[6: Why Him]

–¿Quieres que salgamos? – con la boca llena de cereales, repite la oración del de camisa con estampado a cuadros, asegurándose de haber oído adecuadamente –. ¿Hoy?

–Es martes, estás de vacaciones – confirma con despreocupación, tragando su desayuno antes de proseguir: – ¿Hay alguna ley que impida que salgas?

–No sé si recuerdas que unos mafiosos están detrás de mi cabeza.

–No fue mayor inconveniente cuando fuimos de compras la semana anterior. No tienen idea de que estás aquí, los confundimos cada vez que salíamos en un auto distinto de la universidad.

–Sí, pero seguramente no tardarán en unir puntos si se topan con Jisoo aquí o algo.

–Tráela a vivir aquí durante el resto de tu estadía  – simplifica, captando la sorpresa en el opuesto –. Pero que sea luego de salir.

–¿Por qué tanto empeño, mocoso?

Soo da una mueca asqueada desde su asiento.

–No me digas mocoso cuando enuncias con la boca llena, ¿No te enseñaron modales?

–Claro que sí.

Yeon resopla con cara de pocos amigos y le insulta bajito en lo que se limpia con una servilleta algo abochornado, finalizando su desayuno. Los demás estaban en algún lado de la mansión, ellos comían a solas ahora, y el primer tema que sacó el dueño del sitio ha sido la repentina propuesta de una salida.

¿Qué mosca le picó de repente para ser tan... Atento? Primero fue el regalo - que estuvo delicioso, aún le quedan aperitivos al haber sido bastantes, pero era difícil contenerse con dichosos manjares-, y ahora estaba invitándolo a salir, ellos dos solos.

Porque no menciona a sus amigos, y cuando él sí los tres a colación, el azabache le refuta:

–De haberlos querido invitar, ya lo habría hecho, ¿No crees? Son muy ruidosos y no quiero tanto escándalo.

Claro, lo que ocurre realmente es que Soobin estaba seguro de que si los dos dongsaengs los acompañan, le robarían toda la atención de Yeonjun, y en resumidas cuentas su plan fallaría.

 Porque debe conocerlo, caerle bien para que así todo funcione.

–¿Van a salir sin nosotros? – Beomgyu casi sonó horrorizado cuando tuvo al par de mayores vestidos y listos para irse del sitio–. ¡Hyung, eso es traición!

–No es traición, Beomgyu.

–¿No es peligroso que estén mucho afuera? – Tae ahora interviene –. Me refiero, a los sujetos que...

–Yo me encargaré de ello.

–También puedo defenderme, Anpanman.

Soobin no capta el apodo y lo deja pasar, colocándose el gran abrigo Marie Claire en lo que los estudiantes continúan. La mujer de cabello corto es la que acaba con las charlas con tono cómplice:

–Bueno, bueno, dejen que los chicos salgan a divertirse un rato. Tal vez deseen estar los dos juntos en una cita.

Yeonjun y Soobin abren sus ojos y boca a la par, comenzando a ponerse rojos hasta las orejas mientras niegan con muecas exageradamente repulsivas.

–¡No es una cita!

Taehyun y Beomgyu se ven antes de reírse y burlarse de ellos.

–Uy, sí, claro. Eso no suena nada sospechoso.

–Y yo me visto tan atractivamente para salir a solas con mi amigo.

–Par de... Mejor nos vamos de aquí, ya no les traeré malvaviscos.

Los menores detienen sus carcajadas y comienzan a lloriquear en vano, pues su hyung estaba jalando al pelinegro fuera de la propiedad e ignorando sus disculpas. Moonbyul presencia todo con gracia, y antes de irse, cantarina mente informa:

–Ustedes igual pueden salir, no sean tímidos. Yo estaré haciendo unas compras.

–¡¿A-ah?!

–¡¿Q-quedaremos solos?!

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Bin le había dado libertad de escoger el destino adonde irían, ya que por obvias razones él no estaba al tanto de los lugares actuales en Daegu. Por ende, le guio hasta el metro primero, planeando los lugares y la ruta a seguir.

Era de esperarse que Soobin estuviese impresionado con la tecnología del transporte que les conduce a su destino, al no estar acostumbrado le incómoda lo rápido que va. Iba sentado por suerte, entonces aprecia como Yeonjun le cede su puesto a una ancianita.

–Estoy muy cansada, Omma~

–Espera un poco, cariño.

Yeonjun le hace una seña a Soobin para que le otorgue el asiento a la niña, tal como ha hecho él con la ancianita, más el alto finge no comprenderlo, muy infantilmente.

Sin embargo, el azabache no puede continuar su evasiva cuando la pequeña casi se cae por el frenar del metro, y una parte de él no lo toleró; a la final, sigue siendo caballeroso y alguien de modales, y aunque lo duden, de principios.

–Señora, tenga.

–¡Oh, que caballero! Muchas gracias, joven.

Soo le da una corta reverencia educada a la mujer y va junto a su acompañante, farfullando bajito y quejándose al tocar los tubos muy probablemente contaminados y fríos.

–Lo siento si no es un carruaje, pero es más rápido ir aquí, su majestad.

–No te burles, no soy del siglo diecinueve. Enfócate en escoger sabiamente dónde iremos.

Arriban en el famoso jardín Arboretum, donde únicamente permanecen una hora porque el menor se quejó ante las alergias y los insectos voladores, además de que por el invierno el sitio estaba adaptándose para la estación y no estaba muy floreado.

–Pues a mí sí me encantan las flores.

–Dilo de nuevo cuando no te entre polen hasta en los oídos.

Después, un estornudo cierra la discusión.

