[10: Fearing = Difference]
–¿No estás mintiendo para que te deje tranquilo?
–En lo absoluto, te aseguro de que estoy perfectamente – reafirma por enésima vez con un entornar de orbes–. Quien sabe, tal vez fue magia.
Yeon examina de reojo al de chaqueta de jean a su costado, le es curioso su actitud.
–Estás muy alegre hoy.
Bin, como ya era usual, no controla su lengua:
–Lo estuviese más si no hubieses huido de mi cama anoche.
–¡Suena raro así, no lo expreses de esa manera! – se detiene en plena sala para golpear la nuca del más alto, verificando que nadie estuviese presente ante su imprudente comentario. Le estaba poniendo ansioso – Te lo comenté, que me iría en cuanto estuvieses dormido.
–Al menos tranquilízame, ¿No te aprovechaste de besarme, no? – sonríe con arrogancia, inclinándose más de cerca al rostro contrario – Soy encantador cuando duermo, puede causar efectos en ti.
–Nunca te besaría, Choi.
Aquella sentencia fue mal expresada al sonar muy seca y a la defensiva, por lo que el rubio se arrepiente apenas la suelta y ve al pelinegro desvanecer su sonrisa. Estaba por corregirse y salvar la situación, de no ser porque su celular vibró con la notificación de su amigo, y sólo porque se trataba de él, le pide al menor esperar.
Taehyunssi:
Lamento preocuparte, hyung.
No me sentía bien en la mansión, dormí en el departamento y bebí como nunca.
Estoy bien, no te asustes... Sólo necesito estar solo, volveré más tarde.
Cuídalo mucho, por favor. Sé que sabes hacerlo mejor que yo, Jun-ah.
Te quiero.
Yeonjun:
Está bien, Tae. Cuídate mucho, no te saltes las comidas y bebe mucha agua, ya sabes donde están las pastillas para la migraña.
No vomites en ninguna parte que no sea el retrete, estás advertido.
Siempre lo hago, pero no seas tan duro contigo.
Y yo a ti.
Soobin intuye de quien se trata, además que el mayor se lo confirma mientras contesta. Se intenta recomponer y no tomarse tan mal lo que anteriormente estaban conversando. Quizás sólo puso muy nervioso a Jun y actuó intimidado, ¿Cierto?
–¿Vas a ir con Taehyun? – inquiere una vez el chico guarda su celular.
–No, necesita estar solo ahora. Beomgyu me pidió hace rato acompañarlo a un club, o algo así me dijo.
–Ah, ya tienes planes... Bien, supongo que yo estaré por aquí.
De inmediato se le remueve el corazón ante la mirada decepcionada de los orbes oscuros, es claro para él de que estaba siendo muy borde últimamente, pero es que no se controla cuando está tan confundido entre cientos de emociones y pensamientos. Todo su conflicto interno es lo que le tiene escupiendo tantas idioteces, como por ejemplo:
–¿Por qué no vienes conmigo? Me refiero, no tenemos que estar siempre solos tú y yo, y ya que sanaste tu brazo sería genial. Claro, si quieres... Debes conocer amistades, sí, eso.
El Choi más alto opta por mostrarse orgulloso al restarle importancia al asunto, siendo igual de cortante para no denotar su malestar ante su conducta.
–Excelente. Si tu lo dices, vayamos.
¿Por qué Yeonjun no se siente del todo bien ahora, a pesar de que Soobin aceptó su invitación?
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Jisoo se adentra sin autorización previa en el departamento, sacando sus zapatos de trenzas coloridas para colocarlos a un lado y luego llevar consigo sencilla mesa de madera el par de bolsas que trae encima. Taehyun se le une con ojos apenas abiertos debido a que la luz penetra tras haber estado casi todo el día a oscuras, arrastrando sus pies descalzos y con una clara resaca presente, igual da muecas cada que hace algún ruido por más que sea mínimo.
–¿Yeonjun te envió hasta aquí para revisar que no entré en coma etílico?
–Soy tu amiga también, me ofendes... Ok, sí me envió para estar dos horas contigo y asegurarme de que tengas más que alcohol en el estomago.
–Merezco esto, honestamente – farfulla cayendo en el sofá, sin ánimo presente –. ¿Cómo está Beomgyu?
–Saldrá a un club junto a Yeonjun, Soobin y Hoseok.
–Que consideración por mencionármelos a todos sin excepción, Kim.
–Lo hice para que sepas que no está bien.
–...Estoy seguro de que hay un fallo en tu lógica. Van a salir, Jisoo.
Kim emite una exagerada exhalación y se encamina a la alfombra, arrodillada en esta para estar frente al muchacho.
–Quiere aparentar que todo va bien y salir con Hoseok porque de lo contrario estaría deteniendo su vida por ti. Escuchamos anoche sus gritos, la señora Choi está muy preocupada porque ustedes dos están metiendo mucho la pata sin hallar una solución a todo esto. Tienes que regresar a la mansión.
