Cinquanta


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La plática del cuarteto se alargó hasta el punto en el que toda la familia Weasley a excepción suya ya se encontraban en el quinto sueño, en medio de ellos se encontraba una bola de fuego realizada con el diario "El Profeta", este siempre exageraba o ocultaba cosas y tras el descubrimiento del regreso de Voldemort había perdido credibilidad.

—¿Cuándo llegaste? —Harry le preguntó a la castaña.

—Hace unos días, por un tiempo no sabía si vendría —Alessia recordó las cartas en las que su amiga le comentaba lo preocupados y temerosos que se encontraban sus padres por la situación en la que ponían a los hijos de muggles el regreso del señor tenebroso.

—Mamá enloqueció la semana pasada. Dijo que Alessia, Ginny y yo no debíamos volver a Hogwarts.

—Dijo que era peligroso —la pelirroja abrazó sus piernas de tal manera que su cara quedó recargada en sus rodillas, ella había tenido que hablar a solas con su madre para asegurarle que estarían bien.

—Ay por favor —utilizó un tono burlón.

—No es la única. Hasta mis padres saben que pasa algo malo.

—En fin, papá intervino, le dijo que estaba exagerando. Tardó días, pero aceptó —Alessia asintió ante lo dicho, ninguno de sus hermanos supo de la plática que tuvo con su madre y posteriormente con su padre.

—Pero hablamos de Hogwarts, está Dumbledore, no hay nada más seguro —la pelirroja soltó un suspiro ante la fe ciega que le tenía al adulto, si bien ella también la tuvo en un inicio ahora se replanteaba las cosas.

—Puede que sea cierto lo que digas, Harry. Pero Voldemort ha regresado, nos esperan tiempos difíciles, tanto el mundo mágico como el mundo muggle están en peligro —todos miraban a la chica y no se atrevieron a contradecirle, estaba en lo cierto y en cuanto más rápido se hicieran a la idea mejor sería, ya no eran unos niños.

—Se dice últimamente que... —la chica buscó las palabras correctas ante el respeto y admiración que Harry tenía hacia Dumbledore, siendo este el más cercano al hombre— Dumbledore está muy viejo.

—Que estupidez, solo tiene... ¿Cuántos?

—Pues... ¿150? Años más, años menos —todos rieron ante el comentario, aunque en el fondo cierta pelirroja deseaba poder salvar al hombre.


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La familia Weasley habían sido invitados por los gemelos a su tienda y por supuesto también a Hermione y a Harry al enterarse que estos estaban de visita, se encontraban en esos momentos frete a estas admirando cómo habían logrado los gemelos que esta destacara tanto por fuera como por dentro, cada rincón del lugar gritaba los nombres de los gemelos, aquel era su sueño y lo habían logrado.

—Andando —Arthur sonrió emocionado por lo que veía y lo bien que les iba a sus hijos, la familia Weasley había estado en la apertura del lugar que había llamado la atención de muchos sobre todo de los menores del mundo mágico, pero lo que veían ahora era distinto, ahora había mucha más gente, parecía más concurrido y a simple vista contrastaba con los demás locales.

Alessia entró tras su familia, sus ojos brillaron absorta por el lugar lleno de magia y risas, recordó brevemente el día de la apertura que no pudo evitar llorar al ver que había contribuido al sueño de los gemelos y que estos parecían más felices que lo que eran en la escuela, aquel era su lugar y ella se encargaría de que siguiera siendo así, muchas veces prometió proteger a las personas, pero esta vez lo juraba no importaba lo que tendría que dar a cambio para salvar a Fred, ella lo daría a manos llenas si eso aseguraba la vida de su hermano.

—¡Pasen, Pasen! ¡Tenemos delicias desmalladoras, nueces nari-sangre y justo a tiempo para las clases... Pastillas vomitivas! —las voces de los gemelos resonaron por el lugar sacando a la chica de su ensoñación.

—Vayan. Los veremos aquí después —Molly alentó a los menores a inspeccionar el lugar y sus palabras fueron suficientes para que todos tomaran un rumbo distinto, Alessia caminó sin buscar algo simplemente veía todo. Las personas iban y venían por sus costados, todos en busca de comprar algo en Sortilegios Weasley.