Su siguiente parada es en el acuario mas famoso de Daegu, ahí les fue algo mejor ahí. Se mantuvieron más callados y atentos a las informaciones de las diversas especies marinas en las grandes peceras; lo tedioso es que no tenían mínima pista acerca de cómo sacar un tema de conversación más allá de uno que otro comentario vago.

–Tómame una foto con los manatíes – Jun le tiende su teléfono y va a posar junto al inmenso vidrio dónde se reflejan del lado opuesto los animales nadando alegremente. Parpadea con un mohín enfadoso porque el menor no se espera ni un instante a que se aliste –. Yah, dame tiempo de posar, tonto.

Soobin rodó sus orbes para posteriormente enfocar la cámara con más diligencia, la posiciona y espera que el de jeans claros pose para finalmente apretar el botón y capturar la imagen. Yeonjun se asombra por la buena fotografía apenas le regresa su celular, incluso cuando nunca quedaba satisfecho o cómodo con sus fotos, aquella quedó bastante bonita. Sólo que se arrepiente de haberle pedido tal favor, porque ahora que le dio la idea al pelinegro, éste no dejaba de exigirle fotografías por todos lados.

Era de esperarse que el astuto chico de abrigo costoso tuviese una defensa:

–En mi época no habían este tipo de cámaras ni dispositivos. Me gusta mostrar mi belleza, leí algo acerca de "redes sociales" donde pueden exponerse fotografías. Ah, y un termino llamado "selcas" y "selfies".

–Dios, eres tan vanidoso y suenas tan anticuado...

–Deja de gruñir y saca la foto. Hey, ¡Usa mi perfil derecho!

Salen del sitio y entran al metro, consiguiendo asientos con un golpe de buena racha. El ojos negros revisaba las fotos con sonrisa de superioridad, se sacó varias selcas en el lugar y otras afuera. De reojo el impaciente rubio le observaba moviendo su pie, incrédulo ante tanto complejo de grandeza; no, tomarse mil fotos nos es malo, sentirte a gusto con tu imagen no está mal, la diferencia es que el pelinegro se adulaba en exceso y parece demasiado enamorado de sí mismo más que del paisaje.

–Siento que vas a acabar comprando otra memoria para guardar tantas fotos.

–Posiblemente.

–Vas a casarte contigo mismo.

–Posiblemente.

–Eres feo.

Soobin le detalla descolocado e indignación, era un gesto digno de plasmar en un meme.

–¿Disculpa? Soy considerado alguien con medidas perfectas y bastante apuesto. Soy el tipo ideal de cualquiera.

Yeonjun rechista con un entornar.

–Sí, menos el mío. 

–¿Te atraen los feos?

–No, las personas reales. No se trata del físico, alguien es horrible por la basura que posee adentro.

–Bueno, en mi mundo no hay espacio para ninguna clase de feo.

–No seas tan idiota.

Bin entrecierra sus ojos y se aproxima al rostro del mayor, tomando a este desprevenido.

–Yo puedo ser el tipo ideal de cualquiera si quiero, Choi.

Jun traga y se aparta con un bufido irritado.

–Joder, ¿No conoces la frase de "La belleza interior es más importante"?

Soobin da una risita corta y orgullosa.

–Las personas inventaron "la belleza interior" porque no se sentían satisfechos consigo mismos. Yo por mi parte, fui bendecido.

Yeonjun cruza su entrecejo en desprecio.

–¿Quién te enseñó algo tan repulsivo?

–Choi, no es mi culpa que el mundo haga las reglas – apuntiza con tenue amargor, no desea rememorar ciertos datos del pasado –. ¿Por qué no te relajas y te tomas más fotos de igual forma?

–No quiero – corta con tono demasiado borde, casi rozando al resentimiento –. Deja de opinar sobre mi, no sabes nada.

Porque Yeonjun no se sentía seguro consigo mismo, y es algo de lo que el contrario no se había fijado todavía, por ello le extraña la actitud hostil tan repentina que adquiere el ojos miel. Prefiere zanjar el tema por lo sano, ya le demostraría que podía llegar a conocerlo apropiadamente.

–Ok... ¿A dónde vamos ahora?

–Nos vamos al centro comercial, está haciendo frío afuera y no voy a llevarte a ningún museo o sitio con grandes paisajes para que me esclavices tomándote fotos sin parar. No soy un paparazzi ni fotógrafo, contrata a alguien, no vine para eso.

Reprime su insatisfacción, estaba molestándose por la actitud Yeon y aquello no terminaría bien cuando este último tampoco luce como alguien que esté tolerándole. Se limita a investigar sobre el famoso "Instagram" que leyó, intentando olvidar la pelea.

Yeonjun se pregunta qué diablos hacia ahí con el chico ególatra y con complejo de rey-Peter-el-mágnifico.

¿Qué estarán haciendo sus amigos?

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–Dios mío, recuérdame por qué carajos acepté venir a hacer compras con doña exagerada y don saludable.

–Porque no querías quedarte a solas conmigo en la mansión.

El filtro de Taehyun no funcionó en aquel instante, ninguno de los dos se encara, dándose la espalda en el pasillo de cereales. Beomgyu intenta romper la situación tensa con lo primero que le viene a la mente:

–El de malvaviscos es más sano que el de nueces.

–¿De dónde sacaste semejante teoría?

–Porque si eres una ardilla entonces terminarás volviéndote adicto a esa cosa y a la final saldrás rodando fuera de la mansión.

–Es lo más absurdo que he escuchado.

–No, lo más absurdo que has escuchado es que mi madre dijera que volvería en cinco minutos del pasillo de higiene. Tiene como treinta minutos allá – rechista con un puchero involuntario tras un resoplido –. Lo está haciendo a propósito.

