Pasaron dos semanas antes de que Scott permitiera que Liam volviese a entrenar con la manada.

Para cuando llegó el momento de enfrentarse a su alfa, Liam ya estaba más que listo para limpiar el piso con Scott. Y lo hizo, dejándose llevar por sus instintos y consiguiendo recuperar la mayor parte de su control cuando la pelea había acabado.

Todos estaban sorprendidos. Menos Derek, que acababa de notar ciertos patrones en la forma de pelear del joven beta que le resultaban demasiado familiares.

Esa tarde, Peter recibió la visita de su sobrino. El cual se veía realmente molesto.

— ¿Ocurrió algo? –Preguntó sonriéndole.

Derek le hizo a un lado y pasó al departamento, moviendo la nariz de forma graciosa, probablemente intentando captar algún aroma.

— Liam estuvo aquí –Afirmó Derek.

Peter asintió con la cabeza, no tenía por qué negarlo. Además, un poco del aroma del chico había quedado allí y aunque dijera que no, Derek sabría que le mentía.

— Le estás entrenando –Volvió a afirmar Derek, y Peter nuevamente asintió.— ¿Qué es lo que planeas?

— Yo no planeo nada –Le dijo a la defensiva.— Solo estoy haciendo lo que Scott no sabe hacer, estoy siendo el alfa que Liam necesita.

— No eres su alfa.

— Tú tampoco –Le recriminó.— Pero eso no te impide contradecir a Scott y mangonear a la manada a tu antojo.

Derek frunció el ceño, pero no dijo nada para contradecir aquello. Puesto que era verdad.

— Tarde o temprano Scott se dará cuenta –Le dijo con severidad.

— Si se entera o no, no me afecta en nada.

— ¿Y a Liam? –Preguntó Derek.— ¿Has pensado en lo que pasará con Liam cuando Scott se entere?

Peter se quedó en silencio. No había pensado en eso, si Scott se enteraba seguramente se lo tomaría como una traición.

Miró a Derek y frunció el ceño.

— No puedes decirle a nadie –Le dijo, o más bien, le ordenó.

— No diré nada –Asintió Derek.— Pero no soy el único que notó el cambio en Liam, esto pronto va a saberse.

Ninguno de los dos dijo nada más, Derek dio por terminada la charla y se marchó. Peter, en cambio, tuvo que aguantarse la idea carcomiéndole la cabeza mientras que una presión le invadía el pecho ¿A eso era a lo que llamaban culpa? ¿Se estaba preocupando por lo que pudiera pasarle a Liam?

No pudo dormir pensando en el chico. Liam, hace tres semanas ni siquiera recordaba bien su nombre, pero ahora sabía más del chico que el mismo Scott, el rubio incluso le había contado que su madre y padrastro se irían de luna de miel y él se quedaría solo por tres semanas . Y también le había contado más cosas de lo que le gustaba admitir.

(...)

Al día siguiente, le temblaban las manos de solo pensar en lo que iba a hacer.

Se encontraba con Liam en la estación del subterráneo. Ambos acababan de entrenar y Peter intentaba formular bien las palabras en su mente para poder decirlas.

— Tendrías que haberme visto cuando derribé a Scott –Le dijo Liam sonriendo.— Todos se quedaron pasmados. Tus entrenamientos si que funcionan.

— Hablando de eso... –Peter evitó el contacto visual.— Creo que deberíamos dejar los entrenamientos.

— ¿Qué?

Peter sabía que Liam le estaba mirando, por lo que sacó sus garras y se las quedó viendo como si fueran la cosa más interesante del mundo, solo para no tener que mirar al menor.

— Ya conseguiste lo que querías, la manada conoce tu potencial –Comenzó a excusarse.— Es inútil que sigamos entrenando.

— No quieres seguir entrenándome –Notó Liam.— ¿Hice algo malo?

El Hale negó, volteando la vista hacia Liam. Pero sin mirarle a los ojos, sino que era como si viese a través de él.

— Tienes razón –Le dijo.— No quiero seguir con esto.

Peter se puso de pie y le dio la espalda, yendo hacia el vagón y comenzando a juntar sus cosas.

Por su parte, Liam se había quedado tieso, intentando pensar en qué había hecho mal para que el mayor cambiara de opinión. Había hecho todo lo que Peter le había dicho, se había esforzado y había asistido a todos y cada uno de los entrenamientos, rechazando fiestas e invitaciones de amigos y chicas a salir.

Había pasado tres semanas no haciendo nada más que intentar que Peter estuviera orgulloso de él ¿Y qué hacía Peter? Le salía con esa mierda de que ya no quería entrenarle.

El rubio se puso de pie y cogió su mochila, caminando hacia la salida de manera apresurada. Apretando los puños y desprendiendo un agrio aroma a tristeza, el cual Peter no entendía a qué se debía.

Estaba haciendo lo correcto por una vez en su vida ¿Verdad? Estaba alejando a Liam para que de esa forma Scott no tuviese razones para echarle bronca al chico.

Estaba haciendo algo bueno por otra persona con la que no tenía nada que ver. Eso significaba que hacía lo correcto ¿Verdad?

Quería pensar que si, que estaba haciendo lo que cualquier alfa haría en una situación así. Por lo que, esforzándose por mantener esa idea en mente, decidió que ya era hora de irse a casa.

El problema fue que, debido a lo inmerso que estaba en sus propios pensamientos, olvidó ocultar sus aromas. Sin saber que eso iba a causarle problemas en el futuro.

NOTA DE LA AUTORA:

Se está poniendo un poquito fea la cosa, pero bueno, ya saben que sin drama no hay trama chicos. Así que esperen un poco.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.