–¿Para qué? Voy a incomodarlo, y al resto de ustedes. Tú misma lo dices, no tiene caso si continuamos metiendo la pata sin hallar una alternativa.
–Ok, no estás listo para tener esta charla y debes comer – se rinde sin opciones, apartándole los mechones rojizos de la frente. No tiene que ser una genio para comprender que sus dos amigos estaban completamente asustados –. Te haré algo de comer, estaré un rato y me iré después, pero por favor, piensa bien las cosas, Taehyun.
–Gracias, noona – contesta con un musitar –. Lisa tiene suerte de que su futura novia sea alguien tan genial como tú.
Jisoo suelta una risita apenada y se incorpora para perderse en la cocina. Sus amigos pueden ser bastante lindos con ella cuando se lo proponen.
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Yeonjun tiene un gran debate interno que se repite -como una secuencia sin final-, en el auto donde maneja hasta el dichoso local de reunión; Soobin estaba a su lado en el asiento del copiloto, y Beomgyu en el de atrás, concentrado en su celular y con sus audífonos, y es obvio para él que lo hace para aparentar serenidad, una que es cuestionable por sus ojos tristes y apagados. Conoce a su mejor amigo como si fuesen el mismo ser, es consciente de que podía ser silencioso y no siempre ruidoso y radiante, sin embargo, ahora mismo estaba muy decaído.
Por supuesto que le preocupa la situación, Beom no ha querido desahogarse con él todavía, el problema es que ahora mismo su cabeza tenía otro lío más, uno que concierne al chico azabache que ve por la ventanilla en total silencio, indescifrable como la primera vez que le conoció. No le es grato imaginar que retrocedieron, pero tampoco halla qué hacer con tantas interrogantes, iniciando porque no tiene mínima pista de si en serio le está gustando el menor.
¿Cómo va a gustarle Soobin, si hasta hace ocho meses tuvo el corazón devoto a Kai? ¿Cómo siente algo así por él si acaba de conocerlo hace menos de un mes? ¿Cómo iba a ser posible cuando eran tan opuestos entre ambos?
Para empeorarlo, estaba su miedo ante lo obvio e inevitable, lo que en el fondo no quiso siquiera cavilar: Soobin tiene un cronómetro encima, con un hechizo del cual, hasta los momentos, no descubre cómo romper, y la idea de fallarle, de que este se marche sin remedio, le ocasiona un vacío descomunal que le aterra bastante por su magnitud. Estaba más apegado al molesto alto de lo que imaginó posible dos semanas atrás, en un abrir y cerrar estaba desarrollando sentimientos que no descifra cómo frenar...
–Es aquí. Hoseok hyung dijo que estaríamos con un par de amigos suyos – Gyu guarda sus audífonos apenas se estacionan afuera del gran club, sonriendo ladino para su amigo –. Tienen arcades, bowling, comida y karaoke.
–Grandioso, suena divertido – Yeon se asegura de que todo esté apropiadamente cerrado y apagado para unirse a sus dos acompañantes, pero el Choi menor de ellos se adelanta y le deja con el otro de mismo apellido. Deseando romper el ambiente tenso, aclara con un carraspeo:–. Las arcades son como maquinas de juego donde insertas una moneda o tarjeta recargable para recibir una recompensa con tickets o sólo por diversión. El Bowling es un juego deportivo con zapatillas, lanzas la bola que tiene unos...
–La comida es comestible y el karaoke es donde cantan las personas por entretenimiento y ocio. No soy de esta generación, pero tengo un teléfono con internet, gracias – interrumpe sin voltearse, entrando al sitio y caballerosamente sosteniéndole a su mayor la puerta de vidrio –. Por favor no te preocupes, no les avergonzaré ni tienes que dejar de divertirte por explicármelo todo.
–No quise que sonara así, Soobin...
–Intentabas ser amable, y lo agradezco – ahora sí le observa, dando un gesto con su cabeza a los pocos segundos después para que retomen su camino –. Beomgyu te espera, nos va a presentar ante el grupo.
Yeonjun sigue al pelinegro con sus labios aplastados entre sus dientes, casi como si acabase de ser regañado por su dongsaeng. Se siente tan torpe que ya no tiene idea de lo que hace correctamente o no.
Beomgyu luce sonriente junto al chico pelirosa cuando se le unen junto a un grupo de unas seis personas más, dos chicas y cuatro chicos. Todos eran amables al presentarse, y una de las chicas en particular se acerca a Soobin al momento de ir hasta la mesa que compartirían todos.
–Disculpa, ¿Es una réplica exacta del diseñador Kirigaya? – sonríe tímida, apuntando con uno de sus delicados dedos cierto accesorio en el contrario – Tu anillo luce como los de la exposición de joyas de inicios del siglo veinte. Soy muy fanática de estas cosas y lo noté.