–¿Por qué? – sonríe ladino, viéndolo de reojo agarrar una caja de cereal con muchas animaciones graciosas plasmadas en el cartón colorido que grita "exceso de azúcar". Sabe que no es ideal permitir que su filtro siga roto, mas no se contiene: – ¿Crees que busca juntarnos a solas?

Hay un silencio pesado por unos segundos.

–...Me tienes miedo, Kang. Viniste porque tampoco querías estar solo conmigo en la mansión.

–¿Disculpa? No es cierto, Beomgyu.

–¿Por qué siquiera estamos trayendo esto a relucir en pleno supermercado? – Gyu se siente nervioso ahora, estaban cara a cara y por más que fuera el de mayor estatura y edad, el pelirrojo le hace flaquear por su intensa mirada de orbes grandes y atractivos; siempre se queda embobado con él, nunca controla su boca: –. Antes nos divertíamos haciendo las compras...

–Sí, antes de que todo ocurriera... – susurra con voz ronca. Suelta el aire y sensatamente se aparta de su hyung con una presión en su pecho; no quería perder la cabeza ni su autocontrol teniéndole tan cerca y lejos a la vez –. Coloca lo que quieras, pero no abuses con los dulces.

–¿En serio? – su ánimo cambia repentinamente, sus ojos brillando y desechando la melancolía de un instante atrás –. ¿Y qué hay de mamá?

–Sabes que tiene debilidad por mi aegyo – bromea un poco.

–No es la única, Taehyunnie – al fijarse que lo ha expresado en alto y se ha hasta reído, agarra el carrito y huye con rapidez del que le mira detenidamente–. D-digo, ¿Qué crees que estarán haciendo Yeonjun y Soobin hyung?

Taehyun sonríe por inercia, siguiendo al mayor con la caja de avena, nueces y hojuelas en sus manos.

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–¿Cine?

–Sí, ponen una pantalla grande en una sala oscura donde hay varias sillas acolchadas y proyectan una película frente a ti.

–Ya sé qué es un cine. Nació en 1895, no soy tan viejo. Solamente quise saber cómo han evolucionado, ¿Entran varias personas todavía?

–Por algo hay varias sillas, obviamente.

–Bien, parece interesante – asiente con las ganas de experimentar, sólo asistió una vez al cine porque en inicios del siglo veinte no era algo muy visto, y ahora ansiaba entrar a la función. Revisando la cartelera con diversas portadas en la pared, se asombra por tanto realismo y la gran estética –. ¿Cómo se elige la película? Supongo que son a color como los vídeos que muestra la aplicación que me enseñaste en el teléfono.

–Sólo llámala YouTube y ya – suspira tendido, sacando su billetera para rebuscar algo de efectivo –. Son a color, hay incluso opciones de tercera dimensión y cuarta, son para más realismo. Usas lentes y hay efectos de sonido mejores, pero por ahora tendrás que conformarte con la función normal porque no tengo ganas de salir con migraña.

–Oye, pero...

–Mira la cartelera y no te quejes, Choi.  Yo compro las entradas y los dulces, tú elige.

Soobin se resigna a examinar las imágenes, no conoce las tramas ni de qué iban y Yeonjun apenas pone empeño en explicarle, pues desde lo del metro estaba menos participativo.

–¿Qué tal Titanic? Ahí sabré lo que ocurrió antes de que entrara el espejo – decide tras divisar la portada con una chica y un chico en medio del transatlántico, le daba cierta ilusión –. Realmente estaba emocionado por su inauguración.

–¿La están proyectando de nuevo? – da una mueca indecisa – Si eres fan del Titanic dudo mucho que salgas muy satisfecho de... 

–¿Yeonjun hyung?

El aludido da un pequeño salto al voltear y se paraliza al cruzar miradas con Kai y un JungKook a su lado, sujetando la mano del menor con naturalidad. Al primer segundo no logra reaccionar, hasta que su acompañante abre la boca:

–Claro que es Yeonjun, vino conmigo al cine.

JungKook se ríe disimuladamente por la contestación del tierno chico con mejillas de apariencia suave y por la cara que le ocasiona a su novio dicha oración. Tose un poco para disipar la incomodidad y se adelanta con amabilidad al otro par.

–Soobin, es bueno verte de nuevo. Kai y yo también vinimos a ver una película, ¿Ya hicieron la fila?

–No, Yeonjun iba a comprar todo mientras yo elegía la cinta.

–Hyung, hola. Kai, ¿Cómo están? – Jun finalmente sale de su cabeza y da una reverencia corta para la pareja, contrariado por dentro –. Me sorprendió encontrarlos aquí.

–Estamos bien, vinimos porque JungKookie hyung pidió el día libre para salir – sonríe jovialmente, dando un gesto hacia la fila –. Ustedes pueden ir primero, estaremos detrás.

Los cuatro se alinean, Soobin nota de perfil las manos de los otros dos entrelazadas y oye las risitas y murmullos entre ellos. A su lado se fija que Yeonjun permanece tenso y mordía mucho sus labios, a tal punto de ponerlos de un color rojo más intenso al natural. Frunce el ceño por la comparación con una cereza jugosa, porque él las adora y no cree que sea adecuado pensar en ello.

–Entonces, chicos, ¿Qué película van a ver?

Por fin Yeon se sintió seguro al decir el film que estaba convencido jamás vería la pareja. Sin embargo, cuando dice el título, estos ríen al informar que escogieron la misma.

¿Desde cuándo a Kai le gustaban las películas románticas, si cada que él las sugería el castaño se quejaba? Yeonjun no es un romántico empedernido, pero habían tramas que le interesaban y no pudo compartirlas con su ex novio muchas veces por adaptarse a sus gustos.

"No te lo tomes personal, ya eso es pasado" Jun se mentaliza en lo que ordena los boletos que el de tez pálida paga sin permitirle refutar. A dadas alturas hubiese sido absurdo y sospechoso que se echara para atrás para pedir ver otra película o función, por más que desea evadir a la pareja.

