[4: What Kind Of Love]


–Si el polvo continúa saliendo voy a desarrollar un grifo alérgico en mi nariz. ¿Por qué tiene este sitio tan descuidado?

Yeon le extiende un pañuelo nuevo a su mejor amigo, y se siente culpable de haberlo metido a limpiar una mansión con un siglo de ausencia, después de salir de un resiente resfriado. Toda la tarde desde que regresaron de clases les transcurrió aseando las grandes áreas de la residencia, pero al menos usó el hecho de excusa para no cruzarse con el insoportable propietario de la misma. Ni siquiera en la universidad le prestó atención, fingiendo que su presencia era una más del montón, con todo y que el chico lucía ofuscado por no tener su interés. 

Se lo merecía después de su escena durante la cena de la noche anterior.

–Eh... Él no vivía aquí desde hace un buen tiempo. Creo que tenían la mansión abandonada, algo como eso me comentó.

–Espera... Esta era la mansión de la cuál preguntaste el otro día, sobre un chico y algo parecido – Beom enarca una ceja, desplazando el pañuelo y notando que el otro evade su mirada cuando lo descubre; lamentablemente, no recuerda toda la conversación porque durante esta estuvo muy ocupado con soplarse la nariz y no morir de un resfriado molesto –. ¿De dónde conoces a Soobin, hyung?

–Ya te conté que por internet, l-luego nos vimos un par de veces y es todo. 

–Me es raro que jamás lo mencionaras, y el que confíes tanto en él como para mudarnos a todos aquí. Además, si le conocías, ¿Por qué me preguntaste de esta mansión antes?

–Porque sospeché que sería la misma a la que vendría él y quise confirmar – improvisa con deje de culpa para sus adentros, odiaba mentir, más a sus amigos, y era consciente que en algún punto tendría que contarles todo el asunto real. Inhala y sostiene sus apuntes para cambiar tema con agilidad: –. Estamos bien aquí, no es un psicópata o algo por el estilo. Por cierto, tu madre debe necesitar un auxiliar en la cocina y Taehyun uno en el piso de arriba.

Gyu de inmediato se tensa.

–Iré con mamá.

Jun rechista.

–Detestas cocinar, y dudo que ella quiera que arruines su comida.

–P-pero no puedes enviarme con Taehyun.

–Beomgyu, eso es absurdo.

–Tú no entiendes esto, hyung.

–¿Se te olvida de mi relación con Kai? Comprendo perfectamente, pero considerando que ahora compartimos un mismo techo, no es lógico que se eviten tanto y prolonguen lo inevitable. Tienen que hablarlo, quizás es la oportunidad de que lo hagan.

–No, es la oportunidad para que yo pretenda no haberte escuchado y busque recetas online para que mamá me acepte en la cocina. Suerte, Yeonye.

El mencionado da un quejido dispuesto a perseguirlo, de no ser porque la varonil y profunda voz a sus espaldas le da un sobresalto.

–¿A qué relación te referías?

–¿Ahora te importan nuestras vidas? Somos simples huéspedes, ¿No?

Soobin se esfuerza por no girar sus ojos y en su lugar opta por caminar más cerca, despreocupadamente con sus manos en los bolsillos.

–Me estás evadiendo, quiero ser amable.

–La gente cuando desea ser amable, generalmente lo es y no lo dice – responde algo arisco, colocando sus manos en las caderas –. Si te evito es porque te lo mereces.

–¿No es suficiente con que hoy no te prohibiera entrar a ningún sitio de la mansión?

–No cuenta, lo haces para que limpiemos todo. Agh, realmente apestas en esto.

–Ya me he bañado – contesta ofendido.

–Es una expresión, tonto – contiene una risa por la expresión contrariada del azabache, ya que dañaría su postura defensiva  –. Unas disculpas serían adecuadas.

Bin no controla una risita sin gracia.

–¿Unas disculpas? No hice nada malo.

Yeon le da la espalda inmediatamente.

–Bien, abstente a la indiferencia entonces.

El alto termina masajeando su puente, detesta ser ignorado y más que un invitado en su territorio se dirija a él de tal forma. Le dio su espacio todo el día, cedió la mansión, invitó a sus amigos, ¿Qué más le interesaba al rubio? Para Soobin es un acertijo, y estaba perdiendo el tiempo en resolverlo, pero en el fondo admite que le estaba incitando a averiguarlo.

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La cena fue el suceso más incomodo de toda la noche para Yeonjun, porque Soobin se unió en total silencio y con una conducta tan estoicamente programada al punto de ser bochornosa. Estaba seguro de que sus amigos sospechaban que no eran tan cercanos el orbes negros y él, motivo por el que tiene los nervios de punta al debatirse qué diablos les diría cuando continuaran preguntándole cosas y dudando de su supuesta historia.

Lo más tedioso es que al terminar la comida, el anfitrión de su nuevo techo le informa - porque ni siquiera se dedicó a consultárselo- que al día siguiente irían de compras. Lo que le queda es abstenerse, se encerró con excusas para que sus dos menores no le cuestionaran nada, repasó su proyecto del día siguiente y se acostó temprano para no pensar nada más.

