59. Estoy enamorado.
*Publicado originalmente el 18 de junio de 2016*
Junio 14
Narra John
Estábamos trabajando con una canción de Paul en el estudio dos de EMI. Pocas veces había visto a McCartney tan entusiasmado con grabar una canción y la razón era que la misma había sido compuesta con hermanita como su fuente de inspiración.
I will be there
And everywhere,
Here, there and everywhere...
— ¿Qué opinas, John?—me preguntó, luego de interpretarla completamente para mí—. ¿Te gusta o no?
—Me agrada—admití—. Se nota a kilómetros que has caído profundamente en el amor, McCa; apuesto a que las fans amarán tu canción, dirán que la has escrito sólo para una de ellas.
—Pero mi musa es (TN), gracias a ella escribo la mayoría de mis canciones. A veces me asombra cuánto la amo. Ella es mi sol, mi luna y mis estrellas al mismo tiempo, ¡qué digo! Es todo mi universo.
—Explícame For No One, Romeo.
—La escribí cuando ella estaba lejos de mí, no podía pensar en felicidad. Ella ya no me amaba, o al menos eso creía. (TN) insistió en que la publicara, encontró la letra tirada cerca del piano; yo me habría deshecho de ella si no la hubiese visto. Me gusta, pero muestra la tristeza que yo sentía.
— ¿Y Eleanor Rigby?
—Es sólo una canción, no representa mucho para mí.
— ¿Qué les parece si después de salir vamos a un pub?—sugirió Ringo.
—Me agrada la idea—musitó George—. A Pattie no le molestará que salga un rato con ustedes.
—Suena bien—dije—. ¿Qué opinas, McCa?
—Yo...quería ir con (TN) cuando saliera. Está sola en casa con mi princesa.
—Vamos, Paul, ya no sales nunca con nosotros desde que (TN) regresó—dijo Ringo—. Te hará bien salir y despejarte un poco del ambiente familiar para convivir con amigos.
—No creo que hermanita se moleste, McCa—comenté—. Es más, yo le hablaré para avisarle que saldrás con nosotros.
Paul estaba a punto de replicar cuando salí del estudio para llamar a hermanita; tal y como yo esperaba, ella no tuvo ningún inconveniente con que el bajista nos acompañara. Regresé con los chicos y les conté lo que había dicho (TN), McCartney fue el que menos se alegró.
Al terminar las grabaciones, subimos a los carros y fuimos al pub. Eran casi las once y media de la noche, estaba repleto de hombres con algunas copas encima y de mujeres dispuestas a todo.
Tomamos asiento en una mesa y pedimos una ronda de bebidas. Comenzamos a hablar de temas triviales, del próximo disco, de la gira que estaba en puerta y de nuestras mujeres. Paul estaba algo ansioso al principio, pero terminó relajándose.
Narra Paul
Los chicos se habían levantado a bailar, pero yo preferí quedarme en la mesa. Había terminado mi bebida hacía un rato, pero no quería tomar más. Saqué un cigarrillo y me puse a fumar. Encontraba sumamente relajado todo, aunque extrañaba a mi reina y a mi princesa. Apagué el cigarro con el cenicero y me puse a ver a la gente bailando, a mí no me apetecía hacerlo.
—Hola, ¿está ocupado el lugar?—me preguntó alguien.
Desvié la vista y me encontré con una chica de oscura cabellera y bonitos ojos marrones. Negué con la cabeza y ella tomó asiento junto a mí, en la silla donde John estuvo hacía un rato.
— ¿Eres un Beatle, no?
—Soy Paul—respondí sin tomarle importancia.
— ¿Tendrás un encendedor?—me preguntó, mostrándome un cigarrillo en su mano.
—Claro—contesté y saqué lo que me pidió para ayudarla a encender el cigarro. Le dio una calada y expulsó el aire. Yo miré hacia otro lado, me sentía mareado por el alcohol que había en mi cuerpo.
— ¿Qué tanto pasa por esa cabecita?—volví a mirarla.
— ¿Eh?
— ¿En qué tanto piensas?—preguntó, poniendo sus manos en mis hombros y dándome masaje—. No parece ser nada bueno por la cara que tienes, debes relajarte y divertirte lo más que puedas, por algo viniste a este lugar, ¿no lo crees?
—Tienes razón—dije y ella me abrazó—. ¿Y ese abrazo?
La chica me miró con una sonrisa y besó mi mejilla. Me quedé en shock, no esperaba que hiciera eso. Iba a decir algo cuando sentí su mano en mi entrepierna. Di un respingo en el asiento e impedí que siguiera acariciándome.
— ¡¿Qué te pasa!?
—Sabes que quieres, guapo. No te resistas.
—No, yo no...
Ella se acercó más a mí, era una chica muy bonita. El alcohol estaba haciendo que me sintiera menos enojado. Acercó sus labios a los míos y comenzó a besarme, al principio no hice nada, pero terminé por apartarla.
—De verdad, no me apetece.
—No digas nada hasta que haya terminado, primor—desabrochó mi cinturón antes de que pudiera decir algo.
—No—gruñí y volví a abrocharlo—. Estamos en un lugar público. Entiende de una vez por todas que no estoy interesado en una noche contigo.