–Compremos los dulces, la cinta empieza en treinta minutos – Jeon se adelanta, moviendo su cabeza para que Soo lo viera –. Vamos nosotros a la fila mientras Hyuka y Yeonjun-ah van al baño.

A mala hora el rubio expresó sus ganas de ir al sanitario.

–Yo no dije que...

–Cariño, tienes una vejiga terrible y sueles tomar mucha soda en la función – JungKook le sonríe como un conejito a su novio –. Ve con Yeonjun y mientras yo estaré con Soobin aquí.

Soobin tampoco estuvo muy satisfecho cuando percibe la incomodidad de Yeonjun al irse junto a Huening, sólo acata para no arruinar la salida. 

–Es molesto tener que hacer fila – masculla por lo bajo ante el volúmen de personas, no eran demasiados, pero no estaba acostumbrado a esperar, no cuando lo que ha vivido le ha obsesionado en no perder minutos –. Espero avance rápido.

–Tranquilo, lo hará – hay una breve pausa antes de que retome el habla con tono sugerente:– Entonces tú y Yeonjun sí están saliendo. Como en citas, me refiero.

–¿Por qué todos estiman eso? – masculla más para sí mismo– Dos amigos pueden salir sin que sea una cita.

–Tienes razón, sólo que es lo que percibí. Disculpa si no es así y he sido entrometido – arregla con una palma en el pecho, genuinamente apenado –. Es que es raro ver a Yeonye saliendo con alguien que no sean sus dos mejores amigos o Jisoo. Él no es muy abierto con los demás, según me ha contado Kai y lo que he visto yo mismo.

–¿Ah, no? – su curiosidad aumenta– Creí que tendría más amigos.

–Es muy cerrado, y recientemente lo es más. Antes se juntaba más con Kai.

–¿Y por qué ya no?

–Intuyo que todavía no está a gusto con la ruptura.

Soobin tuerce su labio por la alusión, pero es su oportunidad para conocer más datos:

–¿Fue hace mucho tiempo?

–Hace diez meses, pero, ¿No te lo contó? – inquiere levemente confundido – Digo, ustedes son amigos.

–No hemos tocado el tema – inventa agilmente.

–Bueno, reafirma mi teoría – Kook se encoge con la vista en la caramelearía, pensando en las gomitas de banana que le aguardan –. No estará listo.

–¿Pero Kai no ha intentado dirigirle la palabra?

–Muchas veces, sólo que Yeonjun-ah siempre lo evita... Pero supongo que ya te contará.

–Supongo...

Jungkook examina con intriga al pensativo Soobin, y para cambiar tema, prefiere tener un rumbo distinto:

–¿Prefieres las palomitas dulces o saladas?

–¿Existen las dulces? – ante la expresión divertida en el otro, corrige con naturalidad:–. Claro, eh, dulces están excelentes.

En lo que Jeon y Choi conversan en la fila, sus acompañantes están en el baño lavando sus manos tras salir de los cubículos, tan callados como piedras. El primero en improvisar y romper la incomodidad, es Kai:

–Veo que va en serio lo de Soobin y tú.

–...¿Cómo?

–Pasan bastante tiempo juntos recientemente – alega en lo que peina su cabello, chequeandolo desde el espejo –. Están aquí solos yendo a ver Titanic, es...

Yeonjun pudo explicarle que no todo es lo que aparenta, sencillamente no quiso hacerlo, porque de pronto está irritado por su milagroso interés.

–Al menos él sí ve películas conmigo.

Kai se siente atacado, abriendo una herida de ambos que le hace enseriarse y erguirse.

–Yo veía películas contigo, Yeonjun. Fui buen novio.

–Lo fuiste, exactamente. ¿Por qué te interesa ahora si tengo una relación o no con Soobin?

–Sólo preguntaba, quiero que seas feliz también – defiende con ímpetu, sin notar que sus palabras dan una leve punzadita en el pecho del mayor –. Yo simplemente no imaginé que él fuera tu tipo, es muy frío.

Extrañamente, Jun no logra contener el sentirse ofendido en nombre del mencionado.

–Soobin no es tan malo. Es reservado...

"¿Lo es?" Honestamente, no conoce muchas cosas del otro Choi....

–Si tu lo dices, está bien – desiste con resignación –. Lamento si me inmiscuí demasiado, hyung.

Yeon seca sus palmas y da una negativa silenciosa, estaba cansado de todo aquello como para continuarlo. Los dos salen y se reencuentran con sus "parejas", les ayudan con las bandejas y van a entregar los boletos para entrar a la sala. 

El sitio estaba poco iluminado, como era costumbre, por lo que Soobin se quejaba por tropezar constantemente con Yeonjun en el trayecto a sus asientos. Una vez en los puestos de más atrás, los cuatro se ordenan, y el ojos miel queda en medio de su ex y el pelinegro, maldiciendo por no haber pensado estratégicamente su ubicación. La película empieza y el chico a su derecha estaba fascinado con la novedad cinematográfica, en la oscuridad se le escapa una sonrisa por la emoción del mismo, cosa que oculta bebiendo de su soda.

Varias veces se cohibe al presenciar a la parejita a su otro costado, y se siente raramente tímido cuando sus manos rozan con las de Soobin al tomar las palomitas o acomodarse en el asiento, el menor igualmente se removía y se disculpaba bajito por la situación, sin verle. En cada escena tiene reacciones entretenidas, sobre todo en el desnudo de Rose, donde casi se parte en risas por lo escandalizado que estaba el mocoso.

–¡¿E-está permitido mostrar desnudos?!

–Sí, y aún no has visto nada, espérate.