La rutina en la mañana no fue fuera del otro mundo, agradece las consideraciones de la madre de Gyu, y parte con los chicos a la universidad. No hay intercambios de palabras, las tensiones eran claramente obvias, por ello una vez en el campus cada quien toma su camino. Soobin le sigue como ya era costumbre, y está agradecido con el cielo de aunque sea no tener que tolerar demasiado el tema, porque el viernes saldrían de vacaciones y no soportaría más el que todos le observen extrañados por el escolta que se pegó como un chicle en el zapato.

–Tengo un proyecto, la clase terminará un poco más tarde que el resto. Espera aquí.

–Bien... 

–¿Opinarás algo más o...?

–No lo arruines.

Yeonjun parpadea ante sus "buenos deseos" y niega una vez para irse al salón con mala cara por el vago intento del menor ¡No se esfuerza siquiera! 

Soobin en su sitio suspira frustrado consigo mismo y se va a sentar. Tras un rato aburrido escanea la máquina dispensadora en el pasillo, había visto cómo algunos introducían dinero y esta les daba a cambio lo que ofrecía en su menú. Curioso por el aparato, se aproxima con unas monedas que solía usar en su época, y maldice cuando son rechazadas por el lector.

–¿Tu abuela es coleccionista o robaste eso de un museo?  

Voltea ante la risa, un muchacho poco más bajo que él y con dientes de conejo le pide permiso para introducir utilizar la máquina, precisamente extrayendo de esta lo que iba a pedir tras introducir un billete. Una vez el de cabellos castaños sostiene el aperitivo, se lo extiende con simpleza. Examina el snack picante con desconfianza y el otro vuelve a reír, sólo que no es un sonido burlesco, sino amistoso.

–No está envenenado ni te cobraré nada por dártelo. ¿Eres nuevo? No te había visto por esta facultad y es primera vez que te encuentro con Yeonjun.

–Algo similar... ¿Le conoces? A Yeonjun, me refiero.

–Claro, de hecho, es el ex de mi pareja.

Soobin frunce el entrecejo en lo que finalmente acepta el paquete y lo abre, procesando el dato.

–Tu novia...

El de botas negras corrige con naturalidad:

–No, mi novio.

Antes de que el de cabellos oscuros aporte algo o reaccione, el celular del contrario suena provocando que este se excuse con una palmadita en su hombro. Le dice que ha sido un gusto conocerle y que se llama Jeon Jungkook antes de irse, recibiendo una vaga respuesta de Soobin, presentándose de igual forma.

La última hora y media que estuvo ahí analizó las palabras del estudiante casi con empeño, y apenas sale Jun de su clase conversando con Jisoo, va hasta este dispuesto a aclarar sus dudas. De no ser porque alguien llama al rubio primero desde adentro del aula y le roba la palabra.

–¡Yeonjunssi!

Bin une su ceño por el apodo y la sonrisa del alto castaño de chaqueta costosa que se aproxima al otro Choi.

–Hyuka, hey – Yeonjun apenas oculta su leve nerviosismo junto a su amiga y los dos chicos –. ¿Ocurre algo?

–Olvidaste tu llavero en el suelo – Kai ríe levemente, dándole el accesorio de zorrito al mayor –. Me alegra que sigas usándolo.

El ojos miel sintió el calor en sus mejillas y casi le tiemblan los dedos con el pequeño Nick que guarda velozmente en su bolsillo.

–A-ah, sí. Fue un regalo tuyo después de todo, no lo botaría.

–Sí, es lindo saberlo... ¡Oh, que descuidado soy! Jisoo noona, hola, ¿Cómo estás?.

–No te preocupes, Kaissi – regresa con cordialidad la de jeans rasgados –. Estoy muy bien ahora que ya entraremos a vacaciones de invierno, ¿Y tú?

–¡Muy bien, igual me emociona eso! Ah, igual quería felicitar a Yeonjun hyung por su exposición – sonríe amable ahora para el aludido –. Fue un proyecto genial e interesante, se nota tu arduo esfuerzo, hyung.

–Gracias, me interesaba mucho el tema – concede con mismo gesto, más relajado –. El tuyo también fue...

–Tenemos algo pendiente, Yeonjun – la interrupción del Choi menor explota la burbuja en la que estaba el par, y la chica entrecierra sus ojos con diversión al volverse espectadora de la escena. Sin interesarle realmente todo, agrega con una ceja elevada: –. ¿Interrumpo?

"Sí, mucho" Quiso contestar el rubio, más se limita a mirarle incómodo. De reojo capta la confusión de Kai, así que con todo pesar, intercede:

–Conversaba con un amigo. Kai, él es Soobin, otro amigo.

–Un gusto, ¿Eres transferido aquí? – expresa con educación y una corta reverencia,  extrañado con el nuevo chico que le mira con tanta seriedad – Nunca te había visto por aquí.