–Ah, es el original – contesta con simpleza moviendo su anillo por reflejo. La chica abre los ojos atónita, a lo que agrega con un una leve tos:–. Es una herencia, me refiero. Mi familia era cercana al diseñador Kirigaya, en ese entonces.
–¡¿En verdad?! Dios, disculpa mi emoción, es que estudio historia del arte en la universidad – oculta su risa y extiende seguidamente su mano en saludo –. Soy Choi Ye-Won, pero puedes decirme Arin como lo hace el resto.
–Choi Soobin, un placer – cordialmente estrecha la más pequeña mano, tras un vago titubeo; recuerda que había dicho que iría a socializar como se lo sugirió Yeon, no quería lucir como un idiota delante de tanta gente, menos con una chica que buscaba ser amable. Se obliga a buscar algún enfoque que le ayude a no matar la charla:–. Así que te gustan la historia y el arte.
Arin no tarda mucho en sonreír entre divertida y enternecida ante el claramente reservado chico alto.
–Sería una tortura si no lo hacen, mis profesores son bastante diligentes. Con decirte que una vez nos mandaron a estudiar y resumir en dos horas la dinastía del Jonseon.
–Vaya, suena magnifico. Me gustan los retos – aclara al final con un encogimiento nada modesto –. Escribí ensayos más complejos en una hora.
Yeonjun escucha la charla con disimulo, algo descolocado por lo fácil que se le hizo al ojos negros conseguir con quién entablar una conversación, y es que -transcurrido el rato-, el dúo no se detenía desde que llegaron, menos en la mesa donde cada quien tenía sus grupos, y otras veces se unían entre todos al enlazar comentarios. No la estaba pasando mal, eran personas agraciadas y simpáticas, el asunto es que se sintió extraño cuando Soobin estuvo más con la nueva chica que con él en las arcade.
Tuvo la ilusión de enseñarle a jugar y reírse de sus gruñidos amargados, pero la linda jovencita era quien sonreía por la torpeza inicial del alto y después aplaudía asombrada cuando éste aprendía rápido y la superaba en marcador. Bin le regala leves sonrisas a la peliazul y no la trataba mal o despreciaba, incluso luce tan relajado como cualquier muchacho normal del siglo veintiuno con una... Cita heterosexual.
–Que parlanchines esos dos. Son iguales de competitivos, se nota que son los típicos presidentes de la clase con mil clubs en su intachable expediente estudiantil.
–No digas eso cuando eras el alumno estrella en el campus, hyung.
Hoseok y Beomgyu se burlan entre ellos mientras Yeonjun mantiene sus cejas fruncidas, fijo en cómo Arin se regocijaba de Soo por haber obtenido un peluche de la máquina. Decidió que era absurdo continuar así y trató de entablar amistad con la encantadora pareja de chicos con piel tostada, Taehyung y Song Kang, quienes lo animan a distraerse un rato.
Pero no parecía que pudiese escapar de un hecho palpable para el resto:
–¿Estás celoso? Digo, pensé que el chico edificio era tu novio cuando entraron.
–¿Yo? No, no, no somos novios... Soobin es un amigo solamente.
–Pero sí estás celoso.
–Ya, ya, no lo molestes, Taessi – Song Kang muestra sus hoyuelos en una bonita sonrisa y alborota cariñosamente el cabello menta de su novio –. La verdad es que también pienso que lucen bien juntos, pero supongo que no son más que amigos.
Luego de su charla, Yeon mata el tiempo jugando a aniquilar zombies con una mueca irritada en su rostro, apuntado con el arma a la pantalla y sacando su lengua por las comisuras al concentrase, cerrando uno de sus ojos para mejor visión de puntería, acertando en la mayoría de los blancos. Uno de los chicos que forma parte del grupo se le acerca de vez en cuando con algunos chistes coquetos y halagos por sus habilidades en el juego, a lo que le sonreía cortésmente, evitando seguir cavilando en lo que le tiene irritantemente distraído.
¿Acaso no le gustaba o al menos atraía a Soobin? No lo aparenta, porque de ser como tal los dos Kim hubiesen insistido más en sonsacarle la información sobre su tipo de relación con el más alto, además de que el mismo pelinegro de impecable chaqueta roja no se le ha acercado desde la ultima hora y media que llevaban ahí.
–¡Vamos a los bolos, muchachos!
Todos exclaman en emoción, o al menos la mayoría, y van encaminados al área de bowling para alquilar las zapatillas y una mesa grande con contador de puntos. Se retan en equipos y quedan en que los ganadores irían a una ronda grupal definitiva.
–Voy en equipo con Yeonjun hyung y Hobi hyung – Beom se adelanta con su vista clavada en la bola rosa con dibujitos que le llamó la atención –. Let's get it!
Jun se suelta un rato con su amigo y el de sonrisa acorazonada, la dupla es tan ocurrente y escandalosa que se relaja y hasta ríe. En su equipo es el ganador por mismo motivo, ya que los otros dos se distraían y estaban más pendientes de divertirse que de competir. Al voltear su mirada suelta por inercia un bufido por cómo Soobin reía de Arin al ganarle.
