19
Pasaron tres días antes de que Liam volviera a ver a Peter. No es que le estuviera evitando ni nada de eso, es solo que había estado ocupado intentando evitarse problemas. E ir con Peter era algo que consideraba un problema.
Había pasado un buen tiempo pensando en lo que Mason le había dicho. Dándose cuenta que, efectivamente, él prácticamente besaba el piso por donde Peter pasaba, y eso le jodía mucho ¿En qué momento se había vuelto tan dependiente?
Siempre había sabido desenvolverse solo en la vida, o al menos sabía hacerlo desde que sus padres se habían divorciado y había tenido que crecer muy rápido para ayudar a su madre. Pero desde que se había convertido en Hombre lobo, era como si se hubiera vuelto dependiente de otros. Y Desde que se había vuelto el beta de Peter era aún peor.
La tarde de ese tercer día, se encontraba corriendo a su casa luego de ir al gimnasio. Estaba cansado, pero quería llegar lo antes posible para poder ducharse y dejar de oler a sudor. No soportaba su propio olor.
Entró a su casa y subió las escaleras de dos en dos escalones, entrando a su cuarto como si le persiguiera la parca y casi gritando al ver quién se encontraba allí.
Peter estaba sentado en la silla frente a su computadora, mirando fijamente una fotografía que Liam tenía allí.
— Eras adorable de bebé –Repuso el alfa con sorna mientras regresaba la fotografía a su lugar.
— ¿Qué haces aquí?
El alfa alzó una ceja ante lo seria que había sonado la pregunta y, al ver que Liam no cambiaba su postura tensa, se puso de pie y respondió.
— Vine a ver si te había ocurrido algo –Dijo mientras se le acercaba.— Ya que has estado evitándome por tres días.
— No te estoy evitando.
— Pues entonces dame una buena razón por la cual no te he visto.
Liam se quedó en silencio por un minuto entero, el cual se le hizo eterno al alfa.
— He estado ocupado –Murmuró como respuesta.
— ¿Ocupado? –Peter no sonaba convencido.— ¿Haciendo qué?
— Manteniendo la casa en orden, saliendo con amigos, yendo al gimnasio –Comenzó a enumerar.— En general, intentando recuperar la vida que tenía antes de que Scott me arrancara un trozo de muñeca con sus dientes.
El mayor le miró alzando una ceja mientras se sentaba en la cama sin dejar de mirarle.
— ¿Necesitas algo? –Preguntó algo incómodo por la mirada del alfa.
— Solo vine a avisarte que en dos días tengo que reunirme Satomi –Dijo encogiéndose de hombros.— Una formalidad entre manadas que para mí es innecesaria, pero obligatoria, Malia y tú van a tener que venir conmigo.
El rubio asintió con la cabeza mientras se quitaba la camiseta y comenzaba a rebuscar ropa limpia en su armario.
— Nunca había estado en tu cuarto –Dijo Peter detrás de él.— Es bonito, demasiado ordenado para ser el cuarto de un adolescente.
— Me gusta tener espacio para hacer ejercicio –Admitió el menor mientras sacaba una camiseta y un par de vaqueros.
— ¿Solo piensas en hacer ejercicio?
— Es lo único que me sale bien.
Antes de que Peter dijera algo más, Liam salió atropelladamente del cuarto, caminó hacia el baño y se quitó la ropa que aún llevaba puesta para entrar a la ducha. Sentir el agua fría caer encima de él fue como si le quitaran un enorme peso de encima.
Cuando salió, ya vestido, estaba mucho más relajado. Regresó a su cuarto a sabiendas de que el alfa seguía allí, podía olerle y escucharle mientras continuaba revisando sus cosas.
— Si encuentras algo interesante, avísame –Dijo entrando al cuarto.
Peter, el cual había estado mirando fotos, dio un respingo al escucharle. Lo cual sorprendió a Liam.
Mientras se acomodaba el cabello le echó un vistazo a la foto que Peter estaba viendo, momento en el que el corazón se le subió a la garganta.
— Suelta eso –Dijo con voz queda.
Peter le miró extrañado ante lo demandante que había sonado aquello, pero no hizo lo dicho.
— Deja eso donde estaba –Esta vez fue un gruñido.
El alfa pudo ver en los ojos del menor, los cuales estaban amarillos, que algo andaba mal. Dejó la foto que había estado viendo y se acercó a Liam, cogiéndole por los hombros.
El rubio bajó la vista, respirando con los dientes apretados y los ojos muy abiertos. Tanto que preocupaba.
— Concéntrate en mi voz –Le ordenó Peter.— Piensa en tu ancla.
— No tengo un ancla –Gruñó Liam apretando los puños, consiguiendo herir sus palmas.
— ¿Y qué hay de la chica de la foto?
El Hale supo que había lanzado una bomba al ver como Liam levantaba la vista y sus ojos se cristalizaban. Pasando de apretar los dientes a cerrar los ojos con fuerza en un intento por no llorar.
Peter pasó de cogerle por los hombros a rodearle con sus brazos y pegarle a él. Liam temblaba, intentando controlarse mientras era aprisionado contra el pecho del alfa. Intentó alejarse un par de veces, pero se resignó al abrazo cuando le fue obvio que Peter no iba a dejarle alejarse.
— Tendremos que hablar de eso en algún momento –Murmuró Peter contra el cabello del menor.
— No ahora... –Pidió Liam suplicante mientras apoyaba la frente en el pecho del otro.
— Cuando estés listo.
El alfa se separó del menor para comprobar si el chico ya estaba estable. Y si, sus ojos ya habían vuelto a la normalidad y sus garras ya no estaban fuera.
Le palmeó el hombro al menor y le sonrió, intentando de esa forma calmarle. Liam le devolvió la sonrisa y Peter le revolvió el cabello.
— Debo ir a hablar con Malia –Dijo el alfa en voz queda.
El beta asintió con la cabeza, indicando que entendía y se sentó en su cama.
Peter salió por la ventana, algo preocupado por lo que pudiera hacer Liam. No estaba descontrolado, pero tampoco se veía bien.
Se alejó de la casa de Dunbar mientras le escribía a su hija para reunirse en la casa de la chica. Aunque la idea de que algo pudiera pasarle a Liam no desaparecía.
NOTA DE LA AUTORA:
Salieron a la luz viejas heridas, esto ya parece un drama de telenovela mejicana.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top