66. Estará bien.
Narra Paul
El semblante de Aaron me decía que algo estaba mal, no totalmente, pero sí un poco. El médico suspiró y me miró a los ojos. No quería escucharlo, deseaba salir corriendo; pero al mismo tiempo quería hacerlo, necesitaba saber qué le pasaba a mi novia.
—Desearía que nuestro reencuentro hubiese sido en otras circunstancias—musitó Aaron.
— ¿Cómo está (TN)?—pregunté, temiendo que me dijera algo malo—. Decía que le dolía mucho algo, pero no mencionó qué le dolía, supongo que era su abdomen porque no apartaba las manos de ahí. También estaba sangrando su nariz.
—Ya logramos calmar el dolor y controlar la hemorragia, se encuentra algo débil, pero va a estar bien—contestó el médico—. Paul, no sé si ya lo sabías, pero (TN) estaba embarazada.
— ¿Estaba?—mi voz era débil—. ¿Ya no?
James negó con la cabeza lentamente, sabiendo que se trataba de una mala noticia para mí. Agaché la vista y mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, ese bebé me había entusiasmado mucho. John lo sabía perfectamente, por lo que puso su mano en mi hombro para reconfortarme.
—Desafortunadamente, los golpes que le propinaron esos hombres le produjeron un aborto—dejé escapar un par de lágrimas, me dolía la pérdida de ese bebé que jamás pudo nacer—. Lo lamento mucho, Paul.
Llevé mis manos a la cara para cubrirme. Quería ser fuerte, pero igual me dolía mucho. ¿Cómo hubiera sido verlo crecer poco a poco en el vientre de (TN)? Seguramente sus pataditas hubieran sido como magia y verlo nacer un verdadero espectáculo. Desafortunadamente, nada de eso pasaría. Nuestro bebé jamás crecería, no podría mecerlo en mis brazos o cantarle una canción para que se durmiera, tampoco conocería a su hermana Mary. Se había ido para siempre.
— ¿Podemos verla?—preguntó John.
Quería ver a (TN), pero al mismo tiempo no. Me sentía muy culpable de que hubiéramos perdido a nuestro bebé. Si tan sólo no hubiera ido a esa maldita gira, nuestro bebé estaría bien y (TN) no estaría en este hospital. Comencé a morderme una uña por los nervios.
—Está dormida, tuvimos que administrarle un calmante—dijo el doctor—. Despertará en dos o tres horas, seguramente necesitará que estés a su lado, Paul.
Alcé la vista y asentí lentamente, como si me sintiera obligado a hacerlo.
— ¿Ya sabe...que perdimos...a nuestro bebé?—pregunté, sintiendo que las palabras me herían al pasar por mi garganta. Aaron negó con la cabeza—. Entonces no se lo diremos. No debe saberlo, le dolerá mucho saber lo que pasó. Se culpará...y no quiero eso. La culpa es sólo mía.
—No digas eso Paul—me pidió John—. Ella sabrá que ninguno de ustedes tuvo la culpa de lo que pasó.
—Fue un accidente, no es tu culpa—intentó convencerme Aaron—. Debes ser fuerte. Hazlo por ella y por Mary. (TN) va a necesitar tener a alguien con emociones estables a su lado para ayudarle a superar esto, porque no será nada sencillo para ella sola.
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Narra (TN)
Desperté y mire alrededor. Paul estaba dormido en una silla junto a mi cama, solté un quejido y él abrió sus ojos. Estaban hinchados y rojos, sabía que había llorado por lo que me pasó. Debía sentirse terrible. Supongo que las cosas entre nosotros no volverán a ser como antes nunca, perdí mi dignidad como mujer, así ningún hombre me querría. Tampoco él.
—Hola—susurró, intentando sonreír—. Me alegra que hayas despertado, quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, preciosa.
—Paul...
—No digas más, mi amor, estás débil—se levantó y me dio un beso en la frente, haciendo que me tensara—. Aaron dijo que hoy podrías ir a casa si te sientes mejor, pero ya veremos. No te sientas presionada, Maggie sigue cuidando a Mary.
No contesté, estaba analizando lo que acababa de pasar. Su contacto me había causado repulsión, como si hubiera despertado un extraño sentimiento de que no quería que nadie me tocara otra vez. Afortunadamente, Paul regresó a su silla sin darme otro beso. Pasó un rato antes de que alguien llamara a la puerta y el bajista musitara un "pase". Se trataba de April, con una barriga muy grande. Intenté sonreír, se veía muy bonita en ese estado. ¿Yo me veré igual de bonita en unos meses? Quizá tener otro bebé con Paul no sea tan mala idea.
