88. Matrimonio.
12 de marzo
Narra (TN)
April me estaba ayudando a maquillar mientras Aaron se encontraba con Paul. Habían llegado muy temprano y no iban a permitir que McCartney y yo nos viéramos hasta la ceremonia. Yo no creo mucho en esas cosas de la mala suerte, pero mi mejor amiga dijo que no debíamos correr el riesgo.
—Quedarás encantadora—me dijo April—, ya verás que a todo el mundo le encantará.
—Será una ceremonia sencilla, April—le expliqué—. Además, a Paul no le gusta mucho que utilice maquillaje.
— ¿Y qué sabe Paul acerca de maquillar chicas?
—Supongo que no mucho—contesté—. Es una lástima que no hayan traído a Dorian y a Timmy, me hubiese encantado tener a mis ahijados presentes en la boda. Mary se sentirá sola, no habrá niños.
— ¿Y el hijo de Lennon?
—Cynthia y Jules no van a poder venir a la boda, se disculparon conmigo hace unos días.
— ¿Emocionada por ser la señora McCartney?
—No tienes idea. Estoy muy nerviosa, pero feliz. Siempre soñé con este día.
—Por cierto, Paul dejó un regalo para ti.
Narra Paul
Aaron me estaba dando consejos sobre qué traje debía usar: ambos acordamos que debía ser el más elegante y fino. Elegí una corbata amarilla para que hiciera juego con el color del vestido que (TN) llevaría. Miré mi reloj: faltaba cada vez menos para encontrarme con mi prometida en el registro civil.
— ¿Ansioso?
—Muchísimo—contesté—. Apuesto a que (TN) se va a ver más hermosa de lo usual. Ya quiero convertirla en la señora McCartney, hacerla mía para siempre. Anoche tuvimos una discusión muy fuerte, ¿sabes? Llegó a decirme que no quería casarse conmigo y que la boda se iba a cancelar. Se enojó porque –no sé cómo pudo pasar, pero– había olvidado comprar los anillos, salí en la noche y la joyería estaba a punto de cerrar. Por suerte arreglé todo.
—Todo va a salir bien, Paul—me animó Aaron—. Hoy va a ser uno de los mejores días de tu vida, recuérdalo.
—Claro—anudé mi corbata—. Supongo que estoy listo, ¿nos vamos?
Me había afeitado la barba para la boda, sólo me había dejado las patillas porque a mi parecer se veían bien.
Aaron y yo subimos a mi auto y conduje hasta el registro civil. Se suponía que sería una ceremonia tranquila, sin la prensa ni nadie famoso; pero afuera estaba lleno de cámaras y de fans gritando mi nombre. Fruncí el ceño e hice una mueca extraña. Yo no quería esto en nuestro día especial.
Tuvimos que entrar al registro de Marylebone por una puerta lateral. Mi espera no fue tan larga: mi hermosa mujer llegó justo a tiempo. Se veía bellísima con un bonito vestido color mostaza debajo de su gabardina amarilla; su pancita era ligeramente visible. Llevaba a Mary, quien vestía un abrigo muy parecido al de mi prometida, de la mano.
—Te ves bellísima, mi corazón—le elogié—. No podías verte mejor para nuestro día especial. Por cierto, ¿recibiste mi regalo?
—Me encantó tu regalo—me dijo—. Es un gatito encantador y decidí llamarlo Mozart.
— ¿Mozart?—fruncí el ceño.
—Mary quería ponerle McCartney.
Me reí. La ceremonia comenzó y yo no paraba de ver a mi prometida de reojo, faltaba cada vez menos para que fuera completamente mía. Ella era la única mujer con la que quería pasar el resto de mi vida.
Narra (TN)
Mis padres estaban ahí, igual la familia de Paul, también April y Aaron. Mike, el hermano de Paul, era nuestro padrino; Mary, nuestra madrina. Se sentía muy bien estar ahí al lado del bajista, el único hombre al que he llegado a amar de verdad en mi vida.
Ninguno de los otros Beatles estaba presente en nuestra boda, no sé si el bajista se había tomado el tiempo para invitar a George y Ringo. Yo invité a John, pero según parece, ignoró la invitación. Me lo había dejado muy claro desde antes: él y yo no éramos nada. Mimi tampoco había asistido.
Paul le dio un apretón a mi mano y supe que había llegado el momento más importante del día:
—Señorita (TA), ¿acepta al señor McCartney como su esposo, para amarlo, respetarlo y serle fiel todos los días de su vida?
Los invitados guardaron silencio, miré a Paul, sus ojos delataban su ansiedad por mi respuesta. Ladeó la cabeza de forma suplicante.
—Acepto.