–La verdad es que no estudio en esta universidad. Acompaño a Yeonjun y le doy estadía en mi casa.

Huening abre sus ojos en perplejidad, volviéndose hacia el pasmado rubio.

–¿Viven juntos?

–No, no tan juntos o algo como eso – corrige con titubeo apresurado, enfatizando –. Los chicos y yo estamos visitándolo una temporada, es todo.

–Oh, ya comprendo – Kai intenta sonreír pero sale más como una mueca incómoda, el azabache más alto no detenía su escrutinio; todo era muy inusual, y algo le dice que no debe estar ahí ahora –. Bien, no les quito más tiempo. Luego hablamos mejor, Yeonjun hyung.

El aludido asiente mordiendo su labio y agitando su mano levemente en despedida, el dongsaeng se pierde y él expulsa el aire volteando con cara de pocos amigos hacia el de camisa color crema.

–¿Qué necesidad había de darle información de ese tipo a Kai? ¡No se supone que quiera que los demás sepan que vivo en tu casa!

–Eh, disculpen, yo tengo que irme a...

–¿Hay algún problema con que tu amigo se entere? No encuentro el conflicto.

Jisoo se abre paso entre los dos con una risita baja, yéndose directo a la salida junto a su amiga Rose. Mientras, Soobin y Yeonjun comparten duelo de miradas para ver quien flaquea primero; estaba sumamente difícil por sus caracteres.

–No es de tu incumbencia.

–Vives en mi mansión.

–No te hace mi dueño, Choi.

Cuando Yeon empieza a alejarse, el más joven le sujeta por el brazo por reflejo.

–Hey, ¿A dónde vas? Iremos de compras.

–Si te sigues comportando así, vas a ir solo – advierte, zafándose del agarre en su brazo –. No finjas que te interesa mi vida cuando lo que buscas es controlarla para que te sea útil a ti.

Soobin bufa con obstinación, contando mentalmente para seguirle el ritmo de pasos al mayor sin quejarse, por más que tenga ganas de gritar y lloriquear exasperado en el piso; porque honestamente, sí estaba intrigado con la clase de relaciones que tiene el ojos miel, y si su objetivo es acercarse para que le ayude con el maleficio, tiene que ser lo más "amable" posible.

"Jodida Irene Manoban"

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–¿De casualidad se llamaba Choi Soobin?

–Sip, creo que era su nombre. Realmente intercambiamos pocas palabras. Se nota como alguien complicado de tratar – se encoge con desdén, dando una vuelta en el siguiente cruce –. ¿Le conocías de antes? Es primera vez que me lo cruzo.

–No, igual es primera vez que lo veo... Aparentemente vive con Yeonjun y los chicos, eso es muy extraño – comenta con el ceño contraído –. Nunca me lo presentó, y no es la clase de chicos con los que hyung suele juntarse. No sé, es algo antipático.

–Bueno, tal vez no le caíste bien porque conoce tu historia con Yeonjun, o sencillamente es alguien frío.

–¿Dices que estaba celoso?

–Quien sabe, puede ser su novio.

Huening guarda silencio ante la idea, perdido en su cabeza, lo que capta el enfoque de Jeon.

–No suele salir con personas que acaba de conocer...

–¿Y te importaría? Digo, ustedes tuvieron algo muy fuerte, sería comprensible si te descoloca un poco – trata de no sonar preocupado, manteniendo la tranquilidad y su vista en la carretera –. No me enojaría.

–Jungkook, no se trata de eso – confiesa con una sonrisita, sujetando la mano del mayor sobre la palanca del auto –. Mentiría si digo que no le guardo un lugar especial a Yeonjun en mi corazón, pero no por ello me molesta que tenga otras parejas luego de que terminamos. Me refiero, quiero que sea feliz, pero no pienso que el tal Soobin sea quien logre darle esa felicidad.

–Dale la oportunidad, no lo conoces, bebé.

Un tenue sonrojo aparece en las mejillas del más alto, asintiendo para su novio y deseando que este tenga razón, o que sencillamente ese par no tenga intenciones muy románticas con el otro.

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Yeonjun estaba a nada de arrepentirse por darle una oportunidad, le apetece golpearlo con el montón de bolsas de marcas costosas que le hizo cargar y luego marcharse de vuelta a su departamento, si pudiese darse el lujo de hacerlo. Se encuentran en pleno centro comercial, comprando ropa y artículos acordes a la época actual para el más alto, sin embargo este era -según propias palabras del rubio-  tan vanidoso e indeciso, como terco y arrogante.

–Te expliqué un millón de veces que un iPhone no por tener un alto precio es mejor que los demás dispositivos móviles. Dios, ni siquiera vas a saber usar todo lo que trae porque eres del siglo pasado.

–No tiene nada que ver, soy bastante más inteligente que el promedio. Además, ¿Cuántos años tienes tú?

–Veintidós.

–Yo tengo veintiuno, ja.

–Sí, desde mil novecientos doce. Eres un fósil.

