3💍
Kieran evitó la esquina por la que tenía que seguir caminando sólo por el simple hecho de que Zack andaba por allí, sinceramente no quería verlo por lo de anoche.
Luego de una caminata más larga de lo normal llegó a su oficina y se sentó en su mullido asiento, la foto sobre el escritorio se burló de él, Kieran la colocó boca abajo con un gruñido.
Estaba enojado, enojado no lo definía, eso era muy poco, Zack aceptó tener hijos sólo por adquirir esta mierda de empresa, no valía la pena.
Suspiró en el mismo instante en que la puerta se abrió dejando entrar a una figura que no era bienvenida.
Zack se sentó frente a él.
—Tenemos que solucionar esto, no puedes estar enojado para siempre —Kieran se cruzó de brazos y lo miró con altanería.
—¿Crees que no?
—Debemos hacerlo —gruñó Zack cayendo en la desesperación.
Kieran resopló y se puso a mirar unos papeles con la intención de ignorarlo.
—Hazlo tú si quieres.
—Kieran, escúchame al menos —Zack le arrebató el papel de las manos y Kieran lo miró con molestia.
—Lo hago.
—No lo estás haciendo, si lo hicieras supieras que acepté porque…
—¡Porque eres ambicioso, por eso lo hiciste! —gruñó dando un golpe en la mesa, su enojo pareció encender más el fuego en los ojos de Zack.
—¡Ya nos hicieron casarnos! No les importó nada nuestra vida.
—Y quieres hacerles lo mismo a nuestros hijos, ya te lo dije, los niños llevan responsabilidades que nosotros no estamos dispuestos a asumir. ¿O acaso lo estás?
—Nuestros padres pueden encargarse, ellos los quieren —Kieran negó sin poder creérselo.
—¿Te gustó que tus padres te criaran? Porque a mí no, no fui un niño normal, nunca me dejaron jugar con otros porque jugar era demasiado inútil. ¿Quieres eso para tu hijo? ¿Una vida infeliz?
Por primera vez Zack pareció pensar en ello.
—Ni siquiera lo habías pensado. ¿Cierto? Lo tuyo es adquirir todo esto, pero. ¿De qué te servirá una vez lo tengas?
—No lo entiendes, necesito estar al mando, no puedo seguir así, me casé contigo por un puto negocio —murmuró peinándose hacia atrás.
Kieran dejó salir el aire de sus pulmones, lo comprendía.
—Lo entiendo, estás enojado con ellos y yo también, pero la solución no es darles a nuestros hijos para que hagan lo mismo con ellos.
—Si no lo hacemos seguiremos en la misma situación, sin ser los dueños de nuestras vidas.
—Mi hijo no será un títere para que ellos se diviertan.
—Los criaremos nosotros —Kieran se puso de pie más rápido de lo normal.
—¿Qué? ¿Te has vuelto loco?
Zack le sonrió.
—No escuché decir que no quieres un hijo, sólo que no quieres que ellos lo tengan, entonces formularé la pregunta una vez más. Kieran. ¿Por qué no tenemos hijos y los criamos nosotros?
—No sé nada sobre niños —refunfuñó sentándose, Zack se encogió de hombros.
—Ya somos dos, las niñeras nos ayudaran con eso.
—Dios, no puedo creer que lo digas en serio.
—Lo digo tan en serio que escogerás de entre estas diez mujeres cual será la madre de nuestros hijos —dijo buscando en su teléfono.
Kieran miró las fotografías y luego a Zack, esto era muy repentino.
—¿Por qué yo?
—Eran cincuenta, reduje la lista a las diez que más me gustaban y mejores antecedentes tenían, estaré satisfecho con la que escojas.
Kieran suspiró y se rindió de una vez, una mujer de cabello castaño claro y ojos verdes le llamó la atención, esa fue a la que apuntó.
—Creo que ella estaría bien.
—Muy bien, iré a prepararlo todo, más tarde tienes que escoger a otra mujer para que lo lleve en su vientre.
—Puede ser cualquiera.
—Kieran, estarás al tanto de esta mujer nueve meses. ¿No quieres al menos que sea agradable?
—Bien, eso será más tarde, no hemos hecho nuestro trabajo hoy —Zack se puso en pie y un paso antes de llegar a la puerta lo llamó.
—Kieran
—¿Qué quieres ahora?