—Señor McCartney, ¿acepta a la señorita (TA) como su esposa, para amarla, respetarla y serle fiel todos los días de su vida?
—Acepto—ambos sonreímos.
El oficial del registro civil nos pidió que firmáramos el acta. Primero lo hice yo y después Paul. Todos habían guardado silencio y nos observaban con mucha atención.
—De ser así, y por el poder que me concede este registro civil... ¡los declaro marido y mujer! Puede besar a la novia.
Paul me abrazó y me dio un beso en los labios justo cuando todos rompieron en aplausos, lo habíamos logrado, éramos marido y mujer. Salimos del registro civil y comenzaron a lanzar pétalos de rosas en la cabeza de mi esposo. Podía ver a muchas chicas llorando porque Paul ya no estaba disponible.
Subir al auto fue todo un problema porque la gente quería tocar a Paul, y las fanáticas deseaban lastimarme. Mi esposo entendió todo y me protegió con sus brazos, dándome oportunidad hasta para lanzar el ramo. Dylan se encargó de llevar a Mary al auto.
—Escuchen, chicas—declaró Paul a la multitud—. Tenía que casarme algún día.
Después de la ceremonia civil, nos dirigimos a la iglesia St John's Wood donde el reverendo Noel Perry-Gore bendijo nuestro matrimonio.
Narra Paul
Luego de celebrar con nuestros familiares y amigos, (TN), Mary y yo nos dirigimos a casa para dar una breve conferencia de prensa. Bajamos de mi auto y permitimos que varios reporteros entraran al patio delantero de la casa.
Abrí la puerta de la casa y Martha y Mozart llegaron corriendo. Mi esposa tomó al gatito en sus brazos.
— ¿Qué se siente estar casado?—le preguntaron a Paul.
— ¡Es fantástico, gracias!
— ¿Crees que esto vaya a cambiar tu vida?
—De hecho, no lo sé, no he estado casado antes.
—Señora McCartney—Paul y yo nos miramos a ver con una sonrisa, complicidad en nuestras miradas—, felicidades, ¿cómo se siente estar casada con uno de los músicos más exitosos y codiciados del planeta?
—Se siente bien estar casada.
——————————
Cuando los reporteros se fueron, tomé a mi esposa en mis brazos tal y como decían que debía hacerse.
— ¡Paul!—gritó por la sorpresa—. ¡Me voy a caer!
—Quiero hacer las cosas como se debe—le expliqué—. Te prometo que no permitiré que te caigas, mi amada esposa.
—Papi yo también arriba—me pidió mi hija, alzando sus bracitos.
—No, nena, hoy sólo mami.
Entramos a la casa y bajé a (TN) en el sofá para darle un largo beso en los labios mientras yo me sentaba a su lado. Nos separamos y nos quedamos viendo a los ojos del otro por unos momentos, sonriendo. Me quité el saco y Mary se sentó a mi lado con un libro en sus manos.
— ¿Cuento, papi?
—Estoy cansado, princesa—le comenté, antes de bostezar.
—Yo también—admitió mi esposa.
Recargué mi cabeza en su hombro. Mi esposa, sonreí con sólo pensar que ahora podía llamarla así. Ya había logrado otra de las grandes metas de vida que tenía: casarme.
Ambos despertamos con un sobresalto cuando el teléfono comenzó a sonar. Nos levantamos juntos y contesté al mismo tiempo que abrazaba a mi mujer.
—Diga.
—Muchas felicidades por tu boda, Paul—era Mick Jagger—. Vi todo el escándalo en la televisión, supongo que fue emocionante, ¿no?
—Muchas gracias, Mick—suspiré—. El poder llamar a (TN) mi esposa hizo que valiera cada segundo.
Una vocecita interrumpió mi llamada:
—Papi, tengo sueño—mi princesa bostezó, hice el teléfono a un lado después de decirle a Jagger que esperara un momento.
— ¿Quieres ir a dormir, princesa?—le pregunté a Mary.
Ella asintió y (TN) se ofreció a llevarla a dormir. ¡Genial! Justo como lo planeé. Le dije a mi esposa que nos veríamos en nuestra habitación y ella accedió. Seguí hablando con Mick hasta que ella estuvo arriba.
—Mick, tengo que irme a preparar una sorpresa para (TN).
—De acuerdo, Paul. Buenas noches, nuevamente felicidades.
Entré a mi habitación y vi los los pétalos de rosa que yo había preparado para esta noche. Encendí las velas aromáticas y apagué las luces. Todo tenía que ser perfecto.
(TN) abrió la puerta y me miró, después se sorprendió por todo lo que había en nuestra habitación.
— ¿Preparaste todo esto?—asentí.
— ¿Lista para nuestra noche de bodas, señora McCartney?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top