Desgraciada
Hoy me levanté como siempre, después de haber sufrido un mal sueño que me hizo temblar de terror. No sabía lo que eso podría significar. Hay momentos en los que no me encuentro y ya no sé quién soy. ¿Dónde están las corazonadas? No me siento segura cuando tú no me hablas, y ella se enfada conmigo. ¿Os pusisteis de acuerdo para destrozarme? ¿Queríais que me pusiera celosa?
Os salió mal aquella jugada. Yo también sé actuar.
Se acerca la hora, y como siempre me visto y me pongo a bailar. Intento desahogar toda desesperación, toda frustración que mi cuerpo no es capaz de liberar. Aporreo puertas, me rompo la mano por sentirme una inútil desgraciada. No hago más que tirarme al suelo delante de tus ojos y quedarme callada porque no tengo palabras expertas que expliquen lo que siento ahora. Estoy hecha mierda.
Joder, ¿por qué no quieres que te abrace? Desde que llegaste no hiciste otra cosa que seguirla a ella y pasar de mí. Tal vez ahora entienda a mis amigas; cuando me confesaron un día cuán molestas estaban de que yo estuviera más atenta de ti que de ellas. Y lo siento, siento haber sido tan imbécil como para no haberme dado cuenta hasta ahora. No merezco tu compasión en estos momentos, la oscuridad ya volvió a ser el centro de atención.
Me gustaría no ser tan débil cuando te tengo cerca. Me confundes, joder. ¿Esque no puedes estarte quieto? La miras y sonríes. Y yo muero por dentro porque yo no soy la razón de tu risa. ¿Por qué te necesito tanto? No quiero que malinterpretes mis palabras, solo quiero cambiar. Detesto ser la niña ilusa e ingenua. No quiero depender de ti porque pronto te marcharás, aunque tú ahora me digas que no. Todos terminarán desapareciendo.
Yo ahora estoy con la puerta cerrada mientras escribo, y cuando la Navidad se acerca después de un año temeroso. Esta vez las pasaré sola. No tengo mucho que decir ahora, solo que en mi mente hay alguien que me está gritando, y me asusta. Miro cada esquina de mi habitación y no te encuentro aquí. Supongo que me siento gilipollas por hacer lo que hice. Nunca debí de abrir la boca.
Ya han pasado días desde que me volví a besar con el chico equivocado. Y lo peor es que no he hecho nada para impedirlo. Quiero tirar todos mis recuerdos por la ventana, y observar cómo se queman y desaparecen. No quiero recordar estos malos tragos, ni las mentiras que tanto he tenido que escuchar. No ahora que intento rehacer mi vida con nuevos sueños. Quiero vaciar mi mente de malas sombras y ser por primera vez feliz sin ti.
Bailo como si alguien me controlara. Como si algo inhumano me dijera cómo mover las piernas al ritmo de la canción. Intento mostrarte que esta canción está dedicada a aquel recuerdo olvidado en un cajón. Desgraciadamente yo soy la única que aún mantiene viva esa imagen de nosotros dos tomados de la mano. Tú no me comprendes. Son aquellos detalles los que me mantienen en pie. Tú fuiste quien me dejó su último aliento para poder respirar bajo el agua y así, no poder ahogarme. ¿Qué hago ahora tan dormida si nunca he podido pegar ojo a estas horas? Me siento tan mentirosa...
Ahora es el momento de soltarse el pelo y dejar que las lágrimas sean sinceras cuando tú no lo fuiste. Ahora es cuando nuestra historia ya no son más que simples fragmentos de un papel quemado por la ira. ¿A dónde narices se fue tu alma pura? Echo de menos tus días alegres. Y ahora me menosprecio por ser una gran idiota, por no haber parado todas aquellas palabras a tiempo y cuando pude. Ahora no tengo fuerzas ni para mirarte a la cara. No debería haber pasado, aquella broma fue nuestra perdición. Yo quería cambiarte, quería que no te mojaras las manos por alguien que no merece la pena. Pero ahora me doy cuenta de que yo no soy la indicada para decirte nada. Me siento rota por ser yo el mayor de tus problemas. No quería quitarte la identidad, no pensaba que esta noche acabaría de esta forma. ¿No puedes mirarme a los ojos? Hace tiempo que te pedí una última oportunidad, que me cogieras de la mano y me dijeras que nunca te marcharías. Estuve esperándote aún sabiendo que nunca regresarías. Ahora no eres más que un simple espejismo creado por mi mente.
Veo como lloran tus manos. Veo como rozas aquellas ramas con las yemas de tus dedos y como sientes las pulsaciones de un corazón acelerado.
No quiero ser una carga. No quiero seguir siendo la víctima. No ahora que esta mierda se está haciendo más grande y ya no me deja respirar. Podríamos haber guardado nuestras ganas en un cofre y no haberlas utilizado hasta que tú y yo volviéramos a vernos.
Deja de estar así, deja de llamarte idiota si soy yo la que te debe pedir perdón. No te perdono aquel comentario tan doloroso:
-Debería salir de tu vida. ¿Eso es lo que quieres?
A partir de ese instante mi cabeza empezó a dar vueltas y mis ojos empezaron a empaparse. Yo ya no sentía el aire en mis pulmones, y la música que ahora me acompaña en este escrito, se había callado para brindarme un silencio demasiado tenebroso.
¿Por qué me dices eso? Ahora que más te necesito, cuando tú más me necesitas... Lo siento tanto.
Siento no poder explicarte lo que siento ahora, mis dedos no dan para más.
Pensaba que este día no podía ir a peor. Creía que aún había posibilidades de que algo bueno llamara a mi puerta. Solamente lo creí, no hay tiempo para lamentaciones.
No entiendo cómo se dio aquella conversación. Me asusto con solo pensarlo. Solo sé que debería no haberme levantado de la cama. Debería haber hecho algo para impedirlo. No quiero más tristeza, estoy cansada de tantos lloros y de tantos encontronazos con la muerte. Que me lleve al infierno de una vez, estoy harta de esperar algo que no llega.
Me quedaré dormida dándole la mano a tu sombra, ella al menos sí tiene planes de escucharme.
"Esta noche tuve un sueño descontrolado por el tiempo. Quise gritarte que dejaras aquel cuchillo en el suelo y te alejaras. ¿Lo malo? Es que no lo hice, y tú caíste al suelo, desangrado.
Yo fuí la única que pudo haberte sujetado, pero solamente me quedé quieta en aquel sillón.
Tú no hablaste, y al no sentir tu pulso algo murió en mi interior. Creo que yo también me morí porque a partir de aquel instante no volví a escuchar nada.
Tú no tienes la culpa de lo que pasó. Yo sí, deberías tenerme asco por no haberte apoyado cuando más me necesitaste. Ahora es tarde para lamentaciones...
Lo siento".
~BEE
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top