En la ronda definitiva estaban Taehyung, Onjo, Soobin y Yeonjun compitiendo, la competencia estaba siendo complicada por las habilidades de los cuatro, pero los finalistas fueron los únicos que comparten apellidos.
–Suerte, Choi.
–Enfócate, mocoso.
Los Choi se observaron retadoramente, con un tiro de cada uno bastaría para que el contador anuncie el vencedor. Jun estaba sudando sus dedos dentro de la bola color morada, temió a resbalarla y golpearse o ser el hazmerreír del sitio. Se esforzó por sujetarla firmemente y se concentra en los pinos al fondo del liso carril de madera, relame sus labios y lanza la bola, tumbando casi todos, menos dos. En el turno de Bin, éste se concentra sin presiones, y con su usual elegancia agraciada lanza la bola color celeste, observando el recorrido y sonriendo con victoria al tumbar todos, menos uno.
Todos habían hecho sus apuestas anteriormente, por lo que los triunfantes aplauden y el resto abuchea en broma. Arin se acerca para felicitar a Soobin con una resplandeciente sonrisa en lo que chocan sus palmas. En su sitio, Yeonjun muerde sus labios y se cruza de brazos, abrazado a sí mismo y partiendo a andar para los baños como si nada.
Beomgyu apreciaba a su hyung con preocupación, uniéndosele en los lavabos del solitario baño.
–Hey descuida, te aseguro que nadie le ha prestado atención al asunto – palmea suavemente el hombro del rubio, frotando su palma para reconfortarle de tanta tensión muscular; conoce perfectamente los problemas de ansiedad y presión social que padece su amigo, por eso le inquietaba hallarlo así –. Lo hiciste muy bien, lo prometo, hyung.
–Gracias, Beomie – sonríe apenas sin que sus comisuras se levanten, más porque no desea mortificar al de reflejos claros; honestamente, no le estaba afectando mucho el hecho de haber perdido y lo que eso causaba sobre su persona, porque su inseguridad ahora estaba dirigiéndose en otra dirección con mismo apellido al suyo. Y sí, es lo que le está incrementando su conflicto interno –. Estoy bien, no le presté mucha atención a lo que opinara el resto...
Gyu quiso preguntarle si sus teorías eran ciertas, él mismo no estaba bien del todo aunque lo disfrace perfectamente, su mejor amigo lo descubre igual al toparse sus ojos en el espejo, sólo que son interrumpidos por el joven que toda la salida ha estado con su enfoque en el mayor de ellos.
–Yeonjun, gran partido – su risa es amena y sus gestos amistosos –. Si hubiese sido yo, muy probablemente la bola hubiese caído en mis pies por los nervios y el sudor.
–Estuve a punto de terminar de esa manera, Baekhyun hyung – sonríe ahora con más honestidad, peinando sus mechones hacia atrás –. Gracias por decírmelo, es muy considerado de tu parte.
El castaño le da un guiño para entrar a un cubículo, los dos amigos hacen lo mismo antes de salir, suspendiendo el tema anterior, por ahora.
La mansión Choi estaba serena, el único sonido que se escucha proviene del cuarto de lavado donde las dos mujeres doblan las ropas y sabanas restantes del día, pues los estudiantes habían limpiado la cocina antes de irse y dejaron pocas actividades no hechas; siempre eran responsables para ayudar a Moonbyul. Las dos conversan acerca de un tema bastante relevante para la estudiante:
–No tendría que molestarme cuando es su vida, linda.
–Pues no muchos padres tienen la misma perspectiva. Su hijo tiene suerte de tenerla, señora Choi.
–No fue tan sencillo al principio, no te engañaré. Yo también fui inculcada de la forma tradicional, no es algo usual presenciar esa clase de relaciones entre un mismo género, por lo que al principio no lo comprendía, porque no me imaginaba a mí misma sintiéndome atraída por otra mujer – Moon le tiende una pila de ropa negra para seccionarla por sus dueños, sonriéndole a la pelimorada–. Sin embargo, ser madre es un aprender constante, como ser un humano que vive cada día las lecciones de la vida, y eso me hizo comprender que no es a mi a quien me tiene que gustar nadie, sino entender que mi hijo es libre, como el resto, de sentir lo que demanda su corazón. No es entenderlo, es respetarlo a pesar de que no me enseñaron tal pensamiento. Beomgyu es lo más hermoso que tengo, lo único que me queda después de tanto dolor y perdida, así que jamás le daré la espalda, tenlo por sentado.
–Suena muy hermoso lo que dice, en serio. Mis padres por su parte no tomaron bien lo mío, pero al menos la tengo a usted y a mis amigos, los reales – Jisoo suspira aceptando un apretoncito afectuoso de la mujer en sus mejillas que le causa calidez –. Usted nos apoya a todos, es como una gran madre para los chicos, la adoran.
