que dejaron de pensar en lo malo de sus vidas, en el que solo estaban ellos, en ese momento solo eran Harry y Alessia, no el elegido ni la chica que sabía el futuro. Las manos de Harry encontraron lugar en la cintura de la pelirroja y las manos de ella se posicionaron en la nuca del chico proporcionando ligeras caricias, un beso llevo a otros y varias sonrisas que siempre eran correspondidas.





. . .

Woooooo por fin el momento tan esperado tras cincuenta capítulos, hasta yo me emocioné.

Quiero agradecer a todos los que siguen esta historia, que comentan y votan, en verdad han sido un gran apoyo durante todo el tiempo, sobre todo ante la edición de la historia.



Editado

Pelirroja W

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