–Shh... No seas saboteador.

Tal como imagina, en la escena del auto, el alto estaba callado y con la boca medio entreabierta como una "O", era hasta algo adorable para Jun, y quiso que hubiese más luz para ver el seguro sonrojo en las suaves mejillas. Sin embargo, el ánimo del chico decae y cambia radicalmente con el choque del iceberg, no tenía mínima pista de la real historia, y se sintió algo mal por lo contrariado que estaba. Durante todo el hundimiento, Soobin estuvo absorto y tan silencioso, soltando balbuceos bajos para sí mismo que ni siquiera tocó más los dulces, y Yeon también estaba sumido en el film, por más que lo vio varias ocasiones, sintiendo aquellos usuales escalofríos.

Al terminar la película, es imposible no estar en shock al fijarse en el estado del alto chico.

–¿Estás llorando?

Bin se limpia rápidamente la solitaria lágrima en su mejilla y frunce el ceño, acomodándose y sorbiendo disimuladamente su nariz.

–Desde luego que no. Simplemente me es impactante lo que ocurrió, yo... Incluso pude haber sido un pasajero, le iba a insistir a mi padre para ir en primera clase – con un nudo en su garganta, voltea hacia el más bajito; sí, la película le afectó más de lo que iba a admitir –. Todo eso ocurrió por un estúpido sujeto egoísta, ¿Comprendes?.

–Pues... Tristemente esas cosas suceden, Soobin – susurra con cierto malestar ante el estado del contrario, la realización de lo que ha confesado éste le da un vuelco en el estómago, y antes de darse cuenta, su mano se posa sobre la más grande en consuelo –. Es bueno que estés aquí ahora, estás bien.

Jungkook es espectador de la escena entre el par de menores que se miran fijamente con la canción de los créditos de fondo, My heart will go on, y sonríe por lo lindos que lucen de tal manera. Mientras, su novio usa su celular para conversar con su hermana, avisándole que ya la cinta había culminado y sí comprarían las papitas que les pidió.

Yeonjun y Soobin salen de su burbuja pocos segundos después, apartando sus manos y sintiéndose raros por lo recién acontecido, incorporándose junto al resto para salir de la sala con torpeza. 

–Es mi película favorita, honestamente – Kookie confiesa sin rodeos, abrazando a su pareja por los hombros apenas están todos afuera de la sala –. Agradezco que toleres verla por mi, Kaissi.

–No es que sea mala, me gusta – confiesa con un tenue sonrojo, encogiéndose inconscientemente más sobre los brazos opuestos –. El romance sencillamente no es tan como yo, hyung.

Yeonjun presencia el intercambio y algo dentro de él cambia un poco, porque la sonrisa de Huening es tan sincera como la del castaño que le ve con devoción, perdidos en su propio mundo. Estos salen del mismo para preguntarles con una risita si se les unen para cenar, y sin dudarlo refuta, tomando por reflejo la mano de Soobin.

–La verdad es que tenemos planes, gracias. Fue un gusto verlos esta noche, hasta luego.

La pareja se despide igualmente, algo divertidos -más que todo el mayor- por la obvia huida del otro dúo que les dio una vaga reverencia un segundo atrás.

–Bueno, vamos por leche de banana, Hyuka.

–Y las papitas de Bahiyyih.

Por su parte, Bin ve el agarre que ejerció de pronto el otro, totalmente perdido..

–Soy capaz de seguirte perfectamente sin necesidad de que me arrastres.

–¿Hm? A-ah, lo siento.

El agarre se desvanece y el menor entrecierra sus ojos ante el nervioso rubio:

–¿Lo hiciste para que él te viera tomando mi mano o...?

–¿Qué? Claro que no.

Para zanjar el asunto, Yeonjun encamina al dongsaeng hacia un restaurante de comida tailandesa. Después de realizar su orden con el amable mesero, hay otro asunto presente que no duda en sacar cuando analiza con parpados entrecerrados al ojos miel:

–No noté hasta ahora el parecido, pero luces como el actor de Jack.

–¿Leonardo DiCaprio? Estás ciego.

"Él es apuesto, yo no lo soy" Se cuela en su cabeza como una patada cruel para sí mismo, una que sabe ocultar.

–Es en serio, incluso tienes cabello rubio.

–Si nos comparas, que sea por su personalidad, no por un color de pelo – zanja con astucia, imitando el gesto opuesto –. Y ahora que lo dices, tú eres como Rose. 

Soo parpadea con intriga.

–¿Yo? 

–Ujum, obstinada niña rica al inicio de la película.

–Ok, pero yo nunca intentaría acabar con mi vida – refuta casi ofendido –. Sería fácil para terminar la tortura de la maldición, pero no soy capaz. He estado suficiente tiempo encerrado como para saber apreciar la vida afuera del espejo.

Yeonjun no halla qué opinar ante algo tan profundo, el menor claramente es ajeno a lo que su sentencia causó en él: Tristeza.

–Lamento que las cosas no acabaran como te hubiesen gustado.

Porque Soobin toma aquello como lo que no era y más detesta: Lastima.

–Muchas cosas son así. Fue una gran película al menos, aunque es obvio que la historia de ellos no fue real.

–¿Por qué lo dices?

–Porque esas cosas no ocurren, Yeonjun – explica con obviedad –. Nadie se enamora en cuatro días de una forma tan devota.

–Sí es posible  – protesta sin flaquear–. Se llama amor, y no es que desee sonar cursi, pero es cierto.

–El amor no existe, no con esa intensidad al menos.

–Claro que existe, ¿Acaso no te has enamorado? 

Soo no tuvo inconveniente al contestar:

–En realidad, nunca.

Yeon casi se ahoga con el agua, incrédulo.

–Espera, ¿De verdad?

