Entre el humo del incienso y el  aroma del café,

solo tu mirada quedará

flotando en aquel aire.

Una mirada fantasma,

cubierta por un manto de esperanza,

que tenuemente ilumina la tristeza,

haciendola menos solitaria.

En el sonido del aquel piano,

Solo tus manos quedarán,

recordando tus dedos al crear melodías con mi cuerpo,

y me siento a suspirar.

En el centro de aquella pared blanca,

solo tu voz quedará,

susurrando en los tormentos,

palabras que me permiten respirar.

En el medio de este eterno meditar,

no hay fuerzas en el universo,

que erradique lo que en este momento, siento.

Miro las hojas del otoño caer,

a la vez que mi amor por ti se eleva.

Siento las estaciones pasar,

mientras mi admiración por ti se queda,

El reloj corre deprisa,

Y mi alma por ti, 

brilla.

Por eso y por mucho más,

dejaré plasmado en el viento,

todos mis sentimientos.

Por que tu imagen en mi,

siempre quedará.