–Te equivocas – contradice entre dientes, guardando su nuevo celular en el bolsillo derecho –. Desde que me encerraron es imposible envejecer para mi, al menos hasta que cuenten doce meses en total, así que no celebro mi cumpleaños desde aquel año. Por ese motivo heme aquí con este buen físico juvenil. 

Jun da un chasquido fastidiado.

–Ajá, ¿Y cuando se marcan los doce meses para que sea tu cumpleaños?

Bin recuerda la fecha actual y saca un cálculo sencillo:

–El viernes.

–¿Ah? – se detiene en plenas escaleras eléctricas, mismas que eran nuevamente examinadas por el distraído ojos negros. Ahora tiene algo de interés en la charla cuando cavila: –. ¿Te han sacado doce veces del espejo?

–Efectivamente, por lo que mi cumpleaños es precisamente el sábado – resta relevancia al asunto, perdido en su mente ante los avances tecnológicos que se cruza a cada minuto –. ¿A qué va la pregunta?

"A que nadie ha logrado sacarte en todos estos años e intentos" No lo dice en voz alta para evitar desanimarlo, ¿Tiene sentimientos? Sí, Yeonjun lo supone, dentro de toda su coraza...

–El punto es que gastas dinero en exceso y despilfarras sin necesidad – musita en lo que bajan del tercer piso –. A este paso deberemos cambiar en el banco todo ese dinero viejo que cargas encima.

–¿Qué, anhelas que lo gaste en ti mejor, rubio lindo? – se mofa con despreocupación, sin fijarse en su filtro –. Vamos, si quieres que te compre alguna cosa sólo debes pedírmelo.

Yeonjun se pone rojo entre el enfado y la pena por el nuevo apodo.

–¡Yah! Soy tu hyung aquí, trátame con respeto, mocoso.

Soobin gira sus cuencas para evadir la repentina sonrisa que tiraba en sus labios.

Una sensación inusual.

–Te llamaré hyung cuándo seas muy importante para mí.

–Idiota...

La noche cae y ambos están cansados, van a sentarse y buscan un local de comida rápida por el hambre que cargaban en sus vacíos estómagos, el dongsaeng estaba bastante ensimismado con todas las novedosas cosas que apreció en el nuevo mundo actual. No dejaba de preguntarle cosas a Yeonjun, otras se las calla como un orgulloso para evitar el bochorno de parecer un pequeñito o un fósil, pero al darse cuenta de ello, el ojos miel terminaba por explicarle y sonsacarle todas sus interrogantes.

–Mc Donalds evolucionó mucho desde los años setenta.

–¿Nunca te sacaron tus anteriores... Mm, huéspedes?

–Primero, tu eres el único huésped que he tenido, a la mitad de ellos les encantaba estar lejos tras la primera ocasión y yo no los toleraba tampoco. Segundo, la mitad restante no llegó siquiera a salir conmigo a la esquina del vecindario.

–No imagino el motivo – musita para sí mismo, aunque es captado por el contrario, quien le miró mal. Levanta las manos en señal de redención, dando un puchero –. Hey, te lo ganas.

–Como sea. Pide lo que vas a comer y vámonos de aquí – masculla chequeando discretamente alrededor –, no hay que exponerte más.

Yeonjun se impide de emocionarse, pues se recuerda que esa preocupación no es verdaderamente por él, sino porque el chico no tiene más alternativa que protegerlo por su beneficio. Ordena dos Big Mac con extra de tocino y queso, las sodas y un helado para ambos al final, van a sentarse y degustan la comida rodeado de adolescentes que salieron de una partida de bolos.

Soobin comía con seriedad, enfocado en las cosas que compró y maldiciendo a los ruidosos pubertos cada que hacían escándalo a sus espaldas.

–No seas amargado, luces como mi abuelo.

–Ja, ja, lo dice quien es mi hyung.

–Wow, ¿Tan rápido te encariñaste conmigo? – su broma queda al aire sin contestación, levanta la mirada y eleva una ceja por el escrutinio del azabache –. ¿Qué?

–Eres muy desastroso. Tienes una mancha en la mejilla – su entrecejo se cruza por los torpes intentos del avergonzado y quejumbroso mayor, a lo que cansado toma una servilleta y se inclina sobre la mesa con delicadeza–. Ven aquí, torpe.

Yeon detiene cualquier reproche y parpadea observando como con suavidad Bin le limpia las comisuras y mejilla derecha. Fue algo rápido, pero permaneció estático por la acción. Cuando el alto recupera su anterior posición, él toma de su bebida para aliviar el repentino calor en su rostro.

"No es una escena de drama, no seas ridículo."  Se regaña a sí mismo.

–Gracias...

Soo da un gesto desdeñoso y continúa su hamburguesa. Al ambos finalizar, se encaminan con el resto de las bolsas al estacionamiento, esta vez el dongsaeng ayudando más que durante el resto de la salida. En el trayecto en taxi detalla las diversas adquisiciones que compró, y se irrita un poco porque el mayor rechazó en repetidas ocasiones las cosas que le ofreció; por alguna razón no le agrada ser el único que obtuvo artículos nuevos. 