–Nunca me ha interesado conseguir pareja, y no he experimentado un enamoramiento, tampoco me he "cegado" con nadie. No recuerdo sentir atracciones de tal clase. Francamente, desde mi punto de vista, si un matrimonio prevalece hasta la vejez y posterior muerte, es por costumbre.

–Supongo que no comparto tu misma visión.

–Porque tu sí te has enamorado, ¿No? – lo soltó sin pensar, sonando receloso, inconforme –. Con Huening Kai.

–...Sí, me enamoré de él.

Por suerte la orden es servida y opaca levemente la repentina tensión, empiezan a comer y el mayor evade cruzarse con los orbes opuestos, ni siquiera comprende el motivo, sólo se siente cohibido y hasta atacado.

No soportaba el silencio sin respuesta a sus interrogantes, le molesta tener tanto en la cabeza como si fuera un tema valioso de descubrir. Nuevamente, cede a su impulso intranquilo:

–¿Lo amabas?

–¿A que va la pregunta?

–Tuvieron una relación hasta hace diez meses.

–¿Tú cómo sabes eso?

–Jungkook me lo contó.

–¿Ahora son amigos íntimos para opinar de mis problemas personales?

El alto chasquea con sorna.

–Salimos tú y yo solos, pero él estaba ahí y tu me tomaste de la mano porque querías que te viera, ¿O me equivoco? Dudo hacerlo.

–¿De qué estás hablando, Soobin? No planee nada, ninguna de las dos cosas si es lo que insinúas – estaba contrariado, detiene su cena ya sin apetito alguno –. ¿Por qué te comportas así?

–Porque me doy cuenta de que a él sí le aceptaste regalos con más facilidad que a mi – resopla con irritación, soltando los cubiertos con un golpe seco –. Te dio una barra de chocolate en la función y no se la negaste. 

–¿Qué demonios dices? – inquiere tras salir de su impacto inicial; parece ser que Choi le está montando una escena de celos y no logra asimilarlo –. Espera, ¿Estás celoso?

Al percatarse, el de mayor estatura se congela brevemente, luego soltando una risa aireada.

–No seas absurdo, no sentiría celos por ti.

Yeonjun deseó que la afirmación no le hubiese dado aquella punzada en su pecho, no tenía que sentir nada porque Soobin se comportase tan cruel como siempre, ni porque le escupiera algo que ya tenía claro. 

Con Soobin era dar un paso al frente y luego dos en retroceso. ¿Por qué le importaba entonces?

–Cierto, que absurdo que estés con alguien como yo.

Soobin se retractó al segundo por el tono amargo y mirada fría que recibió del ojos miel.

–No quise decirlo en ese sentido...

–Está bien, sólo terminemos de comer, Choi.

Ninguno aporta más, la situación estaba bastante pesada ahora. Regresan a la mansión en taxi, cruzando el portón es que el de costosas prendas llama al mayor.

–Lo tomaste en otro sentido.

–Ya no me interesa eso, más bien dime para qué diablos me invitaste a salir. Es que, agh, yo ni siquiera comprendo qué buscas de mi, mocoso. Cada vez que pienso que no eres tan malo busca la forma de arruinarlo todo – saca la frustración finalmente, gesticulando enfadado–. Si quieres mi atención o no sé qué mierda por tu ego, no la busques siendo un imbécil. No porque tú no tengas sentimientos significa que yo o los demás no los tengamos.

Reina un silencio frío en la entrada, la nieve comienza a caer lentamente y finalmente inicia el temprano invierno ante ellos. Jun se arrepiente de lo último, pero no retrocede, y Bin no tiene cómo contradecir algo que le ha calado más de lo que acepta. Ante la falta de palabras, es el rubio quien entra a la mansión, desganado, subiendo para cambiarse y descansar.

El azabache en cambio permanece afuera un rato más, hasta que la temperatura empieza a molestarle y le obliga a ingresar a la biblioteca, lanzándose en el sofá con mil maldiciones dadas a la nada. ¿Por qué actuó tan feo con Choi? ¿Qué le cuesta cerrar la boca y ser bueno con él para que exista armonía? ¿Por que... se está cuestionando de haber realmente sentido celos

Recuerda lo desagradable que le es toparse con Kai junto a Yeonjun, el enojo al pensar que no le sujetó la mano porque quiso, toda esa amargura bullendo en su estomago y pecho al ser consciente de que hubo una relación tan fuerte entre ellos que incluso el mayor se enamoró y hasta lo amó.

Eran cosas que salen de su comprensión, por los momentos...

–¿Estás despierto?

–No, soy sonámbulo... Ya entra, Beomgyu.

Los amigos comparten una sonrisa algo burlesca, el de cabellos más largos cierra la puerta detrás suyo cuidadosamente y se encamina hasta la cama de su hyung, sentándose en borde y abrazando una almohada solitaria.

–Éstas habitaciones me hacen sentir en un palacio. Faltan los chocolates y ¡Oh, tú tienes! – al extender su brazo para tomar uno de los dulces japoneses, es golpeado por su amigo con un golpecito que le provoca automáticamente un mohín en reproche –. Auch, que violento eres...

–Son mis dulces, tonto.

–Que te regaló Soobin, ¿Por qué no nos dio unos a nosotros? – acusa con un movimiento de cejas juguetón –. Le debes de gustar de forma diferente.

–No digas disparates... – aparta la vista, dejando los exquisitos dulces de lado  – No es lo que imaginas.

Gyu comprende que algo decayó en el ánimo de su mayor, lo conoce desde hace muchos años y sabe que hay una pieza fuera de la ecuación.

–¿Qué pasó en la salida?

–Hyuka con Jungkook, nos los cruzamos en el cine.

–Mierda, ¿Qué más?