–Y yo los adoro a todos ustedes, cariño.
–Nos conoce muy bien, sobre todo a ese trío de bobos.
–Como la palma de mi mano~ – reconoce con un tono cantarín –. Por eso estoy intentando que mi hijo y su ex novio regresen, pero esa dupla de tontos tienen que aprender a charlar civilizadamente y hacerlo con el corazón, no con sus cabezas.
–Eso espero, porque de no hacerlo me temo que Taehyun se quedará sin hígado de tanto beber y Beomgyu se secará de tanto llorar oyendo música triste – hay un breve silencio antes de que se le ocurriese inquirir: –. Y hablando de algo más, ¿Qué opina de Soobin y Yeonjun?
Byul frena sus doblados y coloca una expresión analítica antes de suavizar el rostro con una sonrisa juguetona.
–Ninguno me ha dicho nada, por supuesto, sin embargo intuyo que existe un algo que cada vez es más fuerte entre ellos. Se gustan, no hay duda, sólo que creo que Yeonjun tiene miedo a lo diferente y a muchas cosas que no sé del todo ahora mismo... Pero están ahí.
–¿Qué hay de Soobin-ah? – indaga interesada, como si fuese una película –. ¿Cree que le ocurre lo mismo?
–No, Soobin está aprendiendo simplemente a sentir lo que estoy segura no ha sentido jamás por alguien más. Su miedo no es a lo diferente, sino al rechazo, o tal vez al abandono.
–Usted debería de ser psicóloga – admira con perplejidad –. Mi teoría se basa en que ambos son sólo son cabeza dura y ya.
La mujer suelta una carcajada y asiente.
–Es un buen resumen también, Jisoo. Pero en fin, ¿Quieres que te diga lo que pienso de ti y esa jovencita muy traviesa?
Jisoo se cubre el rostro con una pijama para evadir la vergüenza. Nada se le escapa a la madre de Beomgyu.
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–¿Me estás espiando?
–Ugh, tengo una vida, gracias.
Soobin rueda sus ojos y señala de nuevo las botellas en su factura.
–¿Qué haces aquí, Lisa?
–Trabajo aquí los lunes y viernes durante vacaciones de invierno para no aburrirme – alza sus hombros y acepta el papel para buscar en la nevera lo marcado –. Entonces, sí tienes una vida social.
–Son amigos del amigo de Beomgyu – chasquea con desinterés, chequeando su alrededor con insistencia –. Por cierto, gracias por curarme la herida anoche.
Lalisa deposita las aguas con una mueca confundida.
–Yo no he hecho nada.
Soo la imita, descolocado por el tema. Sin embargo, tiene una sospecha que le genera un vacío en su estomago, la cual aparta con una sacudida de su cabeza al segundo.
–Como sea, ¿Viste a Yeonjun? Fue al baño junto a Beomgyu y un chico mayor, un claro idiota.
–Eh, no, supongo porque están aún ahí – explica con obviedad –. Es raro que no estés con él, te vi con esa chica linda de cabello azul y a Choi le vi con ese otro chico mayor – da una risilla sugerente –. Oh, y déjame decirte que no luce como idiota, sino idiotamente sexy.
–Manoban, no me interesa si lo ves sexy o no. No quiero que Yeonjun crea que no soy capaz de socializar, y la única que me ha caído lo suficientemente decente en el grupo ha sido Arin – no suena tan animado, de hecho, se oye tan frustrado como se siente. Le agrada la muchacha, ciertamente le recuerda a la única chica con la que entabló una amistad en su vida anterior al espejo, pero el no acercarse a Yeon -porque éste estaba evitándolo y luciendo más interesado en compartir con el resto- le tiene muy malhumorado –. No tengo remota idea de lo que le sucede, está actuando muy distante.
–¿Hiciste algo?
–Claro que no.
–Luces demasiado ansioso – examina con más seriedad, no oculta que le hace sentir algo mal el estado decaído del pelinegro –. ¿Tienes miedo a que te rechace?
Choi no quiere admitirlo en voz alta, pero su silencio es suficiente. Observa cuando Yeonjun y Beomgyu van directo a la zona de karaoke donde se ubican los demás, riendo junto al chico que no le daba buena espina, porque no le ha quitado la mirada de encima a su hyung desde que llegaron y cada vez parece que se le acerca más, mientras que él está inhabilitado de hacer movimiento alguno debido al repentino y tácito muro que le puso el rubio.
–Yeonjun no me rechaza... ¿O sí?
–Primero, destensa la mandíbula o la vas a quebrar, Soobin. Segundo, no te ha sido indiferente del todo, hasta donde conozco, pero la mejor manera de obtener una respuesta suya es enfrentándolo.
