9. Resultados.

*Publicado originalmente el 9 de octubre de 2015*  



Narra (TN)

Positivo.

La prueba de embarazo a la que me había sometido dio eso como resultado. Me puse muy nerviosa desde el momento en que lo supe. No estaba lista para ser madre. ¿Qué no se suponía que Paul había usado protección? Me mordí el labio, y entonces recordé.

—Flashback—

Austria. 21 de marzo.

—Hagamos otra cosa que no sea discutir o hablar de Tom y Jane —sugerí y comencé a besarlo con pasión, él correspondió el beso y puso sus manos en mi cintura—. Sabes que es a ti a quien amo.

—Y yo te amo a ti, preciosa —dijo antes de morder mi labio con suavidad.

Me apegó a él y comenzó a besar mi cuello. Sentí que un bulto comenzaba a crecer bajo su pantalón. Le quité la camisa y acaricié su pecho mientras él depositaba tiernos besos en mis labios. Nos separamos para quitarnos los zapatos y la ropa.

—He estado demasiado tiempo lejos de ti, nena —me dijo luego de haber retirado mi blusa y mi pantalón—. Te necesito.

—Y yo a ti, mi amor —respondí y proseguí a bajar sus pantalones.

—Sí, pero no tanto como yo a ti —me dijo seductoramente mientras retiraba mi sostén.

Le quité su bóxer y él comenzó a besar mis senos. Yo no podía hacer otra cosa que no fuera suspirar de placer. Pasé mis manos alrededor de su cuello y, sin que yo me lo esperara, me levantó, obligándome a enroscar mis piernas en su cintura. Podía sentir su prominente erección rozando con mi cuerpo. Caminó hasta la cama y me depositó con cuidado. Retiró mis calzoncillos y me miró con una sonrisa pícara.

—Espera un momento, preciosa.

Se apartó un poco y fue hasta donde se encontraba su maleta. Rebuscó entre sus cosas, parecía que no encontraba lo que quería. Chasqueó la lengua y volvió a revisar en su maleta, esta vez con más detenimiento. Frunció el ceño, negó con la cabeza y me miró con cara triste.

—No tengo protección, mi amor —me confesó con pesadez—. No creí necesario traer porque tú no estarías conmigo, ¿qué hacemos?

—Tuve el periodo hace poco —le conté—. No creo que pase nada, Paulie.

— ¿Entonces sí puedo? —preguntó con emoción en su rostro.

—Tú siempre puedes, Paul —dije sonriéndole.

Él se acercó con rapidez hasta mí y siguió besándome, primero mis labios y luego el resto de mi cuerpo. Gemí ante la fricción que su masculinidad hacía contra mis muslos. Paul también gemía y me repetía una y otra vez lo mucho que me amaba. Regresó a besar mis labios, podría estar así con él por siempre. Se separó unos centímetros de mí y sentí cómo entraba lentamente a mi interior.

— ¡Ah!­ —gimió McCartney­—. Se siente tan bien estar en tu interior, mi amor. Creo que es mi lugar favorito.

—Te amo, Paul —musité y me besó.

—No tanto como yo a ti, preciosa —dijo McCartney, comenzando a mover sus caderas a un buen ritmo.

Después de un rato, Paul aceleró el ritmo, provocándome un placer infinito. Él también lo estaba disfrutando mucho.

—Preciosa, estoy... a punto... ¡ah!... de llegar —me confesó—. ¿Me dejas... ¡ah!... terminar en ti?

—Sí... ¡ah! —gemí.

Llegué a ese punto mágico y grité el nombre de Paul. Él continuó con la suyo por unos segundos más. De pronto, se detuvo y echó su cabeza hacia atrás al mismo tiempo que gritaba mi nombre. Sentí unas palpitaciones y luego su fluido me llenó.

Paul se retiró con lentitud de mi interior para después besarme y morder un poco mi labio. Se recostó en mi pecho, su respiración era un poco más agitada que la mía.

—Fin Flashback—

Aaron me había mandado a que me hicieran más estudios porque quería que estuviéramos cien por ciento seguros, pero el resultado seguía siendo el mismo.

Positivo.

—Creo que ya fueron suficientes estudios, pequeña —me dijo James.

— ¿Qué voy a hacer? —dije al borde del llanto y hundiendo mi cara entre mis manos.

—Pequeña... sé que probablemente esto no me incumbe, pero... ¿quién es el padre?

Estaba en shock. Había quedado embarazada de Paul. ¿Debía decirle a Aaron? Supongo que sí, es una de las personas que más me ha apoyado desde que llegué a Nueva York.

—Paul...Mc-McCartney —musité entre sollozos.

Él se acercó a abrazarme.

—Tranquila, pequeña —me dijo—. Yo te ayudaré en lo que me sea posible, verás que no te pasará nada, aunque...creo que McCartney debe saberlo.

¿Paul saberlo? ¿Y si no lo quería? Nosotros no habíamos planeado tener un bebé. Él siempre me dijo que quería tener una familia, pero siempre hablaba de un futuro no tan cercano. ¡Dios! ¿Qué iba a hacer?

James me llevó a casa, le había dicho que no quería saber nada del mundo. Quería estar sola, aunque ahora eso me fuera imposible. Toqué inconscientemente mi vientre y lo acaricié. No podía creer que algo, o más bien alguien, estaba creciendo dentro. Un pequeño Paul o una pequeña (TN). Me senté en el sofá y comencé a llorar hasta que me quedé dormida.

Narra Aaron

Aún no podía creer que (TN) estuviese embarazada. Acaba de dejarla en su casa y seguía revisando los estudios con la esperanza de encontrar algún error, pero sólo lo confirmaba más. A ella no le había agradado la idea, la había puesto extraña, triste. Yo la entendía a la perfección. Ella tenía muchas metas por cumplir, muchos sueños por realizar. Y ahora se convertiría en madre.

No obstante, la maternidad es algo muy bello, y creo que debo dejarle claro a (TN) que ella podrá con esto, que ninguna madre estuvo preparada para ser madre. Yo la voy a cuidar. A ella no le va a pasar lo mismo que a mi hermana.

Narra (TN)

Desperté con el sonido de la puerta. April estaba entrando con una caja de pizza. Me miró con una gran sonrisa, que luego desapareció gracias a mis ojos hinchados por haber llorado tanto.

— ¿Qué ocurre? —cuestionó acercándose a mí.

—Yo... estoy embarazada —dije—. Voy a tener un hijo de Paul McCartney.

— ¿Estás completamente segura? —me preguntó—. Yo sólo lo decía a manera de broma, no creía que realmente estuvieras embarazada.

—Pues lo estoy —contesté—. Me hice una prueba de embarazo, dio positivo como resultado; también me hicieron otros estudios, no queda ninguna duda: estoy embarazada.

Hundí mi cara entre mis manos, me sentía mal, extraña. April dejó la caja de pizza en la mesa y me abrazó.

—No estés triste, podrás con esto, amiga —me animó—. Eres fuerte y logras todo lo que te propones. —Llevó una de sus manos hasta mi vientre—. Este bebé tiene mucha suerte de que tú seas su mamá. —Hizo una pausa y me miró a los ojos—. ¿Piensas decirle a McCartney?

—Yo...no lo sé ­—admití—. Creo que sí tengo que decirle, el bebé es de los dos; pero no sé, April. Tengo miedo de que lo rechace. —Suspiré­—. Quizá le escriba una carta.

April fue por una hoja y un bolígrafo. Me puse a escribir con temor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top