La mañana siguiente podía ser clasificada por todos como muy extraña. En su mayoría porque Peter no recordaba haber hecho ninguna de las cosas que su hija y beta le aseguraban que había hecho.

No era culpable de negarse a creerlo, era algo que nunca le había pasado con nadie y que simplemente sonaba muy irreal para él. Ya de por sí era poco creíble que él estando descontrolado y suelto no hubiera atentado con la vida de nadie, más aún lo era que Malia le dijera que había pasado toda la noche abrazado a Liam, lamiéndole y oliéndole como un chucho en celo, palabras exactas de la coyote.

Luego de que despertara encima de él y sorprendido se cayese del sofá, Liam se había ido. Al parecer tenía que ir a hacer el proyecto que uno de los profesores les había dado para el receso. Peter le había dicho que fuera a por sus cosas y volviera, que él le ayudaba, pero entonces Liam le soltó la bomba.

— Debo ir a hacerlo con Mason –Le había dicho.

Quitando de en medio lo sexual que había sonado la frase debo ir a hacerlo con Mason. Lo que dijo Malia luego no ayudaba.

— Hace mucho que no veo a Mason, lo tienes muy para ti solo –Le había dicho con algo de burla.— Mándale saludos.

Ya había pasado una hora desde que el rubio se había ido, pero la cara de Peter no había cambiado desde que habían nombrado a ese otro chico.

¿Quién era Mason? ¿Por qué su hija lo conocía y él no? ¿Por qué Liam estaba tan apresurado por irse con él?

— Si sigues frunciendo el ceño de esa forma se te van a unir las cejas –Le había dicho su hija.

Peter le miró y gruñó entre dientes, refunfuñando algo que Malia no se molestó en intentar entender.

— ¿Por qué te pones así? Solo es Mason.

— ¿Quién es Mason?

La coyote le miró con una ceja alzada, como si no se pudiera creer que no conociera a Mason. Pero entonces recordó que, normalmente, Peter no iba a las reuniones de la manada. Así que tenía una excusa para no conocer a Mason.

— Podría decírtelo... –Comenzó a decir con una sonrisa.— Pero no sería divertido, mejor pregúntale a Liam cuando vuelva.

— Pero tardará horas en volver.

— Esa es la gracia –Rió.— Debo irme.

— Malia, dime quién es Mason.

— No –La coyote se levantó y fue hacia la puerta.

— Malia, soy tu alfa.

— Te felicito –Le dijo con un tono burlón.— Pero yo también tengo tarea que hacer, no todos somos mayores de edad.

La menor salió riendo del departamento, dejando a Peter con la palabra en la boca. El mayor se cruzó de brazos y se hundió en el sofá, miles de preguntas jodiéndole la mente.

¿Y si Mason era el novio de Liam? Era una posibilidad, nunca le había preguntado si tenía pareja. Y lo de ellos solo era sexo entre alfa y beta, no una relación.

Pero si sabía que no era una relación ¿Por qué se ponía de esa forma? Su lobo gruñía furioso mientras él intentaba pensar en algo que no fuera imaginarse a Liam con otra persona. Algo que le resultaba imposible.

Entonces recordó que, la primera vez que habían tenido sexo, le había sido demasiado sencillo preparar a Liam y le había preguntado, el beta le había dicho que nunca había tenido relacionea sexuales con nadie ¿Pero y si le mentía? No se había fijado en eso mientras estaban a punto de follar.

(...)

Cuando Liam regresó al departamento del Hale, se encontró con la puerta abierta y con que el sofá en el que había dormido la noche anterior había sido destruído. Al ver la escena, creyó que había ocurrido algo. Por lo que comenzó a revisar todo el lugar hasta que vio a Peter.

El mayor estaba sentado en el suelo, varias botellas de cerveza vacías a su lado y una expresión de enojo.

— ¿Qué diablos ocurrió? –Preguntó sorprendido el menor.

— Nada.

— ¿Por qué está así el sofá?

— Porque me di cuenta de que odio ese sofá.

Con solo escucharle hablar, Liam se daba cuenta de que Peter estaba muy ebrio. Y era algo obvio, viendo todas esas cervezas vacías sorprendía que el mayor siguiera despierto.

— Levántate –Le dijo mientras se le acercaba.— Tienes que hidratarte e ir a...

— Tú no me vas a decir qué hacer.

Liam tembló ante el tono furioso en la voz de Peter, nunca nadie le había hablado así

El alfa movía la nariz, oliendo al chico. Gruñendo al sentir el aroma de otra persona en él.

— ¿Por qué volviste? –Preguntó gruñendo.— ¿Recordaste que follo bien o es que ese tal Mason no sabe complacerte?

— ¿De qué estás hablando?

— Sabes perfectamente de qué hablo –Le gruñó, molesto porque el otro tuviera esa cara de no entender.

Peter se puso de pie y camino hacia él, imponiéndose ante Liam y

— ¿Tuviste sexo con él?

— ¿A qué se debe que...?

— Responde –Impuso furioso.

— ¡No Peter, no tuve sexo con él! –A Liam ya comenzaba a molestarle la actitúd del mayor.— Es solo un amigo.

— Los adolescentes siempre dicen eso –Refunfuñó.

— Pues yo te lo aseguro –Repuso molesto.— No he tenido, ni tuve sexo con nadie que no seas tú.

Peter no dijo nada, no es como si supiera qué decir, Liam se veía muy molesto.

— Tampoco es como si planeara tener sexo con alguien más –Murmuró.

— ¿En serio?

— Si –Asintió.— Ahora ve a bañarte, apestas a alcohol.

— Ven conmigo –Pidió suplicante.— Quiero follarte en la ducha.

— Me temo que yo no follo con gente ebria, andando, ve a bañarte –Le jaló fuera de la sala.— Te esperaré en el cuarto.

A Peter le brillaron los ojos como a niño que le muestran un juguete nuevo, para luego lanzarse a abrazar a Liam.

Comenzó a frotarse como un perro gigante, queriendo cubrir el aroma del otro chico que se encontraba en Liam.

— Me bañaré, cuando salga te quiero desnudo y en mi cama.

Liam rodó los ojos riendo y asintió con la cabeza.

— Ahora vete, borracho –Dijo riendo y arrastrándole al baño.

NOTA DE LA AUTORA:

Peter se deprime y se ahoga sus penas en alcohol como todo un macho pecho peludo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.