—Realmente son geniales —sonrió al ver uno de los inventos de los gemelos que se trataba de una figurilla de Umbridge que se encontraba en un monociclo sobre una cuerda, siguió caminando hasta estar cerca de las pociones de amor, la curiosidad de la chica gano acercándose con tal de responder su pregunta de a qué olería esta.

—Hermanita —la chica saltó en su lugar casi tirando el frasco que tenía entre sus dedos ante la repentina llegada de sus hermanos.

—¿Interesada en las pociones de amor? —la chica sintió sus mejillas arder.

—Solo tenía curiosidad —se excusó con rapidez.

—Te creemos, según sabemos...

—No las necesitas —le molestaron aún más abrazándole por los hombros dejándole en medio y terminando la frase del otro.

—¿Ron se los dijo? —frunció el ceño aún más sonrojada, realmente deseaba lanzarle un hechizo a su hermano con tal de que dejara de decirle a medio mundo sobre las cartas que le habían llegado.

—Ron, Ginny, Papá y Mamá —hablaron al mismo tiempo.

—¿Ellos también? Por Merlín les he dicho que no era nada serio, solo me ha mandado cartas que he respondido, pero todo en una relación amistosa —dejó el frasco y tapo su rostro intentando apaciguar su sonrojo—. ¿También la harán de hermanos celosos? Hasta Ginny ha dicho algo al respecto y que decir de Papá, sugirió más de una vez en quedarme a estudiar en casa.

—Por supuesto que no, no somo ese tipo de hermanos —bufó Fred para después sonreír, Alessia quitó las manos de su rostro para mirar a los gemelos.

—Somos peores, si ese chico intenta cualquier cosa que te incomode o lastime no solo lo resolveremos a los golpes, sino que al estilo de los gemelos Weasley —George aclaró esto último sonriendo de la misma manera que Fred, misma sonrisa que solo logró una alarma en la cabeza de la gemela, estos eran muy sobreprotectores cuando se lo proponían.

—Lo agradezco, pero no pasará. Ahora atiendan el lugar o mamá vendrá a retarles por dejarlo descuidado—les empujo ligeramente intentando olvidar el tema anterior. Alessia se alejó de ellos sin esperar respuesta totalmente abochornada, no esperaba que su familia se comportara de tal forma ante el primer chico en acercársele de forma romántica, porque no era tonta ella repetía que solo eran amigos, pero Derek Wells le había dejado en claro desde la primera carta que ella le gustaba y ella solo lograba hacerse la tonta al no estar familiarizada con ello, además de que estaba el pequeño detalle de que ella sentía algo por cierto azabache de anteojos.

—¿Comprarán algo? —la pelirroja se acercó a sus dos amigos, tanto Hermione como Harry negaron con la cabeza y giraron en dirección del mellizo de la chica al escucharle hablar.

—¿Cuánto por esto?

—5 galeones —Alessia tuvo que cubrir su boca para evitar reírse de su hermano.

—¿Cuánto para mí?

—5 galeones —en este punto Alessia soltaba pequeñas risas calladas por su mano, pero aun así Harry hizo gestos con tal de hacerle reír aún más y la pelirroja solo le empujaba para alejarlo divertida.

—Pero soy su hermano —Ron les reprochó molesto.

—10 galeones —estos hablaron al mismo tiempo e hicieron un gesto con la cara como si lo dicho simplemente les daba una razón más para duplicar el precio, ese momento fue simplemente el detonante de la risa de Alessia que no pudo ocultarla más provocando que Ron se molestara aún más y diera media vuelta con tal de salir de ahí.

—Vámonos ya —bajó por completo las escaleras refunfuñando contra sus hermanos y miró mal a Alessia que seguí riendo por lo bajo, esta se disculpó mientras le abrazaba por la cintura con tal de que este le perdonara, pero Ron realmente no podía estar molesto con ella por lo que rodó los ojos para después abrazarle por los hombros y así empezar a caminar hacia la salida junto a sus amigos.

—Hola, Ron —la voz de Lavander colocó una alerta en la cabeza de la pelirroja, ambas se miraron retándose unos segundos, pero Lavander regresó su mirada al pelirrojo, ciertamente Alessia no odiaba a Lavander, pero no le caía bien, su personalidad chocaba demasiado con la suya lo que provocó más de una discusión en las mañanas en su dormitorio.

