87. Nuevo mánager / El anuncio.

1 de febrero

Narra John

Estábamos en la oficina en el número 3 de Saville Row. Éramos únicamente The Beatles, Allen Klein y el padre de (TN). Había estado hablando con los chicos y llegamos a la conclusión de que necesitábamos a alguien para administrar nuestras finanzas mientras nosotros nos dedicábamos a nuestros proyectos personales. Yo había escogido a Allen Klein, porque era el único que nos había agradado a Yoko y a mí; Paul quería que su futuro suegro nos representara.

—En mi opinión—comenzó el padre de (TN)—, se debe adquirir NEMS. Por dos motivos: primero, es una excelente oportunidad en todo caso, porque la compañía está disponible por un millón de libras, y por sí misma vale un millón de libras, así que el dinero en la compañía podría ser usado para la compra.

—No sé si exista algo ilícito en una disposición de este tipo—intervino Klein—, pero sé que para gastar un millón de libras se tiene que ahorrar una suma considerablemente mayor antes de que se cobren los impuestos, y si la antelación de un millón de libras del fondo de EMI para financiar la compra se tiene que devolver por el ingreso de regalías, se necesitarían las ganancias de al menos dos millones de libras.

— ¿Me dejaría terminar, señor Klein?—él asintió—. El segundo motivo es que NEMS posee un bloque de doscientas treinta y siete mil acciones de Northern Songs Limited. La cual es una compañía pública que cotiza en la Bolsa de Valores de Londres. Sus principales bienes son derechos, derivados de Maclen (Music) Limited, en las composiciones del señor Lennon y del señor McCartney, incluyendo las futuras composiciones hasta febrero de 1973.

—Yo quiero que The Beatles sean dueños de Northern Songs—opinó Paul.

—Quizá eso podríamos considerarlo luego—sugirió Klein—. En lo relativo a la amplia posesión de NEMS en Northern Songs, no siento que la existencia de la posesión sea un motivo suficiente para pagar un millón de libras de una empresa, como Apple, cuando desconocemos cuál sea su posición financiera.

—Entonces dejaremos a un lado dichas ideas hasta que haya sido comprobada la situación financiera de las empresas de The Beatles—dijo George.

Después de ese comentario, el señor (TA) nos entregó un documento que hablaba mierda de Allen. Luego dijo que Klein tenía una reputación pésima en cuestiones generales.

—Lo invito a hacer cargos específicos o críticas que pueda responderles—le dijo Klein a (TA).

El señor (TA) no lo hizo, pero creo que las respuestas de Allen nos hubieran satisfecho.

—La posición del señor (TA) debe ser la de asesor jurídico de The Beatles y todas sus compañías—dijo Allen.

—Eso no es posible—respondió (TA)—, por el simple motivo de que he hecho más de los que un abogado inglés hace normalmente.

——————————

Al salir de la reunión, (TN) se acercó a mí. Supuse que estaba esperando a Paul, quien aún seguía adentro del recinto con el padre de ella. Se veía muy linda, con esa sonrisa que siempre la caracterizó desde que era pequeña.

—Hola, John.

— ¿Qué tal, (TN)?

—Todo bien—respondió—, un poco incómoda por el hecho de que estés en contra de Paul. Allen Klein es lo peor que podría pasarle a esta banda y lo sabes bien. Aún estás a tiempo de impedirlo.

—Escucha, es MI banda, y... ¡no tienes ningún derecho para meter tus narices en nuestros asuntos! Yo sé lo que hago, y no permitiré que tú, tu padre o Paul se expresen así de Allen. Es un buen hombre, a Yoko y a mí nos agradó desde el primer momento.

—De acuerdo—dijo ella con un tono de voz que me indicaba que le había dolido mi comentario—. Haz lo que quieras, es lo que siempre has hecho, Lennon.

Me sentí un poco mal, me dolió la despectiva manera en que ese "Lennon" salió de sus labios, pero me encogí de hombros como si nada hubiera pasado.

Paul salió del recinto y se acercó a ella para darle un casto beso en los labios y decirle que tendríamos otra reunión pasado mañana. El señor (TA) se reunió con ellos y se marcharon a casa.

Yo hice lo mismo poco después.

3 de febrero.

Narra Paul

Regresé a casa junto a mi futuro suegro, quien había venido a apoyarme con los asuntos legales de The Beatles. No obstante, no tenía contemplado que George y Ringo iban a apoyar a Lennon.

— ¿Cómo les fue?—preguntó (TN).

—Mal—respondí.

— ¿Por qué?—preguntó la madre de mi prometida, con la pequeña Sarah en sus brazos—. ¿Qué salió mal?

—George y Ringo votaron por Klein—musité con desprecio—. Esperaban que yo también lo hiciera, pero no les di el gusto. Fue muy democrático el haber votado, por lo que tres a uno fue algo incómodo.

—Yo voy a representarlos únicamente en el aspecto legal a ellos y todas sus compañías—dijo el padre de mi prometida.

—No saben en lo que nos están metiendo—dije—. Ese tipo nos robará con todo el permiso del mundo.

(TN) me abrazó para que me tranquilizara y me dio un beso. Sonreí. Ella era lo único que valía la pena en este momento, (TN) jamás me decepcionaría como habían hecho los otros tres.

— ¿Ya les decimos?—me preguntó en voz baja.

— ¿Decir qué?—fruncí el ceño sin entender a qué se refería.

—A esto, tontito—colocó mi mano sobre su vientre y asentí.

—Señores (TA), su hija y yo tenemos un anuncio muy importante—dije con orgullo, ellos me miraron con atención—. ¡(TN) y yo vamos a ser padres por segunda vez!

Toda la familia de mi prometida se alegró y comenzó darnos abrazos y felicitaciones, lo mismo había pasado con mi papá y Angela cuando les dijimos en Año Nuevo. Acaricié el vientre de mi futura esposa, quien ya tenía casi dos meses y medio.

— ¿Cuándo nace?—preguntó Dylan.

—En Agosto—contestó mi prometida.

— ¿Escuchaste eso? Ya no serás la más pequeñita, Sarah—rió el muchacho.

— ¿Tienes tres meses de embarazo, hija?—preguntó el padre de mi prometida.

—Cerca de dos y medio—respondió ella.

—Me parece excelente—dijo mi futura suegra—. Al menos hay alegrías por las que todavía puedes sonreír, Paul. Mi hija, Mary y ese bebé que esperan.

— ¡Mami edscondió ad bebé!

Mary se acercó a (TN) y extendió su manita para acariciar al bebé. Yo me arrodillé para quedar a su altura y le di un beso a mi princesa y otro al vientre de mi amada. La madre de (TN) tenía razón, había motivos para estar alegre.

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