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En otro enfoque, Jun evade la mirada de Bin una vez éste último se une a la cabina grande de karaoke que han alquilado, todos comenzaron a pedir del menú algo para cenar y agradecieron las botellas de agua que trajo el alto. Se sentó junto a Baekhyun y Beomgyu, tratando de ignorar al de chaqueta roja... Pero luce como si se empeña en hacerlo notarle:
–Soobin-ah y yo podemos cantar este dueto, será divertido~
Arin le tiende el micrófono al ojos negros, el cual lo sujeta algo dudoso antes de que la música invadiese la cabina en lo que todos apoyan el primer dueto. Lo hacen bastante bien, tanto, que cierto ojos miel les detalla con unas ganas de salir corriendo de la escena.
"Claro, ella es una chica bellísima y talentosa que comparte sus gustos. Soobin sólo se ha confundido contigo porque fuiste su primer acercamiento humano en mucho tiempo, pero es más lógico que se fije en ella que en alguien sin gracia ni encanto particular como tú, Yeonjun. Ser hetero es más acorde a su época, ¿Cierto? Deja de soñar y quejarte como si tuvieses esperanza" Se reprocha mentalmente con el sonido de la música de fondo, maldice el que Soobin cante tan jodidamente increíble, luzca tan atractivamente sexy mientras lo hace y el hecho de estar tan enojado por algo absurdo.
¿Acaso se ha ilusionado por un beso y un poco de atención de un chico que vivía en un espejo desde mil novecientos once? Era patético, incluso sale unos minutos para atender una supuesta llamada telefónica que le socorre para escapar unos minutos. Una voz femenina desde la barra le hace saltar ligeramente en su posición.
–¿Pasando el rato, Choi?
–No vine con Jisoo, por si preguntas.
–Lo sé, acabo de llamarla.
–Ok, esto es raro, ¿Por qué me hablas entonces?
Manoban resopla, vertiendo agua saborizada de la jarra que carga en un vaso y tendiéndoselo.
–Porque aunque me caigas mal, no significa que si te veo muriendo con un pedazo de brocheta no voy a darte un vaso con agua o a darte palmaditas.
Choi procesa la extraña metáfora y acepta despacio el vaso.
–Eh, ¿Gracias?
–¿Algo te tiene mortificado? – ante la falta de contestación, da una inhalación para agregar: –. Lo creas o no, soy buena escuchando. No te juzgaré, y si me es posible ayudarte, aquí estoy... No me mires así, Jisoo unnie te adora, le estaría haciendo un favor para que no le llegues atormentando con tus dudas existenciales.
Se supone que no se toleran, que no confía en la chica, por lo que le es un disparate el tan fácilmente soltarle, como si estuviese urgido de un consuelo:
–No tengo una jodida pista si me gusta Soobin.
–Oh, ya... ¿Por qué dudas?
–Acabo de conocerlo hace poco, yo nunca he sido una persona de romances rápidos o cosas de esa clase, además de que yo salía hace meses con Huening. Sin mencionar el que Soobin...
–No se quedará mucho en Daegu, ¿No? – completa por la suspensión en la oración que duró algunas segundos. De inmediato el alto parpadea interrogante en su dirección, por lo que improvisa:–. Él me lo comentó en una ocasión. Tú prosigue.
–¿No le contarás nada de esto? Ustedes son amigos, o algo similar.
Lalisa chasquea con una mueca en lo que se inclina en la barra con sus codos.
–No, no le contaré. No somos tan cercanos.
Yeon da un nuevo sorbo a su bebida y con menos recelo vuelve a retomar:
–Me confunde que hasta hoy creí gustarle, a pesar de que al inicio fue un idiota conmigo, y ahora está muy encantado con una chica que apenas acaba de conocer – sisea con irritación palpable –. No lo culpo, pero pensé que era diferente conmigo... Debes de estar aguantándote la risa.
–Sí, pero no por lo que imaginas – masculla con ojos entrecerrados, queriendo golpear al par de ciegos tontos con mismo apellido –. Te estás complicando demasiado, Choi. Si alguien te gusta, no importa el tiempo ni si hace meses estabas con alguien, o si te corresponden o no, sólo es así. Si pides mi opinión, deben hablar las cosas, porque claramente estás celoso y ni siquiera sabes si lo que ves es la realidad o...
–No estoy loco, sé lo que veo – exclama ofendido –. Yo no soy alguien celoso.
–Gran chiste – suelta una descarada carcajada –. Pero en serio, charlen las cosas, te sorprenderías mucho de saber que son demasiadas las personas que intuyen algo y resulta que todo es lo opuesto. Estoy muy segura de que le gustas a Soobin también, deja de pensar tanto, Choi.
Algo le hormiguea ante la idea de que fuese cierto, medita la contestación, sorprendido de que la chica no fuese tan mala para aconsejar como imaginó.
–¿Quieres que te consiga un avance más rápido con Jisoo, cierto?
–Para ser rubio eres inteligente.
–Eres rubia igual que yo, Manoban.