—Frente a estas mujeres tenemos que actuar como un matrimonio, así que nada de…ya sabes.
—Lo sé, no soy imbécil.
—Nos vemos más tarde —Kieran colocó los ojos en blanco y se puso en función de su trabajo.
El día no resultó ser demasiado estresante, Kieran revisó algunas propuestas de proyecto, calmó a un accionista preocupado y siguió firmando papeles.
Llegó a casa después de las cuatro de la tarde, Zack lo hizo media hora después, Kieran llamó a un restaurante cercano y terminó de pedir la comida justo cuando Zack se sentó en uno de los taburetes del comedor, sólo se había puesto un short de material sintético de color morado y una camiseta blanca que parecía quedarle pequeña después de su baño.
—Traerán la comida en diez minutos.
—Bien
—¿No deberíamos aprender a cocinar? Digo, pronto tendremos hijos —Zack hizo una mueca de dolor.
—Lo siento, puedo hacer absolutamente todo menos cocinar.
—¿Eres tan malo en ello?
—Ni lo imaginas.
—Entonces intentaré aprender yo, necesitaré un ayudante.
—¿No me has escuchado? Sólo se distinguir las cucharas de los tenedores —Kieran se carcajeó.
—Eres un vago, al menos tendrás que probar lo que cocino.
—Seré tu cobaya, eso es un insulto a mi intelecto —gruñó.
El intercomunicador sonó y Kieran fue camino a recibirla mientras dejaba a Zack refunfuñando.
……
Zack siguió pasando los perfiles de las candidatas sin llegar a una conclusión, eran demasiadas y ya estaba cansado.
Con un suspiro se levantó y entró al cuarto de Kieran, él parecía estar en la misma situación leyendo perfiles en su tableta, Zack se acostó a su lado y vio la fotografía.
—¿Será ella? —Kieran dejó la tableta a un lado y lo miró.
—No, nada me convence, por cierto. ¿Qué haces aquí?
—Umm…yo tampoco encuentro nada.
—¿Y por eso estas en mi cuarto y cama?
—Pensé que querías que fuésemos amigos —replicó sintiéndose ofendido, Kieran lo miró con confusión.
—Recuerdo que dijiste que no querías tener ningún tipo de relación conmigo.
—Creo que ser amigos no sería muy malo —dijo a regañadientes.
Kieran se apoyó sobre sus codos y lo miró como si fuese un extraterrestre.
—¿Quién eres y que has hecho con Zack?
Zack le dio un manotazo en el hombro.
—Tendremos hijos, supongo que si queremos criarlos en un ambiente más o menos agradable tendremos que llevarnos bien.
—Es increíble que no pienses que estaremos divorciados cuando nazcan.
Zack ni siquiera lo veía como una opción, los términos del matrimonio los dejaban en una encrucijada, sin matrimonio no había empresa.
—No podemos hacer eso, iremos directamente a la quiebra.
—En nueve meses podríamos tener la estabilidad suficiente como para ello —Zack se acostó y revisó los perfiles en la tableta.
—Bueno, aun no la tenemos que es lo importante.
—Está bien, tienes razón —murmuró Kieran acostándose y leyendo lo mismo que él.
— …
—¿Tenemos que hacer esto hoy mismo?
—Dije que mañana entregaría los datos.
—¿Cuándo debemos nosotros…? —Zack sonrió de medio lado, en serio Kieran parecía muy incómodo hasta pensándolo.
—En dos días, cuando todos los datos estén procesados iremos a la clínica.
—Vale, no estoy muy emocionado con ello —Zack se carcajeó.
—¿Qué? ¿Necesitas una mano extra?
—¿Me la darás?
— Oh dios, ya empezamos con los chistes gais —Kieran resopló y miró la tableta con impotencia.
—No me decido por ninguna, encuentro defectos en cualquier mínimo detalle así que ¿por qué no escogemos por el otro?
—¿Quieres que yo elija por ti y tú por mí?
—Sí, de todas formas, estas mujeres no influirán sobre nuestros hijos, sólo sobre nosotros —Zack se apoyó sobre un brazo y lo miró con los ojos entrecerrados.
—Promete que no habrá nada de bromas, veremos a estas mujeres por nueve meses.
—Prometido, ahora trae acá.
Kieran cogió la tableta y esta vez se veía más seguro escogiendo, Zack tuvo un poco de miedo por él.