—Las dejaré un momento a solas para que puedan conversar a gusto—dijo Paul, antes de salir de la habitación con una sonrisa tímida.
—Aaron me contó todo—dijo, acercándose a mí—. Vine a decirte que cuentas con todo mi apoyo. Sabes que te quiero como a una hermana, de verdad lamento mucho lo que pasó. ¿Cómo te sientes?
—Terrible—admití—. No quiero que ningún hombre vuelva a tocarme de esa manera, fue tan...doloroso y vergonzoso. Me quitaron mi dignidad como mujer, April. Quise salir a comprar algo de fruta para darle a Mary, jamás me imaginé que...—mi voz se quebró y comencé a llorar—. Paul me va a dejar después de esto, no valgo nada, April.
—No digas eso, Paul te ama y no se atrevería a dejarte jamás; John me contó lo preocupado y lleno de ansiedad que estaba tu novio por no saber cómo te encontrabas, era como si fueses una especie de droga para él. Además, Paul y tú serán los padrinos de Timothy y Dorian.
— ¿Serán niños?—por primera vez algo me entusiasmaba mucho, ella asintió—. ¿Aaron y tú tomaron la decisión de que nosotros fuéramos los padrinos? No me gustaría que estés decidiendo por ambos, April. Eso no estaría bien.
—Por supuesto que lo decidimos ambos—contestó—. Aaron se lo dijo a Paul, y quedó fascinado con la idea de tener dos ahijados para cuidar. —Hizo una pausa y me miró seriamente—. Pero eso sí, tienes que estar bien, feliz como siempre para poder ser la madrina.
Sonreí ligeramente. Sería lindo ser los padrinos de sus hijos, considerando que April y Aaron son los padrinos de nuestra pequeña hija. Agaché la vista y me encogí de hombros.
— ¿Sabes? He vuelto a presentar síntomas de embarazo—le conté—. Paul está muy entusiasmado y, en el fondo, yo también. Quizá no seas la única con un pequeño ser dentro de ti.
April miró hacia otro lugar para evitar el contacto visual conmigo. ¿Estaba ocultándome algo? Conocía a mi mejor amiga demasiado bien, ella no suele tener ese tipo de comportamientos.
— ¿Pasa algo?
—No, nada, (TN)—contestó, con una media sonrisa—. Todo está y estará bien.
Las medias sonrisas de April siempre indicaban que mentía. Miré mi abdomen y recordé el gran dolor que había sentido cuando los hombres me patearon repetidas veces. El sedante había hecho que me olvidara del dolor.
—April... ¿por qué tenía un dolor muy fuerte?—pregunté—. Cuando llegué, sentía que me estaba muriendo, hubiera querido quitarme el abdomen. ¿Sabes por qué fue? Aaron debe saberlo.
Ella suspiró y me miró a los ojos.
—Paul y Aaron me suplicaron que no te contara nada, pero tienes derecho a saberlo, no puedo mentirte, yo no...ese dolor terrible que sentías se debió a que estabas sufriendo—hizo una pausa—un aborto. Los golpes de los hombres lo provocaron, Aaron y el personal médico no pudieron hacer nada para salvar al bebé.
— ¡¿Qué!?—pregunté, quedándome sin voz.
Sentí que mi corazón se detenía y que el mundo comenzaba a correr en cámara lenta. No, no, no. El bebé de Paul no. Eché mi cabeza hacia atrás y miré al techo, mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras un nudo se formaba en mi garganta. Ojalá jamás hubiera deseado que ese bebé no viniera, porque mi deseo había terminado por cumplirse. Y me sentía fatal por ello.
—Tranquila, (TN), no pienses en eso ahora. Lo importante es que estás bien.
—No, no estoy bien...
—Por eso Paul no quería que te lo dijeran, sabía que te pondrías así. Cálmate o le pediré a Aaron que te ponga otro calmante.
—Quiero hablar con él... ¡dile a Paul que venga!
April asintió lentamente y salió de la habitación para ir a buscar a Paul. Mi novio no tardó en llegar. Le pedí a mi mejor amiga que saliera de la habitación para que el bajista y yo pudiéramos hablar a solas. McCartney sonrió tímidamente, pero sabía que era una sonrisa fingida.