–A mi me luce más.
Ya entiende porque es algo así como amiga de Soobin...
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La comida llegó para compartirla y el grupo se motiva a cantar mientras en el karaoke, exceptuando a Soobin quien estaba a punto de echarse a gritar y patalear por cada que el tal Baekhyun tocaba la mano de su hyung; peor, le sonreía, le sacaba risas, lo veía insistentemente y conversaba con él desde que éste regresó a la cabina. Aumentan sus ganas de golpearlo cuando el chico convence al mayor de cantar un dueto, tal como el suyo con Arin.
Jura que estuvo a nada de levantarse, jalar a Yeonjun y reclamar que ellos eran quienes debían cantar, que el apuesto rubio era suyo porque lo vio primero, tal como un animalito salvaje.
Para agregar más impotencia a su ser, queda embelesado con la voz de Yeon, quien se suelta de a poco y muestra su preciosa y varonil voz, fácilmente su presencia escénica podría ser la se un artista... Soobin anhelaba ahora escuchar a Yeonjun cantar todos los días, al menos antes de dormir en su fría y solitaria cama.
Yeonjun se sentó con un tenue sonrojo al atraer aplausos y halagos del grupito, pero inevitablemente está decepcionado de no tener ninguno de Soobin, el cual hasta casi luce enfadado, pues no le dirige mirada alguna, y el hecho le pone triste por más que lo deteste sentirse como tal por él. No se supone que deba buscar la atención del pálido, no la suya, ni la de nadie...
Sus ideas se interrumpen al rato cuando su mejor amigo comenzó a llorar en pleno canto junto a Hoseok, dejando a todos confundidos en lo que va a abrazarle. Beom se disculpa totalmente apenado y alega que ha sido sólo el sentimiento de la letra que le caló profundo. No dicen nada y ahora se mantienen juntos, no participando en las últimas charlas del resto y ya buscando cómo excusarse para salir de ahí.
Sin problema, Soobin es quien se despide por los tres, regresando al auto tras intercambiar número con la chica con la que entabló una aparente amistad. El trayecto estaba tan tenso e incomodo como un tempano de hielo, nadie moduló palabra alguna, y en la mansión, se paralizan ante la presencia del pelirrojo que se incorpora con un saludo corto.
–Ya me iré a mi habitación, la señora Moon quería que les dijera que hay comida en la cocina.
–Hemos comido ya, Tae, pero gracias.
–Espero se divirtieran – Taehyun, con una expresión de añoranza bastante lamentable, aprecia al de cabellos más largos –. Discúlpame por mi mal comportamiento, no debí decir tantas cosas desagradables. No voy a molestarte más, sólo espero que te fuera bien en tu salida, Beomgyu.
El aludido muerde el interior de su mejilla y se obliga a no dirigirle mirada alguna, asintiendo quedamente y dándole las buenas noches en un murmullo para perderse escaleras arriba. Tae suelta una pesada exhalación y se despide de los Choi restantes para irse a su propia recamara.
Ambos están en pleno recibidor con brazos cruzados, retiran sus abrigos y los colocan con un ruido seco en el perchero, sin encararse todavía. Fue tan insoportable, que no se resisten:
–¿Por qué me ignoras?
–No te ignoro, tú me ignoras a mí.
–Desde que nos besamos estás actuando de esta forma, Yeonjun – espeta fuerte y claro, tomando valentía –. Si no te agradó podrías confesármelo ahora mismo.
–No se trata de eso, Soobin – le imita, no retrocediendo y con mentón en alto –. Además, tampoco debe de importarte tanto lo que hago cuando estás tan entretenido con tu nueva amiga, la historiadora de anillos caros y anticuados.
–Es historiadora de arte, ese título no existe – enarca una ceja – ¿Y qué papel juega Arin aquí como para que la menciones? Acabo de conocerla.
–No quita el que es bonita e inteligente, muy genial como para regalarle un peluche y no dejar de parlotear y cantar toda la noche – añade con mayor ironía: –, a pesar de que acabas de conocerla.
–¿Qué carajos estás diciendo? El peluche lo ganó ella y yo sólo se lo cargué. Quien estuvo toda la noche parloteando y cantando fuiste tú con el imbécil de Baekwoo.
–Se llama Baekhyun, y no sé a qué te refieres.
Soobin da un imponente paso cerca del ojos miel, verbalizando con voz profunda:
–A que no me gustó en lo absoluto verte con él.
Yeonjun dio otro paso con mismo tono.
–A mí no me gustó en lo absoluto verte con ella.
–¿Estás celoso de ella? – da una mueca de realización –. Eso es ridículo.
Dolió, porque no comprendió el contexto en el que su menor lo ha expresado. Yeonjun aprieta sus puños y toma una boconada algo temblorosa, sin dejar de observar los orbes oscuros.
