Capítulo 23 | Parte 2.
♪ Always In My Head - Coldplay ♪
Capítulo 23.
(Adrián)
Me dejó de importar la cara de mujer ofendida de Amanda. Sólo fui sincero ante tanta insistencia por su parte. Respiro hondo y cierro los ojos por unos segundos al presionarlos con un poco de molestia. De ninguna manera podría amarla, y si un día decidió acostarse conmigo, debió atenerse a los jodidos límites de siempre. De todas formas, no me interesaba para nada lo que ella pensara de mí. A mí lo único que me interesa es mantener feliz a mi jovencita, sin que ella tenga que sufrir por mierdas ajenas en las que estuve involucrado de cierta manera.
— Definitivamente, esa mujer está loca y obsesionada contigo, Doc. — Mi chófer niega en desaprobación mientras conduce en el nocturno ambiente en dirección a la ciudad de San Juan. Él ya había visto varios numeritos de Amanda al ella intentar volver a las mierdas de antes.
— Antes no me hubiera importado tanto como ahora. — Admito, pensativo.
— ¿A qué te refieres, Doc? — Me mira rápidamente al fruncir el ceño, para luego volver a mirar hacia la carretera.
— Amanda es la supuesta mejor amiga de Alysha... la jovencita mía.
— ¡No me jodas!
Frankie sabía que Amanda es una de las acostadas favoritas de Jesse, y también sabe que ella dejó de interesarse en Jesse cuando puso sus ojos en mí. No obstante, no sabía que Alysha y ella eran amigas, y hasta hace poco, tenía conocimiento de que Jesse era novio de la jovencita.
"Presiento que en mi compleja relación con Alysha, Amanda será un dolor en el culo." Mi oscuro ángel comenzaba a alertarse.
Mi chófer sabía muchas cosas, pero no fue hasta éste momento en que se ha enterado que son amigas, o al menos así lo cree Alysha.
Maldita sea. Me siento entre la espada y la pared. Siempre he querido decirle la verdad sobre Amanda. Tantas veces que le recalqué que fuera inteligente, y me refería a ese aspecto sobre las personas que la rodeaban. Si le decía quién era Amanda verdaderamente, lo más seguro es que yo también me perjudique con ella. Un miedo abrazador me invade. Lo siento en cómo mi garganta se comprime.
— ¿Y qué carajo piensas hacer, Doctor?
— De momento... aún lo analizo. Mi prioridad ahora mismo es mantener feliz a Alysha. De ninguna manera me atrevería a perderla por mierdas del pasado que no tienen sentido, al menos para mí.
— Doc, vamos... Tal vez para ti no tenga ningún sentido, y lo entiendo, créeme. Pero es posible que para esa chica sí tenga algún sentido el que te hayas acostado alguna vez con esa mujer.
— ¿Qué? — Fruncí el ceño.
— Sí... ¿Qué pensabas exactamente? — Pregunta intrigado.
— No había pensado hasta éste momento que quizá se moleste conmigo... Sólo pienso en que ella puede sufrir por la traición de Amanda con Jesse. — Niego, intentando aclarar mis pensamientos.
No. No me puedo hacer ideas equivocadas. Alysha y yo teníamos una amistad bastante abierta. Supongo que mi pasado no tendrá absolutamente nada que ver con lo nuestro.
No... no, no. Pongo en duda que ella se disguste en lo personal y sentimental conmigo. Es decir, ¿por qué tendría que disgustarse conmigo?
Decido desechar esos pensamientos que comienzan a atormentarme, y que de alguna manera, me atemorizan. En ningún momento ella había demostrado más de lo evidente; le gusto, me quiere, y yo a ella también.
Después de la mala experiencia que Alysha había tenido con Jesse, jamás esperé ningún tipo de sentimiento profundo por parte de ella. Y... maldita sea, de sólo pensarlo me inquieta.
Mi chófer se limitó a mantenerse en silencio en el trayecto restante. Sabía que me sentía agobiado con esa mierda de último momento. Amanda y Jesse me daban completamente lo mismo, pero mi pequeña era un caso distinto. No permitiré que nadie le haga daño, bajo ninguna circunstancia.
— Te avisaré en la tarde si necesito algo más. — Le aviso al salir del vehículo.
Lo único que me importa en éste preciso momento es volver a verla. Cuando accedo a mi edificio y tomo el ascensor hacia la cuarta planta, recuesto mi espalda sobre la pared del mismo. Rozo mi mano desocupada sobre mi frente y mi pelo al sentir el corazón desbocado y lleno de ansias. Odio estas extrañas sensaciones que se apoderan de mí cada vez que mi cuerpo reconoce que ella está cerca.
