26.- Susto (+18)
Aviso e.e contiene Lemon un poquito e.e
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26.- Susto.
Para las fiestas Decembrinas, habían decidido pasarlas con sus familias.
En Navidad estarían en casa de Julián, y recibirían el Año Nuevo en México con la familia de Guillermo.
Para después de eso, irse juntos a algún lugar a la elección de Julián para demostrarse cuánto se amaban. Querían estar juntos y en Qatar Ochoa le había prometido a su novio irse de vacaciones para disfrutar de su compañía, al menos un rato tomando en cuenta sus responsabilidades con sus respectivos equipos de Fútbol.
La idea emocionaba bastante al menor por eso.
Pero aprovechaban cada minuto para estar juntos.
Cómo en ese momento, del día 24 de Diciembre.
Guillermo se había levantado temprano para darse un baño, pues iban a comprar algunas cosas para la cena de Navidad y quería ayudar con la cocina, pues era bastante bueno en ello y ya un par de veces había sorprendido a sus suegros con los platillos que había hecho para ellos, ilusionado por ello, Julián quería ayudarle a preparar algo.
Y también se había levantado un poco más temprano para bañarse debido a que... Cómo siempre, Julián quería entrar con él no exactamente para bañarse. Y como siempre, Julián se había salido con la suya.
Lo cual sorprendía tomando en cuenta que, supuestamente el marcaje y el lazo hacen que los estímulo sexuales bajen de intensidad al menos en gran medida. En el caso de Julián no era así. En resumen lo que ese dulce Omega tenía de inocente y lindo, lo tenía también en su forma de ser en la intimidad, algo que contrastaba bastante... Pero Memo no se quejaba realmente si se había hecho tan adicto a su cuerpo como Álvarez al de él.
— Memo...
— No hagas tanto ruido mi amor...
Ambos seguían en el baño... Pues cuando Memo había entrado a bañarse, Julián saliéndose con la suya no tardó en seguirlo y el baño termino siendo algo más.
Pero claro, evitando hacer ruido pues en casa todavía dormían.
Julián estaba acostado en el piso del baño, el agua de la regadera le caía levemente de no ser porque Memo estaba sobre él, las penetraciones eran placenteras y el frío azulejo del suelo no le importaba en ese momento.
Solamente quería sentirse lleno de su Alfa.
Evitando por supuesto soltar sus gemidos, algo realmente complicado de hacer.
Con suaves caricias Memo siguió estimulando la virilidad de su novio, quién se retorcía debido a las sensaciones...
— Te amo demasiado...
— Yo a ti más...
Tras darse un beso, Memo lo sujeto de las piernas haciendo que las embestidas fueran más fuertes hasta el hecho de hacerle tocar a Álvarez su punto dulce.
No tardó demasiado en correrse dentro de su cuerpo. Poco a poco recuperaron la respiración y Julián se enderezó un poco para volver a besarlo, el agua seguía cayendo levemente tibia pero con el calor del momento no importaba que fuera a enfriarse.
Ochoa había quedado recargado en la pared con Julián devorando su boca, moviendo la cadera suavemente, aunque sus movimientos no solamente eran suaves, también atrevidos y sensuales, eso despertaba aún más a su novio.
— Juli creo que deberíamos parar...— Suspiró levemente besando su frente.
— Pero me está gustando...— Respondió coqueto moviéndose de manera que rozaba su virilidad con la de su novio, incluso se atrevió a tocarlo.— Estás duro, a ti también te gusta...
— Ten en cuenta que llevamos rato aquí.
— No me dejes con las ganas...— Julián sonrió tierno haciéndole caritas.
— Siempre tienes ganas...
Aunque se había burlado, Memo lo volteó haciendo que quedara en cuatro, para volver a hacerlo sentir el placer del que tanto ambos disfrutaban.
El baño se había alargado bastante y cuando finalmente habían terminado, Julián se apresuró a salir primero para ir a su habitación, afortunadamente nadie lo vio. Minutos después salió Guillermo. Aunque se topo a la entrada con la abuelita de su novio.
— Buenos días Guille...— Sonrió Doña Tita viéndolo.
— Bu-buenos días...
Aunque Ochoa se avergonzó levemente tomando en cuenta que solamente portaba una toalla alrededor de la cadera y la abuela lo vio de arriba a abajo.
— Con razón a Julián le gustas... Si estás muy bueno...
Ese comentario le hizo sonrojar pero la señora siguió su camino para ir a la cocina. Enseguida Memo fue a la habitación de su novio. Aunque no espero que apenas y cerraba la puerta Julián lo acorraló en la puerta con sus brazos.
— ¿Otra ronda?.— Murmuró coqueto Álvarez mordiendo su pecho.
— Ya te dije que no me dan ganas que tu Hombre Araña pegado en la pared nos vea...— Murmuró Memo mientras le besaba la cabeza.— Ni tu póster de la selección Argentina...
— Y di que guarde el que tenía de Leo...
— Así menos...
Comenzaron a vestirse, Julián no perdía de vista a su novio y sonrió por eso.
Tras desayunar habían ido a hacer las compras que les encargaron para la cena de Navidad, Julián no sabía cocinar exactamente pero quería ayudar. Así que cuando llegaron a casa Memo lo puso a cortar algunos vegetales.
— Aquí hay cosas que en México tienen otro nombre...— Explico Memo.— Como el elote.
— ¿Qué es eso?.— Julián ladeó la cabeza mientras Memo le señalaba el vegetal.— Ah choclo...— Siguió picando en cuadritos unas zanahorias.
— No te vayas a cortar...
— No te preocupes.— Sonrió Julián.— Aunque confieso que no cocino mucho...
— Te va a incendiar la cocina.— Se burló su mamá.
— No me ayudes.— Lloriqueo el menor.
— Creo que ya sabemos quién cocinará cuando nos casemos...— Memo sonrió.
— Pero voy a aprender, verás que te haré cosas muy ricas...— Murmuró por lo bajo.— Como el "desayunó" de la regadera.
— ¿El qué?.— Su mamá no alcanzo a escuchar.
Memo se avergonzó y le lanzo un grano de elote a la cabeza, había entendido bastante bien el comentario.
— Pero de verdad eres muy bueno en esto.— Julián sonrió admirado viéndolo cocinar.— Insisto en que yo soy malo...
— Pero sabes hacer otras cosas Juli.— Memo sonrió mientras sazonaba la carne.— Sabes cantar muy bien.
— Bueno, creo que si...
Todo iba perfectamente en la cocina, hasta que descansaron para comer un aperitivo. Era fruta con yogurt pero, cuando Julián le dio el primer bocado se quedó viendo el plato.
— ¿Qué sucede mi amor?.— Memo lo había notado.
— Me dio asco...
— ¿Qué?.— Eso le extraño a Ochoa pues fue su novio quién pidió ese aperitivo.
Enseguida Julián dejo el plato en la mesa y salió corriendo al baño. Eso extraño también a su madre y tanto ella como Guillermo lo siguieron.
— ¿Juli?.— Su madre le llamo suavemente.
— ¿Amor?.— Tras no obtener respuesta Memo igual llamó.
Minutos después, tras volver el estómago, Julián salio un tanto pálido.
— ¿Juli?
— Creo que me mareé...
Apenas y había dado un paso fuera del baño y perdió el conocimiento. Se había desmayado pero Memo alcanzo a sujetarlo.
Eso les preocupó por lo que debían llevarlo al doctor.
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