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Al día siguiente, Peter iba solo en su auto. Liam había ido a casa de Mason para pasar el rato con su amigo, por lo que el alfa iba a aprovechar para despejar sus dudas.
Y el mejor lugar para despejar las dudas era la veterinaria de Deaton. Ya que el Druida sabía de todo sobre todos.
Habían entrado sin llamar y había comenzado a contarle todo lo que le molestaba, sin guardarse nada, cosa que perturbó un poco a Deaton porque estaba seguro de que habría podido vivir perfectamente sin enterarse de la vida sexual de Peter Hale.
— Y lo peor es que le anudo a todas horas, nunca me había pasado con nadie más –Terminó de decir, quedándose en silencio al ver la cara de asco de Alan.— ¿Sabes por qué me ocurre esto? Porque no entiendo nada.
— Veamos, me dices que le anudas y lo marcas siempre que tienes la ocasión –Puntualizó, a lo que el lobo asintió con la cabeza.— Pues lo más sensato es que sean mates.
Peter tuvo que sujetarse de la superficie más cercana para evitar caer al suelo ante aquello. Había tenido sospechas, pero que se lo confirmara Deaton por poco y hace que le baje la presión.
— No puede ser –Jadeó casi sin aire.— Tienen que haber otra razón, no puede ser posible.
— Es la única razón que puede haber –Aclaró Deaton.— Aunque no entiendo por qué te pones así.
— ¡Porque soy demasiado mayor para Liam! –Grito, como si fuera una obviedad.— Nos llevamos 13 años de diferencia, es demasiado tiempo ¿Cómo puede ser mi compañero de vida si mi vida acabará antes que la suya?
— Los lobos viven más tiempo que los humanos –Le recordó el Druida.— Además, hay parejas que se llevan mucho más años y viven sin problemas.
— Pero Liam aún es menor.
— No pareció importante en ninguna de las proesas sexuales que acabas de contarme.
El Hale se cubrió la cara avergonzado porque acababa de darse cuenta de que, efectivamente, había hablado sobre su vida sexual, y con Deaton. Ni que fueran amigos como para ponerse a contarle aquello al Druida.
— Estoy jodido –Murmuró mientras se descubría el rostro.— Estoy muy jodido.
— Yo diría que aún no lo está –Puntualizó.— Aún falta la confirmación del emparejamiento.
— ¿Confirmación? –El alfa pasó de estar desconcertado a estar te son como una roca.— ¿Qué confirmación? ¿De qué hablas?
— Si te contara todo no habría gracia en que lo vivieras –Suspiró Alan.— Además, eres tan cabezota que seguro si te cuento intentarías evitarlo, y eso no sería bueno ni para tí ni para Liam. Así que prefiero evitarme problemas y guardarme la información.
Peter le gruñó mientras ponía los ojos rojos en un intento de intimidar al Druida, el cual solo puso los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos.
— Ni tu hermana podía intimidarme, Peter –Le dijo, sin darle importancia a los ojos de alfa.— Menos vas a poder tú, ahora vete, que Scott llegará en cualquier momento para pedirme no sé que cosa.
— Seguro que te pide alguna idiotez –Bufó molesto el lobo.— Lo mió es algo serio.
— Sisi, todos dicen eso –Repuso con sorna el Druida mientras le acompañaba a la puerta.— Talia estaba igual cuando conoció a Robert.
Peter quiso darse media vuelta y gritarle a Deaton, pero este le cerró la puerta de la veterinaria en la cara y le dejó con el cállate atravesado en la garganta.
Refunfuñando que estaba harto de la gente haciéndose la misteriosa, se subió a su Mustang y fue camino a su departamento.
(...)
Varias horas más tarde, Liam y Mason llegaban en bicicleta a la veterinaria. Se encontraban a una calle cuando bajaron y comenzaron a caminar mientras arrastraban las bicicletas.
— Sigo sin entender qué hacemos aquí –Murmuró Mason, nervioso por todos los sonidos que provenían del bosque cercano.
