"Mi hogar es a tu lado. "

Mareado y aturdido, el rubio llegó a casa con dificultad, casi cayendo al suelo después de abrir la puerta.

—¿Saguru? —escuchaba una emocionada voz femenina viniendo a él, quién ya no tenía mucha conciencia de lo que sucedía. —¿Estás en casa?

Escuchaba como alguien se detenía de golpe cerca y ahogaba un grito, persona qué de inmediato intentó auxiliarlo.

—¡¿Saguru?! ¡¿Saguru, qué te sucede?!

Consternado, el hombre miró a la joven frente a él. De inmediato, pensó que se trataba de una intrusa en casa y retrocedió aún en tal estado, levantándose y adoptando una posición de defensa.

—¿Quién eres? —le dijo observándola con frialdad, tambaleándose.

Aquella miraba asustaba, sus ojos rojos parecían realmente gélidos, una mirada que su esposa jamás habría imaginado merecer.

—¿Eh?

Recordó algo. Había cierta situación que Hakuba le contó sobre otro criminal al que llevaba siguiendo algún tiempo.

Spider.

Él podía jugar con la mente de sus enemigos.

La memoria de Hakuba había sido modificada.