–Lo ridículo es que quizás era más indicado que ella te sacara del espejo, porque pensar que yo puedo siquiera lograr algo bueno, es estúpido. Ridículo es que tú creyeras que estaba prestándole atención a otro chico y no te atrevieras a siquiera levantarte para cantar conmigo si es que tanto te molestaba. Aquí lo más ridículo, Soobin, es que yo creí gustarte de verdad.
Soobin traga la amarga pesadez y niega asombrado por la forma de pensar que tiene Yeonjun. Le remueve algo en el fondo, porque no desea que éste se sienta tan... Inseguro, no con él.
–Me gustas, claro que me gustas. Si estuve con ella es porque me dijiste que hiciera amigos, me recordó a la chica de la que te hablé.
–Ah, a tu novia – musita con una sonrisa sin gracia, ahora peor ante el comentario –. Lo arregla mucho, gracias.
–Las cosas no son así. Yeonjun, yo no querría cambiar el hecho de que tú fuiste quien me sacó del maldito espejo – las verdades estaban saliendo ahora con una velocidad que le tienen a él mismo desconcertado, estaba desesperado por expresarse pero jamás ha sido bueno con las palabras y los sentimientos. Gruñe despeinando su cabellera oscura ante la frustración, inclinan su cuello para verlo mejor –. Maldición, sólo quise tomarte del brazo ahí mismo y besarte frente a ese idiota para que parase de coquetearte, me estaba enloqueciendo más de lo que es razonable.
A ese punto estaban cerca del otro, con una tensión tan palpable y densa que se denota en sus pupilas dilatadas, respiraciones aceleradas y lenguaje corporal. El rubio baja el volumen de su voz al preguntarle en tono ronco:
–¿Por qué no lo hiciste?
–Te prometí no besarte sin tu consentimiento.
–Bésame – se le escapa antes de contenerlo, sin embargo, cuando su menor le observa para verificar si estaba decidido, repite con mismas ganas en medio de su miedo:–. Bésame ahora, Soobin.
Sin dudarlo un instante más, el aludido acerca por la cintura al más bajo, fundiendo sus labios en un beso diferente al primero que compartieron con anterioridad, ya que ahora son más demandantes y apasionados, con una añoranza novedosa que ardía como el fuego mismo. Abren sus cavidades y se mezclan en una danza sus lenguas, saboreando al contrario con un jadeo y chasquidos bajos, las manos del mayor viajando a los amplios hombros del alto, y las del último se afianzan en la definida y delgada cintura del rubio. Se apegan más, como si fuese posible, sus corazones están desbocados a la par. Ninguno de los dos Choi experimentó tanta intensidad, nunca.
Se separan con respiraciones erráticas y un leve hilo de saliva que acortan, Yeonjun se aleja cuando Soobin tiene intenciones de retomarlo, sacudiendo su cabeza y sobrecargado por tantas emociones vividas. Le expresa en un susurro que necesitaba descansar y que charlarían mañana, luego se pierde por las escaleras, ignorando el llamado de su dongsaeng y no oyendo su contestación.
Yeonjun estaba comenzando a asustarse por querer tanto algo que no sabe si es correcto, porque es diferente a lo que conoce, y teme a su vez que se le asemeje a su pasado.
Soobin estaba comenzando a asustarse porque no quiere que el mayor rechace lo que está empezando a sentir, por primera vez.
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La de cabellera rojiza y ondulada canta a la luna en las alturas, permitiéndole a los copos pegarse en su cuerpo, maravillada con el mecer del viento helado que la hace estremecerse.
–El miedo es instintivo en los seres humanos, es mejor señal que lo experimenten a que no sentir nada... Las diferencias no son malas, más bien son las que nos complementan en armonía, y espero que el lindo Junnie piense en lo que mi querida Lalisa le ha dicho.
Namjoon maúlla para que su dueña regrese al interior de la pequeña casa que comparten, a pesar de que sus poderes le otorguen protección, el frío no es recomendado, menos en su estado actual. Irene se encamina a la propiedad con cansancio, tosiendo un poco y musitando a la nada:
–Todavía hay tiempo, Nayeon... Lo prometo.
Porque incluso ella sufría de temores.
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Baekhyun es mi bias de EXO y necesitaba meterlo askajso Igual a Song Kang y Taehyung (nuevo ship desbloqueado) uwu
Arin es una bebita, adoro a Yeyo celoso JAJAJAJAJA Igual tenía que poner a mi Hobi precioso :3
¿Cómo se preparan para el comeback? Estoy colapsando, todas las canciones se oyen geniales, y ni hablar de las fotos conceptuales OuO
¿Cuál fue su concepto fav? Yo no supero Daydream, estoy escribiendo un fic YeonBin del concepto, de hecho ajsksm También amé Farewell y Lullaby.
Taehyun y Beomgyu tienen un largo tramo, como Yeonbin, pero les recompensaré unu
Esta canción me recuerda al Taegyu del fic por varias razones:
https://youtu.be/kPsx9HKmZlI
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