III. Where's Ben?

III.

Para decir verdad aquella felicidad se esfumo al momento cuando un Penitente se escuchó en el laberinto.

Era notable el silencio al escuchar a lo que parecía un gruñido por parte de aquella cosa.

—Oigan, ¿Eso qué fue? —preguntó Thomas.

—Eso, mi amigo, fue un Penitente —le respondió Gally— Tú tranquilo, aquí estas seguro. Nada atraviesa esos muros.

Apoyé mi brazo en el hombro de Minho, mientras me ponía de puntillas—Ser más baja que él no me enorgullece— y le susurré:

—Parece que se acabó la fiesta.

—Eso parece...

—Ok, señores, todos a dormir —ordenó Alby— Descansen.

Y todos los chicos empezaron a dispersarse para ir a dormir.

—Todavía me parece una falta de respeto que nunca diga señorita, le debería recordar que también hay una chica aquí.

—Supéralo, Gray —dijo Minho caminando hacia su hamaca.

Bufé.

—Gracias por tu apoyo, eh —dije sarcásticamente.

—Ya anda a dormir que después te cuesta levantarme —habló Minho despeinándome el cabello.

—De acuerdo. Buenas noches Minho.

—Buenas noches, Gray.

[...]

Caminé a pasos rápidos por los pasillos y abrí la puerta frente a mí.

La luz me aturdió al entrar, haciendo que me tapara los ojos.

—Deberías unirte a nosotros antes de que sea tarde, Grayce —dijo una chica de piel pálida con ojos azules y un cabello negro hermoso.

—No puedo traicionarlos, ellos también son mis amigos.

La vista se volvió nublosa y ahora estaba discutiendo con alguien, por alguna razón no podía ver su rostro, pero sabía que era un chico.

—Tienes que salir de aquí, antes que te manden a el laberinto —dijo el chico tomándome de las manos.

—No puedo... No puedo dejarlos aquí —hablé con la voz entrecortada.

—Por favor, Grayce.

—¡Hey! ¿Qué hacen aquí? —habló un guardia.

—Tick, tack, tick, tack. Se acabo el tiempo Gray, debiste haberte unido a nosotros.

En ese instante, unos guardias me tomaron por los costados a la fuerza y yo intente soltarme desesperadamente, mientras que al otro chico le hicieron lo mismo.

—¡No! ¡Suéltenme!

El chico empezó a forcejearse y lograba ver su rostro borrosamente, hasta que él grito mi nombre...

—¡Grayce!

Ahí fue cuando vi su rostro.

Ya no veía borroso, lo veía a él. Su cabello castaño y el color avellana de sus ojos con una pisca de desesperación fue lo último que vi.

—¡Thomas!

Me desperté de lo que creo que era un sueño dando una bocanada de aire.

—Guao, eso sí fue una gran bocanada —dijo Ben colocándose a mi lado— ¿mala noche?

Asentí.

—Todos alguna vez las tenemos, quédate tranquila.

Sonreí, mientras me incorporaba.

—Gracias Ben, iré a prepararme.

Él asintió y se salió a lo que yo le llamaba mi habitación, ya que como era chica, yo estaba apartada de ellos.

Luego de estar lista y asearme trote hasta las puertas del laberinto, que todavía estaban cerradas y a mi lado apareció Minho junto a Ben.

Las puertas se abrieron dándonos la señal que ya podíamos entrar.

Empezamos a correr a una velocidad normal y como de costumbre el laberinto había cambiado, por lo cual el único sector abierto era el dos.

Entramos al sector y nos separamos en busca de alguna pista, aunque como siempre no habría nada, pero aun así había algo de esperanza.

Suspiré cansada por no encontrar una señal o, aunque sea algo que nos dijera que estábamos en buen camino.

Claro que esto iba a llevarme horas aquí, pero algo en mí no dejaba de pensar en ese sueño tan peculiar.

—¿Por qué soñé con el Novato? —me pregunté a mí misma.

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en ello y seguí recorriendo el sector, el cual ya me sabia de memoria.

Pasaron unas cuantas horas y nos reunimos en un lugar del sector con Minho, hasta que nos dimos cuenta de que Ben no llegaba.

—Está tardando mucho, ¿no? —dije mirando hacia los lados con la esperanza de que apareciera.

—Ya vendrá, estoy seguro.

—Minho, ya pasaron treinta minutos.

—Tal vez decidió seguir buscando —habló Minho acomodándose el arnés.

—Eso espero.

[...]

Era muy notable que Thomas es muy curioso y que deberás quería salir de aquel lugar que tenía atrapados a todos.

Newt lo había mandado a buscar fertilizante para la cosecha, luego de una charla de las cosas que intentaron hacer para salir del laberinto, las cuales no funcionaron.

—Solo busca el fertilizante —habló Thomas mientras soltaba un suspiro —¿Sabes dónde está? Esta en la mitad del bosque.

Estaba claro de que el bosque era el lugar menos favorito de Thomas, capaz se debía a su molestia por como lo trato Newt cuando hablo sobre intentar salir del laberinto.

Los pasos del joven se escuchaban cada que ponía un pie en el suelo, debido a las hojas secas de los árboles.

Thomas se acercó con el ceño fruncido a lo que parecía una tumba.

— "George" —leyó Thomas.

Él joven volteo hacia el costado de la tumba encontrándose con huesos humanos, como si lo hubieran sacado recién.

Las moscas volaban alrededor de los huesos, mientras que Thomas retrocedía.

Justo en el momento que él se giró para irse se encontró con Ben, pegándose un pequeño susto.

—¡Oh, Dios! ... Uhm... Ben, ¿verdad? No sé si ya nos...

Thomas iba a continuar hablando, pero noto algo en Ben.

Su respiración estaba agitada, estaba mucho más pálido y bajo sus ojos había un color morado extraño.

—¿Estas bien?

Entonces fue ahí cuando Ben se abalanzo sobre Thomas, quien dejo ir un grito y cayó al suelo.

Ben se tiró arriba de él para mantenerlo en el lugar.

—¡Quítate de encima! —dijo Thomas tratando de librarse de su agarre.

El corredor lo sostuvo por los brazos, mientras decía unas palabras que a Thomas lo dejaría pensando más tarde.

—Es tu culpa, yo te vi...Tu hiciste esto ¡Yo te vi!

Ben empezó a presionar su muñeca, causándole dolor para luego intentar estrangularlo.

Thomas trato de librarse de nuevo.

Dando un golpe.

Dos golpes.

Tres golpes.

Hasta que estiro su mano para tomar una calavera de un animal y darle a Ben en la cabeza, haciendo que por fin se librara de él.

El Novato se levantó lo más rápido que pudo y corrió tratando de escapar.

En un momento Ben volvió a tirarse arriba de él, haciendo que ambos cayeran por la colina.

Aunque Thomas no dudo ni un segundo en volver a correr para dirigirse al campamento.

—¡Hey, hey! ¡Ayúdenme! ¡Ayuda!

Los gritos de Thomas llamaron la atención de los chicos y cuando por fin estaba en el campamento los chicos recurrieron a su ayuda, cuando vieron a Ben arriba de Thomas.

—¡Te voy a matar! —exclamó Ben.

Rápidamente todos corrieron hacia los dos y Newt le dio un fuerte golpe en la cabeza a Ben con un palo.

Thomas se levantó con rapidez respirando algo agitado por lo que había corrido.  

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