Capítulo 1

El reino de la familia Kim un omega de quince años completamente emocionado se encontraba arreglándose para visitar el reino continuo. ¡Al fin había llegado el día! Al fin se iba a comprometer con un alfa. El joven príncipe había estado esperando ese momento desde que se presentó como omega a los doce años.

En la sociedad en la que vivía era muy normal que los omegas de la realeza se comprometieran a esas edades, incluso antes, y ni bien cumplían los dieciocho años, se casaban con su prometido o prometida. Estos solían ser mayores, pero poco les importaba.

Por eso mismo, el omega empeñaba todo su esfuerzo en verse lo más hermoso posible. Esa sería la primera vez que visitaría el reino de los Jeon y quería causar una muy buena impresión, más aún a su futuro esposo.

La familia contaba con cinco hijos, cuatro varones y una mujer. El mayor de los hijos, Jeon Seok Jin era un alfa dominante de veinte años, guapo, atlético, caballeroso y fuerte. Había escuchado muchos rumores de las demás doncellas, todo el mundo decía que sería un excelente esposo y que tendría una muy buena descendencia con un buen omega a su lado, sin importar si fuera hombre o mujer.

A decir verdad, se había interesado mucho por el alfa e incluso había hablado con sus padres sobre él, les había pedido que formaran un compromiso con él y ellos no se negaron en ningún momento. Pues para sus padres sería una enorme ganancia, un reino tan grande como el de los Jeon unido al propio era crear un nuevo imperio.

¡Y al fin había llegado el día! Al fin iba a conocer a su futuro esposo.

Cuando sus padres le dijeron que habían aceptado el compromiso, gritó de alegría por todo el castillo y de inmediato ordenó que confeccionaran un nuevo traje con la tela más cara y fina que existieran. Había pasado una semana entera desde que recibió la noticia y ahora se encontraba frente espejo, vistiendo su costoso traje y peinando sus sedosos cabellos para que quedara prolijo. 

Un golpe en la puerta lo hizo salir de su concentración, cosa que le molestó. Odiaba que lo interrumpieran cuando se arreglaba.

—Pase —dijo dejando el cepillo a un lado.

A la habitación entró una de las sirvientas que trabajaban en el castillo.

—Joven príncipe, sus padres lo están esperando abajo. El carruaje está por llegar —comunicó la mujer manteniendo su distancia con el omega.

—Avisa que en unos minutos bajo.

—Sí, alteza.

Haciendo una pequeña reverencia, la beta salió de la habitación, dejando solo a Taehyung nuevamente con su espejo.

Tardó casi veinte minutos más en quedar completamente satisfecho con su apariencia. Ese hermoso traje resaltaba sus curvas y el color azul marino quedaba muy bien con su piel acanelada, mientras que su cabeza era decorada por una corona que demostraba su posición social, esa que solo usaba en acontecimientos especiales.

Una vez listo, salió de su habitación y bajó al primer piso donde sus padres estaban esperándolo junto a sus hermanas. 

—Hasta que por fin te dignas a bajar —se quejó su hermana mayor con los brazos cruzados.

—No me molestes. Mi belleza cuesta y hoy debo verme bonito para mi esposo.

—Taehyung tiene razón. Hoy conocerá a su prometido, así que debe verse bien, hija mía —apoyó su madre. Su hermana solo rodo los ojos.

—Vámonos que llegaremos demasiado tarde —dijo su padre comenzando a caminar hacia la salida principal.

Toda la familia se subió al elegante carruaje que aguardaba afuera. Luego de pasar por su gran jardín, la familia por emprendió camino hacia el pueblo vecino, perteneciente al imperio Jeon.

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Pasaron largas horas antes de finalmente llegar a su destino. Taehyung admiraba maravillado el pueblo, era más grande que el propio. Era increíble pensar que un día en el futuro él sería quien gobierne ahí junto a su esposo. Cuando llegaron al castillo, bajaron de la carroza y fueron recibidos por uno de los escuderos, quien los saludó cordialmente con una pronunciada reverencia y los guió al interior.

Una vez dentro, la familia esperó en la gran sala de estar a la llegada de la otra familia real. El primero en entrar a la habitación fue el rey Jeon, un alfa sangre pura, todos al verlo hicieron una pronunciada reverencia, saludo que fue correspondido por un simple asentimiento.

—Kim, tanto tiempo sin verte —habló el alfa, su tono de voz profundo causó escalofríos a Taehyung, ¿su futuro esposo tendría un tono de voz así?

—Hemos estado muy ocupado los dos, ¿no crees? —ambos soltaron una pequeña risa.

—Supongo que es así —dijo antes de dirigir su mirada al resto de la familia—. Oh, supongo que él es el afortunado —comentó refiriéndose al único omega, ya que sus dos hermanas eran betas.

—Sí, él es Taehyung.

—Es un honor conocerlo, majestad. —Sonrió.

—Educado. Me gusta. 

Antes de poder decir algo, la puerta se abrió y entró a la sala un joven de cabellos castaños, piel nívea y vestido con un elegante traje rojo que se ajustaba bien a su cuerpo, siendo sus hombros anchos lo que más resaltaba, luego de su rostro, claro está. Taehyung al verlo quedó completamente encantado, en persona lucia mucho más guapo que en sus sueños y su olor era agradable, llegando a cautivarlo.

—Oh, Seok Jin, llegaste justo a tiempo.

—¿Ellos son la familia Kim, padre? —preguntó regalando una cálida sonrisa a los visitantes.

—Sí, hijo mío. —Miró a los demás presentes posando una mano en el hombro de su primogénito.— Él es Jeon Seok Jin, mi hijo mayor.