— ¿Qué ocurre, cariño? April lucía un poco asustada cuando me pidió que viniera, dijo que querías hablar conmigo.
—Perdí tu bebé, Paul—mi voz era entrecortada, solté un par de lágrimas—. Sé lo mucho que estabas ilusionado al respecto. De verdad, lo siento. Si tan sólo no hubiera deseado algo tan terrible...perdóname, tengo toda la culpa de esto, perdóname.
Acercó su mano para secar mis lágrimas, cubrí mi cara con mis manos para evitar que me tocara. Él retiró su mano sin apartar la vista de la misma, como si se hubiera sentido extraño al no poder realizar lo que quería hacer. Después, volvió a mirarme.
—Era el bebé de ambos, mi amor, y no tuviste la culpa. Fue un accidente, nadie tiene la culpa. Estuviste en el lugar menos indicado, en el momento menos indicado.
—Pude haberme cuidado más, en lugar de desear que no estuviera en mi interior. Soy una mala madre.
—Basta, no te tortures—musitó y luego suspiró—. No eres una mala madre, Mary te adora. Por eso yo no quería que te dijeran, no valía la pena tener esta conversación.
— ¿¡Qué no valía la pena?! No lo entiendo, Paul—exclamé con molestia—. ¡Era tu hijo! ¿¡Cómo puedes decir eso!?
—Calma, mi amor. No quiero que te alteres, sigues débil, por favor. Lo que menos quiero es perderte a ti también...
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Narra Paul
Llegamos a casa poco antes del anochecer. Me sentía muy cansado, tanto por el vuelo como por todo lo que había pasado con (TN). Bajamos del taxi y quise darle un beso, pero ella me lo impidió. Decidí no darle importancia y entramos a la casa. Maggie nos recibió con la pequeña Mary en sus brazos.
— ¡Princesa!—le quité a mi hija de sus brazos y la acuné en los míos—. ¿Cómo has estado, pequeñita? Te extrañé muchísimo, nena. Y te traje muchos juguetes de América, te van a gustar.
—Debo irme, señor McCartney.
—Está bien, Maggie. Muchas gracias por haber cuidado de Mary, de verdad, estoy muy agradecido y te lo compensaré con una cantidad extra en tu sueldo.
—No es necesario, señor, sabe que quiero mucho a la niña Mary.
La mujer se fue y yo seguí mimando a mi hija. Era como tener una (TN) pequeña en mis brazos, pero una (TN) con mis ojos. Volteé a ver a mi novia, lucía confundida, como en un trance. Sonreí y me acerqué a ella.
—Mary no quiere que estés así—le dije, intentando animarla como Aaron dijo que debía hacer—. Mary te adora y yo también, queremos verte sonreír.
—Iré a dormir—dijo, sin siquiera mirarnos.
—Claro, mi amor—contesté como si no hubiera pasado nada—. Aaron dijo que debías descansar, así que me parece una buena idea. Te alcanzo en un momento, sólo iré a dejar a este pedacito de amor en su cuna.
(TN) subió las escaleras para ir a nuestra habitación y yo subí con Mary un poco después. Le puse a mi nena un pañal limpio y su pijama, antes de ponerla en la cuna para cubrirla con su mantita. Para entonces, ya había empezado a bostezar. Le canté algunas canciones de cuna para que se quedara dormida y luego me dirigí a mi habitación.
— ¿A dónde vas con tantas cobijas?—le pregunté a (TN), quien estaba tomando algunas cobijas del armario.
—Paul...—se puso pálida—. No, no voy a ninguna parte, bueno, sí, quiero dormir en el sofá.
— ¿No quieres dormir conmigo?
—No te sientas ofendido, necesito mi espacio. No...no sé cómo explicarte. Sólo serán un par de noches, yo...
Parecía estar a punto de llorar. ¿Por qué? Sentía que dándole la razón todo iba a mejorar, pero definitivamente no iba a permitir que durmiera en el sofá. La cama es más cómoda. Le quité las cobijas de las manos.
—Yo dormiré en el sofá, mi amor—le di un beso fugaz en la mejilla, pero sólo ocasioné que se tensara—. Buenas noches, preciosa. Recuerda que te amo.
Bajé al sofá y preparé mi cama. Ella había dicho que sólo serían un par de noches, podría tolerarlo. Aaron y April me habían dicho que iba a tomar algo de tiempo, pero que (TN) estaría bien. Realmente eso esperaba.
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