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A la mañana siguiente, y luego de que Peter, Liam y Samuel pasaran la noche en el Loft, pudieron regresar a su casa. El lugar estaba como lo había dicho el Sheriff, desordenado a más no poder. Era como si un tornado hubiera pasado por la sala, la cocina, el pequeño ático y la habitación de la pareja. El cuarto de Samuel estaba intacto y no faltaba nada, al igual que en el resto de la casa.

En un primer momento se habían asustado por no encontrar a Talia. Pero resultó que la perra estaba sana y salva, aunque encerrada en uno de los baños.

— Es como si alguien hubiera venido buscado algo –Les había dicho el oficial Parrish.

Peter se hubiera quedado a comprobar teorías. Pero le molestaba mucho la forma en la que aquél oficial miraba a Liam, como si estuviera sopesando entre ir a hablarle al chico y quedarse donde estaba. Si quería mantener su garganta intacta, era mejor que ni siquiera respirara cerca de su mate. Sino, ya se dan una idea de lo que Peter le haría a Jordan.

Fueron a la veterinaria de Deaton. El hombre ya había sido dado de alta. Pero aún así Morrel siempre se quedaba con él y ambos atendían la veterinaria y cualquier consulta que la manada pudiera tener.

Habían ido porque estaban seguros de que el hecho de que Liam hubiera sabido que algo iba mal y que no debían volver a la casa no era una coincidencia ni intuición. Era obvio que había algo detrás de ello.

— Podría ser una posesión –Había dicho la hermana de Deaton. Ganándose una mirada furiosa por parte de Peter y Derek, quien les había acompañado.

— No queremos otro Nogitsune, gracias –Gruñó Peter.— Y no, Liam no está poseído.

— O eso quiere hacernos creer –Repuso la Druida.

El rubio se alejó de ella, siendo rodeado por uno de los brazos de Peter de manera protectora. Ya le habían contado acerca de lo ocurrido con el Nogitsune, no quería ni que insinuaran que él podía encontrarse en una situación similar.

— No creo que sea una posesión –Dijo Deaton. Aunque por su tono de voz quería mantenerse en un lugar neutral en la discusión.— ¿Podrías explicarme qué ocurrió, Liam?

El menor se cruzó de brazos y junto con Peter le dedicaron una última mirada molesta a Morrel antes de poner toda su atención en Deaton.

— Iba conduciendo y escuché una voz en mi cabeza que me decía que no debíamos volver a la casa, que Malia no estaba en peligro pero Samuel si –Explicó.

— Sigo diciendo que es una posesión –Murmuró Morrel, siendo callada por el gruñido de Peter.

— No es una posesión –Deaton sonaba convencido de sus palabras esta vez. Los Hale suspiraron aliviados.— Si así fuera lo que sea que Liam tuviera dentro tomaría el control para hacerle ir a donde él quiere. Además, las criaturas con la capacidad de poseer siempre buscan la aniquilación Dell huésped. Si fuera una posesión no le hubiera advertido a Liam, sino que lo mandaría directamente hacia el peligro.

— ¿Entonces qué es lo que me ocurre? –Preguntó Liam. Puede que estuviera un poco más relajado sabiendo que no se trataba de una posesión. Pero eso no quitaba que el no saber que pasaba le aterrara.

El ver a Deaton quedarse en silencio y llevarse una mano a la barbilla en posición pensativa no le ayudó. Eso significaba que ni el hombre sabía lo que le estaba ocurriendo y que todo lo que dijera iban a ser simples hipótesis.

— Podría ser una incersión.

— ¿Una qué? –Preguntó Peter. Sonando molesto por otra acusación que, aunque no supiera qué era, no le gustaba como sonaba.

— Una incersión –Repitió el Druida.— Quiere decir que alguien pudo haber creado una conexión con la mente de Liam, incertándose en ella.

— Eso requiere mucho poder para llevarse a cabo –Acotó Morrel.— Tiene que ser alguien de la misma especie, pero con mucho poder. Un alfa.

— Ya tengo una idea de quién pudo ser –Gruñó Peter.

El alfa y Derek tuvieron una mirada significativa, para que luego el mayor mirara a Liam.

— Puede ser Deucalion –Dijo el mayor, muy a su pesar.

— ¿Pero por qué nos ayudaría Deucalion? –Quiso saber Liam, puesto que para él no sonaba lógico.

— No lo sé –Admitió Peter.— Lo que si sé es que, si fue él, no lo hizo por buenas intensiones.

NOTA DE LA AUTORA:

Feliz año nuevo a todos mis pequeños pervertidos. Espero que la hayan pasado genial, que hayan empezado bien este 2017 y que todos vuestros sueños y metas se cumplan.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

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