La familia hizo una pronunciada reverencia ante el príncipe.

—Es un honor conocerlo, alteza —habló Taehyung primero, emocionado de tener la oportunidad de conocerlo. Seok Jin simplemente sonrió.

—¡Padre, padre! —gritó una aniñada voz que provenía del pasillo.

Las puertas se abrieron estruendosas y un pequeño entró corriendo con emoción, acercándose a su primogénito.

—¡Padre, adivina! ¡Casé a un conejito! —dijo con emoción el pequeño.

—¿No es un pecado asesinar a los de tu misma especie? —dijo con burla Seok Jin, haciendo que el menor frunciera el ceño.

—Cállate, Hyung.

Tanto el alfa como su padre rieron.

—¿Por qué tu ropa está tan sucia, Jungkook? —interrogó su padre.

El mencionado miró las prendas que vestía. Las finas telas de su nuevo traje ahora estaban sucias con polvo y barro con alguna que otra hoja decorando su cabello. Era la primera vez que usaba ese traje que fue mandado a hacer a juego con el de su hermano mayor, solo que este era de color azul marino. Madam iba a regañarlo sin duda.

—Uhm... Me caí del cabello y luego estuve en el bosque —confesó mirando el suelo, jugando con sus dedos. El rey solo suspiró.

—Jungkook, está no es la forma de presentarte ante nuestros invitados.

Por primera vez, el joven príncipe dirigió su mirada a la familia Kim, no los había notado debido a su emoción.

Mayormente no le importaban las visitas de su padre, siempre venían personas raras a verlo, pero esta vez fue diferente. Sus ojitos no pudieron evitar posarse en el bonito omega de cabellos castaños de rasgos suaves y prendas elegantes. Se veía tan lindo según su percepción, parecía un angelito con esas prendas blancas. Tanto que sintió que dentro de su pecho su corazón retumbó acelerado y sus mejillas encendiéndose en un tono rojizo.

El nerviosismo se hizo presente y no dudo en esconderse detrás de su hermano.

—Él es Jungkook, mi hijo menor. —dijo el rey, el pequeño solo se asomó por detrás de su hermano para verlos.

—Es tan adorable —comentó la reina con una pequeña sonrisa.

—Lamento la imprudencia de su parte, aún es un cachorro —dijo el Jeon mayor mientras tomaba del hombro a su hijo menor para sacarlo de su escondite.

—Descuide así son los cachorros. —Apoyó el rey Kim.— Mi hija Lisa también es así. —El otro alfa soltó una pequeña risa. 

—Ya que estamos todos aquí, tomemos asiento, por favor.

Así, ambas familias se sentaron en los grandes y cómodos sofás de la sala. Los reyes fueron quienes más hablaron, sobre sus reinos, familia y linaje, todo como cualquier otro acuerdo de matrimonio con las dos familias presentes pero sin que nadie opine algo. Taehyung por su parte oía todo con suma emoción todo lo que hablaban, ya que no solo iba a conseguir un esposo maravilloso, sino que también tendría una fortuna mayor que la propia y otra tierra para gobernar si tenia un heredero.

Su futuro sería maravilloso.

—Entonces así será. Cuando mi hijo cumpla la mayoría de edad se celebrará el matrimonio —dijo el padre del omega, emocionándolo aún más.

—Cuando ambos cumplan la mayoría de edad —agregó el otro alfa.

¿Ambos?

—Disculpe... —interrumpió Taehyung.— ¿Por qué "ambos" si el príncipe Seok Jin ya es mayor? —El mencionado frunció el ceño.

—Sí, ¿Y? Él habla de Jungkook —respondió Seok Jin revolviendo el cabello de su hermanito que solo se encogió más en su lugar. Taehyung frunció el ceño con confusión.

—¿Y qué tiene que ver él? —El rey Jeon rio al entender la situación.

—¿Acaso no se lo dijiste? —Preguntó mirando al otro alfa.

Taehyung miró a su padre a la espera de una respuesta que nunca llegó.

—Tu compromiso no es con Seok Jin —dijo el rey llamando su atención—. Tu compromiso es con Jungkook.

El omega se tardó unos segundos en procesar lo que acaba de decir el Jeon mayor hasta que explotó levantándose de golpe, casi mareándose por el ímpetu del movimiento.

—¡¿Qué?! —gritó molesto, sorprendiendo a todos— ¡¿Cómo es que me comprometieron con un niño de diez años?!

—T-Tengo doce... —habló por primera vez Jungkook, lo suficientemente alto como para ser escuchado, cosa que enfureció más al omega.

—¡Es lo mismo! ¡¿Por qué diablos no me comprometieron con él?! —gritó apuntando al alfa castaño.

—Seok Jin ya está comprometido, pero también debe esperar a que cumpla la mayoría de edad —explicó el alfa con cierta gracia, le parecía demasiada graciosa la situación, más al ver el rostro rojo del omega.

—¡Yo no me casaré con ese mocoso! ¡Me vale mierda su maldito acuerdo! —exclamó con rabia antes de caminar a la salida a paso rápido.

—¡Kim Taehyung! —Llamó enojada su madre detrás de él, siendo seguida por sus hijas.

—Tu hijo es un poco explosivo —comentó con burla el azabache mayor.

—Te dije que reaccionaría así —negó el otro alfa recibiendo una risa por el contrario.

—Da igual que no le parezca, no tiene derecho a opinar. Se casará con Jungkook quiera o no —dijo despeinando los cabellos de su primogenito menor.

El pequeño cachorro solo se quedó en silencio con cierta tristeza. No le gustaba que le gritaran. 

Parecía que su futuro omega era un poco gruñón.

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