–Se sintió inusual, hasta irreal – confiesa con un suspiro tendido –. Desde principio siempre me ha incomodado, digo, pasaron sólo cuatro meses después de haber terminado lo nuestro y ya él salía con alguien... No me agradaba lo suyo ni Kook, y no tengo idea de si era por no haber superado a Kai o por la típica desadaptación.

–¿Y qué cambió hoy? – musita con calma –. ¿Ya no percibes las cosas igual?

–Fue lindo verlo, como si me reconfortara que esté con alguien que le saca esa clase de sonrisas. Todavía es raro y no me acostumbro, pero sólo fue tensión por las cosas no conversadas – intenta formular con un movimiento de sus manos –. Tuvimos un intercambio incómodo a solas, fue como un reclamo de mi parte y cierta preocupación de la suya. Dice que quiere que sea feliz pero que no está seguro si...

Beom le da oportunidad de continuar, pero ante la aparente dificultad que tiene el mayor de expresarse, anima:

–¿Ajá...?

Yeon expulsa una bocanada.

–Es que creyó que estaba saliendo con Soobin.

–¿Y no es cierto? Ustedes salieron hoy

–No, yo no salgo con él, no de otra forma. Es tan difícil de lidiar con él algunas veces, primero va a un lado y luego cambia de ruta, sólo... – muerde su labio inferior, aún no era posible contarle toda la historia al menor, a nadie –. ¿Sabes? Hablemos de otra cosa, tengo un lío ahora mismo en mi cabeza y es demasiado enredado. Dime, ¿Qué tal tu día?

Gyu era alguien juguetón e insistente, más cuando lee la seriedad en algunos temas, no presiona, tal como ahora con su frustrado hyung. Libera el aire en dramatismo y coloca su cabeza entre las piernas del mayor con un lloriqueo.

–Fuimos de compras con mamá, Taehyun la manipuló para que me comprara golosinas y cosas insaludables, y tuvimos muchísima tensión.

–¿En serio? E Insaludable no es una palabra.

–No seas sarcástico y no me corrijas o no te contaré sobre nuestro intercambio en el cuarto de lavado.

–No me culpes, ustedes solos son una mina de tensión, Beomie – ríe entre dientes, peinando con sus largos dedos la melena oscura del otro –. No se han superado, es obvio que todavía hay algo ahí.

–No es verdad...

–No porque no lo acepten significa que no exista, Gyussi.

–Ni siquiera entiendo lo que pretende tampoco, hyung. Terminamos, fue mutuo, y ahora no podemos cruzar palabras. Se supone que lo hicimos para no arruinar la amistad  – cierra los ojos un momento, relajándose por las caricias en sus hebras, involuntariamente se le forma un puchero –. Tampoco quiero hablarlo ahora...

–Bueno... Pero antes de cerrar tema, ¿Qué hay de la "historia" del cuarto de lavado?

–Hay que comprar una lavadora moderna en ésta mansión, lavar a mano es muy vintage.

Jun inevitablemente sonríe por la ocurrencia, dándole un pequeño golpecito en la frente.

–No evadas mi pregunta.

Beom se encoge.

–Conversamos de mi ropa interior oscura y la suya porque mamá las mezcló. Dijo que mi trasero...

–Ok, no más detalles.

Transcurren unos segundos en silencio, perdidos en sus mentes, hasta que el más bajito cuestiona:

–Hyung, ¿Qué crees que busca Soobin contigo?

Del otro lado de la puerta, un curioso Choi se apega a la puerta al haber escuchado su nombre. Desde hace un  rato le llamó la atención el ruido de proviniente del par de amigos.

Quería realmente conocer lo que opina Yeonjun de sus intenciones, así que permaneció atento.

–... Honestamente, no tengo idea. ¿Qué crees que busca Taehyun contigo?

–Somos tan almas gemelas, que tenemos la misma respuesta, Yeonjunssi.

El semblante del azabache se contrae y hay cierto vuelco en su interior. Él mismo se cuestiona la respuesta a la interrogante que le involucra.  Sí, claramente desea que el fastidioso estudiante le ayude con el maleficio...

Pero estaba comenzando a dudar de si aquello era verdaderamente todo en su meta final.

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–No es que tenga muchas expectativas contigo, pero supuse que al menos la ayudarías a cargar las maletas.

–No estoy de ánimos, Manoban. Yeonjun y los demás son lo suficientemente capaces de ello, no he ido porque estaría sobrando ahí.

Lisa ladea su cabeza y tuerce su boca en gesto intrigante.

–¿Por qué tan de malhumor? Ayer saliste con Choi.

Bin desde esa altura es capaz de observar a los amigos que se reúnen en el interior de la mansión tras adentrar del auto de Jisoo las pertenencias de la misma. Hace una mueca a la nada, la nieve ocasionaría pronto que tuviese que usar las chimeneas, porque si bien en Daegu nunca ha sufrido de inviernos fuertes, este año parece que será más intenso que de costumbre.

–Tienes lo que anhelabas. De yo ser tú, iría afuera, fingiría tocar el timbre e inventaría algo lo suficientemente no acusador para justificar tu visita.

–De yo ser tú, arreglaría lo que te atormenta y no estaría aquí arriba espiando como si fuese un acosador.

Soobin no modula nada ante la muchacha, aprieta la baranda del balcón y la oye marcharse a sus espaldas. Inhala y exhala con lentitud, sopesando su oración. Se decide por descender al primer piso e ir a darle la bienvenida personalmente a la pelimorada que contesta con una reverencia y una sonrisa sincera por su hospitalidad. Ve el gesto irónica de Jun desde atrás de la chica, y en frente de todos, aprovecha la ocasión:

–Yeonjun, ¿Es posible charlar a solas un momento en la sala?