— Quiero saber qué es eso de los mates de lo que todos hablan.
— Bien podríamos buscarlo en Internet.
— Puede haber cualquier mentira allí, yo quiero pruebas fehacientes.
Al darse cuenta de que no había forma de convencer a su amigo para irse de allí, Mason soltó un bufido y miro hacia adelante. Divisando el estacionamiento de la veterinaria.
— Hey, espera –Puso una mano en el hombro de Liam para detenerle.— ¿No es esa la moto de Scott?
Liam alzó la vista de su bici y observó que, efectivamente, era la motocicleta de Scott. Soltó un gruñido mientras continuaba avanzando, siendo seguido por un aún más nervioso Mason.
Se acercaron lo más que pudieron y ocultaron las bicicletas detrás de unos arbustos, manteniendo distancia suficiente para poder observar sin ser descubiertos en el proceso.
Una ventana cubierta con cortinas les dejaba ver las siluetas de Deaton y Scott, quienes parecían estar teniendo una acalorada discusión.
— ¿Qué dicen? –Preguntó Mason curioso.— Tú eres el de los sentidos de chucho, dime que dicen.
Asintiendo ante el pedido de su amigo, Liam agudizó su oído para poder escuchar la conversación.
— Ya te dije que no voy a ayudarte con eso Scott –Escuchó decir a Deaton con hastío.— Es una estupidez.
— ¡No lo es! –Replicaba Scott con voz de idiota.— Es por el bien de todos.
— ¡Es una idea estúpida! –Dijo Deaton, molesto.
— Wow... –Exclamó Liam sorprendido.— Deaton acaba de gritarle a Scott.
— ¿En serio? –Mason le miró sin creerle.— El tipo siempre está súper tranquilo, ya parece drogado.
El rubio rió ante el comentario de su amigo y siguió escuchando, no supo qué pudo haber dicho Scott para que Alan volviera a alzar la voz. Pero la respuesta del Druida incluso Mason la escuchó.
— ¡No voy a ayudarte a quitarle sus poderes a Peter, Scott! –Había gritado el Druida furioso.
Mason tembló ante el grito y miró a Liam. El susto tiñó el rostro del humano al ver como su amigo apretaba los dientes de tal forma que parecía que se los iba a partir. También noto como los colmillos se agrandaban.
— Liam cálmate, por el amor de Dios –Pidió casi sin voz, intercalando miradas entre su amigo y la veterinaria.
El beta parecía no escucharlo, puesto que salió de donde estaban escondidos y caminó dando zancadas hacia la veterinaria.
— Liam, vuelve aquí –Gruñó Mason detrás de él, yendo a su lado e intentando frenarle sin éxito.
Una segunda mano se cerró en torno al brazo de Liam y, al saber que no era una mano de Mason puesto que las dos manos del moreno seguían en su otro brazo, volteó la cabeza.
Malia estaba allí, sujetándole y dedicándole una de sus miradas inexpresivas pero severas. Como si quisiera prenderle solo mirándole a los ojos.
Liam intercaló miradas entre la veterinaria y los que le sujetaban. Dejándose arrastrar por ellos hacia donde se habían escondido con Mason anteriormente.
Mason logro convencerle de que regresaran por donde vinieron, por lo sus cogieron las bicicletas y se fueron de allí rápidamente, llevando con ellos a Malia.
— Yo también le escuché –Le dijo la coyote desde el segundo asiento de la bici.
— Entonces me hubieras dejado entrar.
— Hubiera sido peor –Repuso, sonando muy segura de lo que decía.
Liam no respondió, siguió pedaleando rápidamente para intentar así quemar las energías que aquél casi descontrol le había producido.
Pero eso no se iba a quedar así, no señor, Scott iba a pagar.
NOTA DE LA AUTORA:
Después de todo el smut, se vuelve a ir todo a la mierda. Un poco de drama luego de tanto ñiqui ñiqui no hace daño.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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