—Hola —este regresó el saludo sin mucha importancia al ni siquiera conocer a la chica y decidió dejar pasar que supiese su nombre.

—Vamos —Harry abrió la puerta del local dejando que todos pasaran por esta y por último él.

—¿Cómo le han hecho Fred y George? Tienen el callejón lleno de clientes.

—Fred dice que la gente necesita divertirse.

—Y está en lo cierto, pero también tiene que ver la esencia de los gemelos, ellos irradian alegría —agregó Alessia tras las palabras de Ron.

—Tienen razón —siguieron caminando hasta que pasaron frente a Ollivanders volviéndose el ambiente más pesado y lúgubre a diferencia del local de los gemelos, este estaba claramente quemado y abandonado.

—Ay no, todos compraban varitas con Ollivander —Hermione se lamentó en voz alta, todos sentían la misma lastima, ahí fue el lugar en el que todos obtuvieron su varita y esta simplemente se amoldaba a ellos casi como otra parte de su cuerpo, aunque Alessia no hubiese ido personalmente, su varita provenía de Ollivander's. Harry se acercó a la puerta del local y la abrió provocando un rechinido, todos entraron viendo los estragos causados por el fuego, Alessia y Ron se separaron de su abrazo para cada uno tomar una dirección distinta para ver el lugar.

—Harry, lo imagino o es que Draco y su madre no quieren que los siga nadie —el cuarteto miraba por la ventana al platinado junto a su madre entrar a un callejón, todos salieron del local para seguir a los miembros de la familia Malfoy, todo esto intentando pasar desapercibidos al estar en una parte del callejón Diagon en la que se supondría no deberían estar.

Alessia seguía de cerca a Harry, este le había tomado de la mano en un momento casi por inercia al pasar cerca de personas que se les quedaban mirando, esta no se negó y solo ajustó su agarre con tal de no quedarse atrás, aunque su agarre duró poco al llegar a "Borgin & Burke" ya que al no poder ver u escuchar nada Harry propuso la gran idea de subir a uno de los tejados con tal de ver u escuchar por medio del tragaluz del lugar. Escucharon lo suficiente como para alarmarse ante la reunión de Draco y su madre con mortifagos, pero para su mala fortuna Greyback apareció sacándoles buen susto para posteriormente ver como este cerraba las cortinas del lugar y dejaban de escuchar la conversación.

—Vámonos, debemos llegar antes de que mamá note nuestra ausencia y ponga medio mundo mágico para encontrarnos —murmuró la pelirroja sabiendo que ya no tenían nada que hacer ahí, en su mente rondaban distintas maneras de acercarse a Draco en cuanto regresasen a Hogwarts siendo que enviarse cartas nunca fue una opción, lamentaba ver que el chico había decidido mantener el peso del apellido Malfoy sobre sus hombros.

Harry junto a Ron bajaron primeros con tal de ayudar a las chicas y así evitar cualquier tipo de accidente que lograra alertar a otros sobre su presencia, Hermione estuvo a nada de caer, pero para suerte de todos Ron logró atraparle provocando una extraña sensación en ambos y a su vez un silencio incómodo. Alessia por su parte bajó como si nada, aunque se había colgado de la orilla del tejado con la intención de saltar y caer de pie, pero Harry al creer que esta se lastimaría se apresuró a sostenerle por la cintura antes de que saltase, cargándole para después dejarle en el suelo.

—No iba a caer, Harry. Pero gracias por la ayuda —bromeó un poco provocando el sonrojo de este.

—Pareció que caerías —murmuró avergonzado y cohibido ante lo ocurrido, Alessia ante esto sonrió enternecida por su preocupación y beso la mejilla del chico a modo de agradecimiento.

—Me has salvado entonces —giró sin esperar palabra o acción alguna del azabache, caminó tras Hermione y Ron sintiendo los pasos de Harry tras ella, a veces solo deseaba demostrar que le gustaba el chico o simplemente no reprocharse diariamente ante sus sentimientos, no deseaba lastimar a Ginny por nada del mundo.






Editado

Pelirroja W

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