28. ¿Qué has hecho?
Narra Paul
Ni siquiera me pude despedir de los chicos, sentía que debía estar junto a Jane cuanto antes. Brian decidió acompañarme, él era el único que sabía lo del embarazo de Jane y nos había sugerido mantener todo como un secreto hasta nuestra boda, que se suponía sería muy pronto.
—Venimos a ver a la señorita Jane Asher —le dijo Brian a una de las enfermeras.
—Claro, le avisaré al doctor para que hable con ustedes —respondió la mujer y se alejó para después volver acompañada de un hombre, quien supuse sería el doctor.
—Doctor, soy Paul McCartney —me presenté mientras estrechábamos las manos, mi voz demostraba preocupación—. ¿Cómo está mi prometida? ¿El bebé está bien? ¿Qué fue lo que pasó?
—Señor McCartney, me parece que usted está un tanto confundido —dijo el doctor con lentitud—. La señorita Jane sufrió de un sangrado luego de la operación, por eso le hablamos, tendremos que dejarla hospitalizada por un par de días para observación.
— ¿Operación? ¿Perdió al bebé? —pregunté con inocencia, sin conocer la realidad de la situación.
—Señor McCartney, la operación tenía esa finalidad —me explicó—. La señorita Asher dijo que...
— ¿Ya no voy a ser papá? —apenas pude formular la pregunta.
—El aborto resultó exitoso.
Aborto. Aborto. Aborto. La palabra no podía salir de mi mente. Jane había abortado, sé que no quería al bebé, pero yo...comenzaba a hacerlo. ¿Por qué lo había hecho? Yo le dije que me haría responsable. Brian y el doctor comenzaron a hablar acerca de cómo estaba reaccionando Jane ante los medicamentos, pero yo no podía prestarles atención.
— ¿Quieren pasar a verla? —preguntó el doctor. Eppy y yo asentimos—. Despertó hace poco, está débil, pero se recuperará.
Nos condujo hasta una de las habitaciones del hospital. Me sentía perdido. Sé que ese bebé no había sido deseado ni planeado, pero...tampoco merecía esto. Jane era una asesina. Me sentía muy enojado con ella, ni siquiera había pedido mi opinión para realizar el procedimiento. Se trataba de nuestro hijo, no sólo de ella.
Entramos a la habitación y Jane nos recibió con una sonrisa débil. Estaba recostada en la cama, con varios cables a su alrededor para poder monitorearla. Lucía muy cansada.
—Hola, Jane —le saludó Brian—. ¿Cómo te encuentras?
—Algo adolorida, pero el doctor dijo que estaré bien —respondió, y luego me miró a mí—. ¿Qué tal la ceremonia con la Reina? Apuesto a que fue emocionante, ¿no es así, mi amor?
No comprendo cómo puede ser así a veces, tan fría e inhumana. (TN) jamás hubiera hecho algo como esto; mi preciosa era una verdadera mujer, Jane sólo una niña que tiraba el dulce si no le gustaba.
— ¿Qué has hecho, Jane? —cuestioné con rabia.
—Paul, nosotros no estábamos listos para...
— ¡Nadie está listo nunca para un bebé! —exclamé—. Te rendiste muy pronto, debimos intentarlo.
—Jamás lo hubiéramos logrado, Paul —susurró, como si no tuviera relevancia nuestra conversación.
— ¡Eso es algo que no sabemos! —grité—. ¡Eres una asesina!
—Paul, cálmate —me pidió Epstein—. No es necesario que grites ni que insultes a Jane, todo eso sale sobrando en estos momentos. Deja que Jane se recupere y entonces podrás reclamarle todo lo que quieras, el doctor dijo que no es bueno que se altere en estos momentos.
—Me largo de aquí —exclamé un poco antes de salir de la habitación.
Salí corriendo del hospital, afortunadamente la prensa no se encontraba ahí. Subí a mi auto y conduje a casa. Bajé y me encerré en el estudio. Quería estar sólo para poder reflexionar y digerir todo lo que había pasado. Lo único bueno es que tenía una segunda oportunidad para todo. Sin hijos, no hay demasiada responsabilidad.
Tomé mi guitarra y toqué un par de canciones. La música era lo único que me hacía feliz en estos momentos. Mi vida comenzó a irse a pique desde que (TN) se fue. Había aprendido duramente que la fama, el dinero y el placer no lo son todo.
El teléfono interrumpió mis pensamientos. Fui a contestar sin mucho ánimo.
—Diga.
— ¡Paul! —era George—. ¿Cómo estás? Te fuiste sin avisar, ¿todo en orden?
—Casi todo en orden, hermanito —respondí—. Tuve que ir al hospital a ver a Jane, está hospitalizada.
— ¿Hospitalizada? —cuestionó—. ¿Qué le pasó?
—No quiero hablar de eso en esto momentos, George. Quizá luego les cuente, pero aún no me siento listo para hacerlo.
—Bien, espero que se mejore pronto —dijo.
—Yo también, hermanito.
— ¿Recuerdas que les dije que me casaría el próximo año? —preguntó.
Sonreí. ¿Cómo olvidarlo? Harrison había pasado toda una semana contándonos lo feliz que estaba porque Pattie había aceptado ser su mujer. Me alegraba por ellos. Su boda sería en enero, lo cual me convertiría en el último Beatle soltero.
—Claro que sí —contesté.
—Yo... quería hacerte una pregunta importante, Paul —me confesó—. ¿Quisieras ser el padrino de bodas?
Me quedé sin palabras. ¡George quería que fuera su padrino de bodas! Sin dudarlo, acepté.
Narra George
Terminé de hablar con Paul y llamé a la casa de Ringo. Maureen contestó, pero me comunicó con el baterista de inmediato. Nuestro plan estaba comenzando. Era casi imposible que fallara.
— ¡Aceptó, Ringo! —exclamé.
—Te dije que lo haría —respondió—. ¿Ya hablaste con (TN)? Porque de nada servirá tener sólo a Paul.
—Sí, ya hablé con ella—contesté—. Me aseguró que estaría aquí, tuve que suplicarle, pero lo logré.
—Excelente —dijo el narizón—. Brian habló conmigo, al parecer Jane estaba embarazada y abortó; Paul está muy molesto con ella por no haberle consultado antes. Definitivamente tenemos que hacer algo por McCa, si no hacemos nada, terminará siendo muy infeliz.
—Opino lo mismo que tú, aunque eso es lo que él se ha buscado —dije—. Nadie lo ha obligado a ser el mujeriego que es...pero bueno, todo sea por el cariño que le tenemos.
—Y por el bebecito que (TN) lleva en su vientre.
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