El mencionado aprieta la mandíbula a sabiendas de que el alto lo hizo a propósito, porque con todos los pares de ojos examinándolo no iba a ser probable negarse sin que sospechen de él. Asiente en seco una vez para seguir al anfitrión, quien cierra las puertas dobles de la estancia. Le aprecia yendo a la chimenea para encenderla y colocarse frente a ésta, invitándole con un gesto mudo.

–Estoy bien aquí. Dijiste que sería sólo un momento.

–Trato de ser amigable.

–Para posteriormente volver a ser una bestia.

–Detén eso – farfulla con el ceño cruzado –. Posiblemente no tuve el comportamiento más adecuado ayer, pero...

–No hay nada que aportar. Atacas cada vez que te sientes acorralado en tu zona de confort – interrumpe en tono borde –. Ya se está haciendo un hábito, Choi.

–Lo siento – escupe con rapidez, tan serio que luce como una estatua decorativa –. ¿Está bien así?

Yeon espera unos segundos, intercalando entre el fuego y el pálido.

–No.

Soo queda atónito, parpadeando en su sitio.

–¿Qué?

–No quiero unas disculpas forzadas o a medias. No son reales.

–¿Vas a rechazar las mías? Vives despreciando todo lo que hago y luego te quejas de mi, Choi – expresa con rencor –. ¿Qué carajos te hace feliz? Dime.

–Ni siquiera te esfuerzas en hacer las cosas bien, mocoso – aprieta los dientes.

–¿Por qué? ¿Porque no soy él? – sonríe con sorna, como si expulsara veneno, descolocando al de ojos miel –. ¿Por qué a él sí le aceptas estúpidos llaveros de juguete? ¿Por qué a él sí le diste oportunidad para entrar a pesar de que se fue lastimándote y haciéndote trizas? ¿Por qué él no es feo u horrible al ser, según tú, una persona real? Dime, ¿Cuál es la diferencia entre Huening Kai y yo, Yeonjun?

–¿De dónde sacaste toda esa basura? No tienes derecho a indagar en mi vida, no sabes ni lo que dices – ahora sí estaba enfadado, yendo de una zancada hasta el menor y levantando la cabeza con orgullo, golpeando con su dedo en el amplio pecho contrario –. La diferencia entre y él, es que al menos Kai sí se preocupa por mi, eso es lo real. Se tomó la molestia de decirme que no eres la clase de persona con la que yo me juntaría.

Soobin sintió la rabia corriendo por sus venas, apretando los puños a sus costados.

¿Quién se cree ese niño idiota para meterse en sus cosas?

–¿Entonces qué sigues haciendo aquí, Yeonjun? – masculla bajo e hiriente –. No puedes largarte porque tu vida está tan jodida como la mía. 

–¿Sabes qué? Ni yo mismo sé por qué diablos me esfuerzo en seguir aquí – admite con un paso en retroceso, estaban cerca y respirando agitados, no saldría nada de toda esa pelea absurda. Mantiene su cabeza en alto a pesar del malestar –. Pero no tientes mi paciencia, porque en serio estoy obstinándome de esta estúpida rutina. 

–Yeonjun – llama con imponencia al verlo dispuesto a marcharse –. No he...

–No eres capaz de verme a los ojos y disculparte de corazón, esa es la diferencia más grande – espeta antes de abrir las puertas de madera con brusquedad, volteando por última vez hacia el azabache –. Por lo menos él me hizo mierda sin quererlo, pero de verdad lo lamentó.

Las cosas no se suponía que terminarían así, ¿Qué maldición tiene encima, a parte de la obvia, para no lograr hacer las cosas bien con el rubio? 

Soobin golpea frustrado el borde de la chimenea, siseando adolorido y maldiciendo por el tono rojizo en su dorso derecho. Ni él mismo era participe de haber tenido todo aquello guardado, y no sabe qué le sucede. Jamás quiso ser nadie más, era insólito tan sólo pensarlo cuando estaba más que satisfecho con su persona... ¿Por qué ahora se comporta como si anhelase ser como ese chico que logró descifrar el enigma que es Choi Yeonjun? ¿Por qué comienza a arderle el anhelo de volverse lo más jodidamente hermoso y real que exista para el mayor? ¿Qué significa siquiera ser real y precioso para el rubio?

¿Se está encaprichando con la meta de ser su tipo... O es algo más?

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–Humildad, le falta humildad para que comprenda lo que le agobia adentro. Se hubiese ahorrado tantas cosas con ello... – suelta el aire, viendo la nubecilla de humo que sale de su boca por la temperatura –. Está convenciéndose que es por su obsesión de agradar, de salir del espejo, de ser aceptado, sin embargo, yo conozco de esos sentimientos. Querer ser alguien más, querer ser Kai sólo por agradarle a Yeonjunnie...

La de uñas largas y rojizas suelta el maíz para las palomas refugiadas en el callejón siguiente una vez sale de la zona residencial, estaba helando casi, la nieve caía en todos lados con más fuerza que años anteriores, pero ella estaba con una sonrisa inmutable y la esperanza persistiendo en ella.

–No podemos rendirnos, así debamos intervenir un poquito más... Se lo debo a ella.

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https://youtu.be/X7B7M2pyYsE

Feliz navidad para todoooos ¡Cómo la han pasado? Espero que muy bien, así fuese comiendo galletas en el sofá, las cositas pequeñas valen mucho uwu

¿Qué piensan que ocurrió en la relación de Yeonjun y Kai?

El ship de Jk y Kai salió muy random al ser los maknaes d sus grupos aksodo Amo a mis bebés :3

Soobin está empezando a sentir celos ¿Piensan que se está encaprichando con Yeon o realmente está comenzando a sentir cosas por él?

¡Voten y comenten! ❤️

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