2.
Las luces se encendieron de repente y me costó adaptarme al cambio. Estaba en un cubículo de cristal con tres orificios en la parte superior, fuera habían camillas y más cubículos igual al mío, con personas a las que les faltaban partes del cuerpo, me pregunté que me faltaba a mí y me atemorizó descubrir la respuesta. En una esquina había un plato con un líquido viscoso que supuse que sería mi comida y que me revolteó las tripas con solo verlo, no sé si fue del asco o de las ganas de comerlo, pero me acerqué gateando hasta él y lo tomé con dedos temblorosos como si fuera un pastel de felicitaciones.
No vislumbré ningún utensilio con qué comerlo así que elevé el plato por encima de mi cabeza, la incliné hacia atrás y traté de atrapar el contenido con la boca haciendo breves pausas para tragar. Terminé más mugroso que en un principio, pero eso no era lo más importante en ese momento.
Una hilera de seres raros se colocó frente a nosotros. Tenían un aspecto espeluznante, su piel era anaranjada a más no poder, tres ojos en vez de dos, su boca estaba donde debía estar su nariz y viceversa. Pero lo que realmente les daba un aspecto tétrico eran los pedazos humanos que tenían cocidos por todas partes, un brazo, una pierna...
Uno de ellos dio un paso adelante y sonrió mostrando palillos afilados como la punta de una espada.
—Saludos, terrícolas —su voz era un silbido ensordecedor que me provocaba ganas de arrancarme la piel a arañazos—. Tal vez estén esperando que les digamos que venimos en son de paz pero nuestra raza no miente. Los ma-to no sabemos mentir y estamos aquí porque los humanos no saben cuidar su planeta, somos los defensores del universo, y a los de su clase les damos muerte por destructores.
Las luces temblaron y en una ilusión óptica vi a cada uno de ellos con un arma en la mano preparados para lanzarse contra nosotros en cualquier momento. Me pregunté qué tan largo sería el pasillo que ocupábamos, cuántos serían ellos y qué tan ciertas eran sus palabras. Reparé también, en que a pesar de que uno solo estaba hablando, nunca utilizó la primera persona del singular y he aquí donde funcionaba mi gramática y el hámster que tenía en mi cerebro empezaba a correr sobre la rueda para ponerlo a funcionar:
Tal vez era que la propia persona como ente individual estaba sobrevalorada y que nos centrábamos tanto en nosotros mismos que nos olvidábamos de los demás. Vivíamos en una especie de "yo" asfixiante y toxico que nos importaba poco lo que le pasara a quienes nos rodeaban. La tecnología había avanzado tanto que preferíamos pasarnos horas y horas frente a un ordenador o a un celular en vez de salir a caminar un rato de conversar y reír con amigos...
Una fuerte campanada me sacó de mi ensimismamiento, las luces estaban apagadas, y los cristales se agrietaban dejando a su paso un líquido blanco que corría por las aberturas. De fondo se escuchaba una especie de ritual MAYBE TOMORROW, MAYBE TODAY, MAYBE TOMORROW, MAYBE TODAY... Acompañado de unos tambores, era una marcha fúnebre. Los muertos seríamos nosotros dentro de un par de horas. Un choque muy diferente al de los tambores se escuchó y comprendí lo que estábamos tratando de hacer, supervivencia... Me uní a ellos golpeando mis nudillos contra los cristales tratando de romperlos, en vez de eso sentí como la carne se me abría y vi la sangre caer, aún así seguí golpeando hasta que se me entumecieron las manos, pero ni la más mínima reacción por parte del condenado cristal. Recosté mi cabeza contra el cristal y salí desprendido hacia delante yendo a parar con la frente sobre el suelo y un buen número de cristales incrustados en mi piel, los demás al ver esto hicieron lo mismo obteniendo el mismo resultado. Arrastras empezamos a movernos aún sin levantarnos del suelo, parecíamos zombies hambrientos en busca de cerebro urgente, dejábamos un rastro de sangre a nuestro paso. Moriríamos desangrados antes de que nos mataran o eso presentía yo.
Una luz verde lumínica nos arropó y los ma-to volvieron a aparecer eliminando todo a su paso, lo que una vez eran personas terminaron siendo cenizas. Un exterminio total de la raza humana estaba sucediendo delante de mis ojos y yo sería, sin lugar a dudas, el siguiente; la chica que en un principio había aparecido en mi casa fue la primera en llegar a la puerta de salida y hizo una fuerza sobrehumana para arrodillarse y tocar la manija de la puerta, pero no duró mucho, inmediatamente fue reducida a cenizas frente a mis ojos y si había sido ella quien había, en vano, intentado salvarme no tuve tiempo de agradecérselo.
Todo se volvió neblina en el momento en el que me tocó el disparo, sentí como todos mis dolores se desvanecían lentamente y se terminaba de quebrar el hilo rojo. Me desintegraba lentamente con un leve cosquilleo, nunca pensé que morir sería así tan... Placentero, tal vez. Los recuerdos, los sonidos, los colores, todo me parecía tan lejano cuando lo único que había era silencio y oscuridad, seguí cayendo en un abismo sin final, pensando en como mis padres se habían ido a su trabajo mientras yo aún dormía, en como ninguno de nosotros esperaba acabar así, en como la raza humana había buscado su propio exterminio aunque nosotros mismos íbamos a acabar igual sin la necesidad de que ellos intervinieran. En como somos y de un momento a otro, dejamos de ser.
Y todavía con esos pensamientos la última célula de mi cuerpo se extinguió y yo con ella.
Tal vez hoy o tal vez mañana, no lo sabes pero con el derrotero que llevamos, ¿piensas que podamos sobrevivir?
*Ma-to Maybe today-tomorrow.
Saaaaaaaad T_T
Se va a llorar a un rincón.
Dios mío, si supieran lo que me está costando publicar esto, el internet está kk y no ayuda para nada, me va a dar algo si de repente se borra todo, oh Dios.
Pues nada, este es el final, lo sé una historia muy cortita, pero así me gusta ❤. Pueden dejar sus comentarios, votos y demás.
Vivan cada día como si fuera el último de sus vidas.
Se despide...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top