……
Kieran parecía nervioso sentado a su lado, la recepcionista les entregó algunos papeles a ambos, Zack terminó con los suyos y miró con curiosidad a su marido.
Kieran marcó lo último y dejó los papeles sobre el escritorio, secó las palmas de sus manos en su jean y lo miró, Zack sonrió de medio lado.
—No me gusta esta situación —murmuró Kieran, Zack le dio una palmada en el hombro.
—Descuida, no volveremos a hacerlo, sólo utiliza bien tu mano, asegúrate de que todo funcione y no tendremos que repetir este proceso.
—Te odio —gruñó fulminándolo con la mirada.
—Lo sé.
—¿Ya está todo? —preguntó la secretaria recogiendo los documentos, ambos hablaron.
—Sí.
—Bien, podéis pasar a esa habitación, tómense el tiempo que necesiten —Kieran lo miró en shock.
—¿Qué? ¿Ambos en la misma habitación?
La mujer sonrió.
—Por supuesto, están casados, ni siquiera tendrán que utilizar las revistas o los videos, se tenéis el uno al otro.
—Espere…
—Está bien, se lo agradecemos —interrumpió Zack, ella siguió hablando.
—Aún así, todo está preparado para que la estadía sea agradable, la familia Mallot-Tolkien se aseguró de que todo estuviese en orden, tomen esto —la mujer puso dos frascos sobre el buró y volvió a retirarse.
—Voy a matarlos —gruñó Kieran entre dientes, Zack sentía lo mismo respecto a esto.
Ambos fueron al lugar, abrió la puerta un poco nervioso, no sabía que encontraría ahí dentro una vez entrara, su familia solía ser muy sádica cuando se trataba de él.
El lugar era pequeño, una pantalla reproducía un video, Zack sudó frío al ver que era un video obsceno de temática gay.
Kieran miró a otra parte instantáneamente.
—Dios mío, ¿se supone que tenemos que masturbarnos aquí? Esto es una tortura.
—No te quejes, al menos hay un pequeño baño ahí, por lo que no tendremos que hacerlo juntos —Kieran miró hacia el baño.
—Pues me pido el baño, no quiero estar viendo eso mucho tiempo —dijo refiriéndose al video, luego se acarició los brazos al ver una escena de penetración—. Estoy oficialmente horrorizado, eso debe ser terriblemente doloroso y humillante.
Zack pensaba exactamente lo mismo.
—Yo tampoco quiero quedarme aquí.
—No hay remedio, lo pedí antes.
—Vete al infierno.
—Sólo iré al baño —Zack gruñó y lo vio perderse ahí dentro.
Intentó apagar el televisor sin resultado alguno, finalmente terminó rindiéndose y sentándose, el único remedio era cerrar los ojos porque su teléfono estaba absolutamente vacío.
Zack pensó en algo agradable, alguna pelinegra con curvas, pero su erección no hizo acto de presencia, agarró una crema de uno de los estantes e intentó estimularse de alguna forma, eso tampoco funcionó.
Media hora después, Zack se puso de pie y se dirigió al baño, con dos toques hizo que Kieran gruñera enojado.
—¿Qué quieres?
—¿Aún nada?
—No puedo hacer esto —gruñó Kieran del otro lado.
Zack suspiró y se recostó a la pared.
— Creo que estamos en la misma situación, no logro excitarme, mucho menos concentrarme con esa porquería de video.
—¿Qué deberíamos hacer ahora?
—Deberíamos hacernos cargo de ello.
—¿Cómo?
—No lo sé, recuerda algo en voz alta lo suficientemente bueno para excitarnos a ambos.
—¿Por qué tengo que ser yo?
—Pues porque yo no he tenido acción en estos tres meses —la voz irónica de Kieran se escuchó.
—¿Desde nuestra boda?
—No he tenido tiempo —murmuró como excusa, Kieran pareció rendirse.
—Vale, hace dos meses conocí a una rubia despampanante, debía usar al menos una copa D, sus curvas eran una maravilla, la llevé al hotel y una vez quité su vestido…
Kieran gimió y siguió narrando, Zack dejó de hacer caso a sus palabras y miró su pantalón, su entrepierna comenzaba a reaccionar, lo peor de la situación es que se ponía cada vez más dura con cada gemido de Kieran.
Zack no se permitió asustarse lo suficiente y comenzó a acariciarse a sí mismo sin pensar realmente en el motivo por el que lo hacía.
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