— ¿Y por qué no?—preguntó ella, acariciando mi entrepierna—. Te divertirás mucho, te ayudaré a no ser tan gruñón y a dejarte querer. ¿Por qué no, guapo? ¿Acaso te da miedo?
Nuevamente tomé su mano y la aparté de mi cuerpo. Comenzaba a cansarme de estar cerca de ella, su presencia misma era incómoda para mí, ¿de verdad llegué a caer en las redes de este tipo de mujeres? Mi vida sí que se estaba yendo al demonio cuando no tenía a mi hermosa (TN). ¿Por qué no quería una noche con ella? La respuesta era bastante obvia.
—Estoy enamorado, ese es el por qué—respondí—. Porque tengo una familia a la que adoro, una novia que me complace en todos los sentidos y una hija para quien ser un ejemplo a seguir; es por eso que una mujerzuela como tú no va a lograr nada conmigo. No obtendría ningún placer acostándome contigo.
—Mientes—contestó ella riendo, sin importarle mis palabras—. Apuesto a que tienes una cosita muy pequeña entre las piernas y te da vergüenza mostrársela a una mujer de verdad.
—Piensa lo que quieras—le dije, acercándome a ella de forma seductora—, sigues deseando que Paul McCartney te folle duro contra el muro, macizo contra el piso y lento contra el pavimento. Pero dices que tengo un pene pequeño, así que me temo que no podrás comprobar que no es verdad.
— ¡No!—exclamó, muy arrepentida de sus palabras—. Debe ser enorme y muy grueso.
—De ser así, suplícame, y quizá reconsidere la idea.
—Por favor...Paul—su voz sonaba desesperada—. Hazlo, hazme tuya. Por favor...quiero sentir tu enorme miembro dentro de mí, moviéndose con mucha fuerza; lo necesito demasiado, Paulie. Te deseo, por favor.
—Si lo dices de ese modo...
"Una no es ninguna"—me dije a mí mismo—. "¿Por qué no divertirme un poco con esa chica? No tiene por qué pasar algo, ni en sueños sería tan tonto como para darle la oportunidad de quedar embarazada. Además, nadie tiene por qué enterarse si no les cuento qué sucedió".
Observé alrededor. Todo el mundo estaba enfrascado en lo suyo, no tenían ningún motivo para mirar hacia nosotros. Nadie se daría cuenta. Algo de placer nunca le hace mal a nadie.
Me acerqué a ella para que sintiera mi respiración en su cuello, comencé a pasar mis manos por su cintura, comenzando a levantar su provocadora blusa. Ella pasaba sus manos por mi espalda de forma lenta. Me separé un poco de ella y comencé a bajar mis manos hacia sus piernas mientras la apegaba a mí. Ella emitió un gemido escandaloso. Me acerqué a sus labios y ella cerró los ojos.
—Bésame—me suplicó.
—Lo siento, no eres mi novia—me separé de ella y comencé a reír con fuerza. Nunca había jugado así con la libido de una mujer.
— ¡Idiota!—exclamó.
—Vete de aquí antes de que yo mismo tenga que hacer que te vayas.
—Hola, señorita—John había regresado, se notaba que estaba muy borracho—. ¿Quién es tu acompañante, McCa? Se ve que es encantadora.
—Debo ir a casa, John—le dije.
—Me parece bien, así me quedo yo con esta lindura—musitó mi amigo y comenzó a comerse a la chica a besos.
—Sólo...protégete, John
Él me mostró un pulgar en alto. Me alejé y fui a pagar mi consumo. Subí a mi carro y manejé hasta casa. Se sentía increíble tener un lugar al que podía llamar hogar, donde había alguien esperando por mí. Deseaba tener a mi amada en mis brazos y hacerle el amor hasta que amaneciera.
Lo que le había dicho a esa mujerzuela era cierto; sólo el amor de mi vida me brindaba las mejores sensaciones: gracias a ella sé cómo se siente estar enamorado, amar y ser amado, ella me convirtió en padre de una pequeña criaturita que amo más que a mi propia vida y que no me ha traído otra cosa más que alegría.
— ¡Ya llegué!—exclamé, luego de haber entrado a casa.
Escuché que alguien bajaba las escaleras: era (TN).
— ¡Paulie!—mi novia saltó a mis brazos y le di un beso en la frente—. Creí que volverías más tarde. ¿Te divertiste?
Decidí contarle todo lo que había pasado con detalles, incluyendo el incidente con la mujerzuela esa. (TN) era como mi mejor amiga, no me gustaba ocultarle nada. Ella me abrazó y me miró temerosa.
— ¿De verdad la rechazaste así por mí?
—Teniéndote a ti, no necesito a nadie más—admití—. Supongo que mi hija ya está dormida.
—Sí, se durmió a la misma hora que siempre.
— ¡Qué mal! Quería darle las buenas noches, pero bueno me conformaré con tener una magnífica noche con la mujer que amo, ¿qué dices? ¿Vamos a nuestra habitación?
—Déjame pensar...no.
— ¿No?—puse cara de perrito.
—No, vete con la mujerzuela esa que tanto te deseaba.
—Pero...pero...yo te deseo a ti.
(TN) comenzó a reír, haciendo que yo mismo esbozara una sonrisa. Ella era preciosa, hermosa, una maravilla; jamás la cambiaría por nada. Sin que mi novia lo esperara, la tomé en mis brazos y fuimos a nuestra habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top