–¿Cómo les ha ido? – la primera en recibirlos en la mansión es la sonriente Moonbyul – Deben de estar cansados.

Soobin responde primero:

–Excelente, todo me quedó adecuadamente, como siempre.

 –Que honesto – susurra el estudiante a su costado, jugando con su lengua impaciente dentro de sus mejillas –. Compró más que toneladas de ropa, en todo caso.

–Ah, ciertamente. Compré un dispositivo móvil de comunicaciones – agrega con el aparato en las manos, con un orgullo que repele al chico a su costado –. ¿No es increíble?

Beomgyu retira su vista de la consola portátil de videojuegos por primera vez desde que hicieron presencia los mayores, ladeando su cabeza en extrañes para su segundo hyung.

 –...Eh, ¿Te refieres a un teléfono? 

–Sí, por supuesto, como le digan...

–¡Eso es magnifico, Soobin-ah! ¿Qué hay de Yeonjunnie? ¿No compraste nada lindo, querido?

–Ah, no compré nada – descarta con simpleza, caminando hasta el inmenso sofá que ya no larga nubes de polvo al ser usado – . No tengo dinero para gastar y tampoco me hace falta algo.

–Oh... – la mujer suspira resignada – Bueno, supongo que al menos comiste algo delicioso.

–Claro, ya ambos comimos. No se preocupe, señora Choi – educadamente le sonríe ladino–. Iré a terminar unas tareas en unos minutos, pero estaré aquí asegurándome de que Beom no se quede ciego jugando toda la noche.

–¡Oye, que aguafiestas!

Moon sonríe satisfecha y agradecida, partiendo a la cocina para dejarles a solas. Soobin se sintió algo ajeno mientras los dos amigos se peleaban de una manera juguetona, por ello decidió irse con todo a su habitación. En la recamara coloca todo sobre su gran cama king size y se deja caer en uno de los sillones, no sabiendo por dónde empezar...Tampoco tiene tanta emoción, viendo cada prenda que espera poder usar por un buen tiempo, pues anhela no regresar nuevamente al solitario espejo.

¿Y de tener la fortuna de quedarse, por qué no experimenta ningún particular entusiasmo por lucir cada pieza de vestuario que compró?  

Examina las camisas que Yeonjun le recomendó, admite para sí que el chico tiene buen ojo para la moda, y aunque en el lugar actuó tan inexpresivo como era ya usual, le agradó tener una compañía a su lado... Ahora que estaba en el gran espacio, apenas y oyendo algo de risas en la planta de abajo, algo dentro de él estuvo... 

¿Vacío?

–Le diré el mensaje de tu parte, Daehyun.

–¡Gracias, Yeonjun oppa!

Era la doceava vez en el día que una chica se aproximaba a él cuando Soobin no se hallaba presente para preguntarle por su número, redes y diversas informaciones personales del mismo azabache aparentemente popular. Resulta que, si bien el muchacho fue un revuelo desde el lunes que lo trajo a la universidad, ahora que cambió su estilo a uno actual -y andaba con el celular pegado en la mano- no le dejaban de llover interesadas que lo pusieron en el trono del "Crush supremo del momento". 

¡Incluso un tímido chico de primero y un par de conocidas de último año interrumpieron su almuerzo para rogarle la dirección del otro Choi! 

Sus ojos se saldrían de su cabeza de tanto rodarlos y el estrés le sacaría canas a tal punto. Sí, el muchacho es apuesto, pero...

–De conocer su personalidad dudo que sigan interesadas – refunfuña bajito al guardar sus pertenencias en el casillero, salía de su actividad de baile extra, al menos aquello le permitió drenar su exasperación ligeramente. Su cabello estaba mojado por la ducha y olía a manzana con canela, un aroma que le recordaba a su madre desde que era un niño. Suelta un suspiro al recordar a su progenitora y se mentaliza para llamarla esa noche –. Genial...

–¿Te referías a Soobin?

–¡Carajo! ¡Taehyun, me asustaste!

–Perdón, es que estabas distraído y hablabas solo – bromea al beber de su termo con una mirada astuta –. ¿Estás de malhumor porque todos te presionan por conseguir algún contacto de Soobin?

–Debes detener el mal habito de espiar. Voy a creer que eres Beomgyu.

–No exageres, él es un chismoso de primera.

–Por eso te enamoró – invierte la burla, causando un rubor en el pelirrojo –. No estoy de malhumor, es sólo un poquito irritante.

–Porque te gusta chico vanidad.

Yeonjun larga una carcajada, más ruidosa de lo que pretendía.

–Eso es absurdo, Taehyun. No es mi tipo, ni en mil años lo sería.

Kang cruza sus brazos, aprovechando la ocasión.

–¿Dónde queda su cercanía y confianza de amigos virtuales? 

Ok, fue una jugada astuta de parte del bajito, hasta le deja mudo unos segundos.

–Somos amigos, es como decir que me gusta Gyu. A eso me refiero, idiota.

–Hmm, no hay celos entonces.

–Claro que no. 

