82. John Ono.

21 de noviembre

Narra John

Mi divorcio con Cynthia fue algo que sólo me hizo más feliz, por fin podía estar con el amor de mi vida sin que mi conciencia me remordiera de vez en cuando. Ella se había quedado con Julian, pero eso no me importó mucho teniendo a Yoko a mi lado. Además, yo podría visitarlo siempre que quisiera.

Mi japonesa especial y yo nos habíamos vuelto inseparables desde mayo. Hacíamos arte, música y amor cuando estábamos juntos. Con ella, sentía que podía ser sólo John, y no el Beatle John. Era libre.

Y poco nos importaba que el mundo nos criticara. Los otros Beatles tampoco estaban a favor de nuestra relación, pero debían entender que se trataba de mi vida y no de la suya. Hermanita y Paul son los que más en contra de nosotros han estado, dicen que le estoy haciendo un gran daño a Julian y muchas cosas por el estilo, pero prefiero no escucharlos. Yoko dice que debo dejar de llamar "hermanita" a hermanita, porque está en contra de mi felicidad y una hermana de verdad jamás haría eso.

—Flashback—

4 de septiembre

Habíamos tenido un breve receso en medio de las filmaciones para poder comer algo. Ya habíamos terminado de grabar el video de Hey Jude de Paul, y seguiríamos con Revolution luego del receso. Hermanita se acercó a mí con esa mirada que me indicaba que no era nada bueno lo que estaba por decir.

— ¿Qué tal las cosas con Jules?—preguntó.

—Igual que siempre—contesté, con una goma de mascar en la boca—. Nunca lo veo, ya debe estar acostumbrado. ¿A qué viene tu pregunta?

—Paul y yo fuimos el otro día a ver a Cyn y a Jules—me contó—. Tu hijo está muy triste, te necesita. Eres su padre John, ¿no lo quieres ni un poquito?

—Lo quiero, sí—admití—, pero no tiene motivo para estar triste, y sé que tampoco me necesitará. Yo lo hice muy bien sin ninguno de mis padres, él podrá crecer bien con Cynthia.

— ¿Sigues con la absurda idea de que Yoko es tu alma gemela?

—No es absurda—me defendí—. Ella es el amor de mi vida, y probablemente mi futura esposa. No hay otra persona con la que quiera compartir mi vida.

—Si tuvieras que elegir entre la banda y Yoko, ¿qué harías?

—Yoko.

—Eres imposible, John—me dijo—. Esa mujer terminará por hacerte daño, no sé qué pretendes con ella.

—Yoko me hace feliz—dije—, y está esperando un hijo mío. Si no te gusta mi relación con ella, no puedo hacer nada por ti. Ella le da sentido a mi vida, jamás la dejaré ir.

—Fin Flashback—

La paternidad nunca había sido algo relevante en mi vida, no había nacido para ser un buen padre. Aunque la idea me había entusiasmado un poco cuando Yoko me anunció que estaba esperando un bebé mío. Todas las mañanas, se levantaba corriendo a vomitar y yo la complacía en todo lo que quería. Ver crecer su pancita había sido indescriptible, era extraño creer que dentro llevaba el producto de nuestro amor.

El doctor nos había dicho que él sospechaba que se trataba de un niño, así que teníamos la intención de nombrarlo John Ono Lennon II. Hice cuentas y debió haber sido concebido en mayo, cuando nuestra relación comenzó. Mi nuevo bebé era como una esperanza para mí, con él podría cambiar; Yoko me hubiera ayudado a ser un buen padre para él.

Nuestro hijo hubiera nacido en febrero del próximo año si Yoko no hubiese sufrido un aborto. Nosotros lo atribuimos al estrés que Yoko estuvo sintiendo, pero los médicos sospechan que fue alguna sustancia nociva, y es que nuestro historial de uso de drogas no nos ayuda mucho.

Pasé toda la noche en el hospital junto a Yoko, no quería separarme de ella. Si algún paciente necesitaba la cama que yo tenía, dormitaba en el suelo, pero de ninguna manera iba a abandonarla.

Algunos días antes del aborto, habíamos grabado los latidos del corazón de mi bebé; pero jamás me imaginé que ese tamborileo maravilloso se apagaría tan pronto. Todo iba perfectamente bien en ese momento, que nos tomó por sorpresa. No fue justo que muriera. Yoko intentaba ser fuerte ante la pérdida, pero estaba igual de triste que yo.

Cuando el doctor me informó del aborto, sentí como si me hubieran sacado el corazón, como si una parte de mí lo perdiera todo. Mi pequeño, ¿por qué él? Perder al bebé había sido algo muy extraño para nosotros, deseábamos a ese bebé. Quería llorar, necesitaba hablar con alguien, pero no tenía una persona indicada para hacerlo. La comunicación entre Paul, los chicos y yo se ha vuelto terrible. Sabía que Paul podría ayudarme con este dolor que estaba sintiendo, porque él también había pasado por una situación similar con el bebé que (TN) perdió, pero no me atrevía a llamarlo. Y hermanita me escucharía pero, con su rechazo hacia Yoko, quizá sólo me diga que fue lo mejor. No podría soportar sus palabras.

Al salir del hospital, enterramos a nuestro hijo en un lugar que sólo nosotros sabríamos porque teníamos muy en claro que sólo nosotros sufriríamos la pérdida de ese pequeño. Ya sabía que las cosas serían así a partir de ahora: sólo Yoko y yo.

—Saldremos adelante y seremos felices—le dije a Yoko cuando la tierra estuvo de nuevo en su sitio.

—Dicen que lo que no mata, te hace más fuerte—contestó ella—. Quizá por eso nos pasan tantas cosas malas, John, para ser más fuertes.

—Desafortunadamente, tienes razón—ella sonrió, entendiendo que había comenzado uno de nuestros juegos favoritos.

—Afortunadamente, te conocí para sobrellevar las cosas negativas.

—Desafortunadamente, a veces es muy difícil sobrellevarlas.

—Afortunadamente, enamorados todo es posible.

—Desafortunadamente, el mundo está en contra nuestra.

—Afortunadamente, no nos importa y seremos felices.

—Desafortunadamente, a veces no creo que vaya a ser así.

—Afortunadamente, estás mintiendo con eso último—la besé.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top