Al entrar a mi lujoso apartamento, me familiarizo con la tenue luz que alumbra sobre una de las mesas de noche de mi cama. Una maraña de hermosos cabellos negros-azulados invadían parte de mis almohadas, apenas se le veía su angelical rostro porque su pelo cubría parte de su mejilla derecha y su frente.
Alysha dormía plácidamente, acobijada entre mis sábanas cremas y azules por el frío que invadía el lugar. La luz tenue jugaba al compás con la luz de la luna que atravesaba las acristaladas ventanas de mi apartamento.
Sin esperarlo ni reconocerlo, comencé a recuperar mi autocontrol. Mis insistentes y nerviosos latidos comenzaron a asimilar que la tenía en mi cama; frágil, dulce, y sólo para mí. Sentir ésta dependencia me está jodiendo, pero también se sentía malditamente bien tenerla conmigo. Me acerco a la cama, justo en la dirección de ella.
"Carajo... Es tan hermosa y sencilla..." A mí oscuro ángel se le hace agua la boca.
Intento contener las ganas de tocarla y acariciar su rostro. Me gustaría descubrir cómo está durmiendo bajo mis sábanas. Muerdo mi labio inferior. Los pensamientos me traicionan al pensar en la situación de hace un rato.
"¿Se molestará conmigo por algo que no tiene importancia para mí? Si le digo... ¿continuará confiando en mí como hasta el momento?"
Me alejo con fastidio, perdido, y sin tener una rápida solución para el tema de esa mujer. Tampoco me agradaría que se disgustara conmigo por toda esa basura.
"¿Qué se supone que deba hacer?" Mi mente busca respuestas.
Nunca he tenido una novia formal y... Un momento... ¿¡Por qué carajo pienso en temas formales!? Definitivamente, me siento frustrado de no saber cómo actuar en ese tema.
Dejo mis teléfonos, mi reloj de muñeca, y mi cartera, sobre la mesa de noche de mi lugar de la cama para comenzar a quitarme la ropa.
Intento ser lo más sigiloso posible para no interrumpir su sueño, por más deseo que tenga de poseerla al verla dormida.
[...]
Mientras el agua caliente de la ducha cae sobre mi cansado cuerpo, pienso en las palabras de Amanda.
《Siempre he estado enamorada de ti, y lo sabes perfectamente.》《Yo siempre te he elegido a ti... Siempre te he querido.》
Podrá ser cierto, pero sinceramente a mí no me interesa nada de ella, y mucho menos cuando supe que traicionaba a Alysha a sus espaldas. Además, no puedo amarla, ni a ella ni a nadie.
《Si lo sentiste una vez por ella, puedes sentirlo por mí.》
Estaba equivocada. Después de haber sentido grandes cosas por Alysha, esos sentimientos se desvanecieron a través de los años. Nadie puede amarme de esa forma, y mucho menos yo lo permitiría sabiendo lo que soy y cómo soy. No quiero que nadie tenga sentimientos puros y profundos por un bastardo como yo.
《Siempre ha sido ella...》
Me agacho un poco mientras el agua cae sobre mi espalda y mi cabeza. "Always In My Head" de "Coldplay" suena de fondo en un bajo volumen para llenar el silencio. Apoyo mi frente sobre el cristal de la ducha.
Detesto las contradicciones que Alysha me hace sentir, maldita sea. En el fondo, sé que siempre ha sido ella, y como un imbécil, creí que probando su piel, sus labios, y su aroma... haría que desvanecieran estas ansias de tenerla para mí todo el tiempo. Al contrario de eso, me envuelve adictivamente. La necesito cerca, no importa lo que suceda.
《¡Sí estuve y estoy con Jesse es para estar cerca de ti!》
Las palabras de Amanda me hacen sentir sumamente culpable. Atraer nuevamente a Alysha a mi vida me estaba costando. Me revuelvo el pelo, frustrado, pensando que me había aprovechado de la situación para seducirla.
¡Me odio! ¡Me odio por eso! Mis trastornos me han traicionado al saber que Jesse estaba con ambas amigas.
Decidí meterme en la vida de Alysha porque no podía soportar que Jesse se aprovechara de su pureza e inocencia. En cambio, al final, yo me quedé con todo de ella.
Soy egoísta. Y aunque a menudo mi mente me castigue con eso, no puedo arrepentirme ni un jodido segundo de mi vida haberlo hecho por tenerla. Es mía. Por encima de quién sea es mi niña.
《¡Maldigo el momento en que has vuelto a saber de ella!》 Los reclamos de Amanda mortifican mi cabeza.
Sí, yo también estoy a punto de maldecir eso, porque ahora que la tengo, se me está haciendo imposible mantenerme a raya.
Cuando salgo de la ducha, me seco con rapidez y enrollo la toalla en mi cintura. Mi humor se está desnivelando. Siento que la inseguridad quiere apoderarse de mí.
De regreso a la cama, me doy cuenta que Alysha se había cambiado de posición, dormía de cierta forma que mi vista se alimentaba de sus deliciosas piernas. Me tenso. Mi miembro reacciona como un jodido puberto.
"¡Demonios!"
Se había puesto una de mis camisas de trabajar. Al fijarme mucho mejor en cómo mi camisa azul oscuro se ceñía a su delicioso cuerpo, me muerdo el labio y vuelvo a remover los mechones de mi pelo mojado.
Busco en el cajón un pantalón pijama color gris al ahogar un gemido. La tentación surge en mí, amenazando con traicionarme. El sueño que hace un rato había comenzado a llegar, se alejaba con facilidad.
Decido dirigirme a la cocina por un vaso de agua. Después de tanta acción en ésta larga noche, estaba sediento.
Cuando vuelvo a pasear como un sonámbulo por la habitación, me asomo a las acristaladas ventanas que cubrían toda la pared del lugar. Así me mantuve por largos minutos; preocupado, intranquilo, envuelto mentalmente en situaciones futuras que aún no habían ocurrido.
Todo estaba siendo un jodido caos, tanto en mi vida personal como en mi vida profesional. Evidentemente, también tenía en mi cabeza el brote epidemiológico en camino a convertirse en una pandemia si mi padre no tenía éxito con la investigación sobre la vacuna.
No. No, no, y no. Éste no sería un buen momento para hablar sobre mis mierdas del pasado. Decido deshacerme de preocupaciones alternas, no pueden joderme en estos momentos tan complejos.
Mi prioridad será mantenerme en éste trance con mi pequeña y continuar al pendiente de los nuevos avances investigativos de mi padre.
— Andy... — Una dulce voz me sobresalta en el frío silencio. — Andy... — Mi jovencita balbucea al llamarme, moviéndose en mi cama.
Como un idiota, voy hacia la cama, derretido por todo de ella. Aún está dormida, aunque le está costando. Acaricio su mejilla y aparto algunos mechones de su pelo hacia un lado.
Mierda. No puedo evitarlo. Ni un poco. Me encanta que mi piel haga contacto con la suya, por muy mínimo que sea un sencillo tacto.
Al darme cuenta que abre los ojos; soñolienta y perdida, me agacho, y con mi mano acaricio su sedoso pelo. Se familiariza con la imágen que tiene frente a sus ojos, hasta que vuelve a entender en dónde está.
— Shh... Tranquila, bebé... — Estoy aquí...
— ¿Cuando... llegaste? — Pregunta con suavidad y se sienta en la cama.
Me está volviendo loco verla vestida así. Me hace sentir jodidamente seguro verla con algo mío sobre su cuerpo.
"Como hace unas horas cuando me derramé sobre su vientre..." Mi oscuro ángel estaba a gusto con esos pensamientos.
— Hace un rato. — Le informo y la estudio. Es lo único que puedo decir mientras pienso pervertidamente sobre ella.
Parece que me había estado esperando, lo presiento al ver sus cansados ojos. Antes de que me diera tiempo a reaccionar, ella me abraza con necesidad y feliz de verme. A pesar de sentir impresión y el corazón a mil por hora, la abrazo pausadamente, ocultando la sensación que me causa.
— A dormir... — Le ordeno, para que vuelva a retomar el sueño.
— Te quiero tanto... — Pega sus labios a los míos, besándome dulcemente. — Te esperé despierta... pero al final el sueño me venció.
— Desobediente. — Le devuelvo el beso, ansioso de su boca.
Al carajo los límites por ésta noche. No han funcionado para nada, y en estos momentos, no los necesito para sentirme en el jodido paraíso. Sujeto su cintura y permito que se siente sobre mis piernas.
"Dios... Se ve tan perfecta con sólo mi camisa."
Recuesta su cabeza sobre mi pecho, bajo mi cuello. Le gusta sentirse protegida. Le gusta que me encargue de ella, y eso, me complace.
Alysha vuelve a quedarse dormida, ésta vez sobre mi regazo. Está confiando plenamente en mí al permitirme verla vulnerable y frágil en mis brazos.
Un cosquilleo abrazador inunda mi sistema corporal, causando esa extraña sensación de ardor en mi pecho.
En ese preciso instante, supe que no habría marcha atrás. Deseaba sentir más de esto. Deseaba descubrir todas las sensaciones que ésta niña podía hacerme sentir, incluyendo en mis desviaciones sexuales.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top