Estaban ya afuera del salón de ensayos, yendo hasta afuera del campus donde seguramente estarían también andando Beomgyu y Soobin. En el trayecto cambian de tema, y de pronto se cruzan con Huening, quien saluda a los dos y conversa con Tae de una materia a la que Jun no asistía.

A lo lejos, Soobin estaba entretenido con su celular, estuvo todo el día averiguando sus funciones y tuvo alguna que otra indicación de Yeonjun cuando este no estaba ocupado; sin mencionar que estuvo huyendo del montón de chicas y pocos chicos que mostraron un peculiar y repentino interés en él.  Era usual ser popular entre las masas desde cierta etapa de su adolescencia, disfrutaba un poco de ello, pero la diferencia es que ahora no le parece grato que lo persigan, no cuando se fijó que a Yeonjun no le daba gracia, y no desea importunarlo. Al concluir su actividad en el móvil y ya dispuesto a precisamente buscar al anterior mencionado, su enfoque va dirigido hasta el trío de amigos que charlan amenamente a unos pocos metros.

"Otra vez el chico que camina como pingüino " Tuerce la expresión con cierta repelensia. Este gesto aumenta cuando ve que a su izquierda se aproxima una rubiecita con cara divertida.

–Uy, que novedoso – Lisa silba al captar lo que el contrario aprecia –. Kai charla como en los viejos tiempos con Yeonjun.

–¿Qué significa eso?

–Significa que el ex novio de tu salvador está arreglando su relación con él. Por tu rostro de estreñido supongo que no conoces la historia.

–Espera, espera, deja de reírte a mi costa y explícame qué diablos estás diciendo – la detiene con un siseo amargado –. ¿Cómo que ex novio de Yeonjun? ¿Es Kai su ex pareja?

–Seh, los dos han sido amigos por mucho tiempo, pero hasta donde sé, ellos salieron por dos años y terminaron hace unos... Hm, creo que ocho meses – simplifica, inflando la goma de mascar rosa en su boca y arreglando su fleco –. Te sugiero que hagas las cosas adecuadamente para caerle bien a Choi y hacer que te cuente el...

Bin la interrumpe con perplejidad:

–Un minuto, ¿Significa que Yeonjun es homosexual? ¿Acaso está bien permitido en la sociedad?

Lisa cierra su boca y analiza el asunto, cayendo en cuenta de la diferencia de épocas con el mayor. Libera una risita y asiente.

–No todos lo aceptan, pero es mucho mejor visto que antes... ¿Te desagrada? Porque te pedí ayuda con Jisoo porque, si no quedó ya bastante claro, también me atraen personas del mismo género.

–Honestamente, nunca comprendí la aversión. No me importa lo que hagan otros, es su problema, pero no imaginé que Yeonjun sintiese atracción hacia los hombres – masculla con la vista fija en el rubio que se despide del castaño –. ¿Todos son participes de ese dato?

Manoban afirma en un sonidito, con expresión repentinamente intrigada.

–Creí que eras consciente de que esta era la solución perfecta para tu hechizo.

Choi voltea al instante, totalmente aturdido.

–¿Disculpa?

–Alguien debe amarte para romperlo.

–Sí, pero... Aguarda, ¿Q-qué clase de amor cubre el maleficio?

–Enamoramiento, amor romántico, como desees decirle, Choi – le observa contrariada –. ¿No es un asunto obvio?

Los ojos del pelinegro se abrieron al tope, escandalizado cuando une los puntos.

–¡Nunca imaginé esa clase de amor, bruja!

–¡Soy hechicera, idiota! Y no lo digas en alto – regaña con un golpe en su brazo, cerciorándose de que nadie hubiese escuchado –. El hechizo dice que alguien debe amarte, de haber sido otra clase de amor, hubieses salido con el aprecio que te daban los que eran cercanos a ti. Creí que pensábamos igual e ibas a enamorar a Choi, es la alternativa que tienes. 

–No, no, no es posible...

–Ay, no ¿Eres heterosexual? ¡No es bueno para este caso, Choi!

–No se trata de orientaciones, simplemente no soy esa clase de persona – resopla con impaciencia, peinando sus cabellos hacia atrás.

–¿La clase de persona que tiene relaciones? – adivina en desentendimiento.

Exactamente, Soobin jamás se interesó por el romance ni mucho menos se visualizó en uno. Nunca se enamoró ni sintió una conexión o el famoso "Click" del que todos alardeaban en libros y obras, irradiando los primeros días hasta que su relación culminaba y volvían a ser infelices, o peor.

¿Era posible con Yeonjun? Ni hablar, ninguno tenía nada en común y apenas se toleran, duda de que funcionen en ese ámbito, no lo había visto de otra manera siquiera. Ahora... ¿Le desagrada la idea? De pronto la respuesta no era clara, y eso le frustraba, mucho.

–No tengo tiempo para charlas sobre ello ahora mismo – se zafa con desinterés en lo anterior –. Pensé que el hechizo cubría cualquier clase de amor, sé que las chicas que me sacaban iban con esa intención, pero no imaginé que contaba con Yeonjun, asumí que podría ser...

–¿Fraternal? – al Soo asentir, chasquea con un ademán de manos – No te culpo por creer que un hechizo de esa época fuese cerrado, pero la magia no mide factores humanos, como lo son los prejuicios – tuerce sus labios al recordar: –. Ahora que lo pienso, si no conquistaste a esas chicas...

–No lo intenté del todo.

–Masoquista, ¿No querías salir del espejo?

–¿Eso es siquiera cuestionable? Es fácil para ti juzgarme, debías de intentar lidiar con ellas – gruñe con impaciencia, viendo que finalmente el par de chicos se aproxima a ellos con intriga debido a la naturaleza de su conversación con la rubia –. Eso es pasado, mi problema actual es mayor. No le caigo bien todavía a él y ya hoy se cumplió una semana.

–Has algo lindo, ya te aconsejé. Decides tú qué clase de amor buscas con Choi y si quieres romper el hechizo con él, pero hazlo rápido, porque es la oportunidad que tienes ahora – apuntiza, ya dispuesta a irse con una sonrisa falsa hacia los estudiantes que se les unen –. Hey, tengo cosas más interesantes que hacer. Si me disculpan...

–No te extrañaremos – Yeonjun entrecierra sus ojos en dirección al alto, desplazando a la chica –. No me digas que Lisa Manoban también quiere tu número de teléfono.

–Hyung, a ella le gustan las mujeres – Tae se mofa de su amigo, como momentos atrás –. En caso de que quisiera el número de Soobin sunbae, sería para alguien más o para charlar casualmente, relájate.

Yeonjun le empuja de mala gana y rechinando sus dientes, causando una risita de Kang. Mientras, el involucrado pestañea con extrañez al mirarlos.

–¿Mi número? ¿Para qué? 

Taehyun y Yeonjun intercambian miradas antes de ser el rubio quien resople.

–Olvídalo, tengo examen final mañana, así que apresúrate para irnos.

El azabache quiso refutar, contrariado con todos los hechos recientes y las noticias. Además, el mayor lucía bastante obstinado de repente, ¿Hizo algo malo? No hay personas hostigándoles por su culpa ahora mismo, y se cuestiona si había sido por Lisa o algo más.

 ¿Acaso había estado tan gruñón por otro factor? 

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–Es raro que estés espiándome y no termines por decirme qué haces aquí a esta hora, mocoso.

–No me digas mocoso sólo porque eres mayor. No te estoy espiando.

Yeonjun bufa con leve gracia, era absurdo que alegue tal cosa cuando el alto estaba recargado de los peldaños con enredaderas, detallándole con el ridículo e infantil mohín.

 De no ser tan insoportable, le parecería una conducta tierna.

–Como sea, ¿Qué necesitas?

–¿Tengo que necesitar algo?

–No vamos a iniciar una discusión por esto.

–No lo hago... Es tarde, y estás aquí afuera.

–Estudio y hago los apuntes relevantes para mi examen de mañana. Si te molesta que esté aquí, puedo irme a...

–Oye, no dije nada en tu contra – suspira haciendo una seña para que no se marchase. Se siente algo torpe ahora ante el expectante chico esperando a que haga algo, algo que ni él mismo sabe –. Si no duermes mañana darás el examen con ojeras horribles.

–Eh, ¿Gracias? La vida de los estudiantes aplicados no es perfecta, niño bonito – contesta con desgano, frotando sus ojos –. Tu no lo comprendes.

–Para tu información, estudio y leo suficiente. Iba a entrar en la universidad antes de este malentendido desafortunado, era el mejor de mi clase en la escuela y en casi todas mis lecciones particulares.

Yeon le observa con genuino asombro, quiso preguntarle varias cosas, pero se limita:

–¿En serio? ¿Qué ibas a estudiar?

Soo inhala la fría brisa invernal, examinando la ya no tan humeante taza de café en la mesita junto al universitario.

–Ingeniería, aunque mi padre anhelaba que fuese un magnate empresarial como él.

–Vaya, no lo imaginé...

–Hay muchas cosas que no conoces de mi, Choi.

–Ni tú conoces mucho de mi, Choi.

Es increíble que no discutieran por un minuto, viendo las luces del exterior y oyendo la fuente a la lejanía. Comenzaba a decaer la temperatura en el exterior, y pronto iniciaría la temprana nevada en Daegu, pero por el momento era posible estar afuera a tales horas de la noche.

–Cómo es que el tal Kai era tu pareja – la repentina colación sale más demandante de lo que esperaba, lo que hace que el rubio voltee en su dirección con semblante descolocado. Muerde su lengua y se obliga a no retroceder, actuando relajado –. Algo escuché por ahí...

–¿Lalisa te contó? ¿Eres su amigo ahora? Claro, los dos son iguales de intolerantes – estaba tal vez siendo muy hostil, más no lograba evitarlo cuando hila sus pensamientos –. Ella es la única con la que te vi charlar.

–¿Y yo soy el grosero? Fue sólo una pregunta, no te pongas a la defensiva – frunce el entrecejo –. ¿Tanto te afecta el tema?

–No, no me afecta en lo absoluto, simplemente no me gusta que indaguen en mi vida privada.

–Entonces sí era tu novio.

–¿Importa?

–Es curiosidad.

–¿Por qué? ¿Te es anormal y enfermo que dos chicos estén juntos?

Soobin no comprende el tono herido, crudo y cargado de ironía, como si le estuviese atacando. Va hasta el repelente estudiante y se sienta en la silla opuesta, cada movimiento cauteloso para no ofenderlo más.

–No, no porque soy de un siglo anterior voy a ser un discriminador. No conozco cómo sucedieron las cosas y no soy experto en la materia, sólo tu y él saben lo que tuvieron y nadie tiene derecho a opinar, desde mi punto de vista. Si te lo digo, es porque me sorprendió el que fueras homosexual, más no me es algo relevante ni negativo. Sigues siendo la misma persona de esta mañana para mi.

Yeonjun escucha atento y algo asombrado al menor, era la primera vez que dice algo tan genuino delante suyo, tan agradable. Baja sus defensas, levemente arrepentido de haber arremetido duramente en su contra, viendo su regazo y jugando con sus helados dedos largos.

–No muchos aceptan las orientaciones de los demás...

–Debes aceptarla tú mismo, es lo que importa. Es tu vida, no la del resto ¿Cierto?

Los dos comparten una mirada silenciosa, no requiriendo palabras ahora. El reloj en el salón marca medianoche y resuena hasta donde se ubican, el sonido les saca de la burbuja y apartan la vista. Tras unos segundos, la voz del mayor es quien retoma el intercambio:

–Sigo siendo el hyung, pero estamos en el mismo escalón ahora.

–¿Ah?

–Tu cumpleaños, ya es viernes – aclara con una tenue sonrisa que sale por más que intenta ocultarla –. Bienvenido a los veintidós, mocoso.

El pelinegro cierra su boca sin saber qué responder por un instante, algo dentro de él se remueve y debe apartar su repentinamente caliente rostro.

–Oh... Gracias, l-lo olvidé. 

Unos pasos suenan y la puerta se abre, mostrando a una señora Choi con manos en sus caderas, luciendo adormilada en su pijama.

–Ustedes dos deberían de venirse ya mismo a dormir, van a resfriarse ahí afuera.

Los Choi contrarios asienten y dan una reverencia corta para adentrarse con la mochila del estudiante. Oyen sus regaños y no opinan por la pena, al despedirse de esta y entre ellos, cada quien va a su habitación. Yeonjun en su recámara guarda todo apenas culmina su último repaso y piensa en la reciente conversación, fue novedosa y no sabe cómo describirlo ahora mismo, pero ha sido placentero por un instante no discutir con el pelinegro.

Piensa antes de dormir que debe de ser el primer cumpleaños del menor desde hace muchísimo tiempo, no evita preguntarse cómo celebraría antes sus natalicios, y tiene una pequeña idea que va cobrando fuerza mientras su sueño le iguala...

Soobin, por su lado, sonríe inevitablemente en la oscuridad, gruñendo luego por lo ridículo que se debe de ver y aplastando su rostro en la esponjosa almohada de plumas. 

Porque nadie le felicitó nunca al primer minuto de su cumpleaños, y menos con una sonrisa que, por más que Yeon intentó ocultar, logró apreciar.

Aún no comprende las clases de amor ni lo que busca, más sí que eso debe ser buena señal, ¿Verdad?

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–Lisa es bastante astuta, descifró algo muy importante – ríe con gracia y orgullo, sirviendo la comida del felino en su tazón morado –. Si Soobin descubre la respuesta es porque lo ha dejado fluir, y es una maravillosa señal, porque significa que va en buen camino para que Yeonjun lo acepte.

Namjoonie ronronea y calmadamente inicia su cena, moviendo su colita y mascando el deleitoso atún.

–Juzgar es algo que siempre hace, es un malcriado, pero hoy logró no hacerlo... Tuvo un expresa muy maduro y  dijo cosas ciertas, ¿Verdad, Joonie? – expulsa el aire tendidamente en lo que aprecia a su gato comer –. El amor es difícil de descifrar, pero si se tiene la osadía de averiguarlo, no hay fuerza que lo detenga. Quiero presenciar cómo irá evolucionando todo... Incluyendo todo con ese tal Huening Kai.

Irene no evitar reírse nuevamente, estaba resultando incluso un poquito entretenido.

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https://youtu.be/TRgDr3odBYw


¿Ustedes se han enamorado en realidad alguna vez? 👀

Soobin es muy lindo, no se dejó jamás influenciar por los pensamientos clasistas de su época TT  Un punto para él.

¿Les gusta el Lisoo? ¿Son fans de Blackpink? Es mi ship fav del grupo, soy blink oculta porque no me he querido meter en el fandom por diversas razones xd